miércoles, 3 de febrero de 2016

La batalla del Somme


El pasado lunes mientras buscaba la película de Buster Keaton se me ocurrió, como siempre , que debería seguir viendo películas centenarias compo me gusta hacer todos los años. Cuando a primeros de enero busqué una de ella y me encontré con la ya comentada de Chaplin, di con otras que  me resultó llamativa, casi chocante. Se llamaba La batalla del Somme, una película documental realizada por operadores británicos que había ido al frente estabilizado que se había establecido en la zona occidental casi desde el principio de la guerra.

El film tenía una finalidad propagandística, como otros en aquella guerra algunos ya comentados aquí como El hundimiento del Lousitania o el mismísimo Armas al hombre de Chaplin. Lo cierto es que los británicos van a tener en muchas ocasiones a lo que hoy se llamarían periodistas encastrados que convivían hombre con hombre, aquí nunca mechor dicho, con los soldados. Para su realización contarán con la colaboración del Almirantzago.


Uno de ellos , instando por el mismísimo Almirantazgo es La Batalla del Somme, que nos va narrando la batalla desde sus preparativos hasta la conclusión final , más bien parcial, de la misma. Para ello el ejercito británico contará con un equipo de operadores en el frente, que contribuyen a la realización de este primer “battle film”. Se trata del más conocido de los films “oficiales” sobre este enfrentameinto bélico y en el mismo, como ya he señalado, se describe la ofensiva aliada en aquel julio de 1916. 

Los dos camarógrafos oficiales mandados por el Topical Committee, ya liberados de las restricciones de la Oficina de Guerra de filmar en el frente, recogieron espectaculares imágenes de una de las batallas más importantes en la que los británicos participaron durante toda la guerra, especialmente por ser la primera con un ejército masivo formado por civiles uniformados. 

La película fue rodada, entre el 26 de junio y el 9 de julio de 1916, por Geoffrey Malins (de la 29ª División del 8º Cuerpo) desde posiciones próximas a Beaumont Hamel, en la parte norte del campo de batalla, y por J.B. McDowell (de la 7ª División del 15º Cuerpo) en la parte sur, cerca de Fricourt, localidad esta última nombrada en múltiples ocasiones en los intertítulos existentes en los distintos cinco partes, y a los que podemos hacer responsables de la dirección, del guión y de la fotografía. Se trató de una producción de William F. Jury para el British Topical Committee for War Films. En el montaje de la misma participan Charles Urban y Geoffrey Malins; y en la versión que yo he visto la restauración de  la película preservada desde 1931 en el Imperial War Museum , que en 2005, además que inscribirse en los registro de la Unesco, fue restaurada digitalmente y al año siguiente, 2006 se le incluyó la agradable música de Laura Rossi.

Esta “battle film”, al que se le considera el primer documental  de guerra de la Historia, con imágenes de batallas reales será en 2005 , como ya hemos señalado, inscripta en el Registro Unesco de la Memoria del Mundo como patrimonio documental de interés universal. 

La película dividida en cinco partes o capítulos con secuencias divididas y descritas por intertítulos describe el ejército británico en las preliminares y primeros días de la batalla del Somme (1 de julio - 18 de de noviembre de 1916). La primera parte muestra los preparativos para la batalla detrás de la primera línea británica; en ella vemos secuencias de tropas marchando hacia el frente, los campesinos franceses que continúan su trabajo agrícola en las zonas traseras, el almacenamiento de municiones, al general Beauvoir De Lisle dirigiendo a la 29 División y algunas de las actividades de preparación al fuego de artillería de muy diversas libras , pulgadas y diversas armas de fuego, obuses y morteros.

La segunda parte representa más preparaciones, las tropas se mueven en las trincheras de primera línea. Vemos igualmente como se intensifica la barrera de artillería de obuses, un pesado mortero y la detonación de la brutal mina Hawthorn .

La tercera parte comienza con el ataque al Primer día en el Somme (1 de julio 1916), realizadas con algunas recreaciones y muestra la atención de los heridos y el trato humanitario a los prisioneros alemanes por parte de los británicos.

La cuarta parte muestra más escenas de británicos y alemanes heridos, la limpieza de los campos de batalla y algunas bajas. La parte final muestra escenas de devastación, incluyendo las ruinas del pueblo de Mametz , especialmente su Main Street, las tropas británicas descansando y los preparativos para la próxima ataque.

La película describe esa guerra estática, de frente estables que supuso la guerra de trincheras , mostrando a los distintos cuerpos de infantería participantes en la batalla, en marcha al frente, con alguna escena de la población civil que inicialmente continuó con su labores agrícolas tradicionales, los disparos de artillería sobre las posiciones alemanas, las tropas británicas a la espera para atacar el 1 de julio, la valentía de los soldados británicos, se sacrificio saliendo de las trincheras, los boquetes de las minas y bombas, el tratamiento humanitario de los soldados británicos con sus camaradas de armas y con los alemanes heridos, los equipos y posiciones de los británicos, el material incautado a los alemanes, los muertos, heridos y los prisioneros.

Sin embargo, la película no cuenta como tras siete días de bombardeos tan intensos que pudieron casi escucharse desde Londres, 14 gigantescas explosiones bajo las trincheras enemigas marcaron a las 7.28 de la mañana el inicio de una ofensiva destinada a cambiar el curso de la I Guerra Mundial en el frente occidental. Convencidos de que la artillería había machacado las posiciones alemanas, los soldados salieron al paso hacia las trincheras enemigas. Sin embargo, las defensas estaban casi intactas. Fueron barridos de forma implacable por las ametralladoras alemanas, oleada tras oleada. En los primeros seis minutos se produjeron 20.000 víctimas. Al anochecer, 20.000 militares habían muerto y 40.000 resultaron heridos. Uno de los reclutas que participaron en esa batalla fue un joven recién graduado en Oxford llamado John Ronald Reuel Tolkien. Su experiencia en este horror fue su inspiración para su Mordor.

El objetivo de la ofensiva, para la que habían sido movilizados solo entre los británicos medio millón de soldados, era romper las líneas alemanas en el oeste del frente occidental. Los británicos atacaron más el norte, y los franceses, que encontraron menos dificultades, el sur. Todo lo que pudo salir mal, salió mal. Los británicos anularon las llamadas “brigadas de colegas” (pal brigades), que reunían a amigos que se habían alistado juntos o a personas del mismo barrio, pueblo, fábrica, clase… Hubo localidades que perdieron a casi todos sus varones en edad de guerrear. Las comunicaciones no funcionaban, no se sabía lo que ocurría en el campo de batalla.Los avances fueron insignificantes. Desaparecieron 4.300 soldados. Lo más grave es que toda la batalla fue una inmensa maniobra de distracción para obligar a los alemanes a desplazar tropas desde Verdún hasta este nuevo frente y así aliviar la presión contra los franceses. Nada de este desastre se refleja en la película. De hecho lo que se presenta es el mapa de la expansión británica.

La historia de la producción de esta película documental se remonta al 2 de noviembre de 1915, cuando el ya citado British Topical Committee for War Films encargado de las películas propagandísticas de guerra, envía, apoyados por el Ministerio de la Guerra , dos camarógrafos a Francia. Se trataba de Geoffrey Malins de la Gaumont británica y Edward Tong de Jury´s Imperial Pictures, encargados de realizar unos cortos.

A principios de junio Tong , que había caído enfermo y había sido enviado a casa es sustituido por John McDowell, de la British and colonial film company, pues se ofreció ir para reemplazarlo y se fue a Francia el 23 de junio de 1916.

Al día siguiente, el 24 de junio, el ejército británico comenzó los preparativos del bombardeo de la artillería de las posiciones alemanas para la batalla del Somme . La película comenzó a rodarse dos días después, entre el 26 de junio y los días 7-9 de julio por Malins, que filmó en las cercanías de Beaumont Hamel , en unión con la 29 División (VIII Cuerpo) y McDowell, trabajando más al sur, cerca de Fricourt y Mametz con la 7ª División (XV Cuerpo). Antes de la batalla, Malins trabajó en el extremo norte del sector británico del Somme, fotografiando las tropas en movimiento y haciándose a la artillería pesada al oeste de Gommecourt .

El comandante de la 29 División, el general De Lisle sugirió a Malins que grabara desde una altura elevada el bombardeo de Beaumont Hamel , él no sólo se centrará en eso , sino que filmará escenas de las trincheras ocupadas por los británicos. El 1 de julio, Malins filmó a las tropas del 1er Batallón de Fusileros de Lancashire , así como  la explosión de la mina Hawthorn Ridge montada por los  Royal Engineers . También rodó en  La Boisselle , antes de viajar a Londres el 9 de julio.  Después el camarógrafo regresó a Francia y desde 12-19 de julio filmó secuencias del fuego de artillería y de avance de las tropas de trincheras, y del  Tercer Ejército .

McDowell llegó despues que Malins al  Somme y comenzó a filmar los preparativos británicos, el 28 o el 29 de junio, y cubrió  el primer día de la batalla, desde las inmediaciones de Carnoy. El éxito de la 7ª División permiió a McDowell  filmar las trincheras alemanas capturadas, cerca de Fricourt y Mametz .

La película fue un gran éxito, y fue vista por cerca de 20 millones de británicos en las primeras seis semanas de exhibición desde su primera proyección visionada por el primer ministro Lloyd George el 2 de agosto de 1916- aunque los primeros en verlos fue en la sede del IV Ejército británico del Cuerpo Expedicionario Británico  que estaba en Montreuil- y sobre todo desde el 10 de agosto, cuando se inició su pase público en el Scala Theatre de Londres, y cuando la batalla aún no había finalizado. Una sesión privada de proyección se realizó el 2 de septiembre en el castillo de Windsor en presencia del rey Jorge V. Más tarde, el documental se distribuirá por otros dieciocho países.

El diario The Times , el 22 de agosto, dijo de la misma que "las salas estaban llenas de un público... interesado ​​y emocionado al ver la realidad de la guerra (...) la opinión es que era conveniente que los británicos viesen en casa la labor de nuestros soldados y sufrimiento en la Picardía.

El impacto de la batalla resultó indudable, ya que nadie olvidará que el día 1 de julio de ese año se convirtió en el día con más caídos de la historia del ejército británico. Los informes hablaron de 57.470 bajas, incluidos 19.240 muertos y 35.493 desaparecidos; aquel día fue llamado “the bloodiest twenty-four hours in the entire history of the British Army” (Las 24 horas más sangrientas en la historia del ejército británico).

La expectación lógicamente era grande y el proceso de montaje se agilizó con el fin de que los acontecimientos no quedaran superados por el tiempo. Estrenada apenas seis semanas después de los hechos, supuso un éxito inmediato gracias al impacto de unas imágenes que no reducían el dramatismo de la batalla.

En Londres se estrenó el 10 de agosto en 34 cines que se abarrotaron de inmediato dejando a miles de espectadores sin entrada. Se calcula que unos 20 millones vieron la película durante las primeras seis semanas de exhibición.

Al ser la primera batalla en la que intervinieron ciudadanos de la Commonwealth reclutados en masa, la batalla del Somme (del 1 de julio al 18 de noviembre de 1916), tuvo un tremendo impacto en la retaguardia, ya que miles de familias de Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda sufrieron la pérdida de algún ser querido.

El impacto que causaron las terribles imágenes que mostraba la película fue fácilmente manipulable tanto por parte de los pacifistas como por la de los partidarios de seguir combatiendo hasta la victoria, sin importar el precio en vidas humanas que iba a cobrarse.

Con imágenes de soldados heridos transportados desde el frente, el propio monarca al verla en el pase privado dijo “el público debe ver este tipo de películas, así se hace una idea de lo que está haciendo el ejército y lo que significa”.

El film no solo sirvió para el mercado interno sino para buscar más apoyos exteriores, entre ellos los entonces neutrales Estados Unidos, hecho de indudable importancia que también debemos valorar en clave cinematográfica.

El film se considera el primer largometraje documental, pionero en filmar escenas reales de combate , aunque también se recrearon algunas acciones.

La película logró el deseado impacto e incluso desde las instituciones hubo una reorganización en la producción con la creación del Comité Cinematográfico de la Oficina de Guerra (War Office Cinematograph Committee) para que coordinara la producción oficial que sufrió varias alteraciones hasta el fin de la guerra.

Desde La batalla del Somme  los británicos tuvieron claro la utilización del cine como un arma útil de propaganda, no tanto para convencer de las razones de la guerra sino para levantar y proteger la moral del pueblo en tiempos difíciles.

Sin embargo, el proceso estuvo plagado de excesiva burocracia por medio del Departamento de Propaganda de Guerra (War Propaganda Bureau) establecido en la Wellington House, que influía en la incipiente industria del cine para estimular la producción de films patrióticos. Lo cierto es que el excesivo  deseo de muchas productoras que querían enviar a sus equipos al frente obligó a la  Oficina de Guerra (War Office), bajo la autoridad del Ministro de Guerra, Lord Kitchener, a frenar e incluso a expulsarlo alegando motivos de seguridad.

Por su parte, visto lo visto Francia sí permitió que los  técnicos de Pathé, Éclair, Gaumont y Eclipse filmaran  en el frente, algo que no fue ajeno a los alemanes, que  establecieron una unidad especial estable, obligando a los británicos a utilizar su material reeditándolo para exhibirlo de nuevo.

El Departamento de Propaganda ante esto decidió contactar con las principales productoras para la realización de de noticiarios siempre que se firmase un acuerdo con el Topical Committee of Film Manufacturers Asociation. Para 1920 los negativos de esta obra pasaron al Imperial War Museum. Su trabajo cambiaría el rumbo del cine propagandístico británico.

Eso no nos impide valorarlo como gran documento histórico y como ese ejemplo del cine propagandístico que culminará con una enorme variedad de producciones durante la segunda guerra mundial, no sólo como películas de narración o ficción, sino como grandes documentales dirigidos por hombres de la talla de Frank Capra, Alfred Hitchcock o John Ford, por ejemplo.

Sin embargo, reconozco que hay algo que me ha impresionado más. Se trata de los muertos. Todos los que salen en las imágenes están a día de hoy muertos. No queda nadie que viviese en sus carnes la Primera Guerra Mundial, pues hace unos años murió el último soldado de ese británico, Claude Stanley Choules, que tras Harry Patch, era el último combatiente que quedaba vivo de la I Guerra Mundial, que falleció en Australia a los 110 años en el 2011, así que he tenido la misma sensación que el niño del "Sexto Sentido": ¡ He visto muertos! y lo digo con todo el respeto que le tengo a aquellos hombres y mujeres que participaron en un atroz conflicto bélico como fue este de la Gran Guerra, y que dio lugar a la Gran Quiebra moral de Europa.

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