Tras un partido de Champions con el Barça y su derrota como protagonista, Televisión Española programó una miniserie que no había visto en su momento y que tenía como protagonista a Carrero Blanco. Su nombre: El asesinato de Carrero Blanco.
Una persona como de mi edad recuerda perfectamente el día del atentado , aunque , por supuesto, en aquel momento ni conocía el alcance del mismo, ni,- y tengo que reconocerlo al protagonista-. Aquel día estaba previsto en casa el cumpleaños de una de mis hermanas. Invitadas unas amigas, compañeras de clase.
Mi madre con sentido justo de la medida lo mantuvo, pero recuerdo que lo único que le pidió a mis hermanas y a sus amigas es que no hicieran mucho ruido, ya que alguien podía pensar que lo estuviésemos celebrando. Como decía mi madre, las ventanas tenían oídos.
El asesinato de Carrero Blanco es una miniserie de televisión dirigida por Miguel Bardem en el año 2011, basada en el guión de Nacho Faerna y Mercedes Cruz, y protagonizada en sus principales papeles por Unax Ugalde (Argala) y José Ángel Egido (Almirante Carrero Blanco). A los que se suman Régis Romele, Pedro Casablanc, Enrique Villén , Félix Cubero, Miko Jarry, Gorka Lasaosa, Christophe Miraval, Juanma Navas.
Se trata de una coproducción de Televisión Española (TVE), Euskal Telebista (ETB) y la productora de los Bardem, Boca Boca Producciones. En los apartados técnicos gran parte queda en familia, pues la música es de Juan Bardem y la fotografía de Sergio Delgado.
Su argumento trata sobre cómo se organizó y planificó el atentado contra Carrero Blanco el 20 de diciembre de 1973.
La serie comienza en 1978 y en el País Vasco Francés, con el asesinato de Argala -Arriaga en esta ficción-, víctima del Batallón Vasco Español, que respondió así, con este crimen al asesinato, perpetrado cinco años antes, de Carrero Blanco, y después regresa a 1971, cuando ETA comienza a pensar en algún tipo de acción contra el almirante.
Argala (interpretado por Unax Ugalde) es un miembro de ETA que se instala en Madrid con el objetivo de realizar un atentado contra la dictadura de Francisco Franco. En un principio se encuentra sólo porque la dirección de ETA no quiere apoyarle al considerarle un iluso en sus objetivos. Finalmente consigue por parte de la dirección y una de las asambleas los apoyos necesarios para que le ayuden tres miembros más del talde: el comando Txikia.
Contarán para ello con la ayuda de una mujer, comunista, que les ofrece un par de pisos francos, uno de ellos en Aluche. Igualmente, están a punto de ser detenidos previamente por la policía en parte por su costumbre de ir al bar que había debajo de su casa, donde eran conocidos como los “vascos”.
El objetivo era asesinar a Luis Carrero Blanco (interpretado por José Ángel Egido), el cual, pese a ser recién nombrado Presidente del Gobierno no parecía tener mucha seguridad personal.
Todos los días salía en coche desde la calle Hermanos Bécquer, donde residía, para ir a la Iglesia de San Francisco de Borja.
Tras asistir en repetidas ocasiones a misa con Carrero, Argala pretende dispararle por la espalda en la Iglesia, pero más tarde cree que es muy arriesgado porque no tendría escapatoria.
Al final deciden trazar un plan letal. Alquilan un local a pie de la calle Claudio Coello a la altura del número 104. Desde allí excavan un agujero hacia la calle para meter los explosivos. Lo que hizo saltar al coche por los aires en la calle Claudio Coello no fue una bomba preparada por el comando Txikia, sino unas minas made in USA de última generación sustraídas de la base militar de Rota.
Fue tal el potencial de explosivos que metieron, que el coche se elevó por encima del edificio contiguo. La serie vuelve al punto de partida en el que vemos como en Cibaure estalla el coche de Arriga, mientras que un personaje anónimo al que hemos visto varias veces en la película mira tras la ventana.
La miniserie "El asesinato de Carrero Blanco", una coproducción de ETB y TVE, buscó con la misma "acercarse a la verdad" del atentado que acabó con la vida del presidente del Gobierno en 1973 y principal candidato a suceder a Franco. Así lo declaró Nacho Faerna, guionista y productor ejecutivo de la serie. Este explicó en 2012 que "El asesinato de Carrero Blanco" es un "thriller" político con el que pretenden, desde la ficción, "arrojar un poco de luz" a un magnicidio sobre el que "hay cosas no suficientemente explicadas ni investigadas". "Estoy dispuesto a afirmar sin comprometerme demasiado que hubo pasividad. Carrero tenía la confianza de Franco, pero no pertenecía a ninguna de las familias del régimen", ha destacado Faerna.
El productor, en este caso Zuazua por parte de ETB aclaró que han abordado la película desde "un enfoque serio y escrupuloso, sin caer en especulaciones y frivolidades", pero poniendo al descubierto las "dudas" e "incógnitas" sobre un episodio de la historia de España en el que "hubo algo más que negligencia" por parte de quienes estaban al frente de la seguridad del Estado.
Al contrario de la película "Operación Ogro" (1979), del italiano Gillo Pontecorvo, en la que Carrero apenas aparecía, en esta versión se da al presidente del Gobierno "la dimensión" de personaje, uno de los vértices de un triángulo que completan los etarras que llevaron a cabo la operación y las Fuerzas de Seguridad.
"Hemos intentado no caer en el maniqueísmo en ningún caso y hemos huido de las caricaturas para que los personajes tengan las aristas que tenían", ha destacado.
La miniserie ha tratado de respetar los espacios originales, con exteriores rodados en las localidades francesas de San Juan de Luz y Ciboure, además de Irún y Madrid, aunque la escena de la explosión que acabó con la vida de Carrero ha sido filmada en la calle Españoleto ante la imposibilidad de hacerlo en Claudio Coello porque ahora tiene árboles y complicaba la labor de las cámaras.
Faerna precisó en la presentación de la miniserie para ETB (enero de 2012) que se intentó hallar otro emplazamiento, ya que Álex de la Iglesia había grabado la misma escena en Españoleto para "Balada triste de trompeta", pero las similitudes con el escenario real de esa calle del barrio de Chamberí y la posibilidad de cerrarla al tráfico durante tres días le hicieron desistir.
No han querido emular el "magnífico trabajo" de Emilio Ruiz en "Operación Ogro" al recrear en una maqueta la explosión que hizo volar el Dodge de Carrero hasta la azotea del colegio de los jesuitas.
Según el productor, nadie vio la trayectoria del vehículo porque quedaron cegados por una nube de polvo y cascotes, y por eso ha preferido reconstruir en imágenes lo que vivieron los testigos." Ofrecemos el punto de vista de los etarras, de los escoltas que viajaban en otro coche y del propio Carrero".
Rodada al estilo semi-documental con bastantes cámaras al hombro raya a muy buen nivel técnicamente hablando. Señalar que en contra de la miniserie está el cine y, en concreto, la obra de Pontecorvo ya citada, Operación Ogro.
Resulta interesante que el guionista se mete de lleno en el franquismo institucional, dándole protagonismo a López Rodó, mano derecha de Carrero y de : López Bravo, ministro de exteriores salientes y puntual feligrés de la iglesia que visitaba Carrero. Destaca especialmente el papel de López Rodó que sustituyó al segundo en la cartera de exteriores, cuando se configuró el gabinete en el que Carrero alcanzó la presidencia del gobierno. López Rodó había configurado jurídícamente al Régimen y blindado la sucesión, podía permitirse la recompensa de la verdadera política: la internacional. De hecho vemos como López Rodó se dirige a un diplomático estadounidense en inglés.
Vemos igualmente como Don Juan Carlos no fue en ningún momento la segunda opción para su sucesión, sino que siempre fue la primera.
Igualmente destaca la miniserie en la aquiescencia de los servicios secretos americanos en el atentado y el relativo conocimiento – sino intervención- que tenían los servicios secretos franceses sobre el mismo.
Interesante, muy interesante, es la escenografía y la ambientación: el vestuario, en suma, los detalles. Los escaparates, los coches, la ropa de la gente, sus cortes de pelo, las aceras, los uniformes grises, los Renault 5 color naranja, crucifijos omnipresentes, gafas oscuras y Ducados o Celtas en su defecto, bares con las paredes alicatadas, teléfonos de baquelita y la prensa de la época, el Ya y el ABC.
A esto se le añade las imágenes de archivo que ayudan a contextualizar y dar mayor profundidad y cohesión a la historia, todo ello creíble y muy bien resuelto.
El Diario El País publicó en un artículo muy crítico hacia la serie el día 18 de diciembre de 2012, firmado por Jesús Duva, titulado Carrero Blanco, "Un ogro sin garras", en el que se informaba como el día anterior, Televisión Española había emitió un serial sobre el asesinato del almirante Luis Carrero Blanco, ocurrido el 20 de diciembre de 1973, complementado con un documental titulado El consejero fiel.
Según Jesús Duva tanto en la ficción como en el reportaje posterior, "la figura de quien fuera presidente del Gobierno con el general Franco y mano derecha de este, aparece desdibujada y con poca profundidad. Aquel a quien ETA bautizó como El Ogro (nombre de la operación terrorista que culminó con el magnicidio) aparece aquí como un padre ejemplar, un ejemplo de lealtad al caudillo y con algunas obsesiones como el marxismo y el libertinaje".
Para este articulista “Las escenas que las que aparece el militar apenas aportan información sobre quién era realmente este hombre duro e inflexible, llamado a perpetuar el régimen del dictador. Carrero sale cortándose el pelo en una peluquería, pintando apaciblemente sus cuadros y dibujos o en momentos de intimidad familiar en los que solo de pasada comenta con cierta desgana el secuestro de un industrial a manos de ETA u otro episodio de actualidad. No parece este un retrato muy profundo de quien era nada más y nada menos que el presidente del Gobierno al servicio de Franco”.
Duva prosigue desgranando con suma inquina la serie “ En la ficción se apuntan algunos de los misterios que desde hace 39 años rodean el asesinato, tales como la aparente pasividad, negligencia o estulticia de los servicios policiales que mandaba el ministro Carlos Arias Navarro, incapaces de frenar el atentado, e incluso la hipotética cobertura y apoyo de los Estados Unidos a los autores del audaz atentado. A esta última teoría, que nunca ha sido acreditada, se le conceden bastantes visos de verosimilitud”.
Sobre esta hipótesis del complot ETA-Estados Unidos para perpetrar el magnicidio se insiste en el documental Carrero Blanco, el consejero fiel, emitido a continuación. Está compuesto básicamente con los testimonios de Luis y Carmen, dos de los hijos del almirante, complementados con las voces de los historiadores Carlos Fernández Santander, Javier García de Cortázar, y Charles Powell, junto con las opiniones del catedrático Antonio Elorza, José Utrera Molina, exministro de Franco, y Santiago Carrillo, el histórico líder del Partido Comunista de España.
El documental, según Duva, tampoco ahonda en quién era y qué significaba Carrero para el franquismo. Quizá el dato más elocuente, aunque circunstancial, de su personalidad lo proporciona uno de los intervinientes en el reportaje, quien recuerda que el almirante consideraba a Manuel Fraga, también ministro de Franco, nada más y nada menos que “un peligroso liberal”.
Charles Powell, quien cree que Carrero quería implantar una monarquía autoritaria y quien descarta por completo la implicación de Estados Unidos en el atentado, es la voz más crítica, junto con la de Elorza. Para Duva "los espectadores que no vivieran aquella época seguirán teniendo la imagen de Carrero muy difusa".
Esa es su opinión, aunque no creo que un miembro de la familia Bardem pueda ser tachado de profranquista. De cualquier manera habrá que reconocer que la miniserie no tenga la construcción que pudiera tener si la hubiese dirigido el mejor de la saga Bardem: Juan Antonio, un grande entre los grandes.
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