Pudo ser. Creo que pude ser cuando fue en septiembre una vez terminado el verano fui con mi amigos del campo, con unos 14 añitos, a ver la película que habiamos decidido entre todos, aunque con dudas más que razonables. Parece mentira que la película fue Amor Al Primer Mordisco, una presunta comedia que jugaba con la figura de Drácula dirigida por Stan Dragoti y escrita por Robert Kaufman, y protagonizada por George Hamilton, Susan Santo James, Richard Benjamin y Arte Johnson. Era septiembre de 1979 y durante los trailers de inicio en la desaparecida sala que había en las Tendillas, anunciaron una película que era la que a nosotros nos hubiese gustado ver, pero que no teníamos edad para ello. Se llamaba The Warriors, los amos de la noche en España y estaba dirigida por Walter Hill.
La película parte de una novela homónima de Sol Yurick que a su vez se inspira en un clásico del tratamiento histórico griego: Jenofonte, la Anábasis. En la historia literaria de Yurick, una pandilla de la ciudad de Nueva York tiene que regresar a su territorio natal después de que son inculpados por el asesinato del respetado líder de una pandilla.
Como he señalado en la dirección estaba Walter Hill, un prestigioso director, guionista y productor - especialmente en la saga Alien- de películas y series, especialmente western, que debuta en el cine con esta obra. Para la producción contaba con Lawrence Gordon de la Lawrence Gordon Production y con la Paramount Pictures que contó con un presupuesto de unos 7 millones de dólares.
El guión lo firmaba él mismo conjuntamente con David Shaber partiendo, por supuesto, de la obra The Warriors de Sol Yurick.
En el apartado musical se encontraba Barry DeVorzon, mientras que en la fotografía capitaneaba el equipo Andrew Lazslo, mientras que el montaje era misión de Freeman A. Davies, David Holden, Susan E. Morse y Billy Weber.
La distribución fue de la Paramount Pictures
El reparto estaba interpretado por un grupo de actores casi desconocidos con Michael Beck como Swan a la cabeza, David Harris como Cochise, James Remar como Ajax, Deborah Van Valkenburgh como Mercy, Thomas Waites como Fox, Dorsey Wright como el jefe Cleon, Brian Tyler como Snow, David Patrick Kelly como Luther. A los que se suman Tom McKitterick como Cowboy, Marcelino Sánchez como Rembrandt, Terry Michos como Vermin, Roger Hill como Cyrus, Lynne Thigpen como D.J., Ginny Ortiz como la chica de la tienda, Mercedes Ruehl como la mujer policía(¿Cassandra?), John Snyder como el hombre de la gasolinera y Joel Weiss.
En el inicio de la película una rueda de una enorme noria, la Wonder Wheel, del parque de atracciones de Connie Island se ve que girando y representando la rueda del destino. Casi de inmediato vamos conociendo las distintas bandas de la ciudad de Nueva York que son reunidas por Cyrus, el líder de los Riffs.
Se trata de una reunión de nueve miembros de las bandas de mayor peso de la ciudad, no todas, que han de ir sin armas a la reunión con Cyrus, un hombre capaz de aunar a todos y limar asperezas entre tanta diferencia. Son miembros de los bajos fondos de la ciudad de Nueva York. Son auténticos ejércitos de la noche, con más de 100.000 integrantes, que quintuplican en número a los efectivos de la policía.
Ellos, los protagonistas que vamos conociendo poco a poco son los Warrios que inicialmente marchan en metro desde su Connie Island encabezados por el jefe de la banda Cleon, y junto a él, Swan, Ajax, Cochise, Fox, Snow, Rembrandt, Cowboy y Vermin formando un gruoo valiente e interracial identificable por su chaleco sin mangas de cuero con el nombre identificativo: the Warriors.
Cyrus, el líder de los Riffs, la banda urbana más poderosa de Nueva York, ha convocado a nueve miembros de cada una de las bandas de la ciudad, entre ellos los Warriors, a una multitudinaria reunión en un parque del centro.
En la reunión, habla con las pandillas para iniciar una tregua entre ellas, y comenta que, contando entre todas 60.000 pandilleros frente a los 20.000 miembros del cuerpo de policía, podrían apoderarse de la ciudad; Cyrus propone que New York queda bajo el control de la bandas. En medio del júbilo por la idea, que es aceptada por prácticamente todos, alguien dispara contra el elegido o el único Cyrus y lo mata.
El asesino es Luther, el desequilibrado líder de los Rogues. La confusión se apodera del lugar, al que además ha llegado la policía en secreto para parar la reunión.Fox, un miembro de los Warriors, lo observa todo pero, antes de que Luther pueda matarlo también, llega la policía y todas las pandillas huyen.
Cuando el líder de los Warriors, Cleon, se acerca a ver el cuerpo de Cyrus, Luther, el asesino de Cyrus, culpa a los Warriors del asesinato; entonces los Riffs matan a Cleon y mandan buscar a los «Guerreros».
Ahora los Warriors, son acusados injustamente del asesinato del líder de un grupo rival.
El reto es volver a Coney Island, intentando no sólo no encontrarse con la policía, sino con las distintas bandas del lugar, dado que la tregua ha terminado violentamente.
Los miembros de los Warriors van a tener que luchar por sus vidas e intentan sobrevivir en la jungla urbana y aprenden el significado de la lealtad en una noche incómoda y larga, pues queda un buen trecho para regresar a Coney Island (su territorio).
Nada más salir del parque, el grupo será comandado por Swan, el «jefe de guerra» y sucesor designado por Cleon, aunque ese liderazgo se ve cuestionado por Ajax, el más violento y pendenciero de los Warriors, que finalmente acepta ver postergado su enfrentamiento con Swan por la jefatura del grupo.
Los Riffs, siguiendo la información dada por Luther, el líder de los Rogues, ordenan apresar vivos o muertes o los supuestos asesinos y desde la radio las bandas reciben la noticia de que Los Guerreros han matado a Cyrus y dan la orden de capturarlos para llevarlos ante los Riffs, con lo cual deja de regir la tregua para ellos y se complica el regreso de los guerreros a Coney Island.
En el camino se topan con varias pandillas que hacen difícil su regreso a Coney: primero los rapados Turnbulls AC's ('Toros locos'), de la que logran escapar por el metro hasta que un incendio le obliga a desplazarse andando ;después la más débil, los Orphans ('Huérfanos') con la que se enfrentan con un cocktel molotov, saliendo airosos y acompañados de Mercy.
Posteriormente salen hasta llegar a una estación de tren donde pierden a Fox (que es arrojado por un policía a las vías del tren durante un forcejeo) hasta ser separados por los policías, quedando el grupo dividido en dos.
Uno de esos, en la que continúa Swan, Ayax, Cowboy y Snow se enfrentan y derrotan a las Baseball Furies ('Furias del béisbol') con sus bates y sus caras pintadas.
Seguidamente Ajax, se separa del grupo y es arrestado por unos policías tras intentar ligar con una agente camuflada y queda atado aun banco, siendo posteriormente agredido por un policía.
Rembrandt, Cochise y Vermin llegan a Union Square, donde unas chicas, las Lizzies, les seducen tanto a Vermin y a Cochise.
En su cuartel, las Lizzies intentan matarlos, lastiman con una navaja a Rembrandt pero logran escapar del lugar.
Reunidos de nuevo en los andenes del metro de Union Square, se enfrentan ahora a los Punks cuyo líder va en su roller o patines en los aseos del Metro, saliendo vencedores también de este nuevo duelo.
Finalmente, al amanecer llegan junto a Mercy - que ha iniciado una historia con Swan- a un decadente Coney Island, donde les esperan los Rogues con su desequilibrado líder,
Luther a la cabeza. Tras inmovilizar a Luther con un cuchillo y cuando están a punto de iniciar el enfrentamiento con esa banda, aparecen los Riffs. La inocencia de los Warriors ha quedado probada y ya no los buscan a ellos, sino a los Rogues. El nuevo jefe de los Riffs reconoce la valentía de los Guerreros y promete que se «encargarán del resto». Los Warriors se alejan caminando junto al mar, quedando Swan y Mercy juntos avanzando por la playa.
La película fue rodada en Nueva York en puntos tales como Breezy Point, Queens,Manhattan, Riverside Park,Hoyt-Schermerhorn Street Subway Station en Brooklyn, 72nd St. IRT Station, 72nd and Broadway,96th Street IRT Subway Station (en Manhattan),Central Park y, por supuesto, Coney Island, Brooklyn.
La película está considerada de culto. Incluso Ronald Reagan , actor y Presidente de los Estados Unidos en los ochenta, fue admirador del mismo. La película fue estrenada en los Estados Unidos el 9 de febrero de 1979.
Después de informes de vandalismo y violencia,la Paramount detuvo temporalmente su campaña de publicidad y los propietarios de salas de cine fueron liberados de su obligación de exhibir la película.
A pesar de su recepción inicialmente negativa, The Warriors se ha convertido en una película de culto, y ha dado lugar a múltiples medios derivados, incluyendo videojuegos, especialmente para la Playstation2.
Luis Martínez del Diario El País afirma que "Hill confirma en este alarde su condensado y estilizado gusto por extraer de la violencia toda su fuerza lírica. Con una puesta en escena casi musical, enérgico y desangrado relato de tinte épico tan deslumbrante como cerebral"
Por su parte, Alberti Abuín en blog de cine afirma que Hill filma con contundencia los enfrentamientos, y en su puesta en escena hay algo del John Carpenter de aquellos años, sobre todo el de ‘Asalto a la comisaría del distrito 13’ (‘Assault on Precinct 13’, 1976), de la que parece heredar tonos cromáticos en su fotografía.‘The Warriors, los amos de la noche’ es un digno entretenimiento que ha aguantado estoicamente el paso del tiempo, y siempre nos quedará la peculiar belleza de Deborah Van Valkenburgh.
Como señalamos al principio la obra parte de un texto griego clásico, la Anábasis o la expedición de los diez mil, cuyo autor era Jenofonte, aunque pasada por el tamiz de la novela de Sol Yurick . Existen multitud de hilos que enlazan la obra clásica con la película. Por ejemplo, Jenofonte, el auténtico narrador de la historia, es representada aquí como la locutora de radio. Los 10.000 helenos de la obra literaria clásica han huir por Asia Menor, territorio enemigo, los mismo que aquí los ocho supervivientes han de hacer el recorrido desde el Bronx a Connie Island en la periferia de Brooklyn, cruzando territorios hostiles controlados por otras bandas. De la misma manera que Ayax, el segundo del grupo, que en la obra clásica pierde su vida por una chica, y algo similar ocurre en la película.
Walter Hill intentó que ‘The Warriors, los amos de la noche’ tuviese gente conocida en su reparto. Para el personaje de Cowboy —que terminó haciendo Tom McKitterick en su único papel para el cine, convirtiéndose después en periodista deportivo— el director tanteó a Robert De Niro, pero al actor no le interesó lo más mínimo.También quiso que el film tuviese una voz en off — un narrador que podría haber sido Orson Welles- pero que finalmente fue Lynne Thigpen.
No fue un rodaje fácil, durante el rodaje no se permitió a ningún actor salir del set de rodaje desde el momento en que la banda local , no permitía que nadie ajena a la banda llevara sus camisetas. Thomas G. Waites que interpreta a Fox, abandonó antes el rodaje por discrepancias y eso podría explicar su muerte cayendo a las vías mientras lucha contra un policía.
El film está ambientado en un futuro distópico en la ciudad de New York, una ciudad crítica en su pervivencia y que se convierte en el espacio protagonista durante el resto de la película, pues la esencia es precisamente esa huida o retorno de estos guerreros. Ahora estos "héroes" urbanos de la función deben permanecer juntos, soportándose, unidos por la misma causa, aunque las ideas para conseguir un bien común no sean las mismas.
Abuín señala que no hay ni una sola secuencia en la que un personaje se quede solo, siempre está acompañado por alguno de los suyos. Únicamente en el instante en el que que Swan —un Michael Beck al que Hill contrató después de verlo en ‘Madman’ (id, Dan Cohen, 1978) al lado de Sigourney Weaver, cuya interpretación era la que quería ver Hill debido a su inminente participación en ‘Alien’ (id, Ridley Scott, 1979), película que Hill produjo— se queda a solas con Mercy, la mujer que les sigue, y que le sirve al director para proponer de forma desdibujada una historia de amor.
Pero el amor no es precisamente lo que prevalece en la película, sino la supervivencia no exenta de violencia, muy al estilo Walter Hill, con esas escenas en cámara lenta aprendidas de Sam Peckinpah visible en la secuencia en casa de los Lizzies o en los lavabos frente a los Roller Punk. Son de las pocos escenas de interior, aunque en la obra prima los exteriores , especialmente las oscuras calles nada iluminadas de la ciudad —impecablemente fotografiada por Andrew Laszlo—. Todo ello contrasta con el final liberador al lado del mar mientras amanece, como contraste a la odisea nocturna.
Al final realmente, especialmente a sabiendas de que se trata de una obra de Walter Hill, estamos ante un western futurista por el peligroso New York de finales de los 70, que tanto miedo me daba de pequeño al ver las violentas películas que en esa ciudad se vivían.
Estamos ante una obra inicial de un prometedor director, aunque es posible que como director fue menos de lo que parecía que podía llegar a ser, realizada con pulso y estilo. Y aunque el tiempo hace que la estética de los protagonistas, tanto masculinos como femeninos, especialmente en sus peinados haya hecho estragos o que sus diálogos sean algo planos y en gran medida hoy nada políticamente correctos - el maricón en una constante, y la referencia de la mujer como puta o incluso, el más degradante cerda- lo cierto es que la obra en conjunto resulta entretenida dada la agilidad y el vigor de Walter Hill.
De cualquier manera y a pesar de no verla en su totalidad en su momento para mí quedó marcada la imagen de la ciudad de Nueva York como una ciudad oscura, peligrosa, una especie de Gotham por la que campaban las bandas creadas y citadas de los Pariah, Romper Stomper, los Baseball Furies, Turnbulls A.C., Punks, Riff's, hasta los Orphams.
Este miedo ya ha sido superado en este pasado verano cuando paseaba por los barrios del segurísimos de Manhattan, incluido Harlem o la zona cercana al East River separada por la ciudad. Pero es más he disfrutado de una ciudad vecina a New York, pero en otro estado, New Jersey, como era Union City, en la que uno de sus habitantes me comentaba lo complicada que fue en esos años setenta y ochenta. Ahora, se que me equivoque, como también me equivoque de película en mes de septiembre de 1979. Tenía que haber visto The Warrior , aunque no tuviese la edad, antes que ver lo que vi, Amor al primer mordisco. ¿No creéis?
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