Podríamos pensar que en la película española que con el mismo nombre o parecido porque también he leído que se llama Cuando termine la guerra se estrenó hace un par de años en salas de cine pero también en Movistar Plus.
Sin embargo en este caso tenemos una película danesa producida por Miriam Nørgaard, Mette Høst Hansen y Tomas Radoor para la Nordisk Film, desarrollada durante la ocupación alemana durante la segunda Guerra mundial y desarrolla una historia real.
Todo se produce en un complicado contexto. La invasión alemana de Dinamarca fue parte de la Operación Weserübung llevada a cabo el 9 de abril de 1940, cuando los alemanes cruzaron la frontera danesa, violando su neutralidad. Para evitar un derramamiento de sangre inútil, el gobierno danés se rindió casi de inmediato y, como recompensa, se respetó su autonomía, permitiendo indirectamente (clandestinamente) escapar a la comunidad judía. La campaña alemana contra Dinamarca fue la más corta de la historia militar. La ocupación alemana se volvió hostil cuando los daneses comenzaron el sabotaje en el verano de 1942. La ocupación terminó el 5 de mayo de 1945, cuando Alemania se rindió a los aliados.
La historia real tuvo lugar en los últimos días de la guerra en una localidad danesa. En concreto se trata de Ryslinge, localidad en la que murieron sesenta y dos refugiados alemanes que estaban asentados en el pabellón deportivo de esa localidad y de los que 27 eran niños. Señalar que Dinamarca tenía dos ciento cincuenta mil refugiados alemanes cuando comenzó la liberación. De ellos murieron diez mil novecientos cuarenta y dos de los cuales seis mil quinientos cuarenta eran niños. En otoño de mil novecientos cuarenta y cinco llevaron a los refugiados a campos de concentración de todo el país. El campo de concentración más grande era el de Oskbol, en el que hubo más de treinta y cinco mil personas. Los últimos refugiados alemanes abandonaron Dinamarca en 1949.
El director de esta película, lleva el título de Når befrielsen Kommer, y también el guionista es Anders Walter, que nos muestra no perspectiva asombrosa inquietante e inteligente de las contradicciones a las que tuvo que enfrentarse el pueblo danés tras el final de la segunda Guerra mundial.
Cuando los nazis retroceden y dejan de ser la autoridad sobre ese espacio lo venganza y la ira seguía envenenando a la spociedad. El odio, la ira y la impotencia de una guerra que destruyó a todo a su paso no cesa de la noche a la mañana.
Cuando termine la guerra está basada en una historia real ocurrida en la localidad de Ryslinge, donde en mil novecientos cuarenta y cinco se estableció un campo de internamiento para refugiados civiles alemanes.
Un mes antes del final de la ocupación nazi del Dinamarca, una familia danesa encargada de la dirección de de la escuela principal de la localidad, en la que reina el resentimiento anti alemán, recibe la orden de albergar a quinientos refugiados alemanes en su el Ryslinge Højskole en Fionia , en su mayoría niños de ancianos, de los doscientos cincuenta mil alemanes que se encontraron en Dinamarca en el momento de la liberación.
Esta situación unida a la escasez de la Guerra y el abandono del pueblo alemán por parte del gobierno nació, que dejó a muchas personas en situación de vulnerabilidad vulnerabilidad, plantea al espectador y a los protagonistas un difícil compromiso moral; ¿Son estos refugiados, indefensos, cómplices del régimen nazi, simplemente, seres humanos?
La película comienza con Jacob enseñando a su hijo, Soren (Lasse Peter Larsen), la forma correcta de izar la bandera danesa antes de que comience la jornada escolar.
La familia del director del centro Jakob (Pilou Asbæk ) , así como su mujer, Lis (Katrine Greis-Rosenthal ) y sus dos hijos, especialmente, el mayor, de 12 años , Søren (Lasse Peter Larsen ) han de hacer frente a esta desgraciada situación más aún cuando los que gobiernan en el entorno Lauritz Hansen (Ulrich Thomsen ), el propietario de la entidad, así como uno de los trabajadores, Birk (Morten Hee Andersen ), cuyo padre ha sido fusilado por los nazis, pretende que nadie colabore con los alemanes .
Cuando la esposa de Jacob, Lis (Kartine Greis-Rosenthal), intenta llevarles leche o alimentar a varios huérfanos alemanes en su casa, incluida una niña, Gisela (Liv Vile Christensen), Soren se opone . Ya lo han llevado ante el severo consejo municipal, encabezado por el severo Lauritz (Ulrich Thomsen), y le han dicho que si su esposa continúa con lo que está haciendo, su posición en la ciudad (es decir, su trabajo) tendrá que reconsiderarse.
Jakob, su familia y sus allegados se ven obligados a asumir funciones que van más allá de las que ellos mismos han solicitado y, cuando una brutal ola de difteria asola a los visitantes no deseados que no puede ser parada por Heinrich (Peter Kurth) , el médico alemán y en este caso miembro del partido nazi , un acto impulsivo de humanidad por parte de Jakob acaba provocando el rápido despliegue de la población de la ciudad, enfrentando a vecinos que antes eran pacíficos en una batalla de motivos confusos.
Jakob quien tiene una conciencia moral definida, intenta hacer llegar antitoxinas para ellos. Incluso viaja con Soren a un pueblo vecino, engaña a varios nazis haciéndoles creer que es un médico y toma los medicamentos que necesitan.
El apoyo ante los alemanes lo sufre toda la familia, pero especialmente Jakob, cuyo puesto de director peligra, y Soren que es visto por otros niños como un colaborador. Le arrojan una piedra a través de la ventana y queman una cruz en el patio delantero. En un juego de "guerra" después de la escuela, Soren se convierte en el nazi, pero la nueva reputación de su padre hace que ya no sea un juego. Lo atan a un árbol, le pintan una esvástica en la frente y le bajan los pantalones y la ropa interior. Lo dejan allí, en el frío. Es la chica alemana, Gisela, la que fue ayudada por Lis que le dio leche, quien lo encuentra y lo libera.
Cada vez más, Soren se ve atraído por Birk (Morten Hee Andersen), el joven combatiente de la resistencia cuyo padre, un amable médico, fue asesinado por la Wehrmacht. Tal vez para limpiar el nombre de la familia, o tal vez porque es su inclinación de todos modos, Soren se ofrece a entregar armas a los combatientes de la resistencia. Dice que sabe que los alemanes no detienen a los niños. El descubrimiento por parte de Jakob de que su hijo pasa armas a la resistencia hace que entre padre e hijo sufra una gran fractura.
Cuando Jakob decide cerrar la escuela seis semanas antes porque los niños refugiados alemanes están muriendo de difteria en el gimnasio abarrotado de la escuela, y quiere trasladar a algunos de ellos a las salas que actualmente ocupan los estudiantes daneses para que estos pueden sobrevivir. Jakob y Birk se pelean, rompiendo relaciones y amistad.
Cuando termina la guerra, el pueblo celebra, pero para la familia no hay celebración: Jacob, el paria, permanece en casa. Soren viaja con Birk por el pueblo, recogiendo a los colaboradores para detenerlos, incluidas las mujeres que se acostaron con soldados alemanes y ahora tienen la cabeza rapada. Entonces Birk le dice a Soren que se vaya. Están a punto de dirigirse a la escuela. es arrojado al camión con el resto. Heinrich (Peter Kurth), el médico alemán con el que trabajaba, muere por los disparos de Birk.
Jakob es encarcelado, golpeado y devuelto a casa. La rectitud moral de Jacob se desmorona de repente ya que quiere seguir como director de la escuela en Ryslinge.
Pero aquí es cuando Soren revela de quién es hijo. y Soren sigue el ejemplo de su padre para arriesgarlo todo para salvar a una moribunda y enferma Gisela. La saca del campo de prisioneros y trata de llevarla a un médico en un pueblo vecino. Cuando su padre lo alcanza, lo convence de hacer lo correcto; y cuando Birk los detiene en un control de seguridad, Soren convence a Birk de que los deje pasar; y cuando el hospital sigue negándose a ayudar a la niña moribunda porque es alemana, Soren, una vez más, quien salva el día: entra con la niña moribunda en sus brazos.
Pero esta es la gota que colma el vaso para el municipio y, en la escena final, la familia abandona Ryslinge a pie. Por ayudar a los refugiados de guerra, se convierten en refugiados de guerra.
La película del año 2023 está dirigida por el ganador del oscar al mejor cortometraje de ficción en 2013 Anders Walter que contó con la música de Rasmus Walter Hansen y con la fotografía de Rasmus Heise y en la que también están presentes en el montaje, Lars Wissing, en la escenografía, Heidi Plugge y en el vestuario, Emilie Bøge Dresler, así como dentro del elenco cuenta con Pilou Asbaek, Katherine Greis Rosenthal, Morten Hee Andersen, Lasse Peter Larae , Peter Kurth y Ulrich Thomsen. La película obtuvo en el Santa Barbara Film Festival de 2024 (el premio al mejor filme nordico, el Best Nordic Film Award), aunque también fue presentada en primavera de este año en el Seattle International Film Festival 2024.
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