La Sexta3 siempre nos lleva al cine. En este caso recupera un clásico del cine musical que retomaba una historia clásica “shakespeareana” de amor imposible en este caso por las barrenas étnicas en el New York de los cincuenta entre inmigrantes y sus hijos tan blanqueados como pobres que se consideraban nativos (polacos, suecos e irlandeses) y aquellos que son considerados como ciudadanos americanos de segunda o de tercera por su estado asociado – el de Puerto Rico- que huyen de su isla para llegar a otra, la de Manhatan, en la que configuran el estrato más pobre de los habitantes – ya de por sí más pobres- de ese West Side . Como recordaréis esta película ya fue comentada el pasado año, así que recupero la entrada del blog con algunas modificaciones y añadidos para referirnos a esta historia entre el nuevo Romeo (Antonio) y la nueva Giulietta ( María). Una película que cada vez que veo me gusta más.
El año pasado se cumplieron los 50 años de un musical. Lo escuché por la radio, y acompañando a la noticia, su música. ¿Quién no ha puesto en su boca alguna vez el nombre de María y lo ha tarareado?
West Side Story, también conocida como Amor sin barreras en Hispanoamérica - afirma Terence Moix en su Historia del Cine , publicada para el ABC, que también en España- , es un film estadounidense de 1961, del género musical, realmente es un drama inspirado en la obra de Shakespeare, dirigido por Robert Wise y Jerome Robbins. La película surge cuando el espíritu musical de la Metro parecía perdido en la sensiblería y en los excesos "kitsch". La aparición de esta historia del West Side abría las puertas de la modernidad a este género en dos frentes: el de las innovaciones coreográficas de Jerome Robbins y el de franqueza en los personajes marginados.
Para ello Wise y Robbins contaron con dos ayudantes de dirección de peso: Robert E. Relyea y Jerome M. Siegel. La producción estuvo en manos de Robert Wise, aunque el diseño de la misma fue obra de Boris Leven. Para todo ello contaron con el apoyo de la productora The Mirisch Corporation y la Seven Arts Productions. La distribución recayó en la United Artists.
El guión fue obra de tres mentes pensantes: Ernest Lehman, Arthur Laurents y Jerome Robbins. El maquillaje estuvo en manos de Emile Lavigne. Por su parte la fotografía fue obra de Daniel L. Fapp. El montaje correspondió a Thomas Stanford. Por su parte, el vestuario fue creación de Irene Sharaff y los efectos especiales fueron de Saul Bass y Linwood G. Dunn.
Está protagonizado por Natalie Wood, Richard Beymer, Rita Moreno, George Chakiris y Russ Tamblyn en los papeles principales.
Este musical tiene sus orígenes en la obra musical del mismo nombre, inspirada a su vez en la obra de teatro Romeo y Julieta de Shakespeare. La Verona renacentista es ahora un suburbio neoyorquino, y las familias ya no son nobles de prestigio, sino pobres irlandeses e inmigrantes puertorriqueños. La música lejos de ser renacentistas fue compuesta por un director clásico y cautivador, Leonard Bernstein, mientras que los textos o las letras de las canciones, ya no son de Shakespeare, sino que tienen como padre putativo a Stephen Sondheim.
La película fue ganadora de diez Óscar: mejor película, mejor director, mejor actor de reparto (George Chakiris), mejor actriz de reparto (Rita Moreno), mejor dirección artística, mejor música, mejor fotografía, mejor sonido, mejor vestuario, y mejor montaje, y además fue candidata al mejor guión adaptado. Obtuvo igualmente el Globo de oro en ese año 1961 a la mejor película musical, al igual que el premio del Círculo de críticos de Nueva York a la mejor película.
Como he señalado anteriormente el argumento está basado en la historia de Romeo y Julieta, de W. Shakespeare, pero adaptada a los tiempos modernos. Está ambientada en Nueva York, y en los años cincuenta. Allí dos bandas de jóvenes / adolescentes de diferente origen étnico se enfrentan, los Sharks, o Tiburones como son llamados en la versión que he visto (en VHS y procedente de la colección la historia más grande jamás contada), inmigrantes puertorriqueños, y los Jets, estadounidenses de origen irlandés, que son blancos pero pobres. Los "sharks" serían los Capuleto, los "Jets" los Montesco y Verona este barrio de Nueva York.
Realmente la película comienza con un silbido, antes de que veamos ninguna imagen, suena en la sala de cine; a partir de ahí, unas imágenes en picado de la ciudad de Nueva York avanzando hacia barrios más pobres, hasta que la cámara, que no volverá a alzar el vuelo, se queda a un ras de tierra, y desde esa altura, con un empleo del cinemascope espectacular, desgranará una historia donde la violencia sólo conduce al dolor, a la muerte y al odio entre ambos grupos que son rivales y viven en disputas por el control del barrio, lo “único que tienen” dicen en un momento de la película.
El conflicto surge cuando María (Natalie Wood), hermana del jefe de la pandilla puertorriqueña, Bernardo (George Chakiris) y Tony (Richard Beymer) un ex miembro de los Jets, se enamoran.
El tema trágico, la música sofisticada, amplias escenas de baile callejero y la atención prestada a los problemas sociales marcaron un giro decisivo en el musical estadounidense. La partitura de Bernstein para el musical se ha hecho muy popular; incluye "Something's Coming", "María", "América", "Somewhere", "Tonight", "Jet Song", "I Feel Pretty", "A Boy Like That", "One Hand, One Heart", "Gee, Officer Krupke" y "Cool". Especilamente trascendentes son la ya aludida María, al igual que América y Tonight. Buena, grandiosa el Gee, Officer Krupke.
La idea de la película parte de la comedia musical homónima, West Side Story, que se estrenó en 1957 en Nueva York y alcanzó un gran éxito. El espectáculo partía de una idea original del coreógrafo Jerome Robbins, desarrollada en estrecha colaboración con el compositor Leonard Bernstein, el guionista Arthur Laurents, el letrista Stephen Sondheim, y el escenógrafo Oliver Smith. La producción teatral recibió una nominación a los premios Tony como mejor musical pero el premio se lo llevó la obra de Meredith Willson The Music Man. Ganó un Tony en 1957 por la coreografía de Robbins. El espectáculo tuvo una representación aún más larga en la producción londinense, una serie de reposiciones y producciones internacionales. La producción inspiró la premiada película de 1961.
El musical fue innovador: por los bailes del coreógrafo Jonnhy Green, que forman parte de la acción dramática; por la música muy variada de Bernstein (ritmos latinos, jazz, canciones de amor de gran belleza melódica...) y por la temática.
Robert Wise, montador de películas cómo "Ciudadano Kane", se metió de lleno en la dirección con "La venganza de la mujer pantera", pero saltó a la fama mundial y a su reconocimiento académico con este magnífico musical. Junto a Jerome Robbins dirigieron y coreografiaron la película. Logran grandes escenas musicales que han pasado a la posteridad y han servido de ejemplo a otros musicales ("Hair", "Grease" o "Sweeney Todd, este último su versión teatral también es de Stephen Sondheim) o para copiar sin demasiada gracia ("Hairspray" y "High School Musical 3"). Además, ambos logran un clímax de tensión (la rivalidad entre las bandas a lo largo de todo el film), de dramatismo (no edulcorado, sino real y costumbrista) y de música vibrante, frenética, romántica y muy bailable. Wise y Robbins hacen unos maravillosos números musicales que han pasado a la posteridad, que todos retienen en su memoria y que son un hito del género. Un magnífico espectáculo visual.
Nunca un musical había hecho llorar, reír, emocionar, cantar, dar ganas de bailar y, además, haciendo hincapié en la violencia por la violencia que no conduce a ninguna parte, sólo al dolor, el odio y la muerte.
Alguien ha comentado que “West Side Story” son dos películas. Una, la dirigida por el coreógrafo J. Robbins (toda la parte musical); y otra, la dirigida por R. Wise (todo el nudo argumental que adapta la historia de Romeo y Julieta). Lo cierto es que esas dos partes, de existir, se abrazan a la perfección en este musical clásico, pero atípico por su sentido social y racial.
Tres son las canciones que lograron alcanzar una fama enorme: María, Tonight y la de America. En esta última se contraponen las dos visiones de los emigrantes al llegar a Estados Unidos: la ilusión por la libertad, la modernidad y el consumismo, y por otro lado el desengaño ante la marginación racial y la pobreza.
La puesta en escena de la canción America se sitúa en una azotea donde los miembros de la pandilla puertorriqueña Sharks y sus novias charlan sobre su vida en Estados Unidos. "América" representa el sueño / la pesadilla americano/a: las portorriqueñas ven la cara positiva; los hombres sus limitaciones y engaños. Todo ello expresado con una canción alegre, un baile divertido, y una letra amarga.
Otras hablan de auténticos dramas de la ciudad. En "Gee, Officer Krupke!" se refleja el problema de los chicos de la calle: con madres prostitutas y padres borrachos. Y los chicos cantando, burlándose de la policía, la justicia, los psicólogos y la asistencia social. Reafirman su identidad, son lo que son porque quieren.
En cuanto la orquestación comentar que la partitura de West Side Story fue creada y orquestada por el propio Bernstein, con la ayuda de Sid Ramin e Irwin Kostal. El número de músicos requerido para una interpretación apropiada de la pieza está entre los más altos del repertorio de teatro musical. La partitura necesita de cinco instrumentistas de viento-madera (cada uno encargado de varios instrumentos), siete metales, cinco percusionistas, un teclista, un guitarrista y doce instrumentistas de cuerda. En total, son necesarios 30 músicos para interpretar la partitura tal cual fue escrita por el compositor.
Los números musicales están a la altura de los grandes clásicos de los cuarenta y cincuenta: "Cantando bajo la lluvia", "Un americano en París", o de los setenta como "Cabaret"-; todos ellos excelentemente coreografiados, magistralmente compuestos La dirección artística, el vestuario, el sonido y el montaje (más de dos horas) ayudan a redondear uno de los mayores musicales de la historia del cine. Las coreografías espectaculares, de esas que se te quedan grabadas por la vitalidad contagiosa que tienen.
Las escenas musicales del mismo me parecen las escenas mejor rodadas de la Historia del Cine, no solo por las excelentes coreografías y la magnífica música, sino porque el encuadre urbano como escenario. La escena inicial es portentosa en ritmo transmitido con el chasquido de los dedos.
Desde el punto de vista fotográfico, creo recordar que se grabó en Panavision - Technicolor, estamos ante una película muy colorista que he tenido el gusto de ver. El vestuario y los decorados resaltan de manera portentosa, impresionando los sentidos de manera indescriptible y con un gusto exquisito. La acerca de un película "pop.
Las canciones que escuchamos son el largo Prologue, la Jet Song, Something's Coming, Dance At The Gym, Maria, America, Tonight, Gee, Officer Krupke!, I Feel Pretty, One Hand, One Heart, Quintet, The Rumble, Cool, A Boy Like That & I Have A Love y Somewhere (Finale).
Como curiosidad señalar que Elvis Presley tuvo la oportunidad de representar el papel de actor principal; pero su manager le disuadió de la idea. Cuando vio la cantidad de Óscar que se llevó el musical, se arrepintió.
En un principio, los productores no habían pensado en Natalie Wood para el papel de María. Wood estaba ocupada trabajando en el rodaje de Esplendor en la hierba (1961) con Warren Beatty, con quien mantenía un romance en aquel momento. Fue Beatty el que se presentó al casting para el papel de Tony, siendo Wood la que leía el papel de María como favor. Irónicamente, los productores se entusiasmaron con la interpretación de Wood pero rechazaron a Beatty.
Inicialmente, el argumento de West Side Story iba a centrarse en las diferencias entre judíos y católicos, pero después de leer una noticia en el periódico sobre los enfrentamientos entre pandillas puertorriqueñas e irlandesas en Nueva York, Bernstein y el libretista Laurents cambiaron de idea y con ella el estilo de la música, ya que introducen muchos ritmos y bailes latinos.
Muchos de los escenarios donde se rodó la adaptación cinematográfica de 1961 eran decorados, en total 37. Algunos exteriores se rodaron en un barrio de Nueva York que iba a ser demolido como se ve al inicio de la película en la canción Jet song o en la parte final de la película. Los decoradores tuvieron que transformar fachadas, poner ventanas, escaparates, anuncios, etc. para recomponer las calles.
Ninguno de los dos protagonistas principales (María y Tony) de la versión cinematográfica de West Side Story (Natalie Wood y Richard Beymer) sabía cantar ni bailar, por lo que se redujeron sus escenas de baile y fueron doblados en las canciones.
De la película dijo Fernando Morales en el Diario El País que era una "Historia de amores pandilleros premiada con varios y merecidos Oscars".
Con todo creo que es mucho más que esto, y no sólo por combinar drama y danza como dice Álvaro del Amo en la carátula del VHS, sino por estar ante una gran película.
Añadir que es especialmente interesante no sólo ya la música de Berstein comentada ya en donde María, Tonight y América vuelven a encandilarme, sino que esta segunda lectura tengo que resaltar en este caso la fotografía, especialmente brillante, en la escena del baile en el que se encuentran María y Tony, donde todo queda borroso menos la imagen de ella y de él, el magnífico encuentra de la boda non nata de entre los protagonistas, y el baile febril que está en toda la película, ya magníficamente presentado en los primeros minutos de la película pero que se transforma ya en dionisíacos desde el salón de baile en el que coinciden inmigrantes con igual negro futuro. Desde luego esto hace que la película se convierta en unos de los trabajos más dinámicos de la historia del cine musical que confirmo con esta segunda lectura, pues me reafirmo en que seguimos estando ante una magnífica obra.
Con todo creo que es mucho más que esto, y no sólo por combinar drama y danza como dice Álvaro del Amo en la carátula del VHS, sino por estar ante una gran película.
Añadir que es especialmente interesante no sólo ya la música de Berstein comentada ya en donde María, Tonight y América vuelven a encandilarme, sino que esta segunda lectura tengo que resaltar en este caso la fotografía, especialmente brillante, en la escena del baile en el que se encuentran María y Tony, donde todo queda borroso menos la imagen de ella y de él, el magnífico encuentra de la boda non nata de entre los protagonistas, y el baile febril que está en toda la película, ya magníficamente presentado en los primeros minutos de la película pero que se transforma ya en dionisíacos desde el salón de baile en el que coinciden inmigrantes con igual negro futuro. Desde luego esto hace que la película se convierta en unos de los trabajos más dinámicos de la historia del cine musical que confirmo con esta segunda lectura, pues me reafirmo en que seguimos estando ante una magnífica obra.
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