Desde inicios de este verano, la 2 de Televisión Española, indudablemente la cadena de más calidad que hay en España, está emitiendo un prograa que se llama Histoia del Cine español, algo que muchos aficionados al cine echábamos en falta desde aquel programa que hubo en los 80 y que presentaba Fernando Méndez Leite. Hubo un intento, de los pocos afrtunados que ha tenido en su historia Canal Sur, de poner una antología del cine español, también, un verano en la década de los noventa. Era a la hora de la siesta y como alternativa a los culebrones que empezarona estar presentes en las cadenas televisivas españolas y que, por supuesto, triunfaron. Aparecían muchas folklóricas, pero también películas y directores que dejaron una marca en el cine español.
Aquellas dos tentativas de recuperar el cine pasado- aunque sólo fuese para divulgarlo-, tal y como hacen los franceses o los italianos, quedó en el olvido y únicamente tuvo cabida en Cine de barrio, más enfocado a los años sesenta y setenta, o en Versión Española.
Ahora, y como debe ser, es la 2 quien intenta mostrar lo que se hiz en algún momento en el cine español. Y yo, aunque no he podido verlo en directo, he apstado pr verlo en la aplicación para la Smart / tv de nuestro canal público, por cierto, una maravilla.
Sé que han puesto muchas y , aunque no sé como recuperar el tiempo perdido, hoy he querido ver una, la más antigua de las prograadas la semana pasada, que parte de una obra de Benito Pérez Galdós, escrita en 1878, un autor del que , casualmente, he leído esta semana una obra, la primera de los Episodios Nacionales, Trafalgar, y que estuvo dirigida por uno de los grandes directores de los años 30, Benito Perojo. La obra es Marianela.
Resulta impresionante ver los títulos de crédito de la película para descubrir quién estaba detrás de estas obras que, sin duda, son fundamentales independientemente de su valor cinematográfico, que lo tiene.
Se trata de una película de 1940 realizada por la productora Ulargui Films y dirigida como hemos dicho anteriormente por Benito Perojo, tras su periplo por Alemania e Italia, y antes d empezar sus trabajos junto a Imperio Argntina.
El guión de la película se basa en la obra homónima de Benito Pérez Galdós, pero en el que participan Joaquín Álvarez Quintero - quien ya la adaptó para el teatro en 1916- y Benito Perojo . La película fue distribuida por Ufilms. En la música participa , nada más y nada menos, que Jesús Guridi, y en la fotografía, lógicamente en blanco y negro, Theodore J. Pahle.
En la misma aparecen en el reparto Mary Carrillo como Marianela o Nela, Julio Peña como Pablo, Rafael Calvo como Teodoro Golfín, Jesús Tordesillas como Padre de Pablo, Carlos Muñoz como Celipín, María Mercader como Florentina, Blanca Pozas como Sofía y Pedro Fernández Cuenca como Carlos Golfín.
La película se inicia con la llegada un pueblo minero y una zona agrícola, donde vive don Francisco Penáguilas con su hijo Pablo, del hermano del ingeniero, don Teodoro Golfín, un famoso oftalmólogo, que nada más arrivar se encuentra con Pablo, un chico ciego de nacimiento e hijo del dueño de las minas
Marianela, una joven huérfana, pobre y fea que ha sido acogida caritativamente por una familia, dedica su tiempo a cuidar a Pablo.
La chica viste andrajos y anda casi descalza, pero es ser lleno de bondad y de gran corazón que hace de Lazarillo a Pablo. A través de Marianela, Pablo (Julio Peña) que es el hijo del hombre más rico del lugare el joven conoce cómo es el río, el bosque, las flores, él siempre vió a través de la muchacha. Gracias a ella llega a imaginar cómo es el mundo y se enamora de su cuidadora, a la que cree muy hermosa, pero ella, aunque también lo ama, no quiere que él sepa cómo es. Pablo se ha ido enamorando poco a poco de ella a través de su ingenua fantasía emocional y la ternura que ella siempre le ofreció.
La chica muy humilde, llena de bondad e inocencia vive con la familia del capataz de las minas, Centeno, y menospreciada por todos, salvo por Celipín, cuyo único interés s salir del pueblo e ir a los Madriles. Para los Centeno y para otras familias, Nela es incapaz de nada útil, y ella sólo siente alegría ayudando económicamente a Celipín y acompañando a Pablo.
Don Francisco de Penáguilas ansía ardientemente que el doctor vea a su hijo, pues, aunque ha sido desahuciado por todos los grandes médicos, no se aviene con la fatalidad de que su hijo sea incurable. ¿Por qué la naturaleza al colmarle de bienes materiales le ha de negar lo único que puede hacerle feliz?. Al ponerse en contacto el ingeniero y su hermano con Don Francisco surge la posibilidad del análisis del estado de Pablo y que éste pueda recuperar la visión, o no.
Entre tanto se produce un accidente en la mina que pilla en la misma a los dos protagonistas. Nela salva la vida de Pablo.
La admiración de éste hacia ella va en aumento.
Tras la posibilidad de que el ciego recupere la vista, Pablo podría recibir en herencia una finca y una fortuna, que está condicionada a la recuperación del sentido de la vista y al matrimonio con su prima Florentina, muchacha bellísima, hija de Manuel. La llegada de la bella Florentina, hace que Marianela se sienta inquieta ante el futuro.
La operación de Pablo y el éxito del resultado desembocarán en un dramático final. Entre tanto, Celipín deide marcharse a Madrid, dejando sola a Nela en la casa de los Centeno.
Ella siente que se queda abandonada y sin misión ninguna en la vida, como el perro lazarillo de Pablo. Ante esto, y al final "la Nela" feliz por que Pablo recupera la vista, pero triste por que no desea que Pablo la vea, decide marcharse, el Doctor Golfín la encuentra moribunda y la lleva a la mansión, donde finalmente Pablo la ve sin saber que es ella.
Marianela antes de morir Pablo coge la mano de Pablo reconociéndola por el tacto de su piel. Finalmente, ella toma la mano de Pablo y la de Florentina, y ambas las une a su pecho, falleciendo casi al instante y poniendo fin a la película.
Estamos ante un melodrama rural, una historia que acaba en la muerte de la protagonista, una muerte muy en la línea que se exigía a este cine en el año posterior al fin de la guerra civil: con una cruz que se refleja en la cortina y en el exterior de la ventana.
El tema es el valor de la belleza física en las relaciones sentimentales y pone el dedo en la llaga mostrando el drama personal de una muchacha que no tiene la suerte de ser guapa y, aunque tiene la belleza interior, eso no le sirve en un mundo como este en el que por desgracia la belleza exterior cuenta mucho para una persona. Perojo no dulcifica las cosas y demuestra con el final que el mensaje es bastante amargo. Como he leído en una crítica en filmafinitty la escena en la que ella se ve reflejada en las aguas tal cual es resulta bastante conmovedora.
Benito Perojo, artesano y maestro de referencia, realiza un film en el que los sentimientos trascienden la pantalla, ilustrados por unos actores muy bien ajustados al papel, destacando una Mari Carrillo que está sublime para ser su debut, con una naturalidad asombrosa, un personaje que seduce por sencillez, su humildad y su generosidad como ser humano.
La película es muy teatral y cuenta con una Mary Carrillo que está impresionante como la muchacha fea y pobre enamorada del señorito ciego, a quien sirve de lazarillo y que se reveló como una extraordinaria actriz en un papel que le servirá de homenaje tras su muerte, por la creación
inolvidable del personajes y sus humanizados diálogos dictados con una sensibilidad
especial. Benito Perojo decidió aplicar un elogiable sentido de la contención al tema que se refleja en la serenidad que hallamos en el ritmo de la película.
Como protagonista masculino un habitual en su cine, Julio Peña , pues "Los hijos de la noche". o en "María de la O", un actor con una excepcional sensibilidad que brilla con intensidad al interpretar su personaje.
El cineasta, un gran admirador de Charlie Chaplin y un gran innovador toma como referencia “Luces de la ciudad”, en la que , en este caso, Pablo coge la mano de Marianela reconociéndola por el tacto de su piel, algo que el genio británico había realizado con Charlot que es reconocido por la florista, cmo el vagabundo pobre y olvidado, pero altruista.
“Marianela” que se esternó el 11 de noviembre de 1940 fue emitida como homenaje en la muerte de Mary Carrillo en septiembre de 2009 por televisión española, y aunque sea en realidad una película casi olvidada y por reivindicar por su carácter casi desconocida para la mayoría de aficionados.
Benito Perojo, que fue tan criticado por su "perojismo" en palabras de los directores más críticos con su cine considerado por los vanguardista como cineasta antiguo, no sólo plasma sentimientos y emociones, también refleja temas atrevidos para la época, mostrando muy bien las diferencias de clase, la mezquindad humana, un mundo injusto que alberga el egoísmo de algunos personajes, tanto de los ricos como de los pobres.
Técnicamente la obra rompe con los esquemas rígidos de su teatralidad con encuadres en los que Nela gana naturalidad. La mina se presenta como metáfora de la belleza interior, el trauma de no saber aceptarse como uno es, que en el caso de la poco agraciada muchacha, le lleva a una lamentable autoestima perdida. La desigualdad y la falta de oportunidades entre los jóvenes condenados de por vida a la miseria.
Existen otras versiones cinematográficas de esta obra como la de 1955, dirigida por Julio Porter, con Olga Zubarry y José María Gutiérrez, y otra más conocida, la 1972 dirigida por Angelino Fons y que contó con Rocío Dúrcal- en su primeer papel como artista sin cantar- , Germán Cobos, Mari Carmen Aguado, Lola Gaos, José Jaspe, Chacho Lage, Alfredo Mayo y Pierre Orcel.
Para Luis Martínez en el programa de Historia de nuestro cine destaca de la misma el debut en el cine de una jovencísima Mary Carrillo, con 21 años, el carácter de crítica social procedente de la obra galdosiana y que está presente en esta obra de Perojo, así como el lenguaje teatralizado de los personajes que, si bien es cierto, que hablan como literatos nos es menos cierto que exponen con una claridad meridiana sus problemas.
Destaca de la película la naturalidad de los personajes, especialmente el de Nela, la búsqueda por esa belleza interior, metaforizada aquí en la mina. Una película que a pesar de que fue denostada por aquellos directores
críticos con la obra y personalidad de Perojo, pero te atrapa removiendo
tu conciencia.
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