Como ya he comentado, Charles Chaplin vinculaba su origen familiar al de los Gitanos. Siempre pensó y defendió que su abuela era gitana y ambulante, así que es normal que siempre su personaje prototípico, Charlot o The Tramp fuese un nómada que deambualaba de un sitio a otro. En toda su obra es evidente, pero dondee más evidente es y se hace , especialmente, por su temática es el The Circus una película del año 1928 dirigida, producida - en esta época para la United Artists- y protagonizada por Charles Chaplin. La película fue escrita por Chaplin y por Joseph Plunkett.
Lo curioso es que para muchos y , posiblemente, para el propio Chaplin se trataba de una obra tan querida como maldita.. Querida por los réditos generados, al ser entre las películas mudas de mayor recaudación, ocupa el séptimo lugar, con unos ingresos de más de 3,8 millones de dólares en 1928, el año de su estreno, pero el actor británico consideraba que se trataba de un largometraje maldita dentro de su filmografía y no solo por los continuos accidentes que convirtieron su filmación en un auténtico infierno.
La producción de la película fue una experiencia difícil en la carrera de Chaplin. Hubo varios problemas y retrasos, se produjo un incendio en el estudio, el fallecimiento de la madre de Chaplin, así como el amargo divorcio de la segunda esposa de Chaplin, Lita Grey, y a todo ello se unía la reclamación de la Agencia federal de recaudación fiscal, que sostenía que Chaplin debía impuestos. Todos estos problemas llevaron a que el rodaje se estancara durante ocho meses De cualquier manera esto no impidió que cosechara un Óscar aunque realmente se trataba de un premio honorífico al genial cineasta por su incontestable aportación al séptimo arte.
Con todo, Chaplin volverá a montar la película en diversas ocasiones añadiendo incluso una canción al inicio de la película en la que ejerció de esa lista y que sin duda aportó una dimensión más emotiva y cercana a la espectador a un filme del todo o no del todo perfecto pero lleno de momento inolvidable como su persecución inicial y la lucha con los espejos o la lucha con los monos sobre un alambre o una prodigiosa escena final en la que siempre vemos como se retira una vez marchado todo el circo. La fotografía fue tomada por Rolland Totheroh, Jack Wilson y Mark Marlatt.
La película muestra al personaje Charlot hambriento y sin blanca, como siempre en una feria local en la que también está instalado un circo. Mientras ve uno de los epsectáculos de la feria cerca de un carterista que realiza impunemente su actividad y que le mete inteligentemente una cartera robada a Charlot cuando detecta que el afectado presiente que se la han birlado.
Así que en un aparte el ladrón justifica su inocencia, mientras que Charlot intenta comer algo. Cuando se fda cuenta de que tiene una cartera compra comida pero levanta las sospechas de un pòlicía que inicia una persecusión en la que también participa el verdadero ladrón (este último le había escondido una cartera y un reloj robados en el bolsillo para evitar ser detectado).
Perseguido por un oficial de policía, que lo confunde con un carterista, llega a diversas atracciones de la ferie como un laberinto de espejos o un muestrario de marioneta humanizadas Finalmente, corre huyendo de la policía hasta la carpa principal de un circo intentando escapar donde el dueño confunden su huida con parte de un número circense.

El maestro de ceremonias - y propietario del circo en apuros- le da una prueba al día siguiente, pero el Vagabundo fracasa estrepitosamente. Sin embargo, cuando los encargados del atrezo renuncian por falta de pago, lo contratan de inmediato para ocupar su lugar. Una vez más, sin querer, crea un caos cómico durante una función. El maestro de ceremonias lo contrata astutamente como encargado del atrezo mal pagado, siempre apostado en la zona de actuaciones de la carpa principal, para improvisar material cómico sin saberlo. Como éste ve los beneficios potenciales, es evidente que no puede ser divertido a propósito, sino solamente de manera espontánea.
En cada función, a causa de su torpeza, desencadena la hilaridad del público y se convierte en la estrella del espectáculo.
Mientras tanto Charlot se enamora de Merna, hijastra del director del circo. Más tarde, ella le informa que él es la estrella del espectáculo, obligando al maestro de ceremonias a pagarle como corresponde. Con el éxito del circo gracias a él, el Vagabundo también consigue que Merna reciba un mejor trato.
Tras escuchar a una adivina informar a Merna que ve "amor y matrimonio con un hombre moreno y apuesto que está cerca de ti", el Vagabundo, rebosante de alegría, le compra un anillo a otro payaso. Para su desgracia, conoce a Rex, el equilibrista recién contratado . El Vagabundo escucha a escondidas mientras ella se apresura a decirle a la adivina que se ha enamorado del nuevo hombre. Con el corazón roto, el Vagabundo no puede entretener al público. Tras varias actuaciones mediocres, el maestro de ceremonias le advierte que solo le queda una oportunidad.

Merna prefiere a Rex, el funámbulista, pero empatiza con Charlot. Un día, cuando no encuentran a Rex para una función, el maestro de ceremonias (sabiendo que el Vagabundo ha estado practicando el número de cuerda floja con la esperanza de suplantar a su rival) lo envía en su lugar. A pesar de algunos contratiempos, como meterse sin querer en la jaula del león o como le afecta la fuga de varios monos traviesos mientras está a gran altura, logra sobrevivir y recibe un gran aplauso del público. Sin embargo, cuando ve al maestro de ceremonias abofeteando a Merna después, lo golpea y es despedido.

Charlot sabrá aceptar esta decisión y contribuir a su unión antes de abandonar el circo. Merna huye para reunirse con él. El Vagabundo encuentra a Rex y lo lleva consigo para casarse con Merna. El trío regresa al circo. El maestro de ceremonias empieza a reprender a su hijastra, pero se detiene cuando Rex le informa que es su esposa. Cuando el circo ambulante se marcha, el Vagabundo se queda. Se levanta y se aleja caminando con paso alegre. Sale del circo que ha sido su vida. La huella que deja es el círculo que configura el mundo. Ha estado dentro. Chaplin mira al horizonte y abandona el círculo. Sabe que está fuera del mundo, de lo que ha sido hasta ese momento su mundo.

En la película participa junto a Chaplin, Merna Kennedy, Steve Murphy, Harry Crocker que asume el rol de Rex, el funámbulo, pero también el de montador, George Davis, Tiny Sandford y Alan García así como contó con la actuación de Al Ernest Garcia como el dueño del circo y jefe de pista y Henry Bergman como payaso viejo.
Chaplin comenzó a discutir sus ideas para una película sobre un circo ya en 1920. A finales de 1925, regresó de Nueva York a California y comenzó a trabajar en el desarrollo de la película en los estudios Charlie Chaplin .
El escenógrafo Danny Hall esbozó las primeras ideas de Chaplin para la película, con Chaplin retomando una de sus películas más antiguas, El vagabundo (1916), y recurriendo a ideas y temas argumentales similares para El circo . Chaplin fue un admirador de mucho tiempo del comediante francés Max Linder , quien había fallecido en octubre de 1925, y a menudo tomaba prestados gags y recursos argumentales de las películas de Linder. Algunos críticos han señalado las similitudes entre El circo y la última película completa de Linder, El rey del circo.
El rodaje comenzó el 11 de enero de 1926 y la mayor parte se completó en noviembre. Después del primer mes de rodaje, se descubrió que el negativo de la película se había rayado; los trabajos de restauración pudieron finalmente ajustar el negativo. Un gran incendio estalló en los estudios de Chaplin en septiembre, lo que retrasó la producción durante un mes. Chaplin recibió los papeles de divorcio por parte de Lita Grey en diciembre, y el litigio retrasó el estreno de la película durante otro año.
El cineasta irlandés George Clarke descubrió que en El circo, de 1928, en una escena de los extras sobre la presentación de la película se ve a una mujer hablando y sosteniendo arrimado a la oreja un aparato que Clarke interpreta como un teléfono portátil. Sin embargo, esa interpretación es discutida por otros, que consideran que podría ser un amplificador acústico, como los que se había comenzado a emplear varios años antes.
El circo finalmente se estrenó en la ciudad de Nueva York el 6 de enero de 1928, en el Strand Theatre , y en Los Ángeles el 27 de enero en el Grauman's Chinese Theatre . La película llegó justo al comienzo de la era del cine sonoro , con el primer largometraje sonoro, El cantante de jazz (1927), habiéndose estrenado apenas unos meses antes.
La película fue reelaborada por Chaplin y Hanns Eisler en 1948; sin embargo, fue Günter Kochan quien escribió finalmente la partitura para la música de la película. Chaplin compuso una nueva banda sonora para la película en 1967, y esta nueva versión de la película fue registrada en 1968 a nombre de "The Roy Export Company Establishment" y estrenada en 1969 en la que se escuchaba «Swing Little Girl».
El circo fue bien recibido por el público y la crítica, y aunque su desempeño en taquilla fue bueno, recaudó menos que La quimera del oro (1925).
Chaplin escribió la letra de la música y cantó él mismo los títulos para el reestreno en 1970. En la versión que he visto, restaurada por la Ceneteca de Bolonia, suena al inicio de la misma.
Chaplin fue candidato a tres Premios Óscar en 1928, pero la Academia lo retiró de los premios en competencia al entregarle un Óscar honorífico. La Academia ya no enumeró las candidaturas en su lista oficial, pero consta en la mayoría de las listas extraoficiales como nominado para los Óscar a mejor director, mejor actor y mejor argumento.
La crítica ha lanzado en general grandes elogios a la película. De ella han dicho lo siguiente:
Roger Ebert en su web rogerebert.com afirmó que era "Una de sus películas más divertidas y ciertamente la más accidentada (...) Aun así, de la agitación salió una película deliciosa (…)"
Mordaunt Hall en The New York Times sostuvo que 'The Circus' seguramente agradará intensamente a los que encontraron algo atractivo en 'The Gold Rush' (...) [pero] será algo decepcionante para aquellos que disfrutaron la poesía, la emoción y el humor elegante de su anterior aventura"Hall continuó escribiendo que había pasajes "sin duda demasiado largos y otros demasiado extravagantes incluso para esta mezcla de humor. Pero la inagotable imaginación de Chaplin ayuda incluso cuando la secuencia claramente está perdiendo gracia".
Christian Blauvelt en Slant afirmó que "'The Circus' quizás sea el film que definitivamente silencie a los críticos que decían que las películas de Charlie Chaplin no eran cinematográficas (...) No resulta sensiblera ni autocompasiva (…)"
Almar Haflidason de la BBC consideró quue "La visión clásica del pequeño vagabundo que accidentalmente tropieza con la carpa del circo para después convertirse en su principal atracción es siempre entretenida (…)"
En Time Out se afirmó que "Chaplin consigue hacer un milagro, explotando las diferentes actividades del circo con bastante efecto cómico."
Alan Morrison de Empire aseveraba que "No hay ni un momento aburrido de principio a fin (…)"
Dave Kehr de Chicago Reader sostuvo que "Aunque parece menos ambiciosa que 'The Gold Rush', es en realidad más satisfactoria, con su pathos perfectamente calibrado, sus fragmentos totalmente integrados con el desarrollo dramático y sus imágenes poéticas."
Variety publicó una crítica muy positiva, afirmando que "Para los espectadores de cine, todos ellos, y para una diversión amplia y risible, lo mejor de Chaplin. Es la mejor película de Charlie Chaplin para crear diversión por otras razones: porque es la mejor historia directa que ha empleado para la realización cinematográfica en general, y porque aquí su material divertido es casi completamente creativo u original en su punto principal".
Al comentar sobre la larga espera para el estreno de la película, Film Daily escribió que "valió la pena, porque, si eres propenso a favorecer los superlativos, aquí tienes la oportunidad de acuñar varios nuevos" y que Chaplin era "tan inimitable hoy como lo era en los días de sus películas de dos bobinas".
En The New Yorker , Oliver Claxton escribió que la película era "un poco decepcionante. Hay uno o dos momentos en los que es muy divertida, pero hay largos tramos en los que es suave o aburrida".Por último, J. Hoberman del Village Voice consideró quue era "La última película muda pura de Chaplin es la más compleja formalmente (...) La película nunca ha cogido altura con la audiencia."
Como hemos visto en algunas de las críticas, la película continúa recibiendo grandes elogios. El Archivo de Cine de la Academia conservó El Circo en 2002. Se renovaron los derechos de autor de la película, aunque pasó al dominio público el 1 de enero de 2024.

El historiador de cine Jeffrey Vance considera El circo como una metáfora autobiográfica:
Se une al circo y revoluciona la comedia barata y superficial entre los payasos circenses, convirtiéndose en una enorme estrella. Pero al final de la película, el circo hace las maletas y se marcha sin él. Chaplin se queda solo en la pista vacía... Me recuerda a Chaplin y su lugar en el mundo del cine. El espectáculo sigue adelante sin él. Filmó esa secuencia cuatro días después del estreno de El cantor de jazz (la primera película sonora de éxito) en Nueva York. Cuando compuso la banda sonora de El circo en 1928, Chaplin la musicalizó con « Blue Skies », la canción que Jolson había hecho famosa, solo que Chaplin la interpretó lenta y tristemente, como un canto fúnebre.
En su comentario para el lanzamiento en video doméstico de la película de Criterion Collection, Vance señala:
Chaplin, un gran autor cinematográfico, reveló sus sentimientos más íntimos a través de sus películas. En El Circo, creó un escenario que sitúa al Vagabundo en los confines de un circo y, al hacerlo, documenta, celebra y conmemora su propia posición como el mejor payaso de su época. Y ese logro, más allá de su maravillosa comedia, convierte a El Circo en una película de Chaplin de considerable importancia. Para terminar y valorar la trascendencia de esta película una pequeña anécdota referente a otro dee los grandes del cine: el sueco Igmar Bergman. De él se suenta de que en cada cumpleaños, el 14 de julio, había una película de Chaplin: El circo (1928) fue probablemente la más querida por Ingmar. A menudo se veía un cortometraje a modo de apertura según contaba Lena Bergman.
