domingo, 17 de noviembre de 2024

Un año, una noche



Todos tenemos en el recuerdo el atentado de Bataclan en París. Isaki Lacuesta decidió llevar al cine en el año 2021 en la historia de unos amigos que habían vivido el suceso en primera persona. Su amigo era el periodista Ramón González que decidió escribir un libro tras el atentado y titulado "Paz, amor y death metal", realizando una adaptación libre de este testimonio personal y conmovedor sobre la experiencia de haber sobrevivido al atentado de la sala Bataclán en París el 13 de noviembre de 2015. 

El libro publicado en 2020,  aborda no solo el impacto directo del ataque, sino también las profundas secuelas emocionales y psicológicas que dejó en el autor. . 

Superviviente del atentado terrorista de la sala de conciertos parisina cuando desarrolló su obra que se centra en la historia de Ramón (Nahuel Pérez Biscayart) y Céline (Noémie Merlant) lo que permitió que Isaki Lacuesta reinterpretara la obra y decidió hacer una película tras conocer a Ramón González , transformando a la protagonista femenina en su novia Céline e introduciendo a otras personas reales que inspiran la película. 

La película parte de una pregunta. ¿Vivimos como queremos vivir o hace falta que nos disparen para darnos cuenta de que la vida que llevamos no es satisfactoria? Esa es la pregunta que plantea el director Isaki la Cuesta en esta aclamada película basada en hechos reales. 

La historia se centra en una pareja la formada por una francesa Céline y un español, Ramón, que ven como su vida cambia a drásticamente por completo tras salir con vida de las alta terrorista del atentado de la sala Bataclán en la noche del 13 de noviembre del año 2015. 



Mientras Céline inicia una huida hacia adelante sin querer contar nada a nadie y aferrándose a su vida previa, Ramón vuelve continuamente a cada instante vivido para preguntarse cómo quiere que sea su vida en adelante. 

Son dos maneras de sobrellevar una experiencia traumática que supone un antes y después en sus vidas. Un mismo hecho lleva aparejado vivencias distintas para la pareja. Entre los dos nos van contando el ataque a Bataclán, pero mientras que Ramón describe con brutal honestidad lo que ocurrió durante el ataque, hablando del momento en que los disparos comenzaron, el caos, el terror y la lucha por sobrevivir mientras los terroristas disparaban indiscriminadamente contra los asistentes. 

A través de su relato vemos como logró salvarse escondiéndose entre los cadáveres durante horas hasta que la policía intervino, a diferencia de la visión de Céline a la que vemos como se esconde en una habitación junto a otros jóvenes; aunque en momentos de la película vemos como tiene en sus manos a un Ramón muerto tras ser alcanzado por las balas. 

Ramón desde ese momento sufre estrés postraumático que condiciona su relación de pareja, un miedo constante que verbaliza continuamente y las dificultades para retomar la vida cotidiana tanto es así que deja su empleo en una empresa para dedicarse a la enseñanza de la música. Sus amigos, Carlos (Quim Gutièrrez) y Lucie (Alba Guilera) que han vivido su misma experiencia acaban retornando a España. 




Por su parte, Céline no verbaliza nada, sin embargo, mientras pasan un momento en España , junto a la familia y amigos de Ramón, ella que se ha mantenido trabajando con jóvenes inmigrantes, algunos de ellos magrebíes que no miran con malos ojos lo ocurrido, tiene una mayor fuerza en su salud mental, aunque por momentos entra en crisis, especialmente tras los atentados de Niza. Ella es más resiliente. 

No obstante, en algún momento de la película deja entrever que Ramón murió en el ataque y sufre en soledad su duelo. La pareja de cualquier manera ofrece una mirada honesta y humana sobre las dificultades de superar un evento traumático. Y el final, con la pareja en un Bataclán remozado  vuelve a la pista de baile a disfrutar de la música y de la bando con la que todo empezó. 

La película está interpretada por Nahuel Pérez Biscayart, Quim Gutiérrez, Alba Gilera, C. Tangana, Natalia De Molina, Eric Auquer, Noemí Merlant. 

A través de una narración fragmentada, la película se mueve entre el presente, mostrando cómo la pareja intenta reconstruir sus vidas mientras lidian con el estrés postraumático y las diferencias en su manera de afrontar el dolor; y los flashbacks, que muestran lo sucedido en el Bataclán, reviviendo el horror y el caos de aquella noche. 

Aunque cada individuo procesa el dolor de manera diferente y dentro de esas dos líneas argumentales abre otras líneas, combinando la vida y la muerte de Ramón, como opción, y la doble postura ante lo ocurrido para parte de él, comunicando lo que siente, por parte de ella, siguiendo su vida con una normalidad casi antinatural. Ramón busca enfrentar lo ocurrido, mientras Céline intenta evitar confrontar sus sentimientos. 

Lo cierto es que en la película se habla más de las consecuencias que de lo ocurrido en la céntrica sala de conciertos parisina de Bataclán, donde la banda estadounidense Eagles of Death Metal estaba dando un concierto. Allí tres atacantes que eran en su mayoría europeos radicalizados y que estaban armados con fusiles de asalto AK-47 entraron al recinto y comenzaron a disparar indiscriminadamente contra los asistentes. También tomaron rehenes y, durante horas, se vivieron momentos de extrema tensión hasta que las fuerzas de seguridad lanzaron un asalto para liberar a los sobrevivientes. En el ataque murieron 90 personas y muchas más resultaron heridas.

A este ataque se le unirá al año siguiente el atentado de Niza ocurrió el 14 de julio de 2016, durante las celebraciones del Día Nacional de Francia. Este ataque, perpetrado con un camión que entró en la Promenade des Anglais, el icónico paseo marítimo en la ciudad cuando miles de personas se congregaban en la zona para disfrutar de los fuegos artificiales. A lo largo de 2 kilómetros el camión arrastraba con todo por la concurrida avenida siendo el resultado de 86 muertos, incluidos 15 niños, y más de 450 heridos. 

Con ese número de fallecidos es difícil cómo evitar que los recuerdos del atentado vuelvan de forma constante e inesperada, afectando las emociones y comportamientos de los protagonistas. El impacto del atentado pone a prueba la relación entre Ramón y Céline, mostrando cómo el trauma puede unir y, al mismo tiempo, distanciar a las personas. 

Más que una película sobre el atentado, es una historia sobre cómo sobrevivir a una experiencia extrema y cómo encontrar sentido a la vida después de una tragedia e igualmente aborda cómo el entorno (familia, amigos, desconocidos) interactúa con las víctimas, a veces con buenas intenciones pero sin comprender completamente su sufrimiento. 

Isaki Lacuesta plantea la historia desde un enfoque delicado y respetuoso y utiliza una narrativa en la que implementa saltos temporales para reflejar cómo el trauma rompe la percepción lineal del tiempo. 

La película que fue una coproducción entre España-Francia rodada en gran medida en francés, en la que participaron las productoras Mr. Fields and Friends, Bambú Producciones, La Termita Films, Noodles Production. Contó con la música de Raül Refree y la fotografía de Irina Lubtchansky, aunque el que tuvo un gran mérito fue de los montadores, Sergi Dies y Fernando Franco. 

A destacar la dirección amable y sensible de Isaki Lacuesta y las interpretaciones de los actores principales. La película rezuma sensibilidad y el director destaca por su capacidad para abordar el trauma sin caer en el sensacionalismo. 

La película estrenada en la Sección oficial largometrajes a concurso obtuvo el Premio del Jurado Ecuménico en el Festival de Berlín 2022, donde tuvo su estreno internacional y recibió nominaciones en festivales importantes. En los Premios Goya ganó el Mejor guion adaptado en el que partició el director junto a Isa Campo y Fran Araujo . En los Premios Feroz fue nominada a mejor drama, actor, guion y música y en los Premios Gaudí obtuvo 5 premios incluido al mejor guion adaptado, al mejor montaje-desde luego, complejo y espectacular realizado por Sergi Dies y Fernando Franco, y a la mejor música.



Algunos críticos señalaron que el ritmo pausado podría no ser adecuado para todos los públicos, pero en general fue elogiada como una obra madura y emocionalmente poderosa. En España Luis Martínez en El Mundo escribió que "Todo es ofrecido a la vez, sin cronologías y mapas establecidos, en un puzzle prodigioso de cine profundamente sombrío y clarividente a la vez (...) " 

En Fotogramas Beatriz Martínez dijo de ella que era un "Brillante drama (...) una sinfonía de imágenes que palpitan, que nos conducen del dolor a la esperanza, de la frustración a la catarsis, de lo particular a lo universal para hablar del miedo en todas sus formas. (...)" 

Manu Yáñez de El Cultural alabó el papel del director y dijo que "Lacuesta plantea un viaje difuso, y por ello especialmente vivaz y penetrante, por la traumática onda expansiva que dejaron los atentados de 2015 (...) un trabajo de cámara y montaje ultrasensibles" También en El Cultural Enric Albero dijo de ella que era "Un derroche interpretativo que culmina una película por momentos un tanto fría" 

Oti Rodríguez Marchante de ABC escribió que "Se le puede reprochar al director que su propósito de mostrar lo agónico (...) se quede ahí, en mostrarlo y que no apunte algo más allá (...) En todo caso, lo que hace o dice está muy bien hecho o dicho. (...)" 

Sergi Sánchez de La Razón postuló que era " interesante el modo en que, desde el montaje, opera la memoria de esa noche (...) Lo mejor: Que explore con tanta sensibilidad las conexiones entre duelo y memoria ante una catástrofe (...) " 

Y en Cinemanía Nando Salvá destacó el "Uso impecable del montaje visual y sonoro. (...) Una obra modélica por su modo de representar una tragedia real. (...)" 

Estrenada en los Estados Unidos Leslie Felperin de The Hollywood Reporter comentó que la película "Se beneficia de una dirección innovadora y unas interpretaciones elocuentes (...) Es más aterradora que cualquier película de terror"  




En Variety, Guy Lodge dijo de ella que era "Un trabajo amplio y empático que pierde claridad por el peso de tantos sentimientos (...) Acaba Anna Smith de Deadline destacó por presentar "Una reflexión poderosa y agridulce sobre el impacto del trauma y el deseo de no ser definido por ello." 

En Gran Bretaña Jonathan Holland en las páginas de Screendaily sostuvo que era "Un drama psicológico emocionalmente interesante que usando Berlín como plataforma podría hacer que Lacuesta se llevara el aplauso internacional."

Y punto y final. 



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