Lo mismo que hubo vísperas de Halloween, donde tocaba clásico, Amityville, lo es, también hubo una película de terror postHalloween más centrada en la festividad de los difuntos que es la de hoy. La seleccionada con anterioridad a Halloween fue Exorcismo en Connecticut, una película que tiene todos los ingredientes relacionados con el Exorcismo. Familia estructurada, que convive con un problema , en este caso de salud, el chico protagonista, que tiene cáncer. Una familia que ha superado el alcoholismo del padre y que se sostiene en la madre y en la fe y en la espiritualidad de ella que confía ciegamente en la cura de su hijo, y en la que un sacerdote se pone en contacto para descubrir el pasado de la viviendo, pues es ella y lo acontecido en la misma, la que domina el relato. De hecho, el relato del pasado va fluyendo- comme il faut- en el presente aportando pequeños detalles que son los que nos van a aclarar lo que está ocuriendo en el presente.
Presentado como un caso presente y basado en hechos reales, no deja de ser una rutinaria película de terror con casas malditas que tanto gustan en la cultura norteamericana y en la que la situación es salvada gracias a la fe de la madre protagonista, y al chico que asume que de perdidos, al río.
Hay detalles de otros filmes de terror, el gusto por el hacha tras la puerta y otros guiños sacados de series o inspiradoras para las mismas - pienso en la tristemente fallida Outcast- nos hablan de que mira en modelos anteriores. Pasable, sin sobresaltos y adecuada para verla cuando haces elíptica, por ejemplo.
*EC: En construcción
No hay comentarios:
Publicar un comentario