miércoles, 20 de junio de 2018

Europa 51


Hace unos días hablábamos de Federico Fellini. Hoy pasa por aquí, Roberto Rosellini, el hombre que le permitió el paso de la caricatura  al cine. La película en cuestión ha sido, Europa '51 , considerada parte de la llamada Trilogía de la soledad de Rossellini, junto a Stromboli (1949) y Viaggio in Italia (1953).

Rossellini, un hombre ya con una importante  trayectoria cinematográfica,  incluso  durante el mandado de Mussolini, era un hombre de cine. Hijo del primer empresario cinematográfico de ialia, su padre construyó un teatro en el que se compatibilizaba cine y actividad teatral, trabajo como técnico de sonido y en otras labores técnicas, como asistente de dirección de los más importante directores italianos de los años treinta como Goffredo Alessandrini o Francesco de Sanctis, convirtiéndolo en un todoterreno.

Como producto de su tiempo trabajo en películas que satisfacción al régimen fascista como su primer largometraje, La Nave Bianca (1941), la primera de la llamada "Trilogía fascista", junto con Un pilota ritorna (1942) y Uomo dalla Croce (1943). A esta etapa corresponde su amistad y cooperación con otros gigantes del cine: Federico Fellini y Aldo Fabrizi. 

  Tras esto llegó el neorrealismo coincidiendo con el fin del régimen en 1945, sólo dos meses después de la liberación de Roma, Rossellini ya estaba preparando Roma, ciudad abierta (Roma città aperta, con Fellini asistiendo en el guion y Fabrizi en el papel del sacerdote), que él mismo produjo, obteniendo la mayor parte del dinero de créditos y préstamos. Este drama fue un éxito inmediato. 

Rossellini comenzó así su "Trilogía neorrealista", cuya segunda película fue Paisà (Camarada, 1946), filmada enteramente con actores no profesionales, y la tercera Germania anno zero (1947), patrocinada por un productor francés y dirigida en el sector francés de Berlín. Declaró en una entrevista: "para crear realmente el personaje que uno tiene en mente, es necesario para el director entablar una batalla con el actor que normalmente termina sometiéndose a los deseos del actor. Como no deseo estar malgastando mis energías en una batalla como ésta, sólo uso actores profesionales en contadas ocasiones".

Se ha dicho que una de las razones de su éxito fue el hecho de que Rossellini reescribió los guiones según los sentimientos y las historias de sus actores no profesionales. Acentos regionales, dialectos y vestimentas se ven en sus películas del modo en que verdaderamente eran.

Después de su "Trilogía neorrealista", Rossellini produjo dos largometrajes que hoy se clasifican como cine transicional: L'Amore (con Anna Magnani) y La macchina ammazzacattivi, mostrando realidad y verdad. Pero lo cierto es que a finales de la década de los años 40 , Rossellini recibe una carta de una importante admiradora, la actriz sueca en el momento culminante de su carrera, Ingrid Bergman, que le propone trabajar con él y así comienza una de las más conocidas historias de amor en el mundo del cine.

Curiosamente, esta etapa creativa coincide con un momento de inquietud espiritual para el director y que se concreta en el film Stromboli terra di Dio , rodado en la isla de Stromboli, 1950, cuyo volcán entró en erupción durante el rodaje, y pocos después rodó Europa '51 (1951). Cuando en 1954, Viaggio in Italia completa la llamada "Trilogía de Ingrid".


Lo cierto es que en ese año 1950 fascinado por Francisco de Asís, Roberto Rossellini decidió crear una película que ubicara a una persona que asumiera el papel de reconversión espiritual similar a la vivida por el santo , pero que se desarrollara en la Italia de posguerra mostrando a su vez cuáles serían las consecuencias. En la misma linea que Francisco de Asís, su personaje rechazaría el lujo y la comodidad de una vida burguesa por el amor de los pobres, como lo mencionó en 1950 en Les Onze Fioretti. Este pasó del neorrealismo a la espiritualidad por parte de Roberto Rossellini con un personaje que aborda la cuestión de la santidad en la sociedad de la posguerra, que se coloca en la modernidad social para mostrarnos la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial y que apuesta por el progreso de los años cincuenta, y por una nueva sociedad más justa lo hace en Europa 51 con un personaje femenino que asume Ingrid Bergman con el rol que algunas personas evocan a Simone Weil1 y la historia de una Pasión, que lleva a la heroína de la negligencia a la condena, a través de la traición de su marido, las calumnias, la prisión en un sanatorio y el interrogatorios final. Curiosamente, la película digamos nos sirve  como transición con la trilogía anterior , pues parece parte de la escena final de Alemania año cero, el suicidio de un niño.

Esta trilogía de Ingrid también se le conoce como "trilogía de la soledad" que se mueve en los cinco años que van de 1950 a 1954.

Como ya he señalado la película parte de un guión firmado por muchas manos, las del mismo Roberto Rossellini, junto a Sandro De Feo, Mario Pannunzio, Ivo Perilli, Brunello Rondi así como Diego Fabbri y Antonio Pietrangeli, así como Donald Ogden Stewart, Jean-Paul Le Chanois, aunque estos cuatro no están acreditados. Se trata de una producción de Carlo Ponti y Dino De Laurentiis en la que también está presente Rossellini para la productora Ponti-De Laurentiis Cinematografica y con la distribución de Lux Film.

La música es de Renzo Rossellini, mientras que la fotografía en blanco y negro corresponde a Aldo Tonti El montaje correspondió a Jolanda Benvenuti. Los decorados de la película fueron diseñados por Virgilio Marchi, un veterano arquitecto futurista y Ferdinando Ruffo. Los vestuarios son de Fernanda Gattinoni.

El elenco lo encabeza Ingrid Bergman como Irene Girard junto a Alexander Knox como su marido George Girard. Junto a ellos están Ettore Giannini como Andrea Casatti, Giulietta Masina como Passerotto, Marcella Rovena como Mrs. Puglisi, Tina Perna como Cesira, Sandro Franchina como Michele Girard, aria Zanoli como Mrs. Galli, Teresa Pellati como Agnese, Silvana Veronese, William Tubbs como el Profesor Alessandrini, Alberto Plebani como Mr. Puglisi, Eleonora Barracco, Alfonso Di Stefano y Alfred Browne como el Sacerdote del Hospital.

La historia nos presenta a un rico matrimonio estadounidense que lleva en Roma tras la Segunda Guerra Mundial una vida despreocupada. El matrimonio está formada por Irene (Ingrid Bergman) , esposa de un industrial el jefe de la filial estadounidense de una gran empresa estadounidense, asentado en la ciudad italiana , George Girard (Alexander Knox), y madre un niño de trece años, Michele (Sandro Franchina), que vive alegremente en un ambiente burgués y frívolo, olvidando las obligaciones propias de una madre.


Son una pareja modelo de la gran burguesía que prospera en la Roma de posguerra. Irene está más interesada en ser una buena anfitriona para sus invitados que una madre atenta.

Su hijo, psíquicamente afectado por los horrores de la guerra, se siente sólo y abandonado. Pero su madre parece más preocupada por la fiesta que se ha de montar en la casa. El hijo Michele, intenta infructuosamente llamar la atención de su madre, ocupada en los preparativos de una cena con unos invitados y ante esa situación de abandono se tira por el hueco de la escalera quedando herido de gravedad fracturándose la cadera .

En el hospital Irene comprende que dicho accidente fue provocado por su hijo para llamar su atención. En efecto durante los difíciles años de la guerra ambos eran inseparables, continuamente refugiados de los bombardeos en el subsuelo de Londres. Pero ahora, con la llegada del padre de la guerra, ya se ven muy poco.

Aunque Irene le promete que ahora estarán siempre y ser más atenta, pero muere poco después de un coágulo de sangre de una embolia.

La madre, traumatizada y guiada por un sentimiento de culpabilidad, padece una crisis al sentirse culpable por no haber atendido más a su hijo desde la infancia. Irene está postrada en cama durante 10 días por depresión.

En medio de esta profunda depresión, Irene al salir de ella, recurre a la ayuda de un amigo Andrea Casatti (Ettore Giannini) para ayudarla a superar su dolor. Andrea es editor y comunista, y determina que necesita ver "la otra Roma" y la lleva a las partes más pobres de la ciudad.


Andrea, que estuvo presente en la fiesta y que es de tendencia comunista, que le cuenta que hay un niño que está muriendo porque los padres no tienen dinero para las medicinas con su dinero para ayudar al niño. . La mujer consigue dichas medicinas

Desde ese momento Irene decide ayudar a la gente más necesitada en los barrios más humildes de la ciudad. Se involucra en la ayuda a otras personas del barrio pobre. Conoce a una mujer sin un dinero llamada Passerotto (Giulietta Masina) en una choza junto a un río y la ayuda a cuidar a una gran grupo de chicos harapientos. Irene consigue un trabajo en la fábrica para Passerotto, e incluso la lleva el primer día. Ella está horrorizada por las condiciones de trabajo de la fábrica, que ella ve como esclavitud.

Un día sustituye a la mujer por un par de días en el trabajo en una fábrica y otro asiste una prostituta enferma de tuberculosis. Un sacerdote (Alfred Browne) que también se hace amigo de ella, eventualmente se aleja de ella cuando le dice que someterse a Dios cuando uno no se siente correspondido, e Irene tiene una larga conversación con él acerca de las "verdaderas misericordias" de Dios mientras los pobres sufren innecesariamente y nadie hace nada al respecto.

En este periodo se instruye en el pensamiento comunista, del que desemboca en la caridad y hermandad cercanas al cristianismo. Como resultado de ayudar a estas personas, ella pasa cada vez menos tiempo en casa. La madre de Irene y George están preocupadas por sus inexplicables ausencias de la casa, y George le acusa de tener una aventura con Andrea, lo que hace que lo deje.

En una de sus acciones un día ayuda a un delincuente la pondrá bajo sospecha a ojos de la policía al dejar escapar un muchacho, perseguido por la policía por haber cometido un robo. Irene que tiene éxito con una especie de fuerza interior y por su gracia persuasiva le pide al chico que se vaya mientras sostiene su arma y le aconseja que se rinda ante la policía.

Sin embargo, Irene es arrestada como cómplice y conducida a la comisaría. Está tan conmocionada por la reacción exagerada de George cansado de su "extraño" comportamiento y después de haber sospechando que ella lo está traicionando con Andrea, que no intenta discutir con él, pero su esposo y las autoridades deciden ponerla en una institución mental. Allí descubre como otros muchas mujeres han sido abandonadas por la sociedad.

Ella intenta ayudarlas igualmente. La misma gracia que emana de ella fascina a los otros pacientes, calma a una paciente durante un episodio suicida y no se deja interrogar por sus médicos. Ella confiesa, sin embargo, que siente, sin sentir una vocación religiosa, tanto un disgusto por lo que ha sido y, al dedicarse sin reservas a los demás, una iluminación interior. Su confesor culpa alegremente a una exaltación contraria a la autoridad de la Iglesia y al orden familiar.

Finalmente la llevan ante la junta de revisión integrada por psiquiatras para estudiar su caso y entrevistarla. Tras una entrevista la Junta diagnostica que padece de un delirio apasionado, propia de "misioneros delirantes", y que su filosofía de ayudar a las personas es peligrosa para la frágil sociedad de la posguerra, y por lo tanto queda encerrada allí permanentemente.

Las personas a las que ha ayudado, junto con muchas otras que no, se paran frente a la ventana de su celda, rezándole como su nueva "santa patrona". La última imagen es de la cara de Irene que los mira a través de los barrotes con una sonrisa.

La película se filmó en algunos de los más pobres suburbios romanos, en particular en Primavalle y, en concreto, en la vía Federico Borromeo.

Las escenas de la clínica psiquiátrica se tomaron en una clínica ubicada en Via di Villa Troili en Roma, en el distrito Aurelio / La Pisana. Las escenas de fábrica se filmaron dentro y fuera de la planta de cemento Italcementi en Colleferro. La chica que se va a trabajar y da instrucciones a Irene Margaret Armenis, era un trabajadora de la fábrica en el momento de la filmación estaba trabajando en la planta de cemento.

Roma , como le ocurrirá después a Fellini, es en el filme un personaje más, aunque por pura coincidencia, ya que en un principio el rodaje estaba previsto en París. La Europa de posguerra era una tierra de sufrimiento para las clases populares, y es ahí donde Rossellini pone el foco, a través de los ojos de una burguesa caída en desgracia.

Para el guión final se tardó unos dieciséis meses, desde el primer proyecto de Federico Fellini y Tullio Pinelli, partiendo de un guión de Jean-Paul Dreyfus también conocido como "Le Chanois" (escritor comunista y ex miembro de la Resistencia francesa) .

Al guión final se suman las portaciones del mismo Rossellini y de Donald Ogden Stewart, ex guionista de MGM (en ese momento en la lista negra de Hollywood por sus creencias políticas). Para el personaje de Irene, Rossellini se inspiró en la figura de Simone Weil.

La película después de su lanzamiento limitado fue censurada por el gobierno italiano, y las siguientes versiones publicadas de esta película han sido censuradas o reeditadas en todo el mundo, tales como la eliminación de una huelga laboral sindical, Rossellini incluyó un diálogo en el sentido de que el padre de la familia pobre no puede trabajar porque trabajó para el sindicato ferroviario fascista de Mussolini. En algunas versiones durante una fiesta que los padres organizan, el hijo simplemente se suicida saltando desde una ventana. La versión en inglés omitió grandes secciones de diálogo, especialmente cuando Irene intenta expresar su teoría al sacerdote de que el amor debería ir más allá de la familia o el grupo social.

La película obtuvo sus Premios. El 12 septiembre de 1952 fue presentada en el Festival de Venecia en el Premio Internacional en su XVII edición y fue nominada al León de Oro (mejor película) . Ingrid Bergman ganó el premio Nastro d'Argento o Silver Ribbon de 1953 del Sindicato Nacional de Periodistas Cinematográficos de Italia por su actuación como mejor actriz. También fue candidata para la Copa Volpi como mejor intérprete femenina, pero no pudo ser recompensada como doblada (por Lidia Simoneschi).

En cuanto a la crítica en Venecia la película recibió una recepción bastante severa, a pesar del premio ganado, y durante muchos años fue revisada por la prensa como una película abiertamente didáctica que carecía de la pasión de Stromboli (1950) o Viaggio in Italia (1953). Sólo en los últimos años ha ido recuperando el interés de los críticos en parte gracias a Martin Scorsese y su documental sobre el cine italiano "Il Mio Viaggio in Italia" (1999). La película fue seleccionada entre las 100 películas italianas para ser salvadas.

Pero la crítica , sobre todo la comprometida, entendiendo por compromiso la izquierda criticó abiertamente este intento de búsqueda espirutual iniciado por Rosellini con Stromboli. Especialmente cruel en sus críticas es Georges Sadoul, que elogiaba sin reserva cualquier subproducto soviético a base de tractores y girasoles y se lanzó a criticar la obra de esta etapa de Rosellini.  por "haberse negado a expresar , como en la postguerra los sentimientos populares, dejó de constituir un altavoz mundial en sus películas confidenciales y susurradas".

En Italia el diario L'Avanti!, la Unitá dijo de ella "Rossellini confecciona una obra imperfecta que tiene como punto de fuerza de la interpretación de una Ingrid Bergman que excita y mueve la identificación de sí mismos, y por imaginar en cada fotograma y reproducción continua con la composición de las vacunas y con su relación de diálogo con el entorno circundante. La la película es el viaje en su viaje interior que encuentra los límites en ciertas soluciones narrativas, sobrecargado con significados espirituales. Establecer diseño completamente sin adornos, hizo intención como director aséptica para redimir definitivamente su cine desde ensuciando anti-realista .. .. película maltratado por el mundo católico, el cual hizo un opositor feroz (el centro Católica película ya había prohibido la distribución de Berlín el año cero) y, al mismo tiempo criticó la izquierda . "

E. Bruno en "Filmcritica", en el número 17, de octubre de 1952 señalaba que "Agobiado con un guión de muchas manos, la película es todo acerca de la dirección, admirable en ciertas intuiciones, más mecánico en ciertas soluciones narrativas. Pero Rossellini ve en el intinerario de los hechos sólo una excusa, que cambia su escena el gran conflicto ideológico , muestra un itinerario interior, con la deslumbrante luz de la radiografía, por lo que "Europa51" es una de las películas más importantes de estos años, la más actual, la más sentida ". 

Para Miguel Ángel Palomo en el diario El País se trata de "Un nuevo abismo cinematográfico, una invitación al espectador para asomarse al vacío de una mujer oprimida por la angustia. (...) obra de insólita belleza y de terrible amargura (...) uno de los puntos álgidos de la modernidad cinematográfica."

En Fotogramas se escribe que "Si en "Stromboli" se asumía la soledad en una dimensión abstracta y casi mística, en este film se aborda en su dimensión social, la que tiene su origen en la incomunicación. En este sentido, algunos historiadores y críticos la han considerado como un antecedente directo del cine de Michelangelo Antonioni. Una vez más, Rossellini se convirtió en el cronista desapasionado de la crisis moral de su tiempo.

Para Terenci Moix el mensaje de Europa 51 es similar al neorrealista. "el ser en comunicación con su entorno social y, en este caso, contra él". Añade el escritor catalán que "El inicio del conflicto puede contener elementos melodramáticos - la esposa burguesa cuya plácida existencia se ve alterada por la muerte de su hijo- pero son trascendidos de manera espontánea cuando Irene (Bergman) intenta superar ese vacío por medio de la solidaridad. Esta actitud, que implica un necesario proceso de inmersión en el mundo exterior, depara a Rossellini la oportunidad para reflejar distintos aspectos de la nueva Italia, y así la utopía, - reflejada en la voluntad filantrópica de Irene - cede el paso al reportaje social".

Tenemos una arriesgada película, y en gran medida moderna en el tema - la filantropía y la necesidad de desarrollarse entregándose a los demás- , pero llena de valores cristianos tradicionales tan dramáticos como místicos, pero que no comulgan con la estructura jerárquica de las mismas.

Es la obra de un francotirador en lo espiritual que nos habla de una fe sentido desde la individualidad en favor de los desfavorecidos. Es una película valiente que es hija de su tiempo en una Italia de postguerra que nos habla de la necesidad de ayuda prestada desde lo social por parte de los cristianos de base y que es una alternativa a la propuesta comunista tan importante en la península italiana hasta los años setenta.  Es cierto que finalmente Irene acaba por inmolarse con el fin de ayudar a los demás, pero también con la idea de salvarse a si misma dados sus problemas de conciencia y la necesidad de salir del abismo en que vive.


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