miércoles, 28 de febrero de 2018

La zona


Acabo de terminar de ver una nueva serie firmada en este caso por los hermanos Sánchez Cabezudo, Jorge y Alberto.

Ellos fueron los  responsables de otra serie titulada Crematorio, una adaptación de la novela homónima de Rafael Chirbes que realizaron por encargo de Canal +. También fueron responsables de La noche de los girasoles. 

Jorge se centra en su  faceta de director, y ha realizado capítulos en series  como ‘Velvet’, ‘Bajo Sospecha’ o ‘Gran Hotel’, mientras que su hermano Alberto es el responsable de  algunos guiones escritos junto a su hermano de ‘Gran Hotel’ , además de  ‘Crematorio’. Junto llevaron la continuación de Velvet Colección. Aquí en La Zona están en calidad de todo: directores, guionistas y productores. 

La zona es la cuarta serie que presenta Movistar + tras La peste, Vergüenza y la última entrega de Qué fue de Jorge Sanz (que heredó de Canal +). 

La zona es una serie de ocho capítulos de 50 minutos cada uno y que nació con el deseo de superar la primera temporada; pero , también se concibió como una película de 8 horas .

La zona es una serie de contenido y espectro amplio . Puede ser de Ciencia ficción española, pero en la misma medida que puede ser incluida como una serie de intriga no sólo policíaca sino incluso política.

Fue estrenada en   #0 en  octubre de 2017 y finalizó el 14 de diciembre de 2017. Yo , la he visto en esta última semana. 

Como ya he señalado los creadores, directores y guionistas son los "bros" Jorge Sánchez-Cabezudo y Alberto Sánchez-Cabezudo.

La serie cuenta con la música de Olivier Arson y la fotografía de Daniel Sosa , mientras que los efectos especiales han sido realizados por Juanma Nogales fundador de Twin Pines, el estudio de VFX, responsable de los VFX de 'Zipi y Zape y la Isla del Capitán' dirigida por Oskar Santos.

El reparto lo encabeza Eduard Fernández como el Inspector Héctor Uría , Álvaro Cervantes como su compañero el policía Martín Garrido , Alexandra Jiménez como Julia Martos , Alba Galocha como  Zoe Montero , Marina Salas como  Esther Uría Carcedo  y Emma Suárez como Marta Carcedo .

Junto a ellos como reparto secundario está Tamar Novas como Ricardo ,  Inma Cuevas como Fabiana Garmendia . Salva Reina como Gabriel Sánchez Soler "El Caníbal" ,  Sergio Peris-Mencheta como Aurelio Barrero , Manolo Solo como el Inspector Alfredo Asunción , Luis Zahera como Lucio Braña Izquierdo ,  Daniel Pérez Prada como Pablo Gómez Asensio "Pelirrojo", Carlos Bardem como  Mateo Jiménez Corral "Krusty", Juan Echanove como Don Fausto Armendáriz , Josean Bengoetxea como Luis Carreño , Carlos Rodríguez como Dani , Pau Durá como el Delegado Ferreras , Daniel Jumillas: como Pipo , Emilio Palacios como Bruno , German Alkarazu como  Federico Uría , María Cantuel como Sara , Fernando Sánchez-Cabezudo como Enrique , Inma Nieto como la Juez Noriega , Félix Arkarazo como Ramón , Oleg Kricunova como Román el "rudo" o el "serbio" , Sonsoles Benedicto como  Amalia,  Juan Codina como  Manuel Montero , Ana Gracia como la bogada de Zoe , Pilar Gómez como Rosa Hernández , Francisco Olmos como el Comisario Vázquez y Maite Brik como  Luisa .

La serie se presenta en 8 episodios de naturaleza no lineal lo que dificulta  aquí la narración. Los capítulos son En tierra de nadie , Control animal , El Balneario , Insomnio, La lluvia , El mal necesario; y los dos últimos, y la clave explicativa de la serie son Pérdida accidental de refrigerante  y El último lobo.

La historia comienza con la información de que un accidente nuclear  tuvo lugar en el norte de España.

Tres años después, en ese área , en principio de exclusión, pero permeable por lo que vemos tiene lugar un brutal asesinato. Un hombre aparece muerto en una nave industrial abandonada y el forense deduce que el hombre ha sido devorado por animales, especialmente por lobos, que van ocupando el espacio , pero se ve las dentelladas de un humano.

Así comienza  la investigación de un brutal asesinato lo que hace que un policía tenga que volver a la zona de exclusión, un área de unos 30 kilómetros a la redonda de la central que fue desalojada tras la tragedia.

El encargado del caso es el inspector Héctor Uría (Eduard Fernández) que regresa al servicio tres años después del grave accidente de un reactor nuclear al norte de España como el único superviviente del primer grupo que acudió en socorro de la central.  Se trata de un policía cincuentón, desesperanzado, que regresa a "La Zona", donde murió su hijo  y que la muerte de su hijo, le ha costado no sólo una larga baja profesional sino la separación de su esposa Marta Carcedo (Emma Suárez).

la policía inicialmente detiene a  Zoe (Alba Galocha) una joven que se busca la vida entre los rescoldos del accidente, y que ha sido perseguida por un compañero de Héctor, Martín (Álvaro Cervantes),  un policía de 30 años que "se mueve como nadie" por la zona de exclusión y que parece tener contactos con gentes de mal vivir.

Amiga y actual compañera sentimental de Héctor es Julia (Alexanda Jiménez) , una médico especialista en seguridad nuclear.

Casi de inmediato descubrimos que Zoe trabaja para una organización que maneja Barrero (Sergio Peris - Mencheta), un joven que ha pasado de ser un chico de barrio a capo local especializado en la venta de tabaco radioactivo que quedó en la zona.

Algunos episodios después descubrimos que está en contacto con un importante empresario local Don  Fausto (Juan Echanove) , un empresario de la construcción y auténtico mandamás de la Zona, con poder ramificado en la política, la judicatura y los negocios.

Lo cierto es que la Zona de Exclusión creada alrededor de la  central nuclear  de 50 km alrededor del lugar del accidente, por las elevadas dosis de radiación derivadas del inicio de fusión del reactor nuclear, es un coladero , por donde , además de lobos y contrabandistas , campan cazadores de alimañas, liquidadores, trabajadores de la central y un grupo de extraños personajes que huyen o que tienen reacciones extrañas como Krusty (Carlos Barden,)  o Gabriel Sánchez Soler "El Caníbal"  (Salva Reina) , ambos trabajadores de las obras de desmantelamiento de la central nuclear accidentada, entre otros.

A la zona llega desde Madrid el Inspector Alfredo Asunción (Manolo Solo) para ayudar al equipo local qie, inicialmente preside, el inspector Héctor Uría,  del que descubrimos que sigue traumatizado

El inspector Uría van conociendo a cuentagotas todos los pormenores, de lo que ha pasado antes, durante y después del accidente.

Las circunstancia hacen que busque su redención personal y anímica con la oportunidad que le brinda la investigación. Ahora descubre que el entorno de la central nuclear ha ido evolucionando hacia una zona fronteriza, donde un grupo variopinto de personas intenta sacar provecho tanto legalmente como ilegalmente de las actividades que se realizan dentro de la zona prohibida como se comprueba en el Balneario.

De entre los que se mueven el inspector se fija tanto en los poderosos como Don Fausto como los trabajadores de  las tareas de descontaminación de la zona, que conllevan enormes medidas de seguridad con buenos sueldos, que atraen a muchos hombres desesperados para poner en riesgo su salud con un trabajo que tiene altísimos riesgos de radiación nuclear.

Del  misterio policial inicial pasamos a una historia de conspiraciones políticas con graves consecuencias para la población.

Esto es lo que tiene que desenmascar el  inspector Uría,   su ayudante el joven policía Martín Garrido , cuya novia está afectada por un cáncer y que se siente atraía por Zoe, y por la forense Julia Martos, que son su grupo de trabajo policial, ademas de contar con el apoyo moral de su ex-mujer Marta y su hija Esther.

Héctor descubre en los trabajadores de la zona son principalmente ex-convictos, pero que  la misma han llegado mercenarios, mafiosos,  empresarios sin escrúpulos, jueces y políticos corruptos que mueven los hilos del poder y tapando las vías de agua que la investigación policial iba creando.

Es en el Balneario, donde deciden drogar a los liquidadores para hacerlos ir a la central a controlar la fuga y abrir  las válvulas donde estalla el inicio de los asesinatos.

Se trata de una serie compleja, en la que los seis primeros capítulos dejan tantas lagunas que pueden invitar al abandono. Sin embargo, la linealidad de la serie se retoma en el capítulo séptimo que explica el por qué de lo que ocurre y la resolución se produce en la octava entrega y última. Una llamada telefónica pone fin a una historia en la que la victoria de los poderosos, como siempre, tendrá lugar. Aunque la llamada final de Marta a Héctor da lugar a la esperanza. 

El rodaje de la serie trascurrió en 160 localizaciones de Asturias (especialmente en Gijón, Oviedo, La Felguera y Pravia), pero también se rodó en Madrid. Se rodó en  la primavera de 2017 en más de 160 localizaciones.

Los hermanos Sánchez-Cabezudo empezaron a elaborar esta historia antes de que el 11 de marzo de 2011 un terremoto y su posterior tsunami provocara un accidente nuclear en la central japonesa de Fukushima y 100.000 personas fueran evacuadas. Entonces, detuvieron el proyecto: “Nos daba respeto y mucho pudor”, comentaron en una entrevista dada a El País.

La inspiración inicial para la serie era el accidente de Chernóbil de 1986, uno de los mayores desastres medioambientales de la historia. Pero las imágenes que llegaban de Japón transformaron el proyecto y mezclaron la iconografía de plásticos y aparatos modernos con la naturaleza salvaje de la central soviética.

El referente artístico de los hermanos Sánchez-Cabezudo la película Stalker, de Tarkovsky. “Nos fascinó la sencillez con la que generaba un misterio sobre un tipo recorriendo un bosque [en una zona prohibida]. Un poco lo que hizo H. G. Wells con La guerra de los mundos, de repente tienes la realidad y todo varía. La radiación tiene ese componente de misterio invisible que hace que cambie la vida de todo el mundo”, comenta Jorge. “El reto es mantener ese equilibrio entre el mundo sugerente de Stalker, muy sencillo pero muy perturbador, y el thriller”, señala  Alberto.

Lo cierto es que los hermanos Sánchez-Cabezudo dedicaron muchas horas a recopilar información por internet y a hablar con asociaciones y organismos como Greenpeace. “La investigación tiene algo de periodístico que nos fascina. Igual que en Crematorio. El antídoto al cliché es la realidad”, comenta Jorge. “Hay un elemento afectado que genera una crisis ya no solo humana y dramática brutal, sino económica, gente desplazada, indemnizaciones. Nos parecía oportuno poder meter ese subtexto”, dice Alberto. "He trabajado mucho en la televisión generalista y lo que hay que plantear es un panorama audiovisual con respecto a la ficción que tenga mucha variedad y muchos elementos. Cada vez se escribe y se rueda mejor, pero hace falta que todo esto tenga más patas. Y además para que genere competencia y genere avances, y es, una televisión de pago, hay que educar a la gente, porque hay que pagarlas. Pero hay que abrir el mercado, hay que asentar dos polos muy claros. La cadena de pago tiene que generar ese producto que vas a querer ver igual que pagas por una entrada de cine. Y las privadas tienen que pagar la publicidad y buscar su público", dice Jorge Sánchez-Cabezudo. "Y seducir, remata su hermano Alberto, "porque ya hay espectadores que por ese paso que ha dado la ficción española ya están acostumbrados a ver trabajos más complejos y más desarrollados".

Jorge Sánchez-Cabezudo señala que el tratamiento de la historia se alejará de la ciencia ficción: “‘La zona’ no tiene vocación fantástica ni futurística, ya que transcurre hoy día, en una realidad tres años después de un accidente nuclear. Pretende ser realista e incluso periodística, porque nos hemos documentado muchísimo tanto sobre Chernóbil como sobre Fukushima. Esta serie genera un universo humano, político y social muy interesante, con planteamientos que nos sirven para ilustrar el ambiente nuclear como una metáfora de la crisis” y añade: “no es una serie de ciencia ficción al uso ni un apocalíptico al estilo ‘Mad Max’, nos hemos basado en la iconografía real de Fukushima. Si ves fotografías de allí te lleva a una naturaleza contaminada”.

Optaron por ello rodar en el norte de España y  en primavera: “Queríamos huir totalmente de una serie apocalíptica y gris. Del concepto Seven o Mad Max. Más que una decisión estética, es real. Ves Fukushima o Chernóbil y lo que ves es naturaleza, ves bosque, ves lobos [en Chernóbil se ha multiplicado la población por diez], ves animales. Es la grandísima paradoja, cómo lo bello y lo exuberante en este caso es sinónimo de muerte y peligro. Esa naturaleza está contaminada. Es el enemigo invisible, que es la radiación que ocupa todo, que ha echado al hombre y que ha tomado su posición con esa defensa. El hombre es más peligroso que la radiación para la naturaleza”

“De alguna manera, al adentrarse en los bajos fondos de la investigación irá descubriendo todo el entramado político, social, de corrupción, pero sobre todo, cómo funciona el engranaje de ese universo tras el accidente”, explica el director, 

Ellos optaron por el actor que llevaría el peso de la serie y eligieron a  Eduard Fernández. De él destacaron que “Es de lo mejor que hay en España. Te da hondura, energía, ternura y transmite una humanidad inmensa. Este policíaco equilibrado con drama necesita no solo a un John Wayne sino a un tipo que arrastre con él la emoción”. “Es un lujo y una declaración de intenciones. Tener un actor como él, con su peso interpretativo, nos orienta sobre el tipo de registro de la serie”. 

“Después de Crematorio, que nos quedamos muy satisfechos, la idea es intentar una serie de más temporadas”, dice Alberto. “Está por definir, pero la voluntad es esa. Y que se pueda reinventar, porque todos los policíacos que tienen un caso de por medio tienen el mismo peligro, hay que saber cómo volver a arrancar ese motor. Tenemos ideas de cómo mantener ese universo y cómo recuperar a esos personajes”, especifica Jorge. Por lo tanto , la serie "nació para continuar" y, una vez que finalicen las tareas de montaje de los dos últimos de los ocho capítulos grabados, los realizadores se dedicarán a elaborar el proyecto de la segunda parte.

Desde luego nunca plantearon La Zona como "la segunda parte" de  "Crematorio", en el que abordaron el tema de la corrupción, "tiene una línea de conexión"."Como en la crisis económica, aquí también hay gente que se beneficia gracias a los subsidios del gobierno, se ve cómo aparece la ira y se delimitan con claridad las responsabilidades derivadas", ha dicho Alberto. El director ha destacado que, "en definitiva, queda al descubierto quién paga la crisis y quién se beneficia de ella". "La Zona" es una "metáfora visual" de las consecuencias de la crisis económica. Los realizadores han buscado "afrontar desde una esquina diferente" y "desde la ficción".

En alguna entrevista reconocieron el enorme de arte en las calles de Pravia,  asi como los VFX y de los efectos digitales realizada  Juanma Nogales de Two Pines. Destaca , por ejemplo,  como El mercado de la Romana son los bajos de un puente en Vallecas y debajo de ese puente pusimos una parte de figuración y eso se ha ampliado como cuatro veces y, a la vez, se ha hecho todo el barrio de realojados arriba".

Los ocho capítulos que componen la primera temporada han sido, pues, rodados de una sola vez. "Es el mismo sistema que el cine, aunque con un tamaño más grande". "Mucho, mucho más grande", enfatiza Jorge. "La Zona tiene lo mejor de las series y lo mejor del cine. La factura, el tempo, la profundidad en los personajes, la narración... Una serie es algo cada vez más parecido a una novela audiovisual y eso, para un narrador, que es lo que somos, es un lujazo".

Ante la serie la crítica se ha dividido en pro y en contra, desde elogios encendidos que la consideran una de las mejores series del año, hasta amplias decepciones por las expectativas generadas por una intensa campaña de promoción de la serie y los importantes nombres que se encuentran tras la misma. . Aunque en su estreno es Sitges tuvo críticas positivas.

A favor el Periódico de Barcelona dice en una crónica "Si ‘La zona’ ha de marcar el curso de nuestra televisión, vamos por muy buen camino. (...) La serie no intenta emular los ‘thrillers’ americanos. Es honesta con la realidad local."

Para Lorenzo Mejino en su blog del Diario Vasco afirma que la serie es " perfectamente homologable con una clase media-alta de las series europeas, gracias especialmente a los dos últimos capítulos de la serie que consiguen salvar una trama que no consigue acabar de levantar el vuelo en sus tres cuartas partes iniciales. La historia va claramente de menos a más, como les vamos a analizar en profundidad en el presente artículo, sobre la pionera de ese nuevo género que hemos querido bautizar como ‘Bable Noir’, en honor a las tierras asturianas donde ha sido magníficamente rodada.

Y añade " ‘La Zona’ tiene una estructura densa y compleja, que no está diseñada para dar satisfacciones inmediatas a los espectadores, optando por construir su propio universo paralelo, donde van presentando las múltiples piezas de la historia, dilatando las interrelaciones entre ellas que más tarde o más temprano, todos sabíamos que se iban a producir. Esa desestructuración de la trama con escenas que se producían en seis o siete escenarios diferentes, con personajes que podían ser tanto principales, como secundarios o incluso terciarios, era una apuesta arriesgada, por la posibilidad de que muchas personas se desentendieran de la historia al no avanzar al ritmo que ellos desearían o están acostumbrados, algo habitual en estos tiempos con tanta oferta televisiva.

Destaca el crítico que "la trama desarrollada en un triple flash-back de tres personajes marginales hasta ese momento en toda la historia principal, que ambientado en los momentos previos al accidente nuclear, funciona como la argamasa que faltaba para unir todas las subtramas y personajes que se nos habían presentado durante los seis episodios iniciales a forma de larguísimo preámbulo.

Mejino , al igual que yo, destaca el  magnífico séptimo capítulo, en el que " apenas hay presencia de los personajes principales, que eran los que nos habían llevado parsimoniosamente de la mano hasta ese momento, quedando aquí en un segundo plano, escuchando el relato de esas tres personas apenas conocidas hasta ese momento.

Por último , se destaca en la entrada en el blog " la gran profundidad del reparto, con grandes actores españoles  en papeles secundarios o incluso episódicos, que apuntalan todas las subtramas de una forma muy eficiente, solventando algunas de las carencias mencionadas en este apartado, echando de menos en casi todos los casos, una mayor presencia suya en la pantalla, pero están al servicio de la trama y en esa humildad cumplen a la perfección. ‘La Zona’ es una serie que me ha parecido muy interesante dentro de nuestro panorama audiovisual, a pesar de esos desajustes que les he mencionado en el articulo, por lo que les recomiendo que por lo menos le den una oportunidad a ver que les parece este esfuerzo de equiparación con las grandes ficciones europeas".


En Espinoff Francesc Miró se dice que es un ejemplo de la buena dirección de las series españolas y lo califica como un thriller con todas las de la ley. Y añade el editor de Espinoff "A nivel formal, ‘La Zona’ se mueve siempre en términos de elegancia y savoir-faire que se aprecian tanto en su desesperante puesta en escena post-apocalíptica, como en su manejo de un montaje siempre inquieto y, sin embargo, de apariencia lenta. Visualmente, la serie podría resultar impecable si no abusase de los juegos de luz y el foco en los personajes, que difumina el entorno en pos de acercarnos al drama personal".


La serie tuvo su estreno en el Festival de Sitges del pasado septiembre . A la hora de los premios  destaca el reconocimiento en los Premios Feroz a la Mejor serie dramática y mejor actriz secundaria y las nominaciones a mejor actor protagonista de una serie en la persona de Eduard Fernández y mejor actriz protagonista de una serie Alexandra Jiménez.

A destacar por mi parte su excelente ambientación, su complejo , pero rotundo guión, la labor de montaje de la misma y el sonido y la banda sonora que nos remite a un sonido estridente e incómodo que responde a la sensación de incomodidad de casi todos los actores y situaciones de la misma, así como esos escenarios postapocalíticos

Tenemos un argumento consistente , bien elaborado , perfectamente narrado, con un ritmo  que responde a la música. Es , desde luego, como he leído una serie que se ha de disfrutar a  fuego lento, sin moralidad, los hay buenos y los hay malos, pero todos tienen una justificación, todos son , como dirían  los americanos, desperados y adecuado para un final desolador, en el que ganan los poderosos  pero en la que la llamada a Hector  de Marta  da un pequeña esperanza en esta metáfora de la crisis.


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