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miércoles, 19 de agosto de 2020

Recuerdos de un 23F


Ahora que el tiempo lo devora todo, destruyéndolo, como Júpiter a sus hijos, uno de los protagonistas estelares del 23 F ha terminado , por el momento, en Abu Dabi la capital de los los Emiratos Árabes Unidos, parece necesario - más que nunca- realizar un análisis del papel que tuvo, frente a la crítica fácil, facilísima, del presentismo marcada por la vinculación del rey emérito con la negligente gestión de una estructura 'offshore' que supuestamente le habría permitido al que fuera rey de España ocultar 64,8 millones de euros de Arabia Saudí. Esto que marcará letalmente el final de su imagen, impoluta durante años, en parte por la connivencia entre la prensa y el poder político no tiene que hacernos olvidas su inolvidable papel en aquel 23 de febrero de 1981. 

Antes de nada debo aclarar algo que me parece justo. Me defino, siempre lo he hecho, como una persona de convicciones republicanas. Considero que la jefatura del estado debe salir de la decisión de los ciudadanos de un país, antes que de una herencia. Dicho lo cual, eso no significa que esté de acuerdo con muchos republicanos de boquilla que ni tienen nada claro que modelo presidencial prefieren - el de carácter presidencialista o el modelo de elección indirecta existente en Italia o en Alemania, modelo que por otro lado me gusta más, ni con la idea de que la convicción republicana sea algo exclusivamente de la izquierda, por supuesto, o que yo tenga que aceptar una determinada bandera o un himno, el de Riego, con el que no me identifico. Tampoco el actual me emociona nada. 

Dicho lo cual reconozco que la figura del emérito, Juan Carlos I , es hoy un auténtico "pim, pam, pum" de feria. En gran parte, por responsabilidad suya, tanto por sus devaneos - que son cosa suya, y que evidentemente no me interesan- como por la mordida y su evidente ocultación a la Hacienda española, al fin y al cabo es una mordida. Eso es lo imperdonable desde mi punto de vista. No obstante, no he perdido el norte ni como individuo que recuerda o conoce algo de la historia, cada día menos, ni con otorgar el mérito o el demérito a alguien en relación o un momento. Y , al menos, a Juan Carlos I habrá que reconocerle dos grandes logros. La primera, participar activamente en el desmontaje del franquismo que lo nombró su sucesor y, en segundo lugar, su apuesta decidida por el proyecto democrático español nacido de la Constitución de 1978. Tanto lo primero como lo segundo queda reflejado en 23F: la película, película que ya comenté hace años. 

Una película que nació con la intención de ser un thriller de base histórica y con el deseo de dejar una fuente didáctica a un momento concreto que vivió el país en aquel día y que todos los españoles ya de cierta edad recordamos con una frescura y un detalle indeleble. Se trata de una película que ya comenté en su momento bien dirigida por Chema de la Peña y que contó entre su elenco con Paco Tous en el papel de Tejero y Ginés García Millán en el de Adolfo Suárez.


Los tres participaron en el coloquio hace años en "Sesión española" y de la misma extraigo algunos detalles o afirmaciones surgidas de estos tres protagonistas. 

En aquel programa emitido en 2016 Chema de la Peña comentó sobre la intencionalidad del mismo y el rodaje en el Congreso de los Diputados que "El planteamiento de la película desde el principio con Ignacio Salazar, el productor, hablamos de intentar recrear de la forma más natural posible y eso incluía rodar en los escenarios naturales donde acaecieron todos los hechos. Y en el Congreso de los diputados tuvimos bastantes problemas, porque es difícil. Hacía tiempo que nadie rodaba, y no autorizaban ningún rodaje. Al final lo conseguimos, pero fue una especie de regalo envenenado, porque nosotros teníamos un plan de rodaje de dos semanas y al final nos dieron dos días y medio. Era en agosto, era el único mes donde el congreso esta cerrado. Luego tuvimos que montar un decorado en un plató y todos los planos cortos, los planos detalle de todas las secuencias se hicieron aparte tres semanas después". 

El director además señaló que " Cuando planteé la película, digamos que hay protagonistas corales, pero sí que hay protagonista claro, que es Antonio Tejero. ¿Cómo puedo hacer un personaje que te parece odioso, deleznable, que no querrías encontrarte en la calle el protagonista de la película? Tengo que buscar una mirada, un algo, que haga, no que la gente le quiera, pero que le siga o que encuentre su motivación última. 

García Millán, quien interpretaría a Suárez, comentó, por su parte, sobre el Congreso que " la energía que sentíamos y también decir que teníamos la suerte de estar ahí y de recrear esto que es una parte muy importante de nuestra historia. Y para nosotros también es un juego". 

Paco Tous, por su parte, sobre su interpretación señaló "yo tenía un poquito esa libertad... Fueron diez minutos del asalto. Un hombre muy nervioso, fue todo muy rápido. Y yo creí que tenía más suerte porque podía hacerlo desde mi punto de vista, acercarme a otros motivos, a los motivos que tenía Tejero. 

Para el que interpretó a Tejero, Tous " Yo recuerdo que informándome, metiéndote, como hacemos todos, en Internet, o eran todos detractores o todos defensores. Pero encontré la carta del hijo, Ramón Tejero, que es cura, además tiene más o menos mi edad, escribiéndole al padre. Y decía que no quería hablar del 23-F solamente de cómo era su padre. Un hombre de honor, un hombre tranquilo, buen marido, buen padre, nada violento, relajado... Esta es la persona que quiero interpretar."

Chema de la Peña sobre el relato comentó que "Hasta donde hemos podido, hemos incluido cosas reales. Evidentemente, hay situaciones en las que intuimos lo que ha pasado. Y luego hay situaciones donde las fuentes eran varias. Hemos hecho una especie de caleidoscopio, como, por ejemplo, la conversación que tuvieron Armada y Tejero en ese despacho, en ese momento que fue el momento culmen de la noche, cuando Tejero decide que Armada no entra. Gracias a Dios hay mucha documentación. Hay como 20 o 30 libros escritos. Entonces, de todo ese proceso, fuimos depurando, y sacando un poco lo que más nos interesaba y lo que más pensábamos que podía ser la realidad de la situación. -Muchas cosas, anécdotas de los personajes, tramas... no pudieron entrar en la película por una cuestión de metraje. Pero es superatractiva toda la trama del CESID, toda la trama civil que estaba implicada detrás. Y añade " El trabajo que hicimos en el guion, la idea era no hacerlo documental. De hecho, en la película habréis visto que aparecen bastantes imágenes documentales de lo que se emitió aquella noche. Pero sí, lo más cercano a la realidad. Había esta obsesión. De hecho, hay momentos que los diálogos son tal y como sucedieron. Las conversaciones entre Tejero y García Carrés que estaba pinchada por el CESID la línea de García Carrés, las puede encontrar cualquier persona en Internet. Son tal y como sucedieron. Es lo mismo. Había este punto obsesivo casi de utilizar frases que sabíamos que se habían dicho. Utilizarlas tal y como fueron". 

Con respecto a Juan Carlos, rey de España en ese momento, el director comentó que " Por un lado, la casa real sí que nos facilitó información a nivel de dirección artística, puesto que nos dio fotos y bastante recreación de cómo era el despacho y el palacio de la Zarzuela en el año 81. Y luego lo otro, la composición del personaje, y toda esta mirada que tiene el rey en esa noche es un poco lo que te contaba antes. Es decir, que hay testimonios desde Sabino Fernández Campos, teníamos bastantes entrevistas, desde todo el testimonio de Erquicia cuando fueron ahí a grabar... 

El director dijo en el programa que " Entonces, respecto al personaje del rey, sí que hay una determinación clara de que el golpe se para en Zarzuela. Eso es evidente y cualquier persona que se acerque o que tenga información... El propio rey declaró que "Las Fuerzas Armadas obedecieron a su jefe, porque yo les ordené que se mantuvieran tranquilos. Que una pequeña parte quiso realmente echar por tierra todas nuestras ilusiones, nuestros trabajos, nuestra democracia o incipiente democracia todavía, pues eso es otra cosa. 

El director afirmó que "Otra cosa es luego la composición del personaje con cómo actúa con el resto. -Muy interesante, por ejemplo, había otra película, la relación que tiene con el general Armada. Porque ahí se medio apunta en la película, pero en la realidad es que cuando el rey vino desde Estoril con 15 años su preceptor fue el general Armada. Era como su padre. Y luego fue el primer jefe de la casa real antes que Sabino. Entonces tenía mucha ascendencia sobre el rey, tenía mucho poder. Entonces esa noche es como que el rey mató su padre, a este padre ficticio, porque de repente se dio cuenta de que este hombre le había estado engañando y le estaba poniendo contra la pared. Sabino Fernández Campos afirma que "Estaba el rey hablando con Armada. Y Armada seguía ofreciéndose a subir a explicar las cosas. Y yo le dije por señas al rey que insistiera en que no, porque parecía que alguna cosa, alguna significación tenía la presencia de Armada en Zarzuela". 

El director señaló que hay " una anécdota muy buena que nos contó Iñaki Gabilondo, que lo entrevistamos. Ante la posibilidad de que quién salía allí, se estaba jugando el pescuezo, quién iba a contar eso, ellos decidieron que los que estuvieran en narración en aquel momento, como Rosa María Mateo, el propio Iñaki, Victoria Prego, decidieron dar la noticia todos en plano aunque la diera uno. -Y mientras la expectación nacional... El plano sólo me cogía a mí. Pero a mi derecha y a mi izquierda se sentaron compañeros. No salían en el plano, pero estaban en cierto sentido diciendo que si eso tenía algún riesgo, lo compartían. 

Por último, el director afirma que "Siempre hablábamos con el productor del peso de hacer la responsabilidad, no de hacer esta película. Y también un poco la trascendencia más allá del hecho cinematográfico que el tiempo nos está dando razón en ese sentido, que pensamos que fuera casi un material didáctico que cada cierto tiempo se pusiera, que en el colegio cuando estudien este episodio digan que se puede ver la película. Sí que hay un peso de la película de conocer quiénes somos para la gente que no ha podido vivir esa época".

Para terminar y sumar a lo ya escrito hace cuatro años sobre la película y vinculándolo con lo que he dicho al principio sobre su papel visto con ojos de presente , creo que lo justo es no olvidar las palabras del rey en aquella noche del 23 F: 

"La corona, símbolo de la permanencia y unidad de la patria, no puede tolerar en forma alguna acciones o actitudes de personas que pretenden interrumpir por la fuerza el proceso democrático que la constitución votada por el pueblo español determinó en su día a través de referéndum".

Así que queda dicho, al César lo que es del César y a Dios, lo que es de Dios.  Punto y final.


martes, 23 de febrero de 2016

23-F



Hoy hace 35 años del 23-F. Tal día como hoy del año 1981 un teniente coronel de la guardia civil secuestró el Congreso de los Diputados. Este día todo español que tenga más de cuarenta años recordará lo que hizo , pues ese día fue inolvidable. Algunos , con el tiempo, intentaron pervertir la memorias de los hechos contando fantasías animadas de ayer y hoy, con Jordi Evolé a la cabeza. Desde entonces, ¿quién se puede fiar de lo que nos cuenta el follonero? Puede ser verdad , o no. De cualquier manera lo más interesante está en nuestro recuerdo. Eso sí que no hay quien nos lo quite. Lo deformaremos, lo enriqueceremos con lo que sabemos y hemos leído sobre ello, pero el 23 -F responderá siempre a la verdad de lo que vivimos. 

Ese intento por acercarnos a una verdad, que intenta ser medianamente objetiva, es lo que se nos presenta en esta película española del año 2011 dirigida por Chema de la Peña y protagonizada por Paco Tous, como el golpista Tejero. Con motivo de este aniversario versión española la emitió el domingo y yo la vi anoche. 

El director de esta 23 F la película es Chema de la Peña que cuenta con la dirección artística de Antón Laguna. Se trata de una producción de Ignacio y Gonzalo Salazar-Simpson para la productora Lazona que invirtieran en ella 8 500 000 €. La película sigue el guión de Joaquín Andújar,con música de Antonio Fernández Ruiz, el sonido de Sergio Bürmann, la fotografía de David Azcano y el vestuario de María José Iglesias. Fue distribuida por la Warner Bros Pictures con un resultado muy mediacre, unos 50.000 espectadores y unos 330 000 € de ingresos. 

El reparto está encabezado por Paco Tous como Antonio Tejero, Juan Diego como Alfonso Armada, Fernando Cayo como Juan Carlos I - papel que ha asumido por tercera vez en su carrera- , Mariano Venancio como Sabino Fernández Campos, Ginés García Millán como Adolfo Suárez- en estre caso asumido en dos ocasiones- , Jordi Bosch como Camilo Menéndez Tolosa, Luis Callejo como Santiago Vecinos, Pedro Casablanc como Eduardo Fuentes, Jesús Castejón como el general Aramburu Topete, Tomás del Estal como Carlos Lázaro Corthay, Juanma Lara como Juan García Carrés, Juan Alberto López como Enrique Bobis González, Lluís Marco como Jaime Milans del Bosch, Fermí Reixach como Nicolás Cotoner, José Manuel Seda como Felipe González, Luis Zahera como Jesús Muñecas, Joan Pera como Santiago Carrillo, Joan Massotkleiner como el general José Gabeiras y  Aitor Mazo como Ricardo Pardo Zancada. 

Junto a ellos aparecen Paco Ochoa como Alfonso Guerra, Juan Calot como Leopoldo Calvo-Sotelo , Luis Moreno como  Felipe, Príncipe de Asturias,  Olga Lozano como la Reina Sofía de España,  Clara Álvarez como la Infanta Cristina de Borbón y Grecia,  Cristina Álvarez como la  Infanta Elena de Borbón y Grecia.  

23-F, la película es el primer intento de llevar al cine una historia compleja y que sí se ha llevada ya a la pequeña pantalla en varias ocasiones. De hecho presenta un formato muy televisivo. 

Nos presenta el golpe desde su complejidad, , pero sobre todo desde la perspectiva de los golpistas, y en concreto desde la óptica del teniente coronal Tejero Molina, desde su salida de casa hasta la salida del Congreso.

La película arranca con escenas documentales que pudieron propiciar - y justificaron para los golpistas la intentona- el tambaleo de la democracia española, y casi de inmediato vemos a Tejero en la toma del Congreso, usada como arranque.  y tras eso se reviven las diecisiete horas y media que hicieron temblar los cimientos de una joven democracia y que sembraron de inquietud millones de hogares de una España pegada a la radio. Nunca la radio jugó tan importante papel. De hecho, ese día la radio española se quitó el corsé que mantenía en lo informativo desde el franquismo. 

Por un lado, vamos viendo el campo de visión del teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero Molina y sus hombres, y de otro, la del Rey Juan Carlos I con sus colaboradores que, desde su despacho, intenta contener al ejército y organizar las fuerzas civiles.

En medio, un complejo entramado donde el teniente general Jaime Milans del Bosch y el general Alfonso Armada Comín mueven los hilos del golpe. Al fondo, el país, que vive pendiente de la radio y la televisión y que generó algunos momentos de pánico que llevaron a sindicatos y partidos de izquierdas a quemar papeles que les pudieran comprometer. De la misma manera, algunas familias se montan en el coche en dirección a la frontera para huir de aquel fallido golpe de estado.

Se dice que el 23F es la historia de tres golpes pésimamente organizados: el de Milans, el de Armada y el de Tejero. Tres modelos que fracasan cuando, borracho de poder en el Palacio de las Cortes de Madrid, Tejero empieza a entender que lo han utilizado. Y termina como empiezacon imágenes documentales en este caso de la liberación de los diputados,

La película se realizó con motivo del 30 aniversario de la entrada de Antonio Tejero al Congreso de los Diputados, Chema de la Peña recuerda una jornada en la que España vivió pegada a los medios de comunicación. También conocida como la noche de los transistores, el 23 de febrero de 1981 los españoles temían el regreso de la dictadura.

De la Peña reconstruye los hechos grabando en los lugares donde transcurrieron los acontecimientos, especialmente dos días que rodaron en el agosto de 2010 en el Congreso, recreando el resto de escenarios y salas en sets, al igual que en el Palacio de la Zarzuela en la que recrearon tal y como estaba en 1981, aunque, según algunas críticas, sin aportar a la cinta material documental inédito. Lo más interesante desde mi punto de vista está en la recreación de la supuesta conversación entre Tejero y el general Armada en la que éste le da la lista del Gobierno de Concentración en la que estarían presentes políticos de cuatro partidos, cosa que indigna al militar malagueño que quiere un Gobierno Militar. 

La película , aunque fue ignorada por el público, obtuvo una  nominación al  premio Goya al mejor actor de reparto para Juan Diego.

Las críticas fueron especialmente duras  con la película. Jordi Costa en el  Diario El País comenta que  "En ningún momento, logra desembarazarse de su aspecto de sobredimensionado telefilme de tercera (...) Engarza su sucesión de lugares comunes con despreocupación alarmante (...) caracterizaciones caricaturescas"

Carmen L. Lobo del  Diario La Razón sostiene que "De la Peña dirige este thriller político con buen pulso, que refleja la minuciosa investigación previa realizada (...) excelente reparto"

En La Vangurdia  Lluís Bonet Mojica escribe que  "Parece una mala imitación de las comedias de Berlanga"

E. Rodríguez Marchante en el  Diario ABC  afirma que "El tic-tac de la historia es modélico, y consigue arrebatar intriga a algo tan consabido (...) Por lo demás, la película tiene la particularidad de eñalar el abismo que hay entre entonces y ahora (...) "

Irene Crespo en Cinemanía afirma que "No aporta nada en cuestiones históricas, ni profundiza realmente en la psicología de ninguno de los protagonistas, ni introduce ningún punto de vista nuevo (...) "

M. Torreiro en Fotogramas nos cuenta que "Todo se limita a una ilustración, desmayada y previsible, de la versión más o menos periodística del suceso (...) ".


Hoy día 23 de febrero, El País vuelve a darnos una lección de historia, seria y formal , -alejada de la charlotada presentada como modélica de áquel que volvió a ser el follonero, cuando parecía ser un periodista de verdad- con la narración minuto a minuto de este acontecimiento histórico inserto en la memoria de todos los españoles que tienen ya cierta edad.

En el País Tereixa Constenla escribe en relación a este rodaje el 22 de agosto de 2010 lo siguiente:

"En 30 años España ha cambiado tanto que los jóvenes no saben empuñar un cetme ni un subfusil. No hay mili. Nadie les obliga a familiarizarse con las armas. No es nostalgia, es una observación del comandante Santiago Taboada, que esta semana se empleó a fondo para hacer que los jóvenes policías que custodiaban el exterior del Congreso agarrasen su arma con verosimilitud y transmitiesen la tensión que sintieron los verdaderos agentes la noche del 23-F.

Han pasado casi 30 años y aún hoy algunos espontáneos se desquitan del susto insultando en la calle al Tejero que encarna el actor Paco Tous en la primera película sobre el golpe de estado que llegará a los cines. En un rodaje todo es mentira y todo debe parecer verdad. Lo que en pantalla será el destello de coches-patrulla es en realidad un foco azul sobre un trípode.

La fría noche del lunes 23 de febrero de 1981 en que España se asomó al abismo del pasado se recrea durante una noche de agosto, por fortuna solo templada y no tórrida. Juan Diego (general Armada) y Jesús Castejón (teniente general Aramburu Topete), encorsetados en los rígidos uniformes militares caquis, se abanican en cada descanso, sentados a las puertas del Congreso. Agua y abanicos para aligerar el sofoco. Un figurante que pasea a sus espaldas en la secuencia 125, a cuyo rodaje asistió EL PAÍS, sobrelleva su pelliza de lana con estoicismo. Al guionista le cautivó la retórica heredada del franquismo Hay todo un país lleno de recuerdos a los que el productor no quiere traicionar Paco Tous (teniente coronel Tejero), Juan Diego (general Armada) y Fernando Cayo (el Rey) protagonizan 23-F, la primera incursión del cine español en el acontecimiento más relevante de la Transición y el más casposo (o no es torrentiano gritar "se sienten, ¡coño!").

Su estreno, el próximo 23 de febrero, coincidirá con el 30 aniversario de un golpe de estado que duró poco más de 17 horas en las que el país no durmió. La noche de los transistores, se acuñó. La noche que todos los españoles en edad de recordar recuerdan. ¿Dónde estabas el 23-F?

Chema de la Peña, el director de la película, estaba en Salamanca congregado alrededor de una radio: "Tenía 14 años. Llegué a casa y mi madre me dijo que los de la ETA habían entrado en el Congreso, lo que demuestra la confusión que hubo". 

El viernes, antes de arrancar el rodaje nocturno centrado en las idas y venidas entre el Congreso y el hotel Palace, De la Peña explicaba que le atrajeron "la idea de trabajar con material de la historia reciente" y "el componente shakespeariano de los personajes". "De repente se dan cuenta de que viven en otro mundo e intentan recuperar el pasado a la desesperada". 

La historia española reciente apenas llega a las pantallas. Los estadounidenses todavía siguen en Irak y ya han inspirado varias películas (entre ellas, la triunfadora en los últimos Oscar, En tierra hostil). "Imagínate la historia del 23-F, que lo cambió todo y obligó a ir más rápido, en Estados Unidos. Aquí hay mucho pudor", aventura Ignacio Salazar-Simpson, copropietario de la productora Lazona, que financia la película (4,5 millones) con la colaboración de TVE.



Durante tres años, Ignacio Salazar-Simpson rumió el proyecto, que le inspiró la película The Queen. Antes, por tanto, del revival que desató el exitoso ensayo de Javier Cercas Anatomía de un instante. "Ya teníamos el guión escrito cuando salió. Se podría haber hecho una peli cachonda, pero queríamos justo lo contrario. Nos hemos empeñado en el rigor total: los sitios, lo que se decía, cómo se decía..", cuenta el productor, mientras el equipo se prepara para rodar en la carrera de San Jerónimo, cortada y en obras para ensanchar aceras. "Treinta años sin tocar la calle y la cambian ahora", se queja con humor Salazar-Simpson. Se queja porque la fidelidad histórica es su principal obsesión. Ha leído libros, declaraciones judiciales y se ha entrevistado con algunos protagonistas como el periodista Iñaki Gabilondo, el político de UCD Landelino Lavilla o el teniente general Aramburu Topete, director general de la Guardia Civil en 1981, que les contó cómo el golpista Tejero se cambiaba la pistola de mano para saludarlo con el debido respeto cuando lo vió en el Congreso. 

Muchos protagonistas del 23-F siguen vivos. Y, además, hay todo un país lleno de recuerdos a los que el productor no quiere traicionar. No hay, pues, concesiones en el guión. Ni teorías conspirativas ni elefantes blancos. Hechos probados. Diálogos contrastados. Como el siguiente, entre el periodista Rafael Luis Díaz y el general Prieto, amigo de Tejero, a las puertas del Palace, donde se reparten ejemplares de la edición especial en las que EL PAÍS anunciaba el fracaso del golpe. "-¿Cómo lo ha encontrado?-interroga el redactor. -Lo conozco perfectamente. En estos momentos no está nervioso. Está carente total y absolutamente de cordura." Delirante.

Al guionista Joaquín Andújar le cautivó la retórica militar heredada del franquismo. El honor, la patria, el destino. La grandilocuencia que contrasta con la intimidad. "Tejero es también muy infantil, a su mujer le llama ratita y ella le dice papaíto. Era algo ingenuo, pero un mal tipo, un mandado que se excede de sus funciones", describe Andújar. Aunque le apura mencionarlo, finalmente el guionista también destaca la coherencia del golpista con sus principios. En esas 17 horas sobró tiempo para heroicidades y traiciones. De políticos, periodistas y militares.

La película, sin embargo, ha elegido la perspectiva de sus auténticos motores: Tejero, caricaturizado por su bigote, su tricornio, su "se sienten ¡coño!" y sobre todo porque fracasó; el Rey, que pasará a la historia como el Borbón que desbarató el golpe de estado, y el general Armada, tejedor y nexo entre la conspiración política y la militar. En la secuencia 129, Armada, el correoso, accede al Congreso tras bisbisear la contraseña -"duque de Ahumada"- a los guardias golpistas de la puerta. 

Juan Diego, hierático y marcial, avanza con un guante en la mano. "Es quizá uno de los militares más cultos que intervienen en el 23-F", dirá del personaje. "Es la película que se merece este país, casi un homenaje a la ciudadanía", dirá del filme. Juan Diego, cuya trinchera ideológica está en las antípodas de su personaje, dice que si hubiera conversado con el general Armada para construir al personaje no habría hablado del 23-F. "Tal vez hubiera sido positivo tener una charleta con él distendida, pero le habría buscado la parte interna, habría hablado de camelias o de amor". No le hubiera contado que el 23 de febrero de 1981, Juan Diego había viajado a Zaragoza con Rosa León para participar en un homenaje al poeta Ángel Guinda. Ni le habría desvelado que pasó la noche refugiado en casa de un general, incapaz de imaginarse que, 30 años, interpretaría al enemigo Armada.

Ahora queda por saber cómo lo viví yo. Estaba en 2º de BUP y teníamos clases por las mañanas y por las tardes. A las 18:30 dimos por terminadas las clases como cualquier lunes del años. Me quedaban aún 30 minutos para llegar a casa desde el colegio. Ese día iba solo. Al pasar por el centro no noté nada especial. Eso sí, al pasar por la calle Concepción en cuya esquina con la calle Sevilla, se encontraba la sede de Fuerza Nueva, noté como estaba llena de jóvenes que hablaban en alto y que armaban un ruido tremendo que se escuchaba desde la calle. Fue lo único llamativo hasta llegar a casa. Al llegar alrededor de las 19 horas mi hermano , algo mayor que yo, junto con algunas de mis hermanas me abrió la puerta y me dijo con preocupación: "Han dado los militares un golpe de Estado".

En mi casa, por aquellos días, teníamos en el salón, una radio de los años 50 , Vanguard. Tenía la posibilidad de hacer un barrido de emisoras , algunas absolutamente extrañas que yo me había dedicado a localizar en fechas anteriores. No siempre emitía , pero intenté localizar Radio Tirana de Albania, una emisora en castellano que , de vez en cuanto aparecía, y que ponía en solfa tanto las democracias, digamos, liberales como a las dictadoras socialistas controladas por la URSS. En ellas se presentaba a Albania controlada por el Partido del Trabajo como el paraíso de los trabajadores, el faro del socialismo, una especie de edén utópico. Eso día, no emitían o yo ,al menos, no lo conseguí. Tras unos minutos más con otras emisoras incomprensibles para nosotros, pusimos ya radio nacional. No, no decían ni pío, sólo música militar. Al rato llegaron mis padres. Comentaron que había que estar expectantes a ver como pasaban los acontecimientos. Había mucho silencio en la casa. No recuerdo bien tampoco las conversaciones. Así, silenciosa, estuvo la casa hasta que en televisión se informó sobre que íbamos a tener un mensaje del rey. Aquello se retrasó en exceso. Finalmente, apareció el rey vestido de militar. Creo que tragamos todos saliva, pues por su aspecto nos temíamos lo peor. Se escucho el mensaje sin comentario alguno. Al final, mi padre comentó aliviado que parecía que esto tenía que terminar pronto y bien. Los menores de la casa, yo entre ellos, fuímos de cabeza a la cama con una esperanza, la posibilidad de que no hubiese clase al día siguiente. Sin embargo, mi padre fue claro. Aquí parece que no hay nada, por lo tanto, normalidad y mañana al cole.

Al levantarme, le pregunté a mis padres que cómo estaba trascurriendo el golpe y  nos comentaron que parecía que iba a terminar.