martes, 17 de diciembre de 2024

Un asunto real



En estos últimos días he visto un buen ramillete de películas danesas. La de hoy es una película del año 2012 titulada un asunto real, llevando en danés el título de En kongelig affaere que podría tradicirse como la Reina infiel. 

La película está dirigida por Nikolaj Arcel, que siguió el guion escrito por el propio Nikolaj Arcel y Rasmus Heisterberg basado en la novela Prinsesse af blodet, de Bodil Steensen-Leth. Se trata de una coproducción danesa y sueca en la que intervienen. Meta Louise Foldager, Sisse Graum Jørgensen y Louise Vesth amparadas por las productoras DRTV, Film i Väst, Sveriges Television y Zentropa, que en este caso nos lleva a la Dinamarca de finales del siglo XVIII, hacia el año 1782 y a una historia que dura aproximadamente cinco años, pues empieza precisamente cinco años atrás,  con la llegada de la princesa Carolina Matilde de Inglaterra que va a casarse con el príncipe Cristian séptimo de Dinamarca. 

La historia, la verdadera historia, es la de un hombre normal que conquistó el corazón de una reina y empezó una revolución. La película se centra en un triángulo amoroso formado por el cada vez más desquiciado Cristian VII de Dinamarca, el idealista médico e ilustrado Johan Friedrich Struenssee y la joven aunque decidida reina Carolina Matilda de Inglaterra esposa de el rey danés. 

La película relata la apasionante vida de los valientes idealistas ilustrados que lo arriesgaban todo por la liberación del pueblo danés y él emocionante y prohibido romance que cambió a toda una nación. 

La película es una épica y dramática historia de amor basada en hechos históricos y la cinta fue nominada a mejor película de habla no inglesa en los oscar de mi 2013 con el cada vez más popular posiblemente el mejor actor en la actualidad Mads Mikkelsen y y la prometedora Alicia Vikander. 

La película se inicia con una carta escrita por la protagonista femenina La princesa Caroline Matilda (Alicia Vikander) dirigida a sus hijos el príncipe Frederic y la princesa Louise  Auguste. Antes de esto se nos informa que Europa a finales del siglo XVIII, La nobleza gobernaba de forma opresiva con el apoyo de los poderosas autoridades eclesiásticas pero se irán encontrando gracias a la ilustración con vientos de cambio. Por todo el continente, intelectuales y librepensadores como Rousseau y Voltaire exigen reformas y la libertad para el pueblo. Era la era de la Ilustración y un momento en que Dinamarca estaba dominado por esa misma nobleza y esa misma orden eclesiástico que limitaba el desarrollo del pueblo. 

Desde la localidad alemana de Celle la princesa británica exiliada escribe una carta dedicada a esos hijos que no la conocen, y en la misma relata su triste historia desde que en 1766 le anuncian que se casara con el príncipe danés. La princesa Carolina Matilde de Gran Bretaña en la carta a sus hijos les quiere contar la verdad. En un flashback, Carolina habla de Inglaterra, ya que estaba a punto de partir para casarse con Christian VII (Mikkel Følsgaard ) de Dinamarca. Le apasionan las artes y la educación, pero cuando llega a Dinamarca le dicen que muchos de sus libros están prohibidos por el estado. Christian padece una enfermedad mental y Carolina no es feliz en su matrimonio. Pronto queda embarazada de un hijo (Federico VI de Dinamarca), pero la pareja se distancia y el rey deja de visitar su dormitorio, pues prefiere gozar con otras mujeres, prostitutas si es necesario, te pechos grandes.

Ella, una joven romántica que de pronto se encontrará con una persona absolutamente inapropiada para el matrimonio y para la vida. Algo que descubre desde su llegada a Dinamarca para casarse con el futuro rey. 



Todo cambia con la aparición en la película del médico alemán Johann Friedrich Struensee que es reclutado por unos nobles, Carl Rantzau (Thomas W. Gabrielsson ) y Enevold Brandt ( Cyron Bjørn Melville ), que han sido apartados del poder , en parte, por sus ideas ilustradas y que consigue que entre a trabajar como médico personal del rey. Struensee es un hombre de la Ilustración, muy influenciado por los escritos de Jean-Jacques Rousseau. Mantiene este secreto al estado, pues es autor de varios escritos anónimos, y recibe con agrado el nombramiento porque su padre es un sacerdote conocido. 


El rey Christian siente desde el principio un gran afecto por Struensee y se convierte en un amigo cercano y confidente. Cuando Struensee consigue inocular al príncipe Federico contra una epidemia de viruela, se convierte en un hombre muy respetado en la corte. Christian tiene muy poca influencia en el Consejo Privado presidido por el Conde Johann Hartwig Ernst von Bernstorffen (Bent Mejding ) y en el que tiene muchísimo peso un miembro del clero, Ove Høegh-Guldberg, (David Dencik ) y las leyes del país las deciden en su mayoría estadistas integrantes del clero y la nobleza terrateniente que quieren mantener el Antiguo Régimen a toda costa y en la que en la sombra se encuentra la reina madre Juliana Maria de Brunswick-Wolfenbüttel (Trine Dyrholm ) que desea el trono para su hijo, hermanastro del rey. 

Pero Struensee le dice al rey que puede tener más poder haciendo lo que más le gusta: "actuando". El médico comienza a escribir discursos para el rey en los que defiende sus propias opiniones progresistas y se aprueban varias reformas en Dinamarca. 

Caroline y Struensee se enteran de sus intereses mutuos y sus opiniones liberales. Se enamoran y comienzan una aventura. Cuando Caroline se queda embarazada, se protegen convenciendo a Christian de que vuelva a acostarse con ella. Como resultado, se cree que la princesa Louise Auguste es la hija del rey. 

Mientras tanto, Struensee es nombrado consejero real y finalmente convence a Christian de que le asigne el derecho de aprobar cualquier ley, lo que lo convierte en el líder de facto de Dinamarca. Sus reformas incluyen la abolición de la censura, la abolición de la tortura y la reducción del poder de la aristocracia. 

La reina viuda, Juliana María de Brunswick-Wolfenbüttel, se da cuenta del romance entre Carolina y Struensee y su relación se revela. 

Christian se enoja al principio, pero perdona a su amigo y dice que deben seguir como si nada hubiera cambiado. Juliana y el destacado estadista Ove Høegh-Guldberg se oponen firmemente a las reformas de Struensee, mientras que el pueblo danés también se enoja cuando queda claro que un extranjero inmoral tiene poder sobre el país. Høegh-Guldberg incita un golpe de estado contra él. 

Christian se niega a entregar a Struensee al pueblo, pero Høegh-Guldberg miente diciendo que el médico y Carolina planean asesinarlo y tomar el control de Dinamarca. Christian permite que arresten a Carolina y la lleven a vivir al exilio, mientras que Struensee es sentenciado a muerte. 

Christian otorga el indulto, no queriendo que su amigo muera, pero Høegh-Guldberg evita que esto se sepa a tiempo y Struensee es decapitado. 

Høegh-Guldberg se convierte en el nuevo líder de facto de Dinamarca y muchas de las reformas de Struensee son revocadas. 

La película vuelve a la carta de Carolina, en la que revela que se está muriendo de una enfermedad. Diez años después, el príncipe Federico y la princesa Luisa Augusta leen la carta. 

Al final de la película y transcurrido todas las desgracias habidas y por haber en lo afectivo y en lo humano nos enteramos que el futuro rey Federico contando con el apoyo de su padre dará un golpe de Estado acabará con el gobierno de la nobleza y del clero y aplicará todas las reformas que Struenssee modernizar al país en tiempos de su padre, transportando a Dinamarca de un país estrictamente medieval a la vanguardia política de Europa. 

Con la ayuda de su padre Federico dio un golpe de estado y asumió el poder a los dieciséis años. Guldberg , Juliana María y su gabinete fueron expulsados de la corte. 

En sus cincuenta y cinco años de reinado, Federico restauró prácticamente todas las leyes de Struenssee. Federico llegó incluso más lejos que Johan al abolir la servidumbre de la gleva y liberar a los campesinos. 

La idea de hacer una película a partir de estos personajes reales surgió en Nikolaj Arcel mientras paseaba junto con su hermana por los Jardines Reales de Copenhague.

El rodaje se realizó en localizaciones naturales de Praga y la República Checa, lugares que para el director y guionista del film daban mayor autenticidad a los escenarios que los lugares en los que habían ocurrido realmente los hechos contados en la película, dado que muchos castillos de Dinamarca han sido pintados y no tienen hoy en día el aspecto que tenían en el siglo XVIII. 

La película presenta una producción muy cuidada, con una dirección artística que se preocupa por todos los detalles, para reconstruir la época en la que transcurre la acción. Vestuario, decorados, utensilios, peluquería o el maquillaje están trabajados con una gran precisión. La fotografía de Rasmus Videbæk, tanto en interiores como en exteriores, ofrece un especial cuidado en el tratamiento de la luz. El montaje está pensado para ofrecer un ritmo pausado, que deja asimilar la información e ideas que proporciona la película y permite a la vez un visionado cómodo para el espectador en gran medida por el ágil montaje de Mikkel E.G. Nielsen y Kasper Leick. 




La música que acompaña a la película está compuesta por Gabriel Yared y Cyrille Aufort. Aporta el sentido dramático que la película requiere en temas como Inoculation, Carolina's Idea o Queen' chamber. Tampoco olvida crear temas más melódicos, como el asignado a la reina Carolina o el de la ejecución, con un toque melancólico y triste, que recorre toda la partitura y que anticipa el desenlace del film. 

Un asunto real obtuvo el Oso de Plata al Mejor actor para Mikkel Følsgaard y al Mejor guion para Nikolaj Arcel y Rasmus Heisterberg.

En los Premios de Cine Europeo tuvo nominaciones a la Mejor banda sonora y al mejor diseño de producción. 

El 10 de enero de 2013, A Royal Affair fue nominada al Óscar 2012 como mejor película de habla no inglesa junto a Amour de Austria, No de Chile, Kon-Tiki de Noruega y War Witch de Canadá todo un ramillete de grandes películas. 

También obtuvo la nominación a los Globos de Oro y a los Premios César de Francia en la categoría de Mejor película extranjera, algo que también consiguió en el tejano Festival de Dallas-Fort Worth o en el de Washington D.C.o en los Satellite Awards que premió sus vestuario, y nominó a mejor película extranjera y mejor dirección y diseño de producción.  




La valoración de la crítica ha sido unánimemente positiva. Para Elizabeth Weitzman del New York Daily News destaca de "Este suntuoso romance de Nikolaj Arcel es como otros dramas de época bien realizados, excepto por una sola excepción crucial: este es el único con Mads Mikkelsen al frente (...) " 

Claudia Puig de USA Today resalta que la película "Toma un capítulo fascinante de la historia danesa, poco conocido para el público en general, y lo presenta de manera atractiva. " 

A Steven Rea del Philadelphia Inquirer le gusta este "Drama histórico de primer orden - lleno de grandes ideas, y ayudado por las interpretaciones llenas de matices de Vikander y Mikkelsen" 

Roger Ebert el columnista habitual que fue del Chicago Sun Times o en su web rogerebert.com alaba "Un drama histórico de gran presupuesto que lleva las esperanzas de Dinamarca a la temporada de los Oscar. " 

En Time Out Keith Uhlich resalta del mismo que "Abundan la intriga y el erotismo, (...), aunque nada de eso es especialmente emocionante. Y la neblinosa fotografía panorámica otorga a la acción un aire fúnebre de respetabilidad que es como un caramelo para los votantes de los Oscar. 

En Gran Bretaña Anna Smith de Empire reflejó por escrito que se trata de "Una voluptuosa pieza de drama histórico que dejará satisfechos por igual a los fans de ese período y a los admiradores de Mikkelsen. 

Ya en España el disonante es Luis Martínez que en las páginas de El Mundo considero que era "Un drama de época con bastante más cartón que sentido. 'A royal affaire', de Nicalaj Arcel, es, a falta de una definición mejor, pereza." 

Incluso le gusta a Carlos Boyero como refleja en El País al defender este "Excelente cine de época (...) está narrada con inteligencia, complejidad y sutileza, sin recurrir al melodrama ni al maniqueísmo facilón, con fuerza visual y expresiva." En ese mismo diario, Javier Ocaña escribe que es "Un trabajo de bella factura, preciosa luz, nulo acartonamiento, desgraciada contemporaneidad y esperanzador mensaje" 

Para Oti Rodríguez Marchante el habitual crítico de ABC dice que es "Es una de esas películas bien hechas y bien dichas, con grandes interpretaciones de su trío protagonista" 

En  Cinemanía Manuel Piñón la alaba por ser toda una "Lección de historia contada con pasión y excelencia. (...)". 




Como siempre digo, los historiadores deben abstenerse de valorar el cine como lo que son historiadores. Y en este caso, como en otros, saca punta a lo que no es importante en una ficción como siempre es el cine. En este caso, el historiador Alfred Brown señala que la película muestra a Struensee hablando danés con fluidez, cuando en realidad no lo hablaba y utilizaba constantemente el alemán, lo que contribuyó a distanciarlo de la sociedad danesa. Brown también señala que "la carta de la reina exiliada a sus hijos constituye un buen marco argumental para la película, sin embargo, si en realidad hubiera escrito una carta de ese tipo (admitiendo francamente el verdadero origen de la princesa Louise Auguste), podría haber caído fácilmente en manos equivocadas y haber hecho que la joven princesa fuera declarada bastarda".

Por mi parte, sólo puedo decir que es una gran película de época, detallista al máximo, bien recreada, con unas actuaciones estelares y creíbles por parte de los tres principales protagonistas Mads Mikkelsen, Alicia Vikander y un excelente y excéntrico, Mikkel Følsgaard, con razón fue premiado en Berlín por su enorme actuación. 



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