sábado, 28 de febrero de 2015

La lectora de libros


Una sorpresa, eso ha sido para mí, especialmente al no haber leído el libro homónimo de Markus Zusak . Estamos hablando de La ladrona de libros una película que puede ser utilizada perfectamente para explicar el nazismo con toda su crudeza desde la óptica de una niña. Eso sí, me ha sorprendido que la película esté contada desde el punto de vista de la muerte, auténtico narrador de la película.
La ladrona de libros es una película estrenada en el año 2013. Fue escrita por Brian Percival, basada en el guión de Michael Petroni quien a su vez parte de The Book Thief , la novela escrita por Markus Zusak publicada en 2005 y que , además de ser un best seller, se llevó el Premio Michael L. Printz en 2007, al parecer, la trama de la película presenta numerosas diferencias secundarias con el argumento del libro. La coproducción germano-americana de la Fox 2000 Pictures y Studio Babelsbergen en las manos de Ken Blancato y Karen Rosenfelt invirtiendo en ella 19 millones de dólares y que la 20th Century Fox distribuyó.

La película contó con la participación musical John Williams y la fotografía de Florian Ballhaus. El elenco está formado por Sophie Nélisse como la protagonista Liesel Meminger, que aparece acompañada de Geoffrey Rush como su encantador padre adoptivo Hans Hubermann y Emily Watson como su dura madre adoptiva Rosa Hubermann.

Junto a ellos aparecen Nico Liersch como Rudy Steiner, Ben Schnetzer como Max Vandenburg, Oliver Stokowski como Alex Steiner, Carina Wiese como Bárbara Steiner, Matthias Matschke como Wolfgang Edel, Barbara Auer como Ilsa Hermann, Levin Liam como Franz Deutscher, Kirsten Block como Frau Heinrich, Rainer Bock como el Alcalde Hermann, Roger Allam como Ángel de la muerte (narrador), Rafael Gareisen como Walter (soldado Nazi) y Sebastian Hülk como Agente de la Gestapo.

En abril de 1938, un narrador siempre presente y apenas visto al principio, que representa a la Muerte (Roger Allam), se interesa por una niña cuyo nombre es Liesel Meminger (Sophie Nélisse) que está viajando en un tren junto a su madre y su hermano menor, Werner, quien muere mientras se traslada en tren. Luego del entierro, íntimo y a escondidas, al que sólo asisten ella y su madre, Liesel toma un libro que ha encontrado al costado de la tumba. Después sabremos que ella no sabe leer y de que se trata del Manual del sepulturero.
La niña es dada en adopción a una pareja que acogen a niños con el fin de recibir ayuda por parte del Estado. Se trata de una pareja en edad tardía: Hans (Geoffrey Rush) y Rosa (Emily Watson) Hubermann que vive en un pueblo cercano a Múnich (Molching), dado que su madre parece estar en un campo de concentración debido a sus vínculos con el Partido Comunista Alemán de Thallmann. Al llegar a su nuevo vecindario establece un vínculo de gran fuerza con un joven vecino, Rudy Steiner (Nico Liersch), hijo de un comerciante de Himmeltrasse.
En el primer día de clases, Rudy Steiner le acompaña. Al entrar en el aula la profesora le pide a Liesel que debe escribir su nombre en la pizarra a modo de presentación ante su clase; pero ella empieza e escribir X, con lo que descubrimos que no sabe escribir, la niña garabatea tres equis a modo de firma. Esto provoca la hilaridad de sus compañeros y la posterior reprimenda de la maestra.
Más tarde, durante el recreo Liesel se pelea con un compañero Franz Deutscher, un joven de aspecto rudo y cruel, quien le llama "tonta" en repetidas ocasiones (dummkopf). Envalentonado por la aprobación de sus compañeros, Franz exige a Liesel que lea tan sólo una palabra de un texto, a lo que Liesel responde arrojándolo al suelo y dándole una paliza. Esto supone un castigo para ella por parte de la profesora, pero también una impresión favorable para Rudy, que desde entonces se enamora de ella.

Mientras tanto ella se encariñando con Hans Hubermann, su padre de acogida, que trabaja como pintor y que es un fumador empedernido, es adicto a los cigarrillos, y que toca el acordeón, que además le va a enseñar a leer todas las noches en el sótano de la casa; y tiene una relación tensa, pero cariñosa con su ruda madre adoptiva, Rosa, una mujer de fuerte temperamento y que a pesar de que a menudo insulta a Liesel, se preocupa mucho por ella.
Mientras esto ocurre Hitler se va afianzando en el poder y como ocurre en esos años en Alemania tanto Liesel y Rudy se vuelven miembros de las Juventudes hitlerianas por ser obligatorio en la época. Ruby es un chico al que le gusta competir corriendo y es conocido en todo el barrio debido al "incidente Jesse Owens": una noche se había pintado con carbón todo el cuerpo y corría cien metros en el ámbito deportivo local, ya que Owens era su ídolo.
Un día, el día del cumpleaños de Hitler, es convocado todo el pueblo a la plaza principal y en ella, después de escuchar un discurso por parte del alcalde, un gerifalte nazi, tiene lugar la quema de libros, algo que horroriza a la chica.

Esa misma noche, Liesel y Rudy son nuevamente agredidos por Franz, quien les exige que arrojen libros a la hoguera para así demostrar su lealtad al nazismo.
No obstante, Liesel no ve con buenos ojos dicha quema y al final de ésta, cuando todos se retiran, logra recuperar de la hoguera un libro: El hombre invisible de H.G. Wells. Liesel es vista por la esposa del alcalde de la ciudad, Ilsa Hermann. Cuando el padre adoptivo de Liesel, Hans, se da cuenta del "robo" de Liesel, le promete que ese será su secreto.

Un día, Rosa le pide a Liesel que le entregue el pedido de lavandería a la esposa del alcalde, quien reconoce de inmediato a Liesel y la invita a pasar a la biblioteca. Liesel queda impresionada por la cantidad de libros que allí encuentra y comienza a leer uno, Ilsa le asegura que podrá volver cuando quiera si lo que desea es leer.
Entre Ilsa Hermann , la esposa del alcalde de Molching, y la niña empieza a surgir una relación de cariño. De hecho gracias a ella, sabemos que los Hermann tuvieron un hijo, Johann Hermann, que muere en Rusia. Rosa y Liesel lavaron y plancharon su ropa por un tiempo. La esposa del alcalde, permite a Liesel leer, pedir prestado y robar los libros de su biblioteca.
Durante la Noche de los cristales rotos, Max Vandenburg (Ben Schnetzer) y su madre intentan escapar, pero de acuerdo con un miembro nazi amigo de ellos sólo uno podrá lograrlo. Max decide que será su madre la que deberá escapar, mientras el primero busca asilo en la casa de los Hubermann. Una noche se presenta en casa de Hans Max Vandenburg es un muchacho judío que los Hubermann esconden en el sótano de su casa. En ese momento conocemos que Hans fue salvado por el padre de Max Vandenburg, Erik, un amigo del ejército y que fue él el que le enseñó a tocar el acordeón. Y lo acepta, dado a una deuda a pagar al padre de Max, que le salvó la vida en la Primera Guerra Mundial.
Hans esconde a Max para salvarle la vida, al igual que el padre de Max, Erik Vandenburg, salvó la de Hans en la otra Gran Guerra. Hans , junto a Rosa y Liesel se harán cargo del joven judío escondiéndolo en el sótano de la casa. Max posee un libro acerca de Hitler Mi lucha, el que altera pintando sus hojas de blanco. De esa forma intenta borrar una de las cosas que más abomina, el nazismo y al propio Hitler. Liesel y Max se vuelven amigos dado que comparten un odio profundo hacia la figura de Hitler.
Max se hace amigo de Liesel debido a que ambos se despertaban de las pesadillas en plena madrugada y por el amor que ambos tienen por las palabras. La pesadilla de Max es que Hitler baja por las escaleras del sótano y se pelea con él, cada noche.
Sin embargo, un día el alcalde descubre a la chica en casa y expulsa a Liesel de la casa y decide no enviar más ropa a lavar a la casa Hubermann, lo cual causa un disgusto a Rosa.
En una de sus múltiples visitas clandestinas a la biblioteca del alcalde, a la que entra por una ventana. Liesel es sorprendida por Rudy, quien descubre las visitas de Liesel y la existencia de Max, a través del diario de la niña (este diario es el libro al que Max le blanqueó las páginas, en la portada está escrita la palabra "escribe" en hebreo). Rudy concluye que la familia Hubermann está escondiendo a alguien, aunque promete no decir nada.
Unos minutos más tarde ambos: Liesel y Rudy se enfrentan a Franz, quien sospecha que están tramando algo. Franz intenta forzar a Rudy, luego de golpearlo, a que le entregue el libro, pero éste último lo tira al río. Acto seguido, Rudy se arriesga a rescatar el libro, pese a que la temperatura del agua es muy baja. De esta forma logra ganarse la confianza de Liesel. El padre de Rudy, Alex Steiner, es movilizado y llevado a la guerra.
Unos días más tarde, los miembros locales del partido comienzan a inspeccionar los sótanos de las casas, bajo el pretexto de verificar si se encuentran aptos como refugios antibombardeos. Hans y Rosa son advertidos por Liesel, mientras Rudy intenta distraer a los inspectores. Luego esconden a Max tras una bandera nazi.
Hans es tentado a unirse al partido, aunque este último no aceptará. Más aún, Hans es ingresado en las listas de conscriptos tras haber intentado defender a un vecino suyo de ser deportado a un campo de concentración.
Luego, Hans enrolado en el ejército alemán con el fin de proteger su vida y la de su familia, es llevado al frente de guerra, mientras Max abandona la casa para no poner a la familia Hubermann en peligro.

Durante una deportación masiva de judíos, que desfilan uniformados en una de las calles del barrio de Liesel, la niña cree ver entre la multitud a Max, sin medir el peligro intenta ubicarlo desesperadamente cuando un oficial del ejército la aparta violentamente arrojándola contra la acera. Luego, Liesel es llevada a su casa. Rosa desaprueba la actitud de Liesel, pero no puede más que contenerla y entender el padecimiento de la niña de haber perdido a un amigo y creerlo torturado o muerto.
Los bombardeos y las sirenas van sonando noche tras noche, se va repitiendo noche tras noche. Liesel, mientras estos se producen, relaja a todos con sus historias. Liesel se transforma así en una animosa y valerosa jovencita que transforma las vidas de todas las personas de su entorno . Para Liesel, el poder de las palabras y de la imaginación se convierte en una forma de escapar de los tumultuosos eventos que la rodean, tanto a ella como a toda la gente que conoce y quiere.

Días más tarde, Hans regresa de la guerra, luego de que el camión en el que él marchaba al frente de batalla fuera atacado por una bomba. La familia vuelve a unirse pero por un breve lapso de tiempo.
Una noche las sirenas no suenan y como todas se produce un bombardeo. Todos los que viven en la calle Himmelstrasse, fallecen, salvo Liesel, que se quedó profundamente dormida en el sótano, mientras escribía su diario, murieron tras un bombardeo que no fue alertado por la sirena de emergencia de la ciudad. Los libros salvaron su vida, pues al ser bombardeado ella estaba en el sótano de su casa escribiendo. Eligió el sótano como lugar en el que pasar el tiempo porque allí compartía el amor por las palabras con Max, y fue allí donde aprendió a leer y a escribir. Liesel es rescatada de los escombros y encuentra a su familia adoptiva - Hans y Rosa Hubermann- muertos.

Junto a ellos Rudy, su mejor amigo, que está a punto de morir; y que instantes antes de fallecer confiesa su amor a Liesel, aunque no llega a completar su declaración muriendo por la emoción del momento. Liesel entre sollozos finalmente le concede el beso que Rudy le reclamaba mientras él yace muerto en la calle. Mientras el Ángel de la Muerte narra haber recibido las almas de los difuntos. Ilsa Hermann testigo de la escena deja que Liesel viva con ella después de enterarse de que esta había sobrevivido al bombardeo de Himmelstrasse.
Dos años después Liesel se encuentra trabajando en la sastrería del padre de Rudy, Alex Steiner, quien retornó sano y salvo de la guerra. Liesel observa cómo Max ingresa en el local y ambos se funden en un abrazo fraterno. Max le comenta que había sido detenido por la Gestapo y llevado al campo de concentración Dachau, pero se las arregla para volver a Molching después de la guerra.
En la escena final el Ángel de la Muerte habla acerca de la vida de Liesel y su muerte a los 90 años, mencionando a su marido, sus hijos y nietos. Dice haber visto muchas cosas buenas y malas a lo largo de los años, pero Liesel es una de las pocas que lo ha hecho preguntarse cómo debe sentirse estar vivo. Finalmente el Ángel concluye que está atormentado con los humanos.

La película , dado , el conocimiento literario previo tuvo una aceptable recaudación que llegó a alcanzar algo más de los 76 millones de dólares. Obtuvo igualmente varios premios , especialmente su banda sonora dirigida por John Williams en los Oscars correspondientes al año 2013, donde fue nominada a mejor bso, al igual que en los Globos de Oro y en los Premios BAFTA. En los Satellite Awards quien fue nominada a mejor actriz secundaria fue Emily Watson al igual que su banda sonora.

En la prensa las críticas fueron elogiosas para esta emotiva película Stephen Farber del The Hollywood Reporter dijo de ella que "Hay mucho que admirar en la versión cinematográfica de Percival, pero puede que salgas de verla más impresionado por sus intenciones que por sus logros."

Más crítico con ella se muestra Joshua Rothkopf al decir en las páginas de Time Out que "Donde el libro tenía un toque de ironía intelectual (...) este drama recurre descaradamente al sentimentalismo. (...). Por su parte, Dennis Harvey de la revista Variety señala que "El best-seller internacional de Markus Zusak 'La ladrona de libros' ha sido llevado a la pantalla con una tranquila eficacia y un escrupuloso buen gusto por el director Brian Percival y el guionista Michael Petroni." Michael Phillips del Chicago Tribune afirma que "Se transmite una historia edificante que, de manera poco acertada, no refleja tanto la era del Holocausto como la del Holocausto-adyacente, decidida a mantenerse alejada de demasiada incomodidad. (...)
Peter Travers de Rolling Stone señala que "La simplicidad del guión de Michael Petroni parece un inconveniente al principio. Pero el hábil director Brian Percival (...) aprieta lenta pero eficazmente el tornillo de como el mal va entrando en la vida de esta niña. (...). Por último, Claudia Puig de USA Today dijo que "La historia se sostiene en Liesel Meminger (Sophie Nelisse) de 9 años de edad, cuyas primeras escenas son cautivadoras. (...)
Las críticas en España son algo más crueles y quizás más críticamente críticas a la película. Jordi Costa del Diario El País comenta que "No es una película despreciable: contiene, por lo menos, las más sólidas que memorables interpretaciones de Geoffrey Rush y Emily Watson (...) El resto es un ejercicio de caligrafía académica". E. Rodríguez Marchante comenta en su columna de ABC que "El director ofrece una visión lavada y planchada de la novela (...) se queda en ese terreno entre la emoción, la conmoción y un cierto tono lírico (...)
En el Diario La Razón Carmen L. Lobo pone negro sobre blanco lo siguiente: "Nélisse, Rush y Watson interpretan al sólido trío protagonista en el sobrio, contenido filme de Brian Percival, lo que fue una gran decisión: es tan dura la historia, que sin cuidado el tono de la cinta habría derivado pronto al terreno abiertamente lacrimógeno". 
En el Diario La Vanguardia Salvador Llopart dice que "Sólo transmite una sensación de sentimientos manoseados a la vez que deja entrever su deseo de Oscar (que no conseguirá). Lo peor es que te deja sin ganas de leer la novela (...) y en Fotogramas Nuria Vidal comenta que "La película no funciona. Y lo que es peor, despierta una cierta aversión al libro quitándote las ganas de leerlo (...). 
En el diario argentino La nación Fernando López sostiene que "La visión superficial de un horror histórico y las situaciones artificiosas dominan el relato como si se tratara de un cuento de hadas.". 
Un emotiva película - para llorar a moco tendido como decimos en Andalucía- , y  que nos acerca a la realidad de una Alemania parda y cruel en materia política , pero que aquí resplandece en el rostro de la ladrona, trasformándose en un filme muy didáctico en el sentido de que acerca a los chicos y chicas la trágica historia de una locura que afectó a un pueblo y lo hizo enfermar.

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