Hace un año que comencé este blog, aunque aparentemente pueden aparentar ser dos. Si leéis el principio veréis que es así. Creo que es el momento de hacer un balance provisional.
Empezaremos por el título. Es lo más acertado pues este fue el origen del blog. Uno llega a una edad en la que ya empieza a tener dudas sobre cuándo pude ver esa película, o esa serie. El blog me parece un medio magnífico para realizar una cronología sobre lo que veo. Reconozco que hice un primer intento en aquella página realizada con el Page Creator, más tarde, abducida por Sites y que se llamó Sesión de tarde. Lo que empezó como simple indicador con enlaces e imágenes, se irá ampliando en Para que no me olvide como ocurre en las narraciones, con un inicio, un desarrollo y su desenlace. Todo ello trufado de imágenes y con algún que otro enlace. Para ello retomé un antiguo blog de geografía que poco a poco fui desmontando.
En segundo lugar, el blog me ha obligado a dar pensar siempre en un título que reflejara el filme. Tras el título mi planteamiento ha sido comenzar con una historia que me remitía a la película o a un recuerdo personal sobre ella.
A continuación me he centrado siempre en la parte técnica de la película, su ficha, que casi siempre la ha buscado en la Wiki o en cualquier página sobre cine, desde la imbd.com, pasando por mibutaca.net o la magnífica filmaffinitty.com, y si no en cualquier otra siempre que aportara información.
Tras esto venía la sinopsis que, a veces, muchas veces, era un verdadero spoiler que previamente había buscado en esas páginas. Copiaba la información, la ampliaba o la reducía a gusto. Finalmente acababa con una reflexión sobre la misma – las menos de las veces – o cerraba el círculo iniciado al principio del texto. Este ha sido mi trabajo a lo largo de estos 365 días. El resultado no ha sido meritorio porque creo que no tiene ningún mérito, pero lo que es cierto que sí me ha llenado de satisfacción, pues la redacción, la idea introductoria, me ha aportado mucho, muchísimo.
Al principio pensé en incluir sólo películas. Incluí desde el principio las que veía en la televisión y dvd, pero tras tener un grave problema logístico con la televisión aposté por lo mucho que tenía en VHS, original y grabado. Desde el principio conté igualmente con las series que veía en la tele, o que descubrí en canales como series yonkis. La muerte o herida mortal de este canal supuso un nuevo rumbo.
Por supuesto he incluido lo que he ido viendo en cine. De hecho, la primera crítica del nuevo blog – sí, habrá nuevo blog- será sobre la película que pude ver el sábado 29 de diciembre. Al blog se fueron sumando otras ideas como la reflexión, realmente, una sola entrada, y lo que he ido leyendo, desgraciadamente – vergonzosamente- poco. Este ha sido mi más gratificante labor de bloguero en este último año – realmente llevo tres adelante-. Como he dicho anteriormente me mudaré. La razón se debe a las limitaciones técnicas que estoy encontrando en el blog perteneciente a blogspot.es. Esta son de navegador – me obliga a utilizar el Explorer de manera permanente y tengo un problema con los complementos- y de incrustaciones de video y de imágenes. Ante ello mañana comenzaré una nueva aventura cinematográfica.
Sin embargo, este blog seguirá en activo pues algunas cosas se publicarán aquí. Como balance provisional diré que he publicado 185 entradas, y con esta 186.
Diez de ellas en enero de 2011 (mentira, era 2012) y las películas de lo más variado desde Harry Potter y la Cámara Secreta, pasando por Las Crónicas de Narnia, en la entrada titulada Historia de un armario ropero; le siguieron más tarde, Planeta Rojo y Beethoven, uno más en la familia (En un típico día de Sesión de Tarde); alguna película basada en un musical como Otro ladrillo en el muro que tiene como referencia The Wall, o La Cosecha del 69 que trataba sobre el escarizado musical de título Oliver. También he disfrutado de Tintín, con la entrada Tintín cumple años (en donde hablo de “Las Aventuras de Tintín: el Secreto del Unicornio”, y de la animación El cetro de Ottokar). He visto clásicos como Peter Pan descrito en Un añejo neverland, o la historia de la película sobre las Hurdes que hizo Buñuel en la entrada “Todo por un premio”. He visto igualmente series.
En el inicio de 2012 concluí la magnífica serie Deadwood a la que dediqué dos entradas “El viejo y sucio Oeste” y la para mí brillante “Un café para Swearengen”. Algunos westerns más cayeron, en formato VHS, como Gerónimo (“Haciendo el indio”) o la historia sobre la batalla del Alamo vista en “Una historia épica”. También ha habido momentos para películas sobre la condición humana como ese “Good” film . En algún caso he mantenido el título de la película “Secretos y Mentiras” o en la película de Kurosawa “Los siete samurais”. Hubo también tiempo, no mucho, para la reflexión sobre las sociedades de gestión en “La dictadura de los autores”. Igualmente comenté esa comedia de viejos tintes verdes que es Flubber y el profesor chiflado visto en “Un moco verde y viscoso”.
También en ese frío y seco mes de enero pude ver clásicos modernos como El diablo sobre ruedas comentado en la entrada “¿Te gusta conducir?”; referencias del cine de los 80 como Corazón de Ángel, analizado en la entrada ¡Yo sé quien soy! ; brutalidades magníficas como la de Abel Ferrara en El Funeral (“Un funeral de película”), o esa Odisea en los tiempos modernos (basada en ese clásico de Elia Kazan que fue “América, América”), o monumentos del cine negro como La Dama de Shanghai en “El irlandés negro”
Las películas de animación quedaron analizadas en “Cursi, pero inolvidable” sobre la Blancanieves de Disney, “Un asunto de guerra” (Tintín y el asunto Tornasol), “La excursión al espacio” de Space Chimps o una historia de Lucky Luke de ese otro belga que fue Morris en “Daisy Town”.
También me he tragado rollos en enero de la talla del “Sicario de Dios” o Piraña 3D en “De la noche al día” o chorradas como Mi colega Dunston en “Una monería de película”. Así acababa el mes de enero y sus 27 entradas, sobre 28 películas y una serie como Deadwood.
En febrero fueron 21 las entradas. Y comencé describiendo los primeros capítulos de esa gran serie que es Guerra de Tronos en la entrada titulada ¡Qué frío en Invernalia!. No fue la única pues, para entonces empecé a hablar de esa serie de Zombies que es de The Walking Dead en Los caminantes, y más tarde volví a hacerlo en la entrada de nombre “Nebraska”.
También hubo tiempo para los musicales entre ellos el denostado The Sargent Pepper´s visto a través de Robert Stingwood e interpretado por los Bee Gees en Pimienta para una banda de corazones. También pude disfrutar del “Ultimo Vals” de Scorsese. No menos agraciada al menos para el escritor fue Leaving Las vegas y qué titulé como ¡Qué malo es el alcohol!
Buena, buena - así lo pensé y lo escribí- tras ver la película de título “El dorado” y que comenté en ¡No, no es río Bravo!. Otro western que pude disfrutar fue la película dedicada a “Los forajidos de Leyenda” en la entrada ¡Qué lejos queda Missouri!.
De Spielberg siempre cae alguna y en febrero fue “El imperio del Sol” analizada en “La guerra vista por un niño”. De otro grande, en este caso de un checo contemplé tan extasiado como abrumado “Alguien voló sobre el nido de un cuco” que pude describir en la entrada “Nicholson voló sobre el cine”.
Como clásico del cine de terror de los ochenta destaco en el blog en febrero “Un hombre lobo americano en Londres” en la entrada “El hombre lobo de los 80”. De los noventa en ese “revival” que hubo de la novela gótica del XIX publiqué Criaturita sobre la película de Frankestein de Mary Shelley. De inicio de los noventa destaco la entrada de nombre “Lágrimas de rana y escorpión” sobre la película Juego de Lágrimas.
Películas más o menos intrascendentes también las hubo como Stigmata analizada en “Estigmas” y otras de mayor referencia histórica como “El fantasma y la Oscuridad” que en español se llamó “El diablo de la noche”
Y homenajeé al cine clásico en blanco y negro, y además ruso, no ruso, soviético lo hubo en la entrada Lo que no sospechó Potemkin, en base a la película del acorazado homónimo.
Rusa, lo que se dice rusa fue El ladrón que titulé Vor como se dice en ruso. Tontadas las hubo y algunas gustaron a mis hijos tal y como señalé en la entrada ¡A manchas!, sobre la versión con personaje reales de 101 dálmatas. Igualmente en este grupo integro “Cinco elementos” de la película El quinto elemento. Otras de animación fueron las entradas Gaviotas y Gatos sobre la película “Historia de una Gaviota” o “Abstenerse los que busquen historia” que versaba sobre “Anastasia”.
En ese mes primaveral que es marzo la cifra de entradas sobre películas y series alcanzó la cifra de 18, distribuidas en ese marzo de 2011 (3) y el resto en el de 2012. De todas maneras unas de las entradas quedó vacante con el extraño título de “Esperando a Gogot”, mientras que las aparecieron en marzo de 2011, - que no, era el 2012- fueron una sobre un musical, “El molino rojo” sobre la película del “Moulin rouge” y otra que venía vinculada al mes de febrero y esa recuperación de la novela gótica llevada al cine. La entrada se llamaba “Puede que Mary lo sepa” y que trataba sobre la película “Mary Reilly”.
En ese mes de marzo hubo una apuesta por la saga del padrino vista en su versión cronológica o como se la conoce, la épica. En total fueron “7 horas y media” las que trascurrieron entre la III parte, y las iniciales que titulé “La familia” y “Esa oferta no se rechaza” o “Nada personal, sólo negocios” en orden contrario a las agujas del reloj.
En ese marzo real continuamos con The Walking Dead a través de “A más de 18 millas” y “Se acabó lo que se daba”. Pero entre las que debo recalcar destaco la que se centraba sobre el clásico de John Ford conocido como “Un hombre tranquilo” y que titulé como “Una película que te salva el cuello”. Esa para mí esa fue una de las grandes películas del mes, para mis hijos fue “Karate Kid” que yo titulé “Right, the circle. Left, the circle”, pues la vimos en inglés con subtítulos.
En abril vimos la segunda parte y lo reflejé en la entrada “Viento, mar y sake fuerte”. Tampoco dejaron atrás en sus gustos la película-fracaso de Disney, pero entretenida a rabiar que fue John Carter o como yo titulé “Un tipo de Virginia”. “Humedad, hambre y excitación” fue el nombre que le dí a la película sobre “Las cenizas de Ángela”.
Dentro de la animación tuvimos las entradas “Están locos esos romanos” sobre Asterix y Cleopatra o “No es una pesadilla” sobre “Pesadilla antes de Navidad”. También rendí un merecido homenaje a Ralph McQuarrie el padre de Darth Vader en su “Requiem por el padre de Darth Vader” cosa que no hice con otros grandes desaparecidos este año como, entre otros, Ernest Borgnine (Ese homenaje ha quedado pendiente).
En abril las entradas fueron 18. Y las películas fueron de todos los géneros. Desde el Slasher de Viernes 13 en la entrada “La Paramount, Miner y el Slasher” o “El amanecer de los muertos” que la titulé “La primera del año” o también esa “Noche de alienígenas” visibles en “The Faculty”.
También hubo lugar para la heroicidad en “El último mohicano” analizado en ritmo de tango en “Veinte años no es nada”. También hubo momento para los conciertos grabados en este mes fue el de Gal Costa en la entrada “Una de mis divas” así como el de “Los Secretos” (“Corregir en mis ratos libres”).
Aunque el paréntesis musical no descatalogada las series como la que lleva por nombre Juego de Tronos y que presenté con el título de “Reinos por los cuatro costados”. También disfruté con mis hijos con la sexta temporada del Doctor Who (“¡Es el Doctor!”) o con “Pig, cerdo pastor” (homenaje indirecto a la primera obra que me leí de Enyd Blyton - Shadow, el perro pastor) que hace referencia a la película Babe, el cerdito valiente. Tampoco esto me apartó de la literatura pues anduve en Venecia con Alatriste en la entrada “No hay séptimo malo”.
Ese mes fue también el de la conmemoración del centenario de la tragedia del Titanic. Y no sólo fue la película cuya entrada se llamó “¡Esto se hunde!”, sino también un documental recreado de nombre Inside the Titanic que puse por nombre “La historia real sobre el barco”.
Como película bélica del mes disfruté con Tora, tora, tora (“Tora no es lo que parece”) y como película histórica se centré en el personaje de Malcom X (“Lo que significa la X”) Hubo cine y vimos “Ira de Titanes” descrita en “Guerra titánica”. También hubo bobadas del estilo “Este chico es un demonio 3” reflejada en “Esta película es insufrible”.
Entre mayo y junio fueron dieciséis entradas repartidas equitativamente entre ambos meses. Unas fueron libros, otras series. Muchas películas. Entre los libros hubo en mayo una dedicada al “Viaje de Marco”…Didio Falco y otra dedicada a un samurai “Viaje de ida y vuelta”. Al mes siguiente el libro fue La Taza de Oro en “Una de Piratas”.
Entre las series se llevó la estrella ese mes “American Horror Story” (“Es el horror” “Entre el juego y el horror”), sin dejar de lado Juego de tronos, visible en la entrada anterior o en la titulada “De huesos y fantasmas”.
Entre las películas, las de cine “Una buena venganza” (Los vengadores), y las de DVD “El gran Capitán de la Marvel” (Capitan América). Y entre los bodrios – siempre cae alguno- La masacre de Town Creek- criticada en la entrada “La masacre intelectual”.
En junio, unos con el fútbol, y yo, con lo mío. Empieza con un“ Puede ser un pacto entre caballeros”, para terminar siendo una serie, la de Boardwalk Empire en “La nebulosa de Atlantic City” . Entre ellos me pregunto ¿Quiénes son los niños perdidos” (Jovenes Ocultos), o preciso que, en la película mensual de Spielberg, éste nos deja claro que cuando habla del soldado Ryan nos informa que “Era de Iowa, no de Minessotta” . La pérdida de tiempo del mes fue la Matanza de Texas III criticada en el “Slasher texano en la Sexta3”.
Por el contrario, un gran encuentro afortunado fue Blackthorn que me permitió recordar y reafirmarme en lo mucho que “Me gustan los westerns”. Decía un músico que los veranos son calurosos y deliciosos. Desde luego son apropiados para disfrutar de la lectura y del cine.
Ese fue mi planteamiento en este mes de julio en el que realicé 16 entradas. La mayor de las mismas se centraba en películas, algunas en libros. De hecho empecé hablando del best seller “Sé lo que estás pensando” que lo vinculé a lo que fue “Un regalo de Navidad”.
Más tarde, en la película de Spielberg le tocó el turno a “La lista de Schindler” relatada en la entrada titulada “La importancia de estar ahí”. Le tocó por dos razones: la primera, cuando a finales de febrero estuve en Berlín regresé con la idea de ver la lista, más aún cuando había estado en el Campo de Concentración de Sansenhausen, cercano a la población de Oraniemburg integrada en el Estado de Brandeburgo; la segunda razón, más relajada se debió a la lectura en año anterior en Chiclana ( ¡ah, mi arma!) del libro de Thomas Keneally. El cine de verano se concretó en la entrada Así no era el cuenta que relataba la película de Blancanieves y la leyenda del cazador.
Al hilo del cine de verano y la revisión de los vengadores, optamos por una revisión de los héroes Marvel en las entradas “El hombre de hierro”, la misma pero con el añadido de “…, mejorado”. A mediados de mes le tocó el turno a Hulk en “Cuando Hulk era la masa”. La televisión no quedó al margen y de la Paramount Channel vimos “El último hombre” presentado con el extraño título (si ves la película descubrirás el por qué, y más aún en este país) “Un poco de corrupción es inevitable. De series reconozco que pude ver, tanto con admiración como por espanto, el final de American Horror en la entrada “Aquellos horrores que dejé aparcado”.
Mi inminente viaje a Normandía y la apuesta por el VHS propició que viese “Un puente lejano” presentado en ese “Un Mercado y un Jardín muy lejano” , en donde las mayúsculas tienen mucho que decir.
Cine clásico y en blanco y negro, y de calidad, y emocionante no me fue ajeno. El Chico de Chaplin fue la película que se analiza en “Cuarenta años más tarde”. De la cinematografía latinoamericana estuvo presente la película “Como agua para chocolate” que relaté en el raro nombre de “Una cebolla en la cabeza”. De directores de culto rescaté esa de “Los vampiros vistos por Carpenter”, así como una obra, considerada mejor, de un genio mayor visible en “Trama en familia” en la comprobamos el cine, según Hitchcock. Por último hablé de los felices 70 años de un mito.
Hablamos de La PELÍCULA, de la que también hablé de “Los actores y el mito”. Así llegó un caluroso agosto, que se inició en Francia y acabó en Córdoba. Hubo tiempo para la lectura con las “Historias del mediterráneo” vistas por R. Graves, para las series de mafiosos como Boardwalk Empire, películas “intocables” de mafiosos y policías de la escasa talla de Elliot Ness, y documentales narradas en las “Historias de la mafia”; las películas “Spanish gore /zombie” como Rec 3 , o clásicos como “La cosa” visible en “Una precuela en el tiempo” y concretada en “Muchos nombres para una cosa”. Acabé hablando de comida en “Bueno para comer” (Ravenous), de la lluvia negra (Black Rain) y de la PELÍCULA en mayúsculas (Casablanca) por tercera y antepenúltima vez.
Las 13 de agosto (no fueron trece, pues realmente fueron 16 que acabarán a lo mejor en Gogot, y que, curiosamente, son del mensual Spielberg), se repitieron numéricamente en septiembre. Empezamos en septiembre con la recomendación de “Mejor no hacerlo” y es que Casablanca fue mucha película. Tras ella vino el “Final del verano” en forma de batalla naval, léase “Battleship”. No lejos quedaron western, uno sobre venganzas (la de un hombre llamado caballo o Shunkawakan), otra sobre el implacable paso del tiempo (Ella portaba una cinta amarilla, es decir, “La legión invencible”), o el papel de la venganza y el perdón visible en “El western que se colocó por encima”, o sea, “Centauros del desierto”. El terror quedó para las dos o tres Sierras (Saw) que ví. Y terror me ha producido ver que ET, que la disfruté con mis hijos en ese mes, no lo incluí en la entrada (ET, en las vacaciones navideñas del 82).
Recordé igualmente en ese mes un personal “Amanecer esloveno” (“Underground), así como las estrecheces de una Calle Mayor en la época franquista, una de las grandes películas del cine español de todos los tiempos (¡Qué poco tiene que ver esto con los azafatos gay del último Almodóvar! – sin duda va de mal en peor-). Menos mal que los conflictos en la cara oeste de Nueva York invitan a olvidar (West Side Story) De libros reseñé la visita de Don Juan de Austria en “la visita en el tiempo”.
En octubre 19 fueron las entradas, muchas de ellas de cine de terror. Entre ellas Hush en “Se me acumula el trabajo” o de “The Host” en “La persitencia de la familia Park”; la enésima entrega de Resident Evil: Apocalipsis redactada en “Los juegos de mijo” o la interiorista – por el metro- de Creep (“Un metro sin bombines”), o “La extraña enredadera” de Jeepers Creepers 2.
También dos obras de autores de best seller, una mayor, La niebla de S. King “Sin visibilidad”; otra “menor de un vendedor de best Sellers”, de D. Koontz, como fue “Phantons” No sólo del terror vive el hombre. Así que hubo grandes clásicos de los años 20 como el Battling Butter de Pamplinas ; de finales de los 40 como el Macbeth de Orson Welles que narra “la ambición y traición en la corte escocesa”; de los 50 vista a través de “Zoom de un mirón” (La ventana indiscreta”); de los 80 con la Locura en su laberinto visible en “El resplandor”; de los 90 con el Drácula de Coppola en la entrada “Un año de cine”, o esa que decía que la “Vida en una caja de Bombones” – léase Forrest Gump- haciendo referencia al 92, pero también a la serie B como ese Escape de L. A. presentado en “Llámame serpiente” o al cómic de Sin City (“De los Jam al cómic en movimiento”)
Mención aparte tiene Como la vida misma, la del pintor Paco Ariza, sobre la película de Miguel Ángel Entrenas; o la amnesia francesa sobre “la ocupación y la injusticia” que nos Monsieur Batignole. También hubo gansadas de la talla del Gato (“Gato con sombrero”), la del primer caballero o como el último del Doctor Who (“Primero y último”).
Noviembre entró con Halloween, bien, bueno, los santos y con ellos lo no tantos. He visto este noviembre desde clásicos de terror como “El exorcista” (“El miedo en beta”) hasta la trilogía de la momia (“También regresó la momia” y “También regresó la momia 2”, incluida la china), pasando por la literatura egipcia de faraones y de Mahfuz con la Batalla de Tebas de fondo legible en “Triple Corona”.
Retorné a las series con una segunda corona – la tercera entrega de The Walking Dead – y una tercera con “American Horror Story: Asylum” de fondo (“Corona completa”). Entre medias The River (“Un río laberíntico y mágico” y “El río desemboca bien”) o Espejo Oscuro (Black Mirror), la miniserie británica con tres capítulos en “Nosotros tras el espejo oscuro”.
Clásicos como Gladiator (“El primer Oscar milenario”) o Los Comancheros (Calma, calma pedía Tully Crown), o pérdidas de tiempo como “Noche de bobos”, la de “Inocent blood o Sangre fresca”, o la de “Doom” en Algo más que Justin Chang). Incluso hubo una “Última visita a Casablanca”. Para terminar evoqué aquella fugaz página que fue “Sesión de Tarde”.
Y llegó diciembre con su frío y sus limitaciones, en mi caso, temporales y técnicas, de operatividad, con el blog. En ese mes acabé con la segunda temporada de Sherlock (“Elemental, querido Sherlock!), con la solitaria y domiciliaria historia de “Un chico de nombre imposible”).
Tres series centraron mi actividad y mi trabajo. La primera The Walking Dead, la segunda, American Horror Story: Asylum” y la tercera “Carnevàle”. Puse fin a la primera mitad de temporada de una “Entre zombies anda el juego”; al octavo “Esperando el beso mortal” del Asylum; y a los veinticuatro de las dos temporadas de Carnevàle (“Festival truncado”).
Por último, hablamos de la bruja de Blair en un “Proyecto modélico”; de la “Comedia ectoplásmica de los ochenta” y lo que nos “molaba”, y , por supuesto, de la vida (“La vida es bella”). Por último, dediqué un merecido homenaje a alguien que amaba el cine y que me incita a seguir en mi camino en “Para Guillermo”.
Con esto posiblemente se acabe el blog. Esto ha sido como decía la canción argentina - era Roque Narvaja- mi balance provisional para este blog. Tras estas 186 entradas que hablan, más o menos de 186 sensaciones, que considero me han permitido sentirme mejor. De todas maneras seguiremos en contacto, ya que aquí faltan imágenes, enlaces... vamos, lo de siempre, y… ¿por qué no? ¡Feliz año!
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