Marco Belocchio a sus 85 años hizo en 2023 una nueva película, El rapto. Aquel año en Cannes Italia presentaba tres películas. Junto a la de Bellocchio, estaban otras dos . Una que llevaba por título El sol del Futuro de Nanno Moretti y otra cuya autoría era de Alice Rohrwacher y que llevaba por título La Quimera presentaron en Cannes. El cine italiano parecía renacer.
Es importante señalar que Marco Bellochio representó el nuevo cine italiano, junto a directores como Francesco Rossi, Los hermanos Taviani o Bernardo Bertolucci.
Trabajo para la TV y da cine en la Universidad de Bolonia. Es un director que sabe como dirigir narrar sus historias y dirigir a sus actores y actrices, aquí absolutamente brillantes y creíbles como Fabrizio Gifuni, Fausto Russo Alesi, Barbara Ronchi, Paolo Pierobon y Filippo Timi. Toca un tema propio de su ideología, la izquierda. Es una voz personal, curiosa, un artista que hace del cine una expresión individual. También nos contó el suicidio de su gemelo. Es ateo, comunista.
La película comienza en 1851y el protagonista es Edgardo Mortara, el sexto hijo de Salomone Mortara, conocida como "Momolo", y Marianna Padovani, judíos de Bolonia, ciudad entonces bajo soberanía del Estado Pontificio.
Creyendo que está enfermo y moribundo, la doncella cristiana Anna Morisi le administra el bautismo en secreto, por temor a que, tras su muerte, acabe en el limbo.
El niño sobrevive, pero siete años después Anna le cuenta a Pier Feletti, jefe de la oficina de la Inquisición boloñesa, sobre el bautismo: el sacramento habría hecho al niño irrevocablemente católico, y dado que las reglas del Estado Pontificio prohíben que un cristiano sea criado por no cristianos, Feletti decide alejar al niño de la familia.
El 24 de junio, Edgardo Mortara fue detenido por la policía pontificia y conducido en barca a Roma, donde permaneció en la Casa dei Catecumeni, el colegio destinado a los hijos de judíos conversos.
Los padres de Edgardo hacen todo lo posible para llamar la atención del público sobre el caso, provocando la indignación de intelectuales europeos y no europeos. Sin embargo, esto hace que el Papa Pío IX se tome la cuestión en serio: de hecho, el papado se encuentra en un momento de fuerte crisis política, en el que la figura del pontífice está perdiendo prestigio y autoridad; Pío IX se opone, por tanto, a una reacción firme a todas las acusaciones, ocupándose personalmente de la educación de Edgardo y haciéndole administrar un segundo bautismo que disipara cualquier duda sobre su pertenencia a la Iglesia católica. Por lo tanto, el niño es adoctrinado: se le hace creer que todo es culpa de los padres y que la única manera de regresar a casa es convertirse en un cristiano.
Meses después de la llegada de Edgardo a Roma, Momolo y Marianna obtienen permiso para visitarlo. Los miembros de la comunidad judía romana del Ghetto los recibieron con frialdad, temiendo perder los privilegios concedidos por el Papa debido a la protesta mediática provocada por el asunto.
Momolo decide entonces tratar a Edgardo con indiferencia, contentándose con encontrarlo en buen estado de salud; Sin embargo, frente a Marianna, el niño rompe a llorar y le revela a su madre que todavía recita en secreto el Shemá Israel todas las noches. Por ello, los responsables de la educación de Edgardo prohíben cualquier visita futura, a menos que toda la familia se convierta al catolicismo. Los Mortara se niegan y organizan un intento de secuestrar al niño, que sin embargo fracasa y provoca la pérdida total del apoyo de los judíos de Roma, que , además, van a pasar a ser humillados por el papá que les obliga a besarle los pies.
En 1860, los rebeldes arrebataron Bolonia al Papa; Los tribunales del Reino de Cerdeña, del que ahora forma parte la ciudad, arrestan a Pier Feletti y lo juzgan por el caso Mortara. Durante las audiencias se reconstruye toda la historia y se descubre que el bautismo administrado por Anna Morisi es válido en todos los aspectos; Feletti es absuelto de los cargos, ya que actuó con pleno respeto a las leyes vigentes en el momento de los hechos. Durante la audiencia no se da cuenta de algo esencial, el niño no podía ser llevado fuera del control de sus padres dado que no tenía ni ocho años.
Por tanto, Edgardo permaneció en Roma. El Papa sigue siendo soberano allí gracias a la ayuda militar de Francia bajo Napoleón III.En 1870, con el comienzo de la guerra franco-prusiana, las tropas francesas se retiran, el Reino de Italia ocupa Roma y los mil cien años de historia de los Estados Pontificios llegan a su fin con la pérdida del poder temporal del Papa Pío IX. Con la Proclamación del Reino de Italia Pío IX perdió aún más el poder y las preciosas alianzas políticas del Estado Pontificio.
Edgardo, mientras tanto, crece olvidándose de sus orígenes y sujetándose cada vez más al Papa, estudiando sacerdote y tomando el nombre clerical de Pío María.
En 1870, con la entrada de las tropas de Garibaldi por Porta Pia, Roma pasó a formar parte del Reino de Italia; uno de los hermanos mayores de Edgardo, Riccardo, que se había alistado en el ejército como francotirador, corre a buscarlo y le propone regresar finalmente a casa: el joven, sin embargo, se niega, afirmando que su verdadera familia es ahora la de la iglesia católica. .
Sin embargo, cuando Pío IX murió en 1878, Edgardo se unió a los rebeldes que querían arrojar su ataúd al Tíber, para luego arrepentirse y huir.
Años más tarde, Marianna se encuentra muriendo y Edgardo, que años antes se había negado a ir al funeral de Momolo, finalmente regresa a casa.
Aprovechando un momento de soledad, el joven intenta bautizar a su madre, pero ella se niega, bloqueando a su hijo y declarando que quiere morir como judía. Rechazado por sus hermanos por el intento de conversión, Edgardo se hizo sacerdote y viajó como misionero hasta su muerte en 1940.
La película, que lleva por título provisional La conversión, está inspirada libremente en el libro de Daniele Scalise El caso Mortara. La verdadera historia del niño judío secuestrado por el Papa (1996). El rapto o Rapito o Kidnapped fue escrito por Marco Bellocchio y Susanna Nicchiarelli con la colaboración de Edoardo Albinati y Daniela Ceselli. Pina Totaro actuó como consultor histórico. La película fue editada por Francesca Calvelli y Stefano Mariotti. Francesco Di Giacomo fue el director de fotografía. La música original estuvo a cargo de Fabio Massimo Capogrosso.
Una película sobre la vida de Edgardo Mortara fue planeada originalmente por el cineasta estadounidense Steven Spielberg, sin embargo, según Bellocchio, el proyecto se detuvo cuando Spielberg no pudo encontrar al actor infantil adecuado para interpretar el papel de Edgardo.
Bellocchio comentó que cree que la película no sería contada con precisión por actores que no hablan italiano: "La película no se puede hacer en un idioma que no sea el italiano con acentos regionales italianos. Habría sido una película diferente si se hubiera rodado en inglés.
La película ha sido producida por Beppe Caschetto y Simone Gattoni a través de IBC Movie y Kavac Film con Rai Cinema en coproducción con Ad Vitam Production (Francia) y The Match Factory (Alemania), coproducida con la participación de Canal+, Ciné+ y BR/ ARTE France Cinéma en asociación con Film-und Medienstiftung NRW con el apoyo de la región Île-de-France.
El rodaje comenzó a finales de junio de 2022 en Roccabianca, en la provincia de Parma, donde se reconstruyó la Bolonia de mediados del siglo XIX.
Al mes siguiente se trasladaron a Sabbioneta. En enero de 2023, se realizó un rodaje al aire libre durante dos días en la Piazza Maggiore de Bolonia. Las escenas entre el Papa Pío IX y Edgardo en la iglesia se rodaron en la Catedral de Nepi (Viterbo). Alguna localización se hizo en Roma y en París. Con todo esos espacios consiguieron crear una película de época, tenebrista, basado en un presupuesto limitado y que desentierra un hecho de la historia de Italia, en 1858, durante el papado de Pio IX se produjo el secuestro de un niño judío.
El director introduce en la película el tema de la pérdida , del sufrimiento. También tira de lo operístico y del crescendo musical. Todo lo separa de lo académico. Comentar que la película tiene momentos de Ópera Bufa como la película que ya vi del mismo director, Vincere, folletinesco, melodramáticos, momentos oníricos ( como el descendimiento de Cristo) para dar hondura poéticas, escenas ambiguas como cuando el papa sostiene al niño o lo esconde bajo su alba ; pero además tiene capacidad para mostrarnos el proceso de la Unificación Italiana desde 1858 a 1870, llegando a la muerte del Papá Pío IX y de su madre.
La película se presentó en Cannes, y después lo hizo en el New York Film Festival, siendo invitada a la 28 edición del Busan International Film Festival en la sección 'Icon'. En la taquilla italiana, Rapito recaudó alrededor de 2 millones de euros. Las recaudaciones internacionales rondan los 4 millones de dólares.
En los David di Donatello 2024 la película recibió 11 nominaciones, ganando cinco premios, incluido el de mejor guión adaptado, mejor set y decorados, peluquería y vestuarios. Fue nominada en los César frenceses a la mejor película extranjera; en los Nastro d'Argento se llevó bastantes premios y en la Seminci ganó el de mejor guion.
Las crítica positiva fueron generalizadas en todo el mundo. Destacan las de estadounidenses como la de Jessica Kiang en Variety destaca que es "Un drama de época montado magníficamente pero que es más épico en lo visual que en lo temático". También buenas son la Matt Zoller Seitz en la web rogerebert.com al decir que "Gracias a un reparto perfecto y a un guión sencillo y apasionante, resulta embriagadora, a veces casi abrumadora (...)" ; la de Robert Abele en Los Angeles Times cuando comenta que "Podemos celebrar lo que Bellocchio, un gran maestro, ha conseguido: un thriller intenso y cercano en el que salvarse se parece mucho a perderse" y Keith Uhlich en Slant "Una magnífica interpretación del escándalo del Vaticano del siglo XIX (...) La historia se desarrolla con gran tensión (...).
No tan elogiosas fueron las de Jordan Mintzer en The Hollywood Reporter al decir que la película "Intrigante aunque demasiado exagerada" o la de Ben Croll en IndieWire cuando lice de ella que "Aunque la fuerza de la historia y la elegancia del toque de Bellocchio se mantienen, 'Kidnapped' deja un sabor ligeramente agridulce. Como el propio Edgardo, la película tiene un aire de promesa frustrada".
En la pérfida Albion la película recinbió amplios elogios. Peter Bradshaw en las páginas de The Guardian comenta que era "Un clásico en potencia (...) un melodrama en toda regla que pone al descubierto la tiranía, el fanatismo y el abuso de poder de la Iglesia católica (...)" ; o como señala Lee Marshall en Screendaily que "Detrás de unos trajes antiguos preciosos y unos decorados suntuosos, esconde un mensaje sombrío y desgarrador, y esta doble naturaleza servirá a la película tanto en Italia como en el extranjero".
También elogiosas fueron las de Barry Levitt publicada en Empire cuando considera que "Una historia real con un ritmo magistral y magníficamente rodada sobre la fe, la familia y el poder de las personas que se unen para corregir errores profundamente arraigados (...) " ; o Wendy Ide en The Guardian que es "Un drama real que provoca una fuerte indignación (...) Marco Bellocchio narra la historia de Edgardo Mortara con elegante contención (...)
Ya en España casi el común denominador fue el aplauso salvo en casos contados en los que gustó menos como ocurrió en Cinemanía con Ruben Romero o en El Periódico con la firma de Nando Salva. Para éste último la película "Logra mantener la intensidad dramática propia de un ‘thriller’; lo malo es que está tan preocupada por dejar clara la villanía de Pío IX y sus secuaces que pierde las formas. A su retrato solo le faltan los cuernos y el tridente." En el caso de Rubén Romero lo que no le gustó fue que era "Un retrato maniqueo. Queda como un magnífico drama histórico para los interesados en el derrumbe de los Estados pontificios y una refutación completa del fanatismo religioso, pero se agradecería que, a ratos, no fuera tan almidonada"
En El Mundo Luis Martínez consideró que era "Una película poderosa, trágica y tremenda (además de tremendista) (...) El director tan obsesionado por los secuestros ofrece un vademécum de cine enérgico y febril, de cine obsesivo e inflamado por la certeza de la injusticia."
Elsa Fernández-Santos de El País lo que más valoró fue la solidez y el pulso narrativo señalando que "Con una solidez y un pulso narrativo que no da un respiro, Bellocchio retrata la lucha de la familia Mortara frente a una iglesia inquisitorial y fanática (...) la película mantiene al espectador en vilo."
Favorables fueron igualmente la de Sergi Sánchez en La Razón destaca el papel del director cuando dice que "Bellocchio, en su inquebrantable denuncia de las instituciones de poder, vuelve a hincar el diente a la Iglesia Católica en la notable “Rapito” (...) La película, de una virulenta intensidad dramática, está contada como una auténtica pesadilla"
En Fotogramas, Eulàlia Iglesias también elogia al director al destacar que "Marco Bellocchio firma con ‘El rapto’ una nueva muestra de su práctica modélica de un cine histórico vibrante en lo narrativo, cuidado en lo evocativo y contundente en lo político. (...) ". Y destaca las partes de la película al decir que "La primera parte del film nos sumerge en la cotidianidad poco representada de una familia judía burguesa de la época, alterada por la abducción de uno de sus hijos. Bellocchio insufla poderío al conflicto dramático de unos individuos en lucha frente a los abusos de un poder institucional. La segunda parte muestra la capacidad de seducción del catolicismo a través de sus liturgias y sus retóricas maquiavélicas. Pero en este último tramo, el desgarro que supone el rechazo del protagonista a la familia que tanto lo ama queda descompensado por la excesiva atención al marco histórico. ".
También valoró positivamente la película Quim Casas en El Periódico destaca que "Marco Bellocchio reconstruye un caso acontecido en la Bolonia de 1858 (...) este no es un filme maniqueo de buenos y malos. (...) Bellocchio se permite algunas licencias (...) Todo es muy efectivo (...)"
Y en La Vanguardia, Philipp Engel comenta que "Una vez más, Bellochio demuestra que el cine puede resultar idóneo para una magistral relectura histórica, tan emotiva como penetrante y reveladora. (...).
Por mi parte, decir que la película que tiene una estructura de thriller histórico, con una magnífica banda sonora, con un tono y unos registros por parte de los actores más que elogiables, sobresalientes, y que llega a hablar de la actualidad con la intolerancia religiosa, especialmente de los católicos hasta el abuso a la infancia del desarraigo , la integración en una comunidad y la desintegración de una familia, del abuso y de la intolerancia, de la coherencia.
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