lunes, 17 de octubre de 2016

El bazar de las sorpresas


El cine que ya tenías que haber visto. Así se presenta TCM, el canal del que fuera magnate de la comunicación Ted Turner, creador igualmente de la CNN,  y que entre 1970 hasta 1996 tuvo el control de Turner Broadcasting System, Inc. . La TCM está en activo desde el 14 de abril de 1994. El 10 de octubre de 1996, Turner se fusionó con Time Warner, siendo actualmente la Time Warner su propietario.

Como la CNN la sede está ubicada en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, y pertenece a Time Warner. La Turner Classic Movies (TCM) conserva bibliotecas de películas clásicas que datan de antes de 1986 (MGM), antes de 1948 (Warner Bros.) y los catálogos RKO Pictures. Desde mayo de 2006 Turner se alejó del Consejo de la Time Warner.

Lógicamente, es en muchas ocasiones el mejor refugio para ver clásicos. Y gracias a ellos he descubierto El bazar de las sorpresas (The Shop Around the Corner) una comedia romántica de 1940 dirigida por Ernst Lubitsch y protagonizada por James Stewart y Margaret Sullavan.

La película está inspirada en la obra Illatszertár del año 1937, conocida internacionalmente por su título francés: Parfumerie, del escritor húngaro Miklós László (Nicholaus Leitner: 1903 - 1973). Su director y productor Ernst Lubitsch con ella hará su 63 películas, un año después de trabajar con la Garbo en Ninotchka (1939). Siempre se ha dicho que la Garbo siempre viajaba en metro y en este sentido la producción y la distribución de la Metro-Goldwyn-Mayer.

Es una de sus últimas películas, pero aún le quedaron fuerzas para otras cinco Lo que piensan las mujeres (That Uncertain Feeling, 1941), la inolvidable Ser o no ser (To Be or Not to Be, 1942), El diablo dijo no (Heaven Can Wait, 1943) y el El pecado de Cluny Brown (Cluny Brown, 1946). La quinta La dama del armiño (That Lady In Ermine, 1948) que ya no pudo concluir y fue finalizada por Otto Preminger.

La producción fue del mismo Ernst Lubitsch que ya se había consagrado con la llamada «comedia refinada» de la que se le considera fundador un subgénero (dentro de la comedia americana clásica), aunque combinado siempre con sus toques de ironía , con fuerte crítica y tono satírico. El guión es del dramaturgo Samson Raphaelson que colaboró en nueve ocasiones con Lubitsch y que sigue la obra de Miklós László. También parece ser que Ben Hecht lo hizo sin acreditar.

La música fue de Werner R. Heymann, mientras que la fotografía fue de William H.Daniels y el montaje de Gene Ruggiero.

El reparto de lujo lo integran Margaret Sullavan como Klara Novak, James Stewart como Alfred Kralik, Frank Morgan como Hugo Matuschek, Joseph Schildkraut como Ferencz Vadas, Sara Haden como Flora Kaczek, Felix Bressart como Pirovitch, William Tracy como Pepi Katona, Inez Courtney como Ilona Novotny, Charles Halton como el detective, Charles Smith como Rudy, Sarah Edwards como una cliente, Edwin Maxwell como el Doctor que atiende a Matuschek, Carlos Arnt como el policía que pasa por la tienda, Gracia Hayle como otra cliente.

Alfred Kralik (James Stewart ) es es el mejor vendedor en una tienda de artículos de piel en Budapest propiedad del Sr. Hugo Matuschek ( Frank Morgan ).

Alfred es el tímido jefe de vendedores de Matuschek y Compañía, una tienda de las más famosas tiendas de regalos de Budapest.

Todas las mañanas, los empleados esperan juntos la llegada de su jefe en coche , Hugo Matuschek. Los compañeros de trabajo de Kralik en Matuschek son su amigo, Pirovitch ( Felix Bressart ), un hombre de familia muy amable; Ferencz Vadas ( Joseph Schildkraut ), un mujeriego de dos caras; y Pepi Katona ( William Tracy ), un ambicioso, muchacho. Junto a ellas hay un duo de mujeres serias y trabajadoras como Flora Kaczek (Sara Haden)  e Ilona Novotny (Inez Courtney).

Esa mañana están todos pendientes de la cena que hubo anoche entre Alfred y el Sr. Matuschek. Al fin y al cabo Kralik es el más antiguo trabajador en la empresa y el hombre de mayor confianza entre los empleados y del Matuschek . Antes de que llegue Kralik revela a Pirovitch que ha mantenido correspondencia anónima con una mujer inteligente y culta, cuyo anuncio se encontró en el periódico y que  mantiene con ella un romance por carta.

Al poco de abrir entra en la tienda una chica . Se trata de Klara Novak (Margaret Sullavan ) , una chica angustiada por no tener trabajo y le pregunta si el  Sr. Matuschek puede darle un empleo. En ese momento sale éste para preguntar a Alfred que le parece la adquisición de un pedido de una caja musical para contener puros. A Alfred no le gusta puesto que entiende que nadie quisiera escuchar esa repetitiva canción de " Ochi Chernye " cada vez que se abre. Sin embargo, le pregunta a Klara que le da la razón a Matuschek  y se pone en contra de la opinión de Alfred que cree que es una mala idea.

Molesto con la terquedad de Kralik, Matuschek acepta la opinión de Klara Novak, pero cuando ella es capaz de vender una de las cajas de cigarrillos (como una caja de dulces), el Sr. Matuschek la contrata.

En el trabajo, mientras se acerca la navidad, el día acordado por la pareja para conocerse, Alfred discute constantemente con ella. Ella lo ve a él como un patizambo, autoritario, sin sospechar que es su corresponsal secreta.

A medida que se acerca la Navidad, Kralik se está preparando para finalmente conocer a su misterio amada con la que tiene una cita para cenar..Admite a Pirovitch que está nervioso por que está noche se verán  por primera vez.

Como la intención de Alfred es la de labrarse un futuro con ella piensa que ha de pedir un aumento de sueldo al Sr. Matuschek, aunque es consciente de que últimamente sus relaciones personales ni profesionales estén pasando por buen momento. Alfred desconoce que el señor  Sr. Matuschek sospecha de que alguno de sus trabajadores pudieran tener una relación con la persona con la que lleva unida, su mujer. Esto le tensiona como se aprecia cuando llega uno de los días cercanos a la Navidad.  La reunión prevista de Kralik se interrumpe cuando el Sr. Matuschek exige que todos a mantenerse después del trabajo, aunque Kralik menciona su compromiso previo. Por su parte, Alfred habla con su jefe y le pide que le deje salir antes y un aumento de sueldo. Ante la petición de sueldo por parte de Alfred se niega rotundamente, en la misma medida que obliga ese mismo día a sus compañeros a permanecer en el trabajo una vez acabada la jornada laboral.

Ese día , además, la  señorita Novak le incomoda ya que no quiere quedarse a trabajar pues es el día de la cita. Intenta la Novak engatusar a Alfred Kralik pero descubre que lo que quiere es escaquearse.

De cualquier manera a la caída de la tarde el Sr. Matuschek recibe una llamada que delata a su mujer, así como la de un investigador privado. Antes de saber oficialmente nada el jefe llama a Alfred Kralik y lo despide. Nadie entiende en la tienda las acciones del Sr. Matuschek; no saben que el Sr. Kralik Matuschek sospecha de tener una aventura con su esposa.

Alfred se despide de todos sus compañeros/as de la tienda y decide salir al encuentro , al menos  de su única alegría del día: encontrarse con su desconocida amada.

Tras salir de la tienda hace su aparición el detective  (Charles Halton) contratado por el  Sr. Matuschek con el informe sobre su mujer. El Sr. Matuschek se reúne con un investigador privado que le informa de que sus sospechas eran correctas, El informe le revela que su mujer , efectamente, le está engañando con un empleado de la tienda que no resulta ser Alfred Kralik sino Ferencz Vadas ( Joseph Schildkraut ), el empleado  pelota con dos caras. Tras pedirle a todos que se marchen a sus casas, pues el trabajo se hará otro día, se queda sólo con la intención de suicidarse. Pero cuando está con la pistola en mano - aunque esta escena está en fuera de plano- se presenta en la tienda Pepi Katona ( William Tracy ), quien lo salva en última instancia y evita que el angustiado Sr. Matuschek se suicidie.

Seguidamente nos encontramos a Alfred  y a su amigo Pirovitch a la puerta de la cafetería, Café Niza, donde han quedado la pareja de desconocidos. Alfred está nervioso. Sabe que le  está esperando una chica con el libro de Anna Karenina y con un clavel rojo en la solapa. Alfred le pide a Pirovitch que mire por la ventana para ver si ve a una chica con esas características. Ve a una , pero sin claridad, pero descubre para sorpresa de ambos que se trata de su  compañera de trabajo (Margaret Sullavan) que resulta ser su insoportable e impertinente compañera , pero también su idealizada dama la que Alfred considera la "chica más maravillosa del mundo"

A pesar de su decepción, Kralik entra en el café y habla con ella, fingiendo que está ahí para satisfacer Pirovitch. En su mente, Kralik trata de conciliar la mujer culta de sus cartas con la esperanza de que su molesta compañera de trabajo  sea su amor secreto. Así que Kralik, que no quiere descubrir que él es el que escribe las cartas anónimas que ella recibe al correo. Allí habla con la que era su mujer misteriosa, que se encuentra con su clavel rojo -como estaba previsto - y con su libro. Mientras tensiona la relación se va figando y pensando en los valores de belleza descritos por Pirovitch, convenciéndose de que está enamorado de Klara Novak.

Sin embargo, Klara Novak se preocupa de que la presencia de Kralik, ese "pequeño empleado insignificante", echen a perder su primer encuentro con ese hombre  "muy superior". Así que le pide a Kralik que se vaya, y tras sentarse a su espalda se marcha sin desvelar el secreto que él ya sabe.

Más tarde, esa noche, Kralik va al hospital a visitar al Sr. Matuschek. Después de disculparse por su comportamiento, el Sr. Matuschek le ofrece ahora un trabajo como gerente de Matuschek y Compañía, le da las llaves de la tienda, y le pide que despida a Vadas en silencio, sin dar muchos detalles más.

Tras felicitarle por su retorno a la empresa, Kralik despide a  Vadas, en voz alta y en público, empujando a Vadas que, finalmente, cae sobre la pila de cajas para cigarrillos.

Agradecido a Pepi por salvar su vida, el Sr. Matuschek promueve al que hasta ese momento era el chico de los mandados a Secretario. Éste a su vez selecciona a un nuevo chico de los mandados , Rudy, un chico de 17 años, además de responder por teléfono de manera displicente a la señora Matuschek.

Al día siguiente, la señorita Novak llama a la empresa para decir que está enferma después de su hombre misterioso no se presentó. Esa noche, Kralik la visita en su apartamento, donde ella revela su problema: es una persona sensible, vive con su madre y su tía y es una mujer culta, sorprendente,  una persona de intenso carácter "psicológico".

Durante su visita, ella recibe una carta de su amado y emocionada la lee delante de Kralik (que había escrito el mismo).

Dos semanas más tarde, en la víspera de Navidad, Matuschek y Cia logra un récord de ventas. Un agradecido Sr. Matuschek da a todos las gracias y un paga extra y los envía a casa temprano.

A continuación, se siente solo, trata de conseguir que alguien vaya a cenar con él, pero todos los empleados tienen otros planes. Por último, Rudy, el nuevo chico de los recados que vive solo en la ciudad, sin familia, está de acuerdo con la oferta de la cena.

Por su parte, Kralik y la señorita Novak, ahora solos en la tienda, hablan de lo que van a hacer esa noche navideña y la señorita Novak le revela que ella estaba enamorada de Kralik cuando se conocieron, cuando ella era "tonto e ingenuo". Después pretendiendo haber conocido al misterioso amado de la señorita Novak le dice que es gordo, calvo, y desempleado. En ese momento Kralik se pone un clavel azul en la solapa y finalmente le revela a la señorita Novak que él es, de hecho, su misterio corresponsal, su "querido amigo", y se besan. Con este "Happy End" acaba esta coedia romántica.

La película se rodó a lo largo de 1939 y se estrenó el 12 de enero de, 1940 en los EE.UU. Contó con un presupuesto de $ 500.000 no consiguiendo el favor del público , al menos, en taquilla ya que consiguió únicamente $ 380.000 en taquilla.

El bazar de las sorpresas fue dramatizada y pasó de la gran  pantalla al teatro. En primer lugar, el 29 de septiembre de 1940, contará con los actores originales de la película  Margaret Sullavan y James Stewart, pero cinco años después habrá un segundo  reestreno - el 26 de febrero de 1945- , con Van Johnson y Phyllis Thaxter ( Judy Garland , según otras fuentes) . Entre medias hubo una versión en 1941 que contó con Claudette Colbert y Don Ameche .

Corresponde a esas  películas del Lubitsch tardío, ya una vez abaona su etapa en la Paramount, el que había sido su estudio oficial y de que había sido su jefe de producción desde 1935, casi desde que llegó de Alemania. Tras eso pasó en 1939 a la Metro para que ya había trabajado  en 1934. en donde dirigió La viuda alegre ( The Merry Widow, 1934). Sin embargo, llegó a la Metro para dirigir a la Garbo y como dice Guillermo Cabrera Infante en Cine o Sardina "para hacerle reir " en Ninotchka (1939).  Tras ella llegó El bazar de las sorpresas, una producción mucho menos ambiciosa, pero en los que volvía a sus amados escenarios de la vieja Europa - en este caso Budapest- , pero no a las suntuosas cortes ni a los lujosos hoteles, propios de su periodo Paramount, sino a una modesta tienda de regalos instalada en una esquina, en la que dos de sus dependientes mantienen correspondencia sin conocerse.

La película fue rehecha en 1998 con el título Tienes un e-mail (You've Got Mail)que contó con los trabajos de Tom Hanks y Meg Ryan y que en vez de la correspondencia epistolar , ahora, adaptándose a los tiempos fue sustituida por el mensaje a través de Internet. Además, la obra original de Miklós László se transformó también en un musical con el título She Loves Me, y se ha representado desde 1963.

Magistral comedia romántica en la que una joven dependienta mantiene un romance anónimo por correspondencia con un hombre que resulta ser el jefe de personal de la tienda, con quien se lleva terriblemente mal.

De ella ha dicho Dave Kerh del Chicago Reader que "es una de los mejores y más perdurables obras de Ernst Lubitsch, una comedia romántica (...) deslumbrante. Entretejida con subtramas (...) el romance avanza a través de un brillante despliegue al  estilo de Lubitsch, permitiendo a la audiencia para entrar en las percepciones de cada personaje desarrollando al máximo su encanto".

Miguel Ángel Palomo: Diario El País "Parece sencillo, pero sólo si lo hace Lubitsch. (...) un tierno juego de enredos (...) Un aluvión de frescura y vitalidad. (...) una película imprescindible."

Para Terenci Moix en su "La Gran historia del cine" comenta es "un prodigio entramado de sugerencias psicológicas, pequeños detalles y pinceladas de humor que lo convierten en uno de los más sensible del gran opus lubitschiano".  

Pablo Muñoz en Blogdecine comenta que Lubitsch, que tenía un temperamento heredero de los momentos más burlones del dramaturgo inglés, hizo con ella su mejor comedia. "(...) Lleva también su genuino sello y su capacidad de usar, de manera brillante, “todos y cada uno de los puntos de vista individuales, siempre y cuando convenga”.

A destacar el maravilloso personajes  asumido por James Stewart , con un registro magnífico, idealista , muy naïf, con mucho encanto, al igual que Margaret Sullavan,  con su personalidad neurótica , con un final inesperado y conmovedor.

En la última escena,cuando Klara dice haber conocido a su amante misterioso, lo describe como gordo, desempleado y calvo. Y también confiesa haber querido a Alfred, el mismo pero otro, cuando era “naif y boba” y entró a trabajar en la tienda. En el trasiego de esas afirmaciones, el amante dice ser ambos para poder ser único. La sinceridad había de ser dolorosa, pero se carga de sentido. Como señaló Terenci  Moix fue a focalizar su historia en no la alta sociedad, sino en trabajadores que también alimentan su amor desde la distancia y la contención.

Lubitsch, que necesitaba elegantes y magníficos movimientos de cámara para desvelarnos sus ideas, nos deja claro que la corta distancia aporta igualmente muchos matices gracias a la cámara de su operador William H. Daniels y de Gene Ruggiero como montador, al tiempo que una eficiente banda sonora de Werner R. Heyman, en lo que alguns críticos han considerado el mejor de sus trabajos.

El film en 1999, fue seleccionado para la preservación de la película en los Estados Unidos por ser  "cultural, histórica o estéticamente significativa", y finalmente fue incluida en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y para su preservación por el National Film Registry.

El bazar de las sorpresas está en el puesto # 28 en 100 años AFI ... 100 pasiones , y aparece en Time entre las 100 mejores películas de todos los tiempos .

No olvidemos lo que decía de sí mismo "A veces he hecho películas que no alcanzaban el nivel que me exijo, pero es que lo único que se puede decir de un mediocre es que toda su obra alcanza el nivel que se exige." Al final, ocurrió lo que le dijo Billy Wilder a William Wyler en el entierro de Lubitsch en 1947. "¡Que pena!, dijo Wyler. "No más Lubitsch".. Le respondió Wilder : "La pena es que no habrá más películas de Lubitsch". Menos mal que nos queda la TCM para ver lo que tenía que haber visto.

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