martes, 24 de septiembre de 2019

Al final del túnel




En 2017 fallecía uno de los actores argentinos más importante que ha tenido ese país. Sin embargo, a su muerte , y rodeando sus últimos años como actor surgió una polémica que empañaba su trayectoria personal , aunque difícilmente tocaba la profesional sobre todo tras la buena serie de obras dejadas a ambos lados del Atlántico. 

Acusado de ejercer violencia física y psicológica contra una de sus compañeras sentimentales (Haydée Padilla) o señalado por uno de sus hijos tenidos fuera de matrimonio de no pasarle la pensión alimenticia eso parecía manchar su historia personal como si fuera Nieve negra - curiosamente el nombre de su última película realizada en 2017 y dirigida por Martín Hodara-. 

Pero lo que nadie puede discutir que la obra que dejaba y que comenzó en el cine en 1965 dejándonos decenas de grandes actuaciones en películas muchas de ellas dirigidas por Adolfo Aristarain, Marcelo Piñeyro, Eduardo Mignogna, Juan José Jusid o por el mismísimo Guillermo del Toro, así como otros muchos directores españoles. 

Al final del túnel fue su penúltima actuación , una año antes de su muerte . Se trata de una coproducción de Argentina y España escrita y dirigida por Rodrigo Grande. El director natural de Rosario con ella hacía su tercer largometraje como guionista y director tras estrenar en 2001 ‘Presos del olvido’ conocía en Argentina como ‘Rosarigasinos’ y ‘Cuestión de principios’ en 2009. 

En esta ocasión Grande se aleja del género humorístico y nos trae un thriller policiaco que recuerda vagamente en su propuesta a "Cien años de perdón" de Daniel Calparsoro aunque con tintes cercanos a La ventana indiscreta de Sir Alfred Hitchcock. 

En la producción de Al final del túnel están presentes los argentinos Mariela Besuievsky, Axel Kuschevatzky, Vanessa Ragone y Martín Seefeld así como Pablo Echarri, el actor y productor argentino, junto al español Gerardo Herrero. Lo hacen por medio de sus productoras Haddock Films , pero también con el respaldo de Televisión Española, Telefe, Tornasol Films, Árbol Contenidos, Hernández y Fernández y Mistery Producciones AIE y con la distribución internacional de la Warner Bros.  Juntos cubrieron los dos millones de euros de presupuesto.

La película contó con la fotografía plena de claroscuros de Felix Monti, la música de Lucio Godoy y Federico Jusid y el montaje de Irene Blecua. 

En el reparto intervienen Leonardo Sbaraglia como Joaquín, Pablo Echarri como Galereto, Clara Lago como Berta, Javier Godino como Zurdo, Federico Luppi como Guttman, Uma Salduende como la hija de Berta, Betty , Walter Donado como Canario, Laura Faienza como René, Facundo Nahuel Giménez como Schwarz, Ariel Nuñez Di Croce como Muñeco, Cristóbal Fernández Pinto como Pichi. 

Joaquín (Leonardo Sbaraglia) vive en una enorme casa, que conoció tiempos mejores, y que ahora es lúgubre y oscura tras perder a su esposa y a su hija en un accidente. El, ingeniero informático,  permanece en una silla de ruedas, parapléjico, y que subsiste arreglando ordenadores. Su única compañía es su viejo perro Casimiro, que al igual que él parece tener los días contados , pues ya no se mueve. 

Como sus ingresos ahora son limitados ha decidido alquilar una habitación en la casa en la primera planta a la que apenas puede acceder debido a las escaleras. Pero su vida cambia justo en el momento en que está preparando una galletas con veneno para sacrificar a su perro ya que no lo quiere ver sufrir. 

Pero justo cuando las prepara, en una noche de intensa lluvia, se persona en la casa una chica y su hija que van con la intención de alquilar la habitación. La que llega es Berta ( Clara Lago) , una chica joven que se gana la vida como bailarina en un local de striptease . Va con su hija, Betty (Uma Salduende ) , una niña que hace dos años ha dejado de hablar ante su madre. 

La llegada de una y otra devuelve la vida al hogar en esas fechas navideñas con la alegría atrás perdida. La presencia de Berta anima bastante la vida de Joaquín, pero la alegría dura poco cuando un día mientras trabaja en el sótano , al que accede con un ascensor adaptado , se da cuenta de que algo está pasando al otro lado de la pared de su casa…; como siente algunas dudas pone un micrófono primero y , luego, inserta una cámara quedándose de piedra cuando descubre que unos ladrones están haciendo un túnel que pasa bajo su vivienda, con la intención de robar un banco. 

Gracias a los micros colocados y a la cámara empieza a reconocer a la banda que intenta realizar el robo. El jefe de la banda es Galereto (Pablo Echarri) , junto con Zurdo (Zurdo), Canario (Walter Donado) , Schwarz (Facundo Nahuel Giménez) , Muñeco (Ariel Nuñez Di Croce) y Pichi (Cristóbal Fernández Pinto). 

Junto a ellos está una chica de pequeña talla de nombre René (Laura Faienza) y todos parecen estar a las órdenes de Galereto que está haciendo un encargo por parte de un viejo policía corrupto de nombre Guttman ( Federico Luppi). 

Pero la sorpresa es mayúscula cuando descubre que a la casa también va Berta que trabaja a las órdenes de su novio que no es otro que Galereto y que ha alquilado la casa para controlar a Joaquín. La idea es montar un túnel que pasa por debajo del sótano de Joaquín. Éste , ahora que sabe que Berta forma parte del plan, graba con la cámara todo lo que ocurre en el interior de la habitación. 

Igualmente con su cámara descubre la brutalidad de Galereto capaz de matar a Muñeco por haber incumplido la orden de usar el móvil para realizar una llamada privada. Con la grabación del asesinato Joaquín comienza a sentir miedo por él , así como por Berta y, sobre todo, por Betty. En un momento dado Joaquín decide drogar a Berta. 

Aprovechando las circunstancias le muestra el video del asesinato de Muñeco con la saña y la brutalidad que le caracteriza. También le muestra una grabación de su hija en la que Berta descubre para su horror que su hija habla con Casimiro, y simplemente no quiere hablar con ella, pues tiene un secreto. Galereto está abusando de ella. Es más, ella dejó de hablar cuando le pidió Galereta a la chica que no dijera nada a su madre. Berta , drogada, quiere matar a Galereto, pero está encadenada a la cama. 

Un día en la habitación de la casa de los vecinos se persona Guttman que les echa en cara el retraso que llevan pues ya no se realizará en Fin de Año sino con cierto retraso. De cualquier manera el policía ordena que no abran algunas cajas fuertes pertenecientes a políticos corruptos y mafiosos, pues robarles a ellos tendría consecuencias para todos. 

Por parte de Joaquín abre un acceso al túnel , ocultándolo con una tapa. Por allí, un día entre Betty, aunque no es descubierta. Cuando el túnel está completado los ladrones colocan dinamita , pero Joaquín ha accedido al interior de la cámara y se ha hecho con el contenido de algunas de las cajas. 

Cuando la integrante en la banda René penetra junto a Schawz y Pichi abren las cajas señadas, pero un suceso modifica todo. Una tubería de agua se rompe y el túnel se inunda. René queda en el interior del mismo, y aunque inicialmente , Joaquín le ayuda a salvarse al ver que ella lo va a renunciar deja que se ahogue en el mismo. 

Por su parte, los otros dos que están en el interior del banco serán detenidos por la policía al mando de Guttman, que cabreado habla con Galereta. 

Tras eso Guttman visita la casa de Joaquín ignorando que éste está al tanto de todo. Por su parte, después se pasa por la casa Galereto junto a Zurdo y Canario, que, en realidad, buscan a Berta y a la niña. 

Cuando Joaquín disimula informando que la dos hace días que se fueron, aparece por detrás Betty, con lo que amenazan de muerte al paralítico. Antes de que le dispare, con la información que tiene , intenta alterar el ánimo de Galereto pues implica a Zurdo que aparece casi como un cómplice suyo favorecido por la lógica de su discurso y de los restos materiales que hay en la casa propiedad del Zurdo, como un reloj que fue recogido por Betty. 

Mientras esto ocurre sale de la habitación una Berta que , en un acto de furia, dispara a Galareto, mientras que éste alcanza a uno de los dos compañeros responsables del robo, al Zurdo y , con el arma, el dispara sobre el Canario. 

Por último se vuelve a personar en la casa Guttman que, a cambio del dinero que había cogido de la entidad, eliminaría los cuerpos de Galereto, Zurdo y Canario. Pero la avaricia le lleva a exigir.

En su aparente victoria final Guttman le recuerda a Joaquín algo que le había comentado a Galereto "Al final, no importa cuán organizado esté tu plan, siempre depende de una chica o de la suerte". " mientras se come las galletas que había preparado para sacrificar a Casimiro. 

Mientras se desplaza Guttman se desvanece en el coche. Tiene un accidente y del coche salen los cuerpos que portaba para que desaparecieron. Vemos que al final del tunel aparece la luz para Joaquín , Berta y Betty. 

‘Al final del túnel’ es una cinta en la que la acción desde la sospechas del túnel no para. Es cierto que tiene una larga introducción de los tres personajes que viven en la casa ( Joaquín , Berta y Betty) pero después es muy ágil. 

Como señaló Sbaraglia en la presentación de la película en España , la película es una caja de sorpresas y presentas más giros que un trompo. Estos giros ayudan al espectador a estar pendientes de lo que acontece en pantalla. 

La película es un juego de relaciones dominada por la mentira y la desconfianza algo esencial para que un thriller culmine con efectividad. La película fue producida tanto con capital argentino y español. 

En el mismo se implicó uno de los actores, Pablo Echarri también participó con su compañía Árbol Contenidos, siendo ésta su primera incursión como productor. El guión estuvo a cargo del director, quién lo desarrolló durante cinco años en formato guion gráfico. El director al primero que le enseñó el guión fue a Echarri . Tras leerlo el actor se subió de inmediato a bordo del proyecto en su doble función. 

Echarri declaró “(La película) deja la vara muy alta, de verdad. Pero lo voy a tomar como punto de partida para seguir creciendo”. 

Todos los involucrados en la producción destacaron que “salvo dos escenas en exteriores, no se filmó nada en locación, sino que todo fue recreado en estudios: la casa del protagonista, el sótano donde se esconden los atracadores y el túnel que fue reproducido a escala real en una construcción de unos cincuenta metros”.  Se rodó en Buenos Aires y en Santa Cruz de Tenerife.  

El papel femenino lo asume una actriz Clara Lago que se marca un espléndido , a mi me lo parece, lenguaje rioplatense. Rodrigo Grande detalló al respecto: “Clara llegó dos semanas antes del rodaje y tenía un acento absolutamente castizo. Y dos semanas después hablaba en argentino. Fue increíble. Tuvo un coach sólo cuatro días y después se manejó ella sola”. 

La película fue un éxito de público alcanzando una recaudación de unos 3 millones de dólares y recibió en general buenas críticas tanto en España como en Hispanoamérica. 

Francisco Marinero en El Mundo escribe que "Tanto el estilo como el desarrollo de la trama son clásicos, lo que implica giros insospechados, y si bien la violencia tiene momentos contados, la acción es constante (...) " 

Jordi Costa en El País declara que es "Un absorbente thriller de atraco bancario con visible fobia a fórmulas manidas. (...) La capacidad de Rodrigo Grande para mantener la tensión (y la atención) en alto compensa sobradamente los excesos" 

Mirito Torreiro en Fotogramas señala que "Dos películas parecen vivir (y a veces molestarse) en el interior de este film irregular pero a ratos apasionante. En la primera de ellas, el director se pierde en prolijas explicaciones, procedimentales y psicológicas, para hacer que seamos capaces de creernos su arriesgada apuesta final: que nos creamos que un hombre con la vida quebrada va a ser capaz de hacer lo que hace en la segunda parte. 

En el otro, cuando se nos revela el envés de una trama llena de recovecos y soterrada, a veces restallante, violencia, las cosas se aceleran en un maratón que pone a prueba nuestra capacidad de sorpresa: todo adquiere una densidad sofocante, hasta culminar en un carnaval de destrucción. Sutil a veces, contundente cuando lo necesita, el film no oculta jamás lo que pretende: que el respetable pase un rato entretenido entre choques adrenalínicos y ese juego de intentar adivinar por dónde se bifurcará el guión. Disfrutará quien advierta que en ese héroe improbable que encarna Sbaraglia anida uno de esos personajes capaces de seducir y horrorizar a partes iguales. " 

Chus Pérez Girón en Espinof concluye su entrada diciendo que "‘Al final del túnel’ es una cinta que está bien, a pesar de su extensa introducción, sus torpezas en ciertas partes del guión, y un final bastante mejorable. Porque, exceptuando estos detalles, en casi todo el film predomina una acción casi frenética, que mantiene al espectador pendiente gracias a la intriga que el director maneja y dosifica con mucha efectividad. " 

Desde el sitio A Sala Llena, Martín Chiavarino cuestiona los inicios del guion, pero concluye de forma positiva : «Al Final del Túnel maneja correctamente la sutileza pero el guion se extiende demasiado en la primera parte en cuestiones (...) terminada la introducción, la película cambia de tono y de ritmo para convertirse durante el final en un film diametralmente opuesto al del comienzo, otorgándole agilidad e intensidad a una historia que parecía estancada.»

Sin embargo, Ezequiel Tozzi desde Revista Meta destaca que la película será «uno de los mejores estrenos del año y promete no decepcionar a los amantes del suspenso». Además el crítico alabó la actuación de Leonardo Sbaraglia como protagonista. 

Con el mismo tono, Iván San Martín del sitio Cinergia dijo en su reseña: «(...) es realmente una grata sorpresa, un thriller con una intensidad en aumento y aunque en los minutos finales parece estar un poco estirada es altamente recomendable y una de las películas nacionales del año.»

Diego Batlle en La Nación opinó «Este tercer largometraje del guionista y director Rodrigo Grande combina diferentes géneros y elementos… nada es lo que parece en esta película… —que en su estética y su descripción de la dinámica de la casa remite a los climas literarios de Edgar Allan Poe—, que tiene más hallazgos que lugares comunes. El personaje de Berta está demasiado estereotipado en su faceta seductora (más culpa de los encuadres de Grande que de ella) y el de un comisario interpretado por Federico Luppi -actor-fetiche del director- recién tiene relieve en la parte final, con un desenlace lleno de sorpresas que levanta mucho luego de algunas indecisiones...» 

Pablo O. Scholz en Clarín escribió que «Rodrigo Grande contó con una producción importante, que se nota más allá de que las acciones transcurran prácticamente en pocos ambientes y cerrados… y se nota en la iluminación del Chango Monti. Y, claro, en la contratación el elenco. Con Sbaraglia como protagonista y Echarri, antagonista inescrupuloso, pérfido, cínico y sin un rasgo de bondad humana, el director… vuelve a contar con estrellas y a esbozar y desarrollar cuestiones éticas". Y añade "Hay algunas cuestiones del guión que, por el género, no ayudan a la credibilidad, porque el espectador se plantea y replantea cada situación. (...) conveniencias para un relato cuyo ritmo y agobio se sostiene durante casi dos horas." Entre otras de las cuestiones destacadas en la película, la parte técnica recibió muchos comentarios positivos. 

Lisandro Liberatto del sitio Alta Peli dijo: «De una factura técnica impecable, Al final del Túnel cumple con todos lo requisitos de un buen thriller: atmósfera, tensión y vueltas de tuerca. Todo bien contenido dentro de una historia que, por pasajes, parece buscar inspiración en el cine de los más grandes del género como Hitchcock o De Palma.»

Juan Pablo Cinelli de Página 12 entiende que se trata de "Un policial que avanza de manera vertiginosa y aferrado a un guión de hierro, donde todas las piezas encastran de manera perfecta con una prolijidad poco frecuente, aunque de modo algo convencional." 

Leonardo D’Espósito en la Revista Noticias defiende que "Tiene momentos donde el suspenso funciona como pocas veces en el cine nacional. El ingenio del guión le suma puntos a un thriller que está a la altura de las leyes del género." 

Roger Koza en La Voz del Interior escribe que "Es un policial que transcurre en un túnel y espacios cerrados, con un guion interesante pero demasiado matemático y al que le falta oxígeno. (...) " 

En Colombia Samuel Castro de El Colombiano deja por escrito que "Los guiones de estas películas, (...) deben ser milimétricos, 'Al final del túnel' no (...) ata bien todos los cabos de los criminales apelando a un golpe bajo emotivo que luce fuera de lugar en un thriller preocupado por no ser todo lo sádico o erótico que podría. 

En Chile Antonio Martínez de El Mercurio señala que "La película alcanza su triunfo y su mejor esplendor: el suspenso ha sido gradual y milimétrico, y el guion se construye con giros inesperados y tretas de última hora que encajan y engranan." 

Ana Josefa Silva V. en el chileno La Segunda afirma que "Cada secuencia trae un ingenioso as bajo la manga, mientras la tensión va " in crescendo " hasta dejar al espectador con el corazón en la boca. A la cuidada y detallista puesta en escena, la película suma un elenco que se desenvuelve con fluidez coreográfica." 

En la entrega de los Premios Sur 2016 fue la gran perdedora de la noche, al tener 8 candidaturas y no llevarse ninguna estatuilla. No obstante se llevó algunos premios en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Bruselas, 2017, donde fue Premio a la Mejor Película de Suspenso Festival de Cine de Washington DC, al ganar el Premio del Público a la Mejor Película. Festival Internacional de Cine de Seattle, se llevó el Premio Aguja del Espacio de Oro a la Mejor Película y Premio del Público. En el Festival de Cine Español, consiguió el Premio del Público a la Mejor Película. 

Para finalizar diré que el ambiente de suspense responde al más puro estilo Hitchcock con cuyo cine tiene conexiones pues Joaquín aquí es un actual voyeur que usa la tecnología para saber lo que hace el vecino.  El homenaje también es a El halcón Maltés visible en la estatura que hay en la casa y en el nombre del policía corrupto, Gutman. 

La película está llena de giros de guión que recrean una atmósfera única a pesar de sus raquíticos escenarios limitantes para el protagonista y en gran medida cerrados (la casa de Joaquín, la construcción de al lado donde los malos están excavando, el claustrofóbico túnel…).

Una película para pasar un buen rato, aunque sea angustioso por momentos, y que muestra uno de los últimos trabajos de uno de los grandes como fue Federico Luppi. Todavía recuerdo su trabajo como Martín en Martín (Hache) . Inolvidable.





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