miércoles, 27 de marzo de 2019

Revisión de locos del aire


La semana pasada -creo- viendo Días de cine me enteré que había un estreno inminente en la cartelera española que se centraba en la última gira que Laurel y Hardy - el Gordo y el Flaco, como le conocíamos aquí- por la Gran Bretaña de postguerra cuando el dúo ya reflejaba cierta decadencia profesional - intentaban revitalizar sus carreras- y física. 

De hecho la película titulada El Gordo y El Flaco. La película se basa en el guión , un guión original- escrito por Jeff Pope y que se lanzó a dirigir el escocés Joh S. Baird. Tras ver el programa no se si me quedaron ganas para ver la película recién estrenada, a pesar de haber sido nominada a tres premios BAFTA ( mejor película, mejor actor para el británico que interpreta a Laurel (Steve Coogan) y mejor maquillaje ), aunque en los Globos de Oro fue Peluquería.

Supongo que la película refleja ya que los buenos tiempos se han quedado atrás, tan atrás como la etapa de Hal Roach. Laurel en ese momento reprocharía a los directivos de la Fox, con la que trabajan a partir del 45, sus continuas interferencias en su trabajo, que terminó en su coerción de su libertad y presupuestos de producción bajo mínimos.

Aunque Laurel y Hardy intentaron remontar el bache aprovechando su fama en actuaciones teatrales y en music-hall , la decadencia se precipitó. A esto se unión la no recepción de ni un sólo centavo cuando Roach vendió sus viejas películas a la televisión por 750.000 dólares. Su última obra fue "Robinsones atómicos" (Atoll K, 1952 ) rodada en Francia.  Un obra que reflejaba que el final estaba próximo.

Pero creo que me cuesta bastante no ver a los originales , que tanto vi de pequeño, ahora en los cuerpos de Steve Coogan (Laurel ) y el norteamericano John C. Reilly ( Hardy) así que ayer volví a ver a los auténticos en una película del año 1939 que ya había visto. 

Lo cierto es que ayer tras ver la película leí algo de la historia de Norvell " Oliver" Hardy , recordaba perfectamente su final, pero no recordaba su inicio como chico problemático, nada interesado en la educación, aunque sí para la música y el teatro y que se fugó de un internado cerca de Atlanta, el estado en el que nació en 1892. 

La madre lo envió a Atlanta para estudiar música y canto con un prestigioso maestro de música, pero Hardy prefería el vodevil. Entonces decidió seguir sus impulsos y comenzar una carrera como cantante. En 1910 se abrió una sala de cine en Milledgeville, y consiguió el trabajo de proyeccionista, taquillero, portero y encargado. Pronto, como pudimos ver anoche en Cinema Paraíso, se sintió atraído con la nueva industria de las películas, que veía cada noche mientras las proyectaba. 

Estaba convencido de que era capaz de hacerlo tan bien como aquellos actores que veía en la pantalla y él, como obeso, quería seguir los pasos de otro obeso, Roscoe Arbuckle, una de las grandes estrellas del cine del momento, el hombre que descubrió a Buster Keaton  y que usaba el sobrenombre de Fatty, le estimuló para iniciar su propia carrera cinematográfica. 

Un amigo le sugirió que se trasladara a la cercana Jacksonville, ya que allí se estaban haciendo películas. Lo hizo en 1913, trabajando como cantante de cabaret y vodevil por las noches, y consiguiendo trabajo en los estudios Lubin durante el día. 

Al año siguiente actuó en su primera película, Outwitting Dad. En ella nació Babe Hardy o , como será conocido Oliver Norvell Hardy. Así nacía Ollie un hombre de buen carácter con sus 1,90 metros de altura y hasta 125 kilos de peso. El resto ya lo desarrollamos en una entrada sobre estos ángeles gordos y flacos en el cielo , Laurel & Hardy. Ya sabemos bastante de Laurel y su llegada a Estados Unidos en el mismo barco y con la misma compañía que Chaplin.

La suma del Gordo y el Flaco, de Laurel y Hardy -el uno, pusilánime , inepto y asustadizo- ; el otro, atildado, perfeccionista y en sabelotodo- cosecharon su mejor etapa profesional en la década de los treinta, habitualmente de la mano de Hal Roach.

Apartados de la dirección de Roach, la pareja de cómicos encontró en su camino a Albert Edward Sutherland, el director británico quien consiguió recrear los grandes éxitos de antaño. El director que actuó en 37 películas al principio de su carrera con la Keystone Cop y junto a Chaplin. Aunque pasó a la historia como director con más de 50 películas entre 1925 y 1956, principalmente de comedias. Pero llama la atención lo que dijo de Stan Laurel , una vez acabada su relación profesional, "Prefiero comer una tarántula antes que trabajar con Laurel de nuevo". En otra entrada analicé - eso es un decir, más bien narré - la película que completó el documental sobre ambos, que se llamaba The Flying Deaces . Película en la que está presente la esencia de la pareja, en la que del perfeccionismo de Hardy en su intento de solución acaba saliendo inclusive mucho peor, terminando en estropicio asegurado. Y en la que vuelven a tirar de elementos cotidianos  que parecen rebelarse  contra ellos: una pared curvada, un colchón, una silla, una plancha, un avión. 

Como ya está comentaba he valorado lo que afectivamente me trasmite esta pareja que fue responsable de 107 películas, entre cortos y largometrajes,  desde 1921 a 1951 , con su humor naïf, encantador , siempre con bombín, y salteada de 'slapstick' y con un único objetivo básico: hacer reír.

Por eso apostaron por el humor simple, básico, infantil, con golpes en la cabeza, con patadas en el culo, con jarrones de agua sobre la cabeza para quitar el dolor o la fiebre, con argumentos absurdos , casi infantiles y diálogos minimalistas , cercanos al surrealismo como el que vemos en la película en la que Ollie le dice a Stan que como son amigos se han de suicidar juntos , o con un tiburón por el Sena, con miradas expresas a la cámara, o cumpliendo con los sueños del otros , en el que uno , Ollie, muere , pero consigue reencarnarse en su animal favorito: un caballo, con bombín y bigote. Son la pareja  que cierra la excepcional lista de nombres del primer cine cómico americano.

Ellos, como recoge Terenci Moix  haciendo referencia a la obra de Carlos Fernández Cuenca " Recuerdos y presencia de Sant Laurel y Oliver Hardy", no fueron grandes creadores  , ni grandes innovadores, sino "excelentes intérpretes de fórmulas acreditadas"... Gracias a su etapa sonora no cayeron en el olvido que sepultó a otros grandes cómicos. Fernández Cuenca afirma que  que gran parte del éxito estuvo en "el equilibrio de la pareja". frente a otros cómicos que se sostenían en el otro elemento de la pareja (Abbott en Costello / Dean Martin en Jerry Lewis).

Apostó la pareja por la evasión en los tiempos de crisis - mientras veía la película del año 39, pensaba en los españoles que en aquellos años contemplaban como se mataban en nuestra guerra incivil- . Son muchos, como señala Nando Salva, en El Periódico de Barcelona " quienes consideran que El gordo y el flaco fueron las únicas estrellas de la comedia muda que supieron adaptar su humor con éxito al cine sonoro; después de todo, incluso en sus películas con diálogos las palabras siempre tuvieron menos importancia que su enorme capacidad gestual" o , como señala en otro punto, "representaban al hombre común, que carece de medios y de perspectivas pero que, de algún modo, logra sobrevivir. En cualquier caso, su humor se basa en una observación del comportamiento humano que no entiende de épocas, porque habla de los absurdos de la vida y de lo vano que resulta esforzarse por dotarla de un sentido."

Fueron tremendamente influyentes en el espíritu de la comedia. Como señala Nando Salva en su artículo sobre la pareja "Peter Sellers aseguraba llevar consigo una enorme foto autografiada por Laurel adondequiera que fuera. Ricky Gervais dijo una vez, en referencia a sus series 'The Office', 'Extras' y 'Derek': «Todo lo que he hecho se lo he robado a ellos dos». Cómicos como Jerry Lewis, Steve Martin y Roberto Benigni se cuentan entre sus seguidores más incondicionales. Pero su club de fans trasciende el mundo del cine y el de la televisión. El novelista Ray Bradbury dijo que verlos sobre un escenario fue uno de los momentos más felices de su vida, y su homólogo JD Salinger los describió como «dos artistas caídos del cielo».

Mi hijo pequeño anoche, viendo a dos desconocidos que me provocaban con sus gestos y sus historias sonoras carcajadas , me preguntaban ¿quiénes eran esos? Se los dije y , como el poder de Youtube y de los youtubers es tan inmenso que acabó preguntándome , eso que hacen estos dos, el Gordo y el Flaco, no es lo mismo que podía hacer El chavo del ocho. Y yo les comenté que Stan y Laurel fueron los maestros de muchos artistas del humor. Ellos, los humoristas, lo sabían. En el funeral de Laurel en 1965, Keaton afirmó: «Chaplin no era el más divertido. Yo no era el más divertido. Stan era el más divertido».


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