martes, 19 de marzo de 2013

Argo o cómo salvar a seis secuestrados


¿Y si nos inventamos una película? A mí, desde luego, me gusta la idea. Más aún si la película inventada en cuestión está basada en historias quie se desarrollan en planetas lejanos. Al fin y al cabo, yo soy de aquellos que fueron a ver todo la saga galáctica tanto en los sesenta como en el cambio de milenio. Esta película, Stars Wars, estaría en la cabeza de Tony Méndez, uno de los protagonistas, cuando se le ocurrió montar un plan extraño pero eficaz para liberar a seis secuestrados con la justificación de una búsqueda de exteriores por parte de un supuesto equipo cinematográfico canadiense.

El haber visto esta película este fin de semana pasado, lógicamente tienen mucho que ver con el hecho de que  este lunes pusieran por televisión, en concreto, en el canal Discovery Max, el estreno de un documental  titulado "Argo: la verdadera historia", un especial de la cadena con motivo del éxito de Argo, la película de Ben Affleck.
Se trataba de un documental que recuerda la crisis de los rehenes de 1978 en Irán, y se acerca a las claves de una operación de rescate que involucró a dos Gobiernos, el de los Estados Unidos y el de Canadá, asi como a la CIA y al mismísimo Hollywood.
El documental cuenta con testimonios de los implicados, los afectados y con la participación del líder de la operación, un profesional de la CIA y sobre todo y ante todo un “maestro del disfraz” como lo califican en Discovery , además del creador de una de las mejores falsificaciones documentales, un tipo de nombre muy latino: Tony Mendez. 
Esa es la razón por la que el domingo noche vi Argo. Se trata de una película de suspense del año 2012 dirigida por Ben Affleck, y que resultó ganadora del Oscar a la Mejor Película en la edición número 85 de los Oscar de Hollywood, celebrados el pasado 24 de febrero de 2013. Es una dramatización de la importante participación del ex-agente de la CIA Tony Mendez en el histórico rescate de seis diplomáticos de Estados Unidos, durante unos momentos clave de la llamada Crisis de los rehenes de Irán. 
La película está dirigida por Ben Affleck y contó con la producción de Grant Heslov, Ben Affleck y George Clooney que previamente había colaborado en la aclamada película Buenas noches y Buena suerte, y en las estaban implicados por medio de diversas productoras tales como la GK Studios, Warner Bros. Pictures, GK Films y Smoke House Pictures. La distribución la llevó a cabo Warner Bros. Pictures. La inversión de la película fue elevada pues contó con un presupuesto de 44 500 000 de dólares, sin embargo, la recaudación superó con creces los 204 millones de dólares. Todo un negocio. 
La película contó en el apartado técnico con la música de Alexandre Desplat – un famoso compositor francés reconocido por la música para las películas El discurso del rey y las dos partes de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte-, y la fotografía de Rodrigo Prieto, así como con montaje de William Goldenberg. 

La película es protagonizada por Ben Affleck, John Goodman, Alan Arkin, Bryan Cranston, Taylor Schilling, Kyle Chandler,Victor Garber, Michael Cassidy, Clea DuVall, Rory Cochrane, Scoot McNairy, Christopher Denham, Kerry Bishé, Tate Donovan, Chris Messina, Adrienne Barbeau, Tom Lenk, Titus Welliver, Zeljko Ivanek, Bob Gunton y Michael Parks, entre otros. Fue estrenada en las salas norteamericanas el 12 de octubre de 2012.

Irán, año 1979. La película nos hace una breve reseña de las dificultades que había sufrido Irán a lo largo del siglo XX y que permitió la llegada y la corrupción generalizada por parte de los Gobiernos y la familia del sha Reza Palevi. Como la familia imperial está en los Estados Unidos ya que el sha se ha refugiado allí y ha informado de que será tratado contra el cáncer, esto provoca que los soldados de la revolución hostiguen y más tarde asalten la embajada de los Estados Unidos en Teherán. Ese asalto a la embajada de EE.UU. en Teherán se produce el 4 de noviembre de 1979 en represalia por el apoyo del país al recientemente depuesto Mohammad Reza Pahlavi. Antes de que entren en el edificio, el personal intenta destruir los documentos clasificados que hay en la embajada. Aunque la mayor parte del personal de la embajada es tomado como rehén, seis funcionarios consulares escapan por las calles de Teherán, se esconden en la casa del embajador canadiense Kenneth D. Taylor (Victor Garber) y su esposa en su residencia hasta su rescate.
El guión coloca a los fugitivos Mark Lijek (Christopher Denham) y Cora Lijek (Clea DuVall) , Bob Anders (Tate Donovan) , Schatz Lee y Joe y Kathy Stafford (Kerry Bishé) en una situación de convivencia forzada en la residencia del embajador canadiense Ken Taylor (Victor Garber). 

Con la situación de los prófugos mantenida en secreto, el Departamento de Estado comienza a explorar opciones para sacarlos de Irán. La CIA y el gobierno canadiense organizaron una operación para rescatar a seis diplomáticos estadounidenses que se habían refugiado en la casa del embajador de Canadá. El especialista de la CIA, Tony Mendez (Ben Affleck) señala las debilidades fundamentales en todas las propuestas (profesores solidarios,…) , pero no encuentra una alternativa hasta que se le ocurre una idea mientras ve La batalla por el planeta de los simios en la televisión con su hijo: crear un tapadera en la que los fugados son cineastas canadienses, explorando localizaciones "exóticas" en Irán para una película de ciencia-ficción similar.

Mendez y su supervisor, Jack O'Donnell (Bryan Cranston), contactan con John Chambers (John Goodman), un maquillador de Hollywood que previamente ha elaborado disfraces para la CIA. Chambers los pone en contacto con el productor de cine, Lester Siegel (Alan Arkin).

Juntos crean un estudio de cine y una productora falsa  y siguen con éxito la pretensión de desarrollar Argo, una película de "ciencia ficción fantástica" al estilo de Star Wars, con escenarios en Oriente Medio para dar credibilidad a la tapadera. La misión: ir a Teherán y hacer pasar a los diplomáticos por un equipo de filmación de exteriores canadiense para traerlos de vuelta a casa. 
Mientras tanto, crece la ansiedad de los fugados en la residencia del embajador. La documentación destrozada de la embajada de EE.UU. está siendo reensamblada por niños , proporcionando a los revolucionarios la evidencia de que hay personal de la embajada que ha escapado.

Haciéndose pasar por un productor de Argo, Mendez entra en Irán, vía Estambul, y se reúne con los seis fugitivos, proporcionándoles pasaportes canadienses y amplia información sobre sus identidades falsas para ayudarlos a engañar a la seguridad del aeropuerto. A pesar de que tienen miedo en confiar en el montaje de Mendez, acuerdan ir con él, sabiendo que Méndez está arriesgando su propia vida también, y convencidos de que es su única opción. Una visita al bazar para hacer creíble su tapadera está a punto de acabar mal, pero su contacto iraní los aleja de la multitud hostil.

Al día siguiente, han de salir, aunque el servicio de contraespionaje de Irán los ha fotografiado en ese paseo por el bazar. Mendez es informado de que la operación ha sido cancelada, para evitar conflictos con un rescate militar planeado específicamente para salvar a los rehenes. Él, no obstante, sigue adelante obligando a O'Donell a exigir apresuradamente a sus superiores que reactiven el apoyo logístico, que previamente han denegado.

En el aeropuerto pasan todos los filtros no sin dificultades. Hay tensiones con las reservas de vuelo de los fugitivos, al final, reservan un vuelo de Swissair. Una vez todos a bordo del avión, los revolucionarios descubren el engaño y en la pista, mientras el avión despega tratan de detenerlos. Sin embargo, al salir del espacio aéreo iraní ya están libres. Lo celebran bebiendo alcohol. 
Para proteger a los demás secuestrados en Teherán de más represalias, se suprime toda participación de EE.UU. en el lío, dando todo el crédito al gobierno canadiense y a su embajador (que huyó de Irán con su esposa bajo sus propias credenciales mientras la operación estaba en marcha, su ama de llaves iraní, que había conocido a los fugados y mintió a los revolucionarios para protegerlos, se escapa a Irak). Mendez recibe la Estrella de Inteligencia, pero debido a la naturaleza confidencial de la misión, no puede mantener la medalla hasta que los datos se hicieron públicos en 1997. Todos los rehenes son liberados más tarde el 20 de enero de 1981. 
La película termina con Jimmy Carter dando una charla sobre la crisis y la farsa canadiense, con capturas de pantalla de la película siendo en contrastada con las imágenes de las personas y los sucesos reales durante la crisis. 
Durante los créditos finales del film, se pueden ver varias imágenes reales de la crisis junto con las recreadas para la película, mostrando incluso a los protagonistas de los hechos reales y a sus contrapartes de ficción. 
Argo fue ampliamente aclamado por la crítica. En la web cinematográfica Rotten Tomatoes la calificacon de "Tensa, emocionante y a menudo oscuramente cómica, Argo recrea un acontecimiento histórico con una atención al detalle y vívidos personajes muy trabajados". Aquí tenemos algunas de esas críticas. Por ejemplo la de Todd McCarthy en The Hollywood Reporter "'Argo' es un thriller político fuera de serie, narrado con inteligencia, grandes detalles de época y una sorprendente cantidad de humor"
En Variety, Peter Debruge coincide con Rptten Tomatoes, al decir que es "Tensa y menos autocomplaciente de lo que parece, la inesperadamente cómica tercera película de Ben Affleck tiene los elementos esenciales para encantar al público adulto".
Por su parte, Peter Travers en Rolling Stone escribía que "Ben Affleck no sólo se limita a dirigir 'Argo', sino que la dirige endemoniadamente bien (...) No hay duda de que ha creado una de las mejores películas del año (...).
Rex Reed en The New York Observer afirmaba que "Tiene tensión, sinceridad, misterio, responsabilidad artística, valor de entretenimiento, calidad técnica, un arco narrativo y un asombroso respeto por la tradición de narrar una historia con las mínimas florituras y el máximo impacto" .
Un clásico en estas críticas Roger Ebert en Chicago Sun-Times escribió "Al mismo tiempo fascinante y sorprendentemente divertida (...)"

En España Luis Martínez en el Diario El Mundo afirmaba que "Un 'thriller' eficaz a vueltas con la liberación y sus cuitas; una comedia brillante alrededor de Hollywood y sus delirios de antaño, y un drama, la parte más débil, sobre los pesares de un padre".
En el diario El País Carlos Boyero señalaba "Conseguido suspense que crea la interesante 'Argo' (...) Affleck logra mantener aceptablemente el suspense y dispone en papeles breves de actores que siempre inyectan vida y credibilidad a sus personajes" .
E. Rodríguez Marchante en el Diario ABC publicaba que "Recrea con gran habilidad un terrible hecho real en el Irán de los ayatolás justo después de la caída del Shah. (...) Affleck nos cuenta la historia con una magnífica cantidad de intriga y humor" ; mientras que Sergi Sánchez en el Diario La Razón "Funciona como un reloj suizo. (...) Affleck dirige las secuencias de acción con mano firme, y gradúa la tensión del clímax como si se hubiera convertido en el Hitchcock de «Cortina rasgada».

Javier Ocaña en el diario El País señala que “La historia se repite; primero como tragedia, y después como farsa”, dijo Karl Marx. Y, sin embargo, como afirma un personaje de Argo, qué cerca están en ocasiones la una de la otra. Ocaña continúa afirmanado lo siguiente: “…Y los responsables de Argo quizá hayan perdido la gran oportunidad de labrar todo un relato entre la comedia negra y la farsa grotesca, pura política, y no solo su primera mitad. Se cita a Alan J. Pakula entre los referentes, y se nota el homenaje al cine político de los setenta ya desde la tipografía de sus créditos. Pero el Pakula de El último testigo nunca se hubiera permitido los clichés alrededor del suspense de sus 20 minutos finales: el héroe que arriesga sin permiso oficial, el coche que no arranca, la foto revelada en el último instante, el montaje paralelo, las risas de los soldados, embobados por Hollywood. Y, a pesar de todo, Argo sigue siendo una película estupenda. Porque el material, entre lo sublime y lo ridículo, es excitante.

Ha sido una película muy premiada recibiendo tres Oscar a la mejor película, guión adaptado y montaje, aunque obtuvo siete nominaciones. Igualmente obtuvo cinco nominaciones en los Globos de Oro y dos premios , a la Mejor película dramática y mejor director. Obtuvo dos premios en los Critics Choice Awards, en concreto a la Mejor película y mejor director, a pesar de sus siete nominaciones.

Fuera de Estados Unidos ha sido igualmente premiada. En Gran Bretaña de las siete nominaciones fue galardonada con tres de los BAFTA, incluyendo mejor película y director. Obtuvo en Francia el Premio César a la Mejor película extranjera. En Canadá fue nominada al Premio del Público (Mejor película) en el Festival de Toronto. 
Otros premios han sido a la música como los Satellite Awards a la Mejor banda sonora, aunque obtuvo cuatro nominaciones, incluyendo Mejor película. Se incluyo en los diez mejores films, con mención especial Ben Affleck (director) en los National Board of Review (NBR). Se premió igualmente al mejor guión en la Asociación de Críticos de Los Ángeles. Fue incluida en el Top 10 de las mejores películas del año American Film Institute (AFI). Se premió igualmente al mejor director, Ben Affleck, por la Directors Guild of America (DGA), y a la mejor película por la Producers Guild of America. En concreto, la banda sonora ha ganado el Premio Satellite y nominaciones a los premios Óscar, BAFTA y Globo de Oro como mejor banda sonora.

Un día después de la entrega del Oscar a la mejor película, hubo críticas de parte de los medios de comunicación y políticos de Irán, quienes consideran que se ha tergiversado la historia de la película con fines políticos y es antiraní, Michelle Obama, actual primera dama de EE.UU., fue quien entregó la estatuilla durante la premiación.

Ya he comentado que anoche pude ver el documental de Discovery Max en el que se puntualizan algunos puntos de la película. Algunas de las puntualizaciones proceden de Méndez y otras de otros protagonistas. Lijek señalo en el reportaje que tras varias noches (incluyendo una en el complejo residencial de Reino Unido) el grupo se repartió entre la casa de Taylor y la de otro funcionario canadiense, John Sheardown. 
He leído igualmente que el señor Lijek declaraba que “…, no es cierto que no podíamos salir para nada. La casa de John Shardown tenía un jardín interno por el que podíamos caminar con libertad”. “Sí es cierto que teníamos poco para hacer más que leer y jugar al Scrabble. Bebíamos mucho también”, reconoce Lijek. La CIA ideó un plan para extraer a los seis estadounidenses del país en un vuelo regular desde el aeropuerto Mehrabad de Teherán, haciéndolos pasar por canadienses que trabajaban en una inexistente película de ciencia ficción. Mark Lijek recuerda que al principio fue él quien recibió con mayor entusiasmo la idea. “Pensé que tenía la dosis justa de ingenio. ¿Quién, además de un grupo de cineastas, estaría lo suficientemente loco como para venir a Irán en medio de una revolución? No tenía ningún problema en simular ser alguien de la industria del cine”. Mark Lijek declaró que “Hay una secuencia en la película en que para dar la impresión de que son gente de la industria los seis estadounidenses van a un zoco en Teherán para ver si servirá para rodar escenas del falso filme. Lijek dice que eso es totalmente ficción. “Jamás podríamos haber hecho eso. El embajador canadiense nos había recomendado con firmeza no hacer eso, por el nivel de inestabilidad que había en las calles”. “Si alguien nos preguntaba algo debíamos decir que estábamos dejando Irán para volver cuando fuera más seguro. ¡Pero nadie preguntó!”. 
Mark Lijek cree que el valor de la coartada estuvo en darles a los fugitivos la confianza suficiente como para poder superar una rigurosa prueba en el aeropuerto, si resultaban ser sometidos a ella. Las escenas finales de “Argo”, en las que los seis estadounidenses llegan con lo justo a subir al avión, son extremadamente tensas. La CIA les había dado documentos falsos para dejar el país y, por supuesto, no había registros de llegada que coincidieran con ellos. El clímax de la película es una gran persecución, de esas que ponen los pelos de punta, en que miembros de la Guardia Revolucionaria armados hasta los dientes intentan detener el despegue. “No ocurrió nada de eso”, asegura Lijek. “Es verdad que podríamos haber tenido problemas con los papeles, que era nuestro mayor punto débil”. “La verdad es que los funcionarios de migraciones apenas miraron nuestros papeles y nos procesaron en la forma habitual. Abordamos un avión y luego nos llevaron a la residencia del embajador de EU en Suiza. Fue así de simple”.

Igualmente el que fuera embajador canadiense en Teherán en 1979 durante la crisis de los rehenes, y que fue públicamente reconocido como el auténtico salvador de los funcionarios norteamericanos por el Presidente Ronald Reagan, sin nombrar a Méndez, no da demasiada importancia a las inexactitudes históricas de la cinta de Ben Affleck. "Cuando la vi pensé 'ojalá hubiera estado allí'" dijo irónicamente.

Taylor entiende que Hollywood se tome licencias creativas, pero tiene unas cuantas cosas que puntualizar sobre la película, que minimiza el papel de los diplomáticos canadienses para reflejar como héroe al agente de la CIA, Tony Méndez, interpretado por Affleck. El embajador hizo mucho más que abrir la puerta y servir vino. Escondió a los americanos en su residencia durante tres meses, convenció al gobierno de Ottawa para que les expidiera pasaportes canadienses falsos y proporcionó información de inteligencia a la CIA para organizar su rescate. "La película es un gran entretenimiento, pero si distorsiona tanto la historia, me pregunto que sabrán las generaciones más jóvenes", puntualiza su mujer Patricia, que también sale en la película. Lo ocurrido no se conoció hasta que la CIA desclasificó la operación. Ben Affleck rescató la historia tras leer un amplio reportaje en la revista Esquire y escribió Argo. Para el guión se basó en un libro del agente de la CIA Tony Méndez. Taylor ha declarado últimamente que "Disfruté trabajando con Tony Méndez. Era un hombre muy inteligente y valiente. Pero estuvo en Irán un día y medio y nosotros vivimos con los diplomáticos americanos tres meses", puntualiza Taylor.

A pesar de ello, Affleck no consultó con ellos hasta que la película estuvo terminada. Cuando la película se estrenó en el festival de Toronto, el ex embajador no fue invitado. Pero la prensa canadiense no dejó escapar cuánto de la historia se había sacrificado por el espectáculo. Tres días después del estreno, Taylor y Patricia recibieron una llamada. "Soy Ben", dijo Affleck al otro lado de la línea. Les propuso ir a Los Ángeles a ver la película antes de su estreno en EEUU. Al embajador no le gustó que la cinta sugiera que, entonces, al ser una operación secreta, Canadá se llevó el mérito que en realidad correspondía a la agencia de inteligencia. Affleck le dejó rescribir uno de los títulos de crédito que aparecen al final de la cinta. "La participación de la CIA completó los esfuerzos de la embajada canadiense para liberar a los seis americanos retenidos en Teherán. Hasta la fecha la historia permanece como un ejemplo de cooperación internacional entre gobiernos", apuntó.
Taylor, Patricia y el resto de los diplomáticos canadienses alojaron a los americanos en la residencia del embajador. Compartieron con ellos los bajones emocionales, el aburrimiento, la ansiedad y la constante preocupación porque el personal iraní de la casa les descubriera. "Había cuatro o cinco iraníes trabajando para nosotros que eran muy leales, pero curiosos", recuerda Patricia. La presencia de seis americanos que nunca abandonaban la casa, provocó preguntas. "Nos preguntaban por qué, si habían venido de visita a nuestro país, nunca salían", dice entre risas. "Les miraba a los ojos y les decía que estaban muy cansados". Los empleados no traicionaron la confianza de sus jefes. Según la mujer del embajador, "fueron tan leales que cuando los guardias revolucionarios les cuestionaron dijeron que no sabían nada".



A Patricia, le ha molestado especialmente la imagen que la película da de los iraníes. "No son tan fanáticos como refleja la película y sin ellos yo hubiera tenido muchas dificultades", admite. Un día, cuando se disponía a volver a casa del trabajo, llegaron noticias de que había manifestaciones violentas en las calles. Un compañero se ofreció a llevarla en coche hasta casa. "Tenía una foto con el Sha por un lado y de Jomeini por el otro. Y en la radio una emisora de música religiosa y otra de música rock. Iba cambiándolo según con qué grupo de manifestantes nos encontráramos", cuenta. Hace unas semanas, Taylor vio en la CNN como el expresidente Jimmy Carter comentaba que 'Argo' exagera el papel de la CIA y resta importancia a la contribución de los canadienses.

Lógicamente la película no ha gustado a Irán quien ha declarado que llevará Argo a los tribunales. El gobierno de Mahmoud Ahmadinejad quiere demandar a los responsables de la cinta ganadora del Oscar a la mejor película, incluido a su director, Ben Affleck, por lo que entienden que es "un retrato poco realista" y "muy violento" de la sociedad iraní. Según apuntan varios medios de comunicación locales, incluyendo el diario reformista Shargh, la abogada francesa Isabelle Coutant-Peyre está en Irán para mantener conversaciones con los dirigentes de la república islámica sobre cómo y dónde presentar la demanda. Esta letrada gala fue la abogada de Carlos el Chacal. 
Aunque la película no se ha exhibido en los cines iraníes ya que, evidentemente, no superó los filtros de la censura del gobierno de Ahmadinejad, copias piratas de DVD pueden adquirirse fácilmente en las calles de Teherán. 
Para abordar este fenómeno las autoridades iraníes celebraron esta semana una proyección privada de la película dentro de un acto llamado "La gran estafa de Hollywood". Tras el pase, las autoridades presentes emitieron un comunicado en el que denunciaban que 'Argo' supone una "violación de las normas internacionales culturales". Además, el hecho de que fuera premiada en los Oscar, galardón que fue anunciado por la primera dama estadounidense, Michelle Obama, supone un claro ataque contra el régimen de Teherán. "La concesión del premio a una película anti-Irán es un ataque propagandístico contra de nuestra nación y contra toda la humanidad", dijo el comité. En dicho evento, los expertos y autoridades discutieron diversos aspectos legales sobre la futura interposición de una demanda aunque, según informa la prensa local, sin entrar en más detalles. Por tanto, aún no está claro qué cargos específicos podrían alegar las autoridades iraníes contra los autores de Argo ni tampoco ante qué tribunal de podría dirigirse la demanda. Y esta no es la primera vez que Irán carga contra producciones de Hollywood pues críticas han sido con Irán de la República Islámica 'No sin mi hija' (1991) , '300' (2006) o el  'El luchador' (2008) también fueron condenadas duramente por el régimen de Teherán por ofrecer una imagen distorsionada y sesgada de su sociedad o de sus antepasados. 
Hace unas semanas, justo después de que Argo recibiera el Oscar a la mejor película, el ministro de Cultura y Guía Islámica de Irán, Mohamad Hosseini, describió la película de Ben Affleck como propaganda "anti iraní".
La película es , a veces tensa y otras sensible. No parece que ningún detalle haya sido dejado al azar. Tenemos un héroe humano, con problemas personales - la separación de su hijo y de su mujer (ese tiempo que se han dado) le duele, es un valiente, un héroe, que se juega su vida por salvar la de los demás y no pide reconocimiento alguno. El grupo de los seis con el diplomático y la mujer de este forma un buen reparto, muy parecido a los físicos originales, muy bien caracterizados.

En definitiva estamos ante una buena película. Mi pregunta es ¿ha sido la mejor de 2012? Aún , creo, que no puedo dar esa respuesta. Pero creo que la Vida de Pi me llegó más.

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