lunes, 9 de febrero de 2015

Dial para un crimen perfecto


Alfred Hitchcock se merecía un espacio sino diaria sí quincenal o mensual en cualquier blog de cine que se precie. Esta claro que yo lo tengo en un alto lugar , pero no le dedico lo mucho que se merece, y eso que he visto gran parte de su obra, tanto la británica como la americana, pasando por la televisiva o las película biopic que en los últimos años se han realizado sobre este genial realizador. 
En la noche de sábado les propuse a mi mujer y mis hijos, ver una de este genial director británico, pero ya era tarde y optaron por otra película, algo más eléctrica, pero decididamente peor que cualquiera de Hitchcock. La elegida fue Dial M for Murder conocida por todos nosotros como Crimen perfecto. Se trata de una película dirigida por Alfred Hitchcock en 1954, que el mismo produjo Alfred Hitchcock y que distribuyó la Warner Bros. 
La película parte de un guión firmado por Frederick Knott adaptando una obra teatral propia del mismo título del dramaturgo inglés Frederick Knott. Esta obra fue estrenada en la BBC en 1952 y posteriormente en los escenarios del West End de Londres en junio de 1952 y neoyorquinos en Broadway en octubre, antes que la realización de la película, dos años después, con guión del propio Knott cuyo trabajo a menudo se centraba en las mujeres que inocentemente se convierten en las víctimas potenciales de unos planes siniestros.. A esta importante labor se suma la música de uno de sus habituales, Dimitri Tiomkin, la fotografía de Robert Burks grabada en 3-D Warnercolor y el montaje de Rudi Fehr. 
Destaca en el elenco clásicos de la interpretación como Ray Milland como Tony Wendice, Grace Kelly como Margot Mary Wendice, Robert Cummings como Mark Halliday y John Williams como el inspector jefe Hubbard como actores principales. Junto a ellos están Anthony Dawson como el capitán Lesgate, Leo Britt participante en la fiesta, Patrick Allen como el detective Pearson, Robin Hughes como el sargento de policía, George Leigh como el detective Williams, George Alderson como el primer detective y el mismo Alfred Hitchcock que hace un Cameo en una fotografía de prensa. 

Tony Wendice (Ray Milland), es un ex-jugador profesional de tenis, y vive en un piso en la planta baja junta a su bella mujer Margot (Grace Kelly) procedente de la alta sociedad. Sabemos que Tony se retiró después de Margot se quejó de su apretada agenda. 
Precisamente esta apretada agenda había llevado a comenzar un romance con el escritor de novela negra estadounidense Mark Halliday (Robert Cummings), que llega a Londres al día siguiente en barco en el Queen Elisabeth, como leemos en la prensa. 




Al día siguiente los dos amantes se reúnen en casa de los Wendice aprovechando que Tony no está. Tras basarse Margot reconoce a Mark que perdió una carta en la que reconocían su mutuo amor. Que dicha carta fue robada y que sufrió chantaje hace un tiempo, exigiéndosele dinero. Mark y Margot están en esta conversación cuando se presenta Tony, que Margot lo presenta como un conocido. 

Esa misma noche, Tony lamenta no poder salir por terminar un trabajo para su empresa. Tony al poco de salir los dos amantes hace una llamada telefónica preguntando por el valor de un coche. 
Tony amablemente y alegando un problema en una pierna, le propone al vendedor un encuentro en el piso de los Wendice. Allí se acerca CA Swann (Anthony Dawson) un viejo conocido de Tony de su época de la Universidad de Cambridge, , que se ha convertido en un criminal. Tony ha estado secretamente siguiendo Swann para que poder chantajearlo, pues sabe que es un estafador y que incluso ha matado a una de las mujeres que ha estafado. 

El objetivo de Tony es matar a Margot y heredar así su enorme fortuna. Tony tras desenmascarar a Swann, le cuanta el asunto de Margot, que incluye la tenencia de una carta de amor que ella guardaba en su bolso y que es la que precisamente ella perdió hace seis meses, y que hora confiesa Tony que le robó del bolso y de forma anónima le chantajeó. Tony Wendice (Ray Milland) quiere dar muerte a su esposa Margot (Grace Kelly) no tanto porque le sea infiel, sino que más lo que más le interesa es quedarse con su fortuna. 
Después de engañar a Swann haciendo dejar sus huellas dactilares en la carta, Tony le ofrece a pagarle 1.000 libras por matar Margot; si Swann se niega, Tony lo entregará a la policía como el chantajista de Margot. Cuando Swann está de acuerdo, Tony le explica como será el crimen perfecto. 
El saldrá de noche con Mark para cenar, dejando a Margot en casa y escondiendo su llave bajo el felpudo de la escalera frente a la puerta principal de la vivienda. Swann debe colarse en cuando Margot está dormida y esconderse detrás de las cortinas frente a las puertas francesas del jardín trasera y al lado del teléfono. A las 11 de la noche Tony llamará por teléfono y Margot irá a cogerlo. Swann debe matarla, asfixiándola, abrir las puertas francesas, dejar signos de que todo fuese producto de un robo fallido, y salir por la puerta principal, ocultando la llave de nuevo. 
Swann acepta y llega el día de cena. En principio Margot se niega a quedarse en casa, pero Tony la convence burdamente invitándole a quedar recortando y pegando los recortes de su época de tenita en un álbum. Para ello utilizará unas tijeras. 
Durante la cena, el reloj de Tony se detiene, y telefonea algo más tarde de lo previsto por lo que Margot ya está profundamente dormida. Swann, una vez abierta la puerta ha puesto a colocar la llave después de entrar. 

Se trata de estrangular a Margot con su pañuelo, aprovechando que ella está atendiendo la llamada de Tony, pero Swann no lo logra y ella lo apuñala con las tijeras que había dejado sobre la mesa, matándolo. Ella toma el auricular del teléfono y suplica ayuda. Tony le dice que no haga nada. 
Cuando llega Tony a casa, llama a la policía y envía Margot a la cama. Tony toma entonces lo que él piensa que son las llaves de Margot del bolsillo de Swann metiéndolo en su bolso, toma la carta de Mark que implicaba a Swann, y convence a Margot para ocultar el hecho de que él le dijo que no llame a la policía, y destruye el pañuelo anudado utilizado por Swann, sustituyéndolo por una media de Margot en un intento de incriminarle a ella. 

Al día siguiente, el inspector jefe Hubbard cuestiona la declaración de los Wendice, pues Margot hace varias declaraciones contradictorias. 
Cuando Hubbard dice que Swann tiene que haber entrado por la puerta principal Tony afirma falsamente haber visto a Swann después de que el bolso de Margot hubiese sido robado, y sugiere que Swann hizo una copia de su llave. Hubbard no cree esa historia, porque la llave no se encuentra en Swann. Hubbard arresta a Margot después de concluir que ella mató a Swann por chantajear a ella. Margot en el juicio es encontrada culpable y condenada a muerte. El día antes de su ejecución, Mark dice a Tony que para salvarla que él puede decir que contrató a Swann matarla. Tony dice que la historia es muy poco realista. 
Hubbard llega a la casa y Mark se oculta en el dormitorio y Hubbard pregunta por el dinero Tony ha estado sacando y usando poco a poco y le pregunta acerca de un maletín. Tony afirma haber perdido el maletín pero Mark lo ve en la cama, y lo abre descubriendo que está lleno de dinero. Ante la mentira, Mark detiene al inspector Hubbard que ya se marcha y le explica que ha encontrado el maletín, explicándole su teoría de cómo se produjo el asesinato y dudando de cómo se entró en la casa. 
La mentira en la que ha incurrido Tony más el extraño tema del acceso lleva a preparar a Hubbard una artimaña para comprobar si Toni dice la verdad. Para ello , en un descuido, intercambia su gabardina incluyendo en la misma unas llaves no adecuadas. 
Hubbard, para disimular, le dice a Mark que prefiere la historia de Tony, pero después de que Mark se va Hubbard intercambia discretamente su propia gabardina con Tony, y tan pronto como deja a Tony, él utiliza la llave de Tony para volver a entrar en el apartamento. Hubbard ya ha descubierto que la llave en el bolso de Margot era realmente y extrañamente de Swann. Mark regresa, así como unos agentes de la policía que han liberado provisionalmente a Margot. 
Ella trata de abrir la puerta con la llave que hay en su bolso, pero no puede por lo que ella intenta entrar a través del jardín, lo que demuestra que no tiene conocimiento de la llave oculta. Hubbard previamente le ha pedido a Tony recupera que recupere el bolso de ella que se ha quedado en la comisaría, al llegar a la casa descubre que sus llaves no abren y busca en el bolso de Margot que tampoco funciona, así que se da cuenta que la llave de la casa sigue oculta. La toma y al abrir con ella la puerta, demuestra su culpabilidad ante Hubbard, Mark y Margot. Tony ya no puede escapar pues en la puerta está la policía Tony se echa a sí mismo un trago, y admite la derrota, mientras Hubbard se atusa los bigotes. Y fin de la película. 

Después de 1953 Yo confieso (I Confess), Hitchcock planeaba filmar The Bramble Bush, basada en la novela de David Duncan escrita en 1948 . Era una producción de Transatlantic Pictures con Sidney Bernstein como socio en la producción. Sin embargo, hubo problemas con el guión y el presupuesto, y Hitchcock y Bernstein decidieron disolver su asociación. Warner Bros. permitió Hitchcock comenzar la producción en ‘Dial M For Murder o ‘Crimen perfecto’ que era el encuentro cinematográfico de Alfred Hitchcock, el maestro del suspense con la que fue una de sus actrices favoritas, Grace Kelly —aunque la primera actriz a la que ofreció el papel fue Deborah Kerr—, con la que protagonizó tres películas para Hitchcock, dos de las cuales son obras maestras que justifican por sí solas. Hitchcock una vez desestimado ‘The Bramble Bush’, y quiso jugar sobre seguro con el texto de Knott. Sabía perfectamente que era un material que podía manejar muy bien. 
El director británico se hizo cargo del proyecto, que adapta la obra teatral de Frederick Knott, que la Warner quería convertir en un película filmada en 3D, que por aquel entonces empezaba a hacer furor. El nombre de los protagonistas se modificó en parte, en la obra original, era Max Halliday. Los actores Dawson y Williams repiten sus papeles de Broadway (Capitán Lesgate e inspector Hubbard). 
Aunque fue filmada en 3D, por obligación de la Warner, Hitchcock fue muy inteligente al pasar del invento, utilizándolo sólo para colocar determinados objetos —una silla, un jarrón o unas tijeras en la secuencia del asesinato— o juguetear con los fondos en escenas como la de Kelly en el juicio. 
La intención del director fue la de no alejar el material del concepto teatral para el que fue diseñado, logrando un milagro al alcance de muy pocos. ‘Crimen perfecto’ no se aparta de su teatralidad, y al mismo tiempo es un ejercicio cinematográfico de primer orden. La película enseguida engancha con su argumento, y los detalles de puesta en escena no tienen desperdicio. 

La entrada de Ray Milland en casa de su esposa, a través de una puerta que separa las dos sombras de los amantes es una clara muestra de intenciones. Lo cierto es que Ray Milland, está fantástico en esta primera y única colaboración con el gran director, está absolutamente fantástico en un rol divertido, amable, peligroso, mentiroso y cínico a partes iguales. Sus intervenciones son toda una lección de acting, sobre todo el poderoso instante en el que es pillado en su “descuido”. 
La primera, prodigioso plano secuencia casi en picado, de Tony representando el crimen mientras se lo narra al verdadero asesino. La segunda, éste repasando todos los posibles puntos débiles del plan, y en el que ha Hitccock lleva la cámara al nivel de sus personajes, y la tercera, el propio asesinato en sí, que viene a demostrar una vez más que da igual lo que se planee algo, siempre habrá algo que puede salir mal. Y efectivamente sale. Algo sucederá en ese apartamento, algo que tendrá su revelación en la reunión entre Tony (Milland) y Swann (Anthony Dawson), en la que el primero hace un espectacular chantaje al segundo para que asesine a su esposa —atención al plano del bastón sobre el sofá y que Tony ya no necesita para fingir—. 
Un asesinato que tiene nada menos que tres representaciones. Hitchcock llega a engañar al espectador hasta tres veces, primero con el detalle del reloj de Tony, y más tarde con el crimen en sí, cuya resolución se convierte en impecable punto de inflexión en el que la inteligencia de Tony se multiplica, y con ello el diabólico juego. Respecto a la bellísima Grace Kelly es muy interesante el juego que realiza Hitchcock con la vestimenta de la misma y que va cambiando según avanza la acción. Así pues al inicio lleva un radiante vestido rojo pasión, y según avanza la trama su vestimenta se va oscureciendo.
Hitchcock filmó la película en poco más de un mes y se pasó hablando todo el rodaje con la actriz acerca de su próximo proyecto, un thriller de un hombre con una pierna rota mirando por la ventana, el proyecto que realmente quería hacer. 
La secuencia del crimen en sí ha pasado a la antología del cine por derecho propio y pocas veces los objetos tuvieron tanta importancia en un film de Hitchcock, amante de utilizar elementos cotidianos para sus historias. Unas tijeras, una reveladora carta, un teléfono, y sobre todo unas llaves que serán vitales a la hora de descubrir al verdadero asesino, labor que recae en el Inspector Hubbard, papel a cargo de un antológico John Williams eterno y maravilloso secundario que realiza una muy divertida y cínica composición. 
El Cameo habitual de Hitchcock aparece en una fotografía reencuentro blanco y negro, sentado en una mesa de banquete de fin de curso entre antiguos alumnos y profesores que hay colgada en la pared. 
Si Hitchcock decía que una película valía lo que vale el malo de la misma, en este caso sus palabras cobran todo su sentido. El trabajo de dirección y puesta en escena como algo fundamental para la narración cinematográfica. 
La película fue rodada en 1954 utilizando la cámara de "visión natural" de M.L. Gunzberg. Inicialmente se planteó estrenarla en 3D y 2D, pero finalmente se optó por estrenarla sólo en este último formato debido a la pérdida de popularidad del 3-D en el momento de su lanzamiento. 
En 1980, sin embargo, el sistema 3D fue resucitado en el Teatro York de San Francisco, lo que permitió a la Warner Bros. reestrenar la versión 3D de la película en Febrero de 1982. La película ganó alrededor de 2,7 millones dólares en los Estados Unidos y supuso el final del breve flirteo con películas en 3D de la década de 1950. Hitchcock dijo de 3-D, "Es una maravilla de nueve días, y me llegó en el noveno día." 

Señalar que haces años vi junto a mi mujer, todavía sin hijos, un filme con igual título en castellano, y que se llamaba en inglés "A Perfect Murder". Se trataba de un remake 1998 dirigida por Andrew Davis en la que se combinan los personajes de Halliday y Swann, con el marido (Michael Douglas) , la participación del amante de su mujer (interpretada por Viggo Mortensen) y de la posible víctima, la mujer (Gwyneth Paltrow). Sin embargo, el amante trama un complot de venganza contra el marido. 

La película obtuvo varios premios recibiendo Grace Kelly el de Mejor actriz del Círculo de críticos de Nueva York y la nominación igualmente para Grace Kelly a la mejor actriz extranjera en los BAFTA.
La puesta en escena cobra mayor importancia al hacer mucho más interesante toda la historia para cobrar la herencia, realizando un diabólico juego, muy en la línea con el humor de Hitchcok, que éste mantiene con el espectador continuamente, ofreciendo, como siempre, un mayor número de datos al espectador que, salvo al final, contiene siempre más información que los personajes. 

Para Pablo Kurt de filmaffinity como para Alberto Abuín de blog de cine estamos ante una obra mayor de Hitchcock, todo un prodigio de calculado guión y preciso manejo del tempo narrativo. Aquí Hitchcock con apenas una habitación como escenario y unos pocos personajes, realiza un film que desborda por su estilo y talento, además de conseguir intrigarnos hasta límites que sólo él supo hacernos llegar. Y lo curioso, una vez más, es que Alfred Hitchcock nunca pensó bien del film, el cual consideró un producto alimenticio para salir del paso y dedicarse a su siguiente proyecto, el muy personal y revolucionario ‘La ventana indiscreta’ (‘Rear Window’, 1954). Pero lo cierto es que estamos ante otra de sus obras maestras en la que la maquiavélica mecánica del suspense era sustituido por una increíble integración de los personajes en el escenario y su comunión con determinados objetos. 


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