domingo, 20 de diciembre de 2015

Relectura de Sinsajo.


Hoy puede ser un día electoral, pero para mí es como casi siempre, un día de cine. Hoy pondremos fin a la saga de Los juegos del hambre, no tengo claro que se pongan fin a otras cosas, pero eso es otra historia. Los juegos del hambre corresponden a una saga que en mi casa ha tenido más peso en lo literario que en lo cinematográfico. Sorprendentemente,  hoy he descubierto que mis hijos han sido mucho más críticos que yo , al menos, con la primera entrega de esta tercera parte, Sinsajo. 

Cuando la echaron el otro día en Antena 3 mis hijos me dijeron que no merecía la pena volver a verla, pues la recordaban como muy aburrida. Y , a pesar de ella, la volvimos a ver en la noche de ayer. Y , volvieron a arreciar las críticas por su falta de dinamismo, por adolecer de acción, cuando era una de las claves del éxito de la primera y la segunda entrega. Por eso entiendo que ha podido ser un error rentabilizar al infinito una trilogía, pues es posible que la recaudación este siendo menor, pues muchos seguidores la han dejado de lado. Mis hijos, desde luego, la verán  porque vamos nosotros, de hecho la volvieron a ver anoche, ya que hoy es el día programado para ver su parte segunda, y con ella, su punto y final.

Y me reafirmo en las conclusiones de lo escrito hace ya poco más de un año, indudablemente Sinsajo, y por extensión toda la saga de Los juegos del hambre, hablan de temas interesantes como son la lealtad, la guerra y la pobreza, además de cuestionar la realidad televisiva y, sobre todo, la autoridad y el poder. Como crítica final me quedo con la que me hizo una alumna al decirme que en esta película se centra en todo lo que cuestiona la saga y que es , en parte, el fundamento teórico de la misma. Por eso, la acción, que era seña de identidad de las otras, aquí decae hasta convertirla en una película filosófica, y no para gente de acción. Esta claro que mis hijos van por esa línea.

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