A veces llegamos a los sitios de forma casual. Paseamos y en ese momento descubrimos un espacio hasta ese momento inadvertido. Pues bien, algo similar me ha pasado a mí con una película, The Sinking of The Lusitania, tras la lectura del libro de Luis Enrique Ruiz y que lleva por título “Obras maestras del cine mudo: La época dorada (1918-1930)”. En ellas me he encontrado con una de las primeras películas de animación de la historia que curiosamente tiene un alto valor histórico no sólo por ser un filme de animación, sino por tener una finalidad propagandística.
Es bien sabido que durante la segunda guerra mundial, el ejército norteamericano pidió a Walt Disney sus Estudios para, en primer lugar, reparar sus vehículos militares. Como compensación las fuerzas armadas solicitaron la producción de 20 cortometrajes militares por 4.500 dólares cada uno. Diez días después el Departamento del Tesoro solicitaba a Disney la realización de dos películas para conciencia al contribuyente la necesidad de pagar sus impuestos. Los pedidos más tarde aumentaron. Sin embargo, los de Disney no fueron la única excepción, pues otros animadores y estudios como los que realizaban Popeye, por un bando, y algunos alemanes supongo que de la UFA, por otro, fueron igualmente movilizados, y utilizados para adoctrinar.
Lo cierto es que el descubrimiento del cine, en general, y de la animación, en concreto, con un fin propagandístico aparece en el año 1918 con la película The Sinking of the Lusitania (El hundimiento del Lusitania).
Sabemos que, precisamente, El hundimiento del Lusitania por parte de un submarino alemán fue la razón esgrimida por los Estados unidos para su participación en la “gran guerra”. Como de este hecho no se tenía documentación gráfica alguna, un dibujante y famoso animador de la época, Winsor McCay (1869 -1934) , autor por ejemplo de “Gertie, el dinosaurio” decidió realizar un corto para reflejar este acontecimiento determinante en la historia.
Se trata de una recreación del hundimiento del RMS Lusitania , convirtiéndose en una obra de propaganda, de unos doce minutos, aunque la versión que yo he visto no dura más de ocho. Será hasta ese momento la película animada más larga en el momento de su lanzamiento, el primer documental de animación , y el primer trabajo serio y dramático de la animación. Con esta obra McCay, sin embargo, fue capaz de mostrar lo que sucedió con notable detalle y claridad usando nada más que una animación sencilla, mezclada con algunos intertítulos explicativos.
La película es ante todo una obra de Winsor Z. McCay, que como director, fotógrafo , guionista y productor copa todo el proyecto. Contó con la ayuda de John A. Fitzsimmons como ayudante de dirección, así como la de algunos colaboradores.
La película está producida por el para la Universal Film Manufacturing Company (Universal Jewel) y se estrenó el 20 de junio de 1918.
Winsor McCay, inventor para muchos de los dibujos animados, decidió llevar a la pantalla el el hundimiento del Lusitania al considerarlo como un histórico crimen que impactó a la humanidad. Para la realización fue asesorado previamente por el señor Beach, corresponsal en Berlín de los periódicos del grupo Hearst. y que en aquellos días de 1915 se encontraba en Londres. De hecho fue el primer periodista en el lugar de los hechos.
La película se abre con un prólogo de acción en vivo, con intertítulos en los que vemos al ilustrador y animador McCay, presentado como "el creador e inventor de Dibujos Animados", realizando alguno de los 25.000 dibujos necesarios que tuvo que hacer para completar la película. McCay se muestra trabajando con un grupo de ayudantes anónimos para realizar "el primer registro del hundimiento del Lusitania ".
El Lusitania parte del puerto de Nueva York pasando por delante de la estatua de la libertad , hacia Liverpool el 1 de mayo de 1915, llevando más de dos mil pasajeros, doscientos de los cuales son americanos. Se sabe que los periódicos neoyorquinos ya habían publicado las amenazas transmitidas por la embajada germana, pero todos a bordo se sentían seguros. Alemania se prepara para la cobarde ofensiva.
Tras ello vemos un submarino alemán navegando por las aguas del Atlántico.
El 7 de mayo de 1915, el Lusitania divisa las costas de Irlanda, cerca ya del final de su viaje.
Pero dos horas más tarde, el barco es alcanzado casi bajo el puente de mando por un torpedo disparado por el submarino alemán V-39. Unas olas con humo empiezan a envolver toda la pantalla. Lastimosas despedidas tienen lugar a bordo del Lusitania. Los pasajeros se apresuran a botes más bajos, algunos de los cuales saltan del barco en la confusión.
El Lusitania comienza a hundirse por la proa. El revestimiento del barco se inclina de un lado a otro, y los pasajeros se arrojan al mar. Mientras algunos se suben a los botes salvavidas, un segundo torpedo hace impacto en la sala de máquinas y una gran explosión tiene lugar en el barco. Esta segunda explosión hace que el barco se hunda lentamente en el abismo, mientras muchos pasajeros caen por la borda. La cámara recorre los cuerpos flotantes, incluidos los de una madre y su bebé.
Perecen 1.150 personas. Entre 114 americanos muertos están el filósofo Elbert Hubbard, el distinguido escritor Charles Klein, el multimillonario Alfred G. Vanderbilt y el empresario teatral Charles Rohman.
El mar se cubre de inocentes víctimas. Un bebé que cuelga del pecho de su madre grita al mundo, como queriendo vengar la violenta crueldad perpetrada.
Quince minutos después del primer impacto, el Lusitania se ha hundido, el Lusitania desaparece de la vista entrando en la historia de los horrores bélicos. Un rótulo nos dice que ” El hombre que realizó el disparo es condecorado por el Kaiser, y todavía nos piden que no les odiemos”. Esta es la película y ahora contaremos la historia de la película.
En las páginas del diario Herald y los periódicos de la cadena Hearst, la muerte de los 128 estadounidenses que estaban entre los 1.198 muertos RMS Lusitania el 7 de mayo de 1915 indignó a McCay, pero no hubo una línea editorial pooor belicista en los diarios, ya que el magnate de la prensa William Randolph Hearst, restó importancia a la tragedia, en parte porque Hearst se oponía a la intervención de los EE.UU. a unirse en la Primera Guerra Mundial .
Winsor McCay que ya había publicado en ellos numerosas series de cómics, incluyendo Little Sammy Sneeze, Hungry Henrietta, Dreams of Rarebit Friend y, sobre todo, Little Nemo in Slumberland, su obra maestra. Pero también había publicado algunas tiras cómicas o caricaturas antibélicas e incluso antibritánicas.
Sin embargo, desde este hecho y más abiertamente desde 1916, McCay se rebela contra la postura de su jefe y se plantea realizar una tira sobre el acontecimiento comenzando a realizar como un filme patriótico El hundimiento del Lusitania en su tiempo libro y, además, autofinanciándose.
Lo cierto es que McCay ya había descubierto el medio cinematográfico en 1907 consiguiendo varios éxitos acomo Little Nemo (1911), y Gertie el dinosaurio (1914), en el que vemos como McCay ordenó a su dinosaurio animado con un látigo. Estas primeras películas fueron dibujados en papel de arroz. McCay apasionado por su trabajo, busca nuevos medios de expresión en donde profundizar en el desarrollo de su arte y con esa intención se introduce esta historia en el cine.
McCay acostumbra a aparecer él mismo en sus realizaciones, a pesar de la pérdida de comercialidad que esto suponía y explicaba, básicamente, como había realizado su producto.
Para la realización de The Sinking of the Lusitania y fotografiar los 25.000 dibujos que la componen, McCay emplea veintidós meses, en los que contó con la colaboración de John A. Fitzsimmons, que se encarga de plasmar el movimiento de las olas y de las secuencias en el mar. Para ello , y como hemos dicho, McCay tuvo la ayuda de John Fitzsimmons y del caricaturista William Apthorp "Ap" Adams de Cincinnati.
McCay realizará ilustraciones de periódicos durante las mañanas para los diarios de William Randolph Hearst , y pasó sus horas libres dibujando la película en hojas de acetato de celulosa (o " CELS "), con el blanco y negro tinta china. Fue la primera película en la que se basó en esta técnica de las hojas de acetato de celulosa transparente, técnica que había patentado Earl Hurd en 1914, que ahorraba trabajo al permitir dibujos dinámicos que se pueden extraer en una o más capas, y que podría establecerse con un capa de fondo estática. Esto permitía reducir el trabajo de los animadores para romper con la rutina de volver a crear las imágenes estáticas después de dibujar. Los cels eran un gasto añadido, pero la técnica permitía un fondo estático lo que ahorraba tiempo y, a la larga, dinero. Más tarde, estos cels fueron fotografiados en los estudios Vitagraph.
La historia animada del Lusitania será registrada por sus derechos de autor el 19 de julio 1918, y se presentó en sociedad el 20 de julio, distribuido por la Jewel Productions. Se incluyó como parte de una semana universal noticiero. Su estreno en Inglaterra se realizó en mayo de 1919. A pesar de su vena patriótica y del altísimo nivel técnico alcanzado en la película, fruto del espléndido trabajo realizado por McCay y Fitzsimmons, el ámbito de distribución del film es reducido por lo que su éxito entre el gran público es, más bien, escaso. Lusitania obtuvo 80.000 dólares de beneficio para McCay quien hizo otros cinco películas más.
El film constituye una crítica subjetiva y partidista, en la que el motivo tratado es calificado como «la más violenta crueldad perpetrada nunca sobre gente inocente»; pero además, en la cinta aflora un marcado sentimiento antigermánico, como denota su queja: «Y todavía nos piden que no les odiemos!» -refiriéndose a los alemanes-, que delata claramente su talante propagandístico. Tras su presentación el propio McCay sufrirá contratiempos pues molestó a Hearst saber que la había realizado mientras trabajaba en su grupo empresarial y debido a que la película no fue el éxito comercial como sí fueron sus anteriores películas. De hecho Hearst le metió más presión a McCay para dedicar su tiempo a los dibujos editoriales.
Con todo, la película fue el primer intento de un trabajo serio y dramático de la animación.
La película se considera el esfuerzo más realista de las obras de McCay, ya que los intertítulos hacían hincapié en que la película fue un "registro histórico" del acontecimiento. El historiador del cine de animación, Donald Crafton, la describe como un "estilo gráfico realista" con elementos muy detallados, fluidos y naturalistas. McCay casi la presenta como una obra un noticiero, reforzando así la sensación realista de la película.
Ulrich Merkl sugiere que McCay era un periodista consciente de la influencia o trascendencia de su trabajo. la película fue señalada como una obra de propaganda, y como la película animada más larga hasta la fecha. Igualmente el biógrafo de McCay, el animador John Canemaker , calificó El hundimiento del Lustania como "una obra monumental en la historia de la película de animación".
El historiador de animación Paul Wells describió Lusitania como "un momento crucial en el desarrollo de la película de animación" por su combinación de estilo documental con elementos propagandísticos, y lo consideró un ejemplo de la animación como una forma de modernidad . Steve Bottomore califica la película como “ la versión cinematográfica más importante del desastre del Lusitania ".
Al final de su vida, McCay, expresó públicamente su descontento con la industria de la animación, ya que la animación se había convertido según él en un producto comercial y no en una obra de arte, tal y como él la concebía.
Con todo, no será hasta la llegada de las películas de Disney en la década de 1930 cuando la industria de la animación alcance un nivel de la técnica similar al de McCay. Con todo, la Disney cuando hizo falta se convertirá en un instrumento de la campaña propagandística de los Estados Unidos durante la segunda guerra mundial, y en ella podemos encontrar desde la propaganda pura y dura (Spirit of 43, o de First Aiders de 1944) hasta auténticas obras de arte como la ácida y premiada Der Fuehrer´s Face. Pero esta es otra historia que será contada en otro momento.
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