Yo siempre he explicado en mis clases que la ciudad es un organismo vivo, que nace, se desarrolla, se multiplica y que, en ocasiones, fallece. Unas ciudades son más orgánicas que otras. Aquellas que son referencias mundiales, vamos, metrópolis, son más vitales que otras. Por su trazado de calles, casas, avenidas pululan las personas que casi siempre son anónimas , pero que ,en ocasiones, confluyen. En este caso la ciudad es la capital francesa y esa relación vital entre algunos de sus habitantes dan lugar a esta película coral dirigida por Cédric Klaspisch en las que las historias se entrecruzan.
*EC: En construcción
No hay comentarios:
Publicar un comentario