No soy amigo de los dramas con final feliz. Ni de aquellas películas que lo ponen todo oscuro, que van de mal en peor, para convertirse al final en una historia propia de Candy, Candy.
Esta claro que por el título la historia, mucho, mucho, no me ha interesado. Más bien lo contrario. Entiendo que le guste a padres divorciados que se quedan con la custodia de su hijo y luchan para ella; entiendo que les gusté a personas cuyas esperanza de riqueza está en la de ponerse un traje, pues eso es sinónimo de éxito; o entiendo que la película sea apropiada para que aquellos a los que la vida , económicamente no le sonríe, pero que tienen esperanzas en salir adelante, especialmente cuando salir significa no sólo dejar de ser pobres, sino la de forrarse, el sueño de toda la vida. Esta es la impresión, posiblemente equivocada que he sacado tras ver "The Pursuit of Happyness" o lo que es lo mismo, En busca de la felicidad.
En mi descarga reconozco que ni lo que hacía- limpiando boquerones- , ni la hora que lo hacía,- entre las 17:30 y las 19 horas- , me han relajado lo suficiente como disfrutar de una película de la que me han gustado dos cosas. Su rodaje, llevado a cabo en San Francisco – ciudad que he podido conocer hace un par de semanas- y el trabajo, eso sí, meritorio de Will Smith. En su contra, otro Smith, el de Jaden, niño coñazo donde los haya.
En busca de la felicidad es una película estadounidense dirigida por Gabriele Muccino ( y Fabricio Samaniego también he leído por ahí), que contó con Jasmine Alhambra, Julian Brain, Greg Haley Michael Vigilietta como ayudantes de dirección. Fue la primera protagonizada por Will Smith, aquí actor, narrador en su versión original – yo la he visto en castellano- y productor, y su hijo Jaden Smith.
La película contará con la dirección artística de David F. Klassen y con J. Michael Riva para el diseño de producción. La productora que estuvo detrás fue un conglomerado compuesto por la Columbia Pictures, Overbrook Entertainment y Escape Artists que invirtieron en ella 55 millones de dólares, alcanzando la distribuidora, la Columbia, los 307 millones de facturación.
La película parte de una la historia real, la de Chris Gardner, y para llevarla a pantalla se contrató al guionista Steve Conrad. En los apartados técnico destaca la labor de Andrea Guerra en la música, Willie Burton en el sonido, Debra Coleman y Gretchen Davis en el maquillaje, Phedon Papamichael en la fotografía , Hughes Winborne en el montaje y Sharen Davis en un vestuario absolutamente integrado en los ochenta, contexto en el que se desarrolla la vida de Chris Gardner.
El elenco de actores y actrices está encabezado por Will Smith como el protagonista Chris Gardner, Jaden Smith, su hijo Christopher, Thandie Newton (Linda Gardner) , Brian Howe (Jay Twistle), James Karen y Dan Castellaneta. Chris Gardner, persona que inspira la película, hace un cameo al final de la misma.
La película se estrenó en 2006, y veinticinco años antes de su estreno , en 1981, conocemos a Chris Gardner (Will Smith) , un vendedor que vive en San Francisco , y que ha realizado una mala inversión al apostar por invertir todos sus ahorros en escáneres de densidad ósea portátiles que intenta vender a los médicos.
La inversión, como he dicho, resulta ser un fracaso, que deja en bancarrota a la familia. Malviven de sus ventas y del trabajo hasta la extenuación de su mujer que dobla turnos.
A pesar de su fracaso Chris se siente orgulloso de mantener a su lado a su hijo, Christopher a diferencia de lo que hizo su padre con él. Lo lleva a una guardería de Chinatown.
Cuando deja a su hijo el actor suele reflexionar sobre lo que le acontece y especialmente sobre la felicidad.
En algún caso nos dice que “En ese momento empecé a pensar en Thomas Jefferson y en la Declaración de la Independencia. Nuestro derecho a tener "vida y libertad" y a "buscar la felicidad". y recuerdo que pensé ¿cómo se le ocurrió poner la parte de la búsqueda? Quizás la felicidad es algo que solo se busca y tal vez nunca la podamos obtener hagamos lo que hagamos. ¿cómo supo eso?”
Debido a la imposibilidad de concretar sus ventas y a una mala convivencia su esposa Linda (Thandie Newton) lo deja y decide mudarse esta a New York.
Su hijo Christopher (Jaden Smith) se queda con su padre. El padre prosigue en su intento de vender sus scanner, pero las ventas van a menos. Un día habla con un señor en la puerta de la bolsa de San Francisco y éste le dice que para dedicarse a la bolsa, lo único que se requiere es tener conocimientos bursátiles y don de gentes.
Esto le lleva a interesarse por los cursos de formación que hacen algunas compañías para entrar en la bolsa y en la compañía.
Así que Chris conoce a Jay Twistle (Brian Howe), un gestor de la firma Dean Witter y lo impresiona resolviendo el Cubo Rubik durante un corto viaje en taxi. Chris no tiene suficiente dinero para el taxi y huye hacia la estación de metro en la que apenas se escapa del conductor del taxi, pero pierde uno de sus escáneres óseos en el proceso.
Esta nueva relación con Twistle le da la oportunidad de convertirse en poder ser preseleccionado para el curso de corredor de bolsa.
A pesar de llegar a la entrevista, sucio y mal vestido debido a una detención el día anterior por multas de estacionamiento sin pagar, a Chris le dan la oportunidad de hacer el curso. Se gana al comité de selección mediante frases como esta: “Soy el tipo de persona que si no sabe una respuesta le diré que no la sé. Pero le apuesto a que sé cómo encontrar la respuesta, y la encontraré”.
Desde el inicio del curso, sin remuneración alguna, Chris tiene enormes dificultades para pagar sus deudas, su alquiler y de hecho se queda sin dinero cuando su cuenta bancaria es embargada por el tesoro por no pagar impuestos. Además él y su hijo serán desalojados primero de la casa, y luego del Motel en el que se meten.
Chris queda en quiebra y tiene menos de treinta dólares en su cuenta bancaria.
Como resultado, se quedan padre e hijo desamparado, y se ven obligados en algún momento a permanecer en un cuarto de baño en una estación de metro, lo que el padre con un juego le vende como la cueva. Encontrará acomodo en la iglesia metodista que le proporciona refugio, pero tiene un espacio muy limitado. Debido a la demanda de las habitaciones limitadas, Chris debe correr frenéticamente desde su trabajo y salir temprano cada tarde con el fin de conseguir un lugar en la fila.
A lo largo de la película vemos que pierde un par de scanner. Uno se lo roba una hippie y otro lo pierde y cae a manos de uno de los muchos homeless existentes en la ciudad californiana. Chris recupera el primera y encuentra el segundo escáner óseo que perdió en la estación de metro de un hombre demente que cree que es una máquina del tiempo y ahora está dañado, pero Chris finalmente lo repara.
En desventaja por sus horas de trabajo limitadas, y sabiendo que han maximizado sus clientes, sus ganancias son la única manera de conseguir un trabajo de pago, por el cual él y otros 19 competidores pelean. Chris desarrolla un número de maneras de hacer ventas telefónicas más eficientemente.
También consigue clientes potenciales y valiosos, desafiando el protocolo. En una de estos atajos consigue acceder a un potencial cliente, un abogado rico, que le abre la puerta de su casa, de su coche y de su palco para presenciar un partido de fútbol americano de San Francisco.
A pesar de sus problemas, Chris nunca revela su estado de desamparado a sus compañeros de trabajo, incluso yendo tan lejos como para dar uno de sus jefes cinco dólares por un taxi, una suma que no puede afrontar.
Al finalizar la pasantía, Chris se reúne con los directivos de la Dean Witter. Ellos valoran positivamente un trabajo que ha dado sus frutos y le ofrecen el puesto.
Luchando por contener sus lágrimas en la empresa y en la calle, se apresura a la guardería de su hijo y lo abraza. Ellos caminan por la calle, bromeando entre sí mientras pasa un hombre con un traje de negocios (el verdadero Chris Gardner en un cameo).
El epílogo revela que Chris finalmente creo su propia empresa multimillonaria de corredores de bolsa.
Señalar como ejemplo algunos de los desmanes de las películas, pues para esta se construyó, específicamente, una estación de metro, que después del rodaje, sus imágenes fueron eliminadas.
La crítica se movió entre el elogio al trabajo del actor y la crítica hacia la edulcorada historia. Peter Travers en Rolling Stone señaló que "Smith gana nuestros corazones sin perder su dignidad (...) El papel requiere seriedad, inteligencia, encanto, humor y un alma no sintética. Smith lo aporta. Él es la clave del film. (...).
Manohla Dargis del The New York Times se entrega de lleno a la película, a la dirección y al actor. "Un sueño americano contado con arte, vendido con habilidad. Hasta el calculado final, la dirección es perfecta, sin adornos, transparente, la mejor posible al servicio de la cálida expresividad de Mr. Smith" Esta entrega es legible igualmente en LA Weekly en el artículo escrito por Scott Foundas al decir "Evoca a Capra mientras examina el sueño americano. (...) Maravillosa (...) Para ser una película concebida y ejecutada en el lenguaje comercial dominante de Hollywood, tiene una profundidad y honestidad poco frecuentes."
Por contra, Joe Morgenstern , en The Wall Street Journal está de acuerdo conmigo al decir que "La película es manipuladora y repetitiva" y Kevin Crust de Los Angeles Times destaca que es algo similar a lo que yo creo "Rutinario drama doméstico (...) Los esfuerzos del hombre enganchan a nivel emocional, pero dramáticamente carece de la profundidad de, por ejemplo, 'Kramer vs. Kramer', a la que se parece superficialmente. (...) Un film no excepcional con unas excepcionales interpretaciones"
En España en el Diario El País Javier Ocaña nos cuenta que es "Una agradable cinta para el gran público, quizá no demasiado trascendente, pero sí dotada de un toque de sensibilidad que sólo en contadas ocasiones se desmadra." En ABC José Manuel Cuéllar nos dice que " En esa crítica social, terrible y descarnada, es donde se centra el valor de la película que, por otro lado, busca su validez en que estamos hablando de un hecho real. (...).
Por último, Fausto Fernández en Fotogramas nos comenta que "Magnífico Smith (...) Su interés es la esencia melodramática que no se avergüenza de arrancarte las lágrimas, la de raíces chaplinianas (El chico), eje de un film sobre el miedo al fracaso en la paternidad (...)
En cuanto a Premios señalar Will Smith será nominado al mejor actor,
al igual que ocurrió en los Globos de Oro. También en estos premios se valoró, aunque no se premió el tema "A Father's Way" de Seal y Christopher Bruce. Por último el sindicato de actores nominó igualmente a Will Smith como mejor por este trabajo del año 2006.
Gran parte de la película se estructura de manera verbalizada con una entrada como “Esta parte de mi vida se llama "correr", “hacer el idiota”, etc….
Con su hijo reflexiona en gran parte de la película , especialmente para prepararlo para su futuro al decirle “Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo. Si tienes un sueño debes protegerlo. Si alguien no puede hacer algo te dirá que tú tampoco puedes. Si quieres algo ve tras ello. Punto”. Y final
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