domingo, 19 de enero de 2014

Escoria danesa (II)


Proseguimos con los capítulos tercero y cuarto de la serie centrada en este mastodóntico reino , que no es más que una mole sanitaria erigida en una zona antiguamente pantanosa y maldita, sometida al misterio, al terror y a la maldad que habita en ese supuesto espacio científico. Todo se complica por la negligente y acientífica labor de médicos y enfermeros, más pendientes de interaccionar con el más allá y sus manifestaciones que de desarrollar su profesión sabiduría. Recordad que para 1994 von Trier había culminado su “Trilogía de Europa” (El elemento del crimen, 1984; Epidemic, 1987 y Europa, 1991). Era el momento de lo televisivo. 
Son dos ahora los capítulos vistos. El correspondiente con el tercero, "Et fremmed legeme" / "Un cuerpo extraño" y el cuarto, "De levende Dode" / "The Living Dead".
Contamos con los mismos protagonistas. El hospital, "El reino", que parece tener vida propia con sus laberínticos y desangelados pasillos , el malencarado doctor Helmer, la vidente señora Drusse, el doctor Hooks y la doctora Judith cada vez más embarazada, pero con un feto que se desarrolla más rápidamente de lo normal. 
Bondo se ha trasplantado el hígado canceroso en su propio cuerpo gracias al consentimiento del paciente que había firmado una tarjeta de donante de órganos. De esa manera Bondo busca que el cáncer sea de su propiedad y quede para el hospital, pero la operación fallida obliga a quedarse con el hígado colocado y enfermo. 
En su investigación, Drusse descubrió que la niña había muerto varias décadas antes, asesinada por su padre para ocultar su ilegitimidad. Para que su alma pueda descansar, Drusse busca el cuerpo de la niña, el cual fue encontrado en un frasco de muestra en el depósito del hospital.

El grupo médico sigue encabezado por el malhumorado doctor Helmer (Ernst-Hugo Järegard), arbitrario en la toma de decisiones, que tontea y engaña a la enfermera Rigmor, interpretada por Ghita Norby, del que desconocemos su exilio danés (¡atentos a los títulos de crédito, contrapunteados en cada capítulo por la presencia del mismísimo Lars, juez inmisericorde!), su adoración por Suecia ¡su Volvo! y que no hay episodio en la que no se acuerde de Dinamarca y los daneses (« Dansk Jävlarna!»).

Frente a éste continúa el médico Hooks (Troels Lyby) que está convencido de que su jefe esconde algo, aunque prosigue con su manejo de estraperlo y el trueque, para poner a su jefe en serios apuros...

El aparente jefe sigue siendo un desquiciado doctor Moesgaard (Holger Juul Hansen), tecnócrata y obsesionado con que su hospital alcance las más excelsas cotas de calidad por medio de la “comunicación” y el “resplandor” manifiesto en los miembros de la logia, los "Hijos del Reino". Increíble cuando la delegación integrada por el ministro de sanidad lo encuentra escondido debajo de su mesa.
Por su parte, el doctor Bondo (Baard Owe) obsesionado por el estudio de un rarísimo tumor de hígado, no dudará en "robarle" el suyo a un paciente moribundo y autoimplantárselo en una operación. Todos ellos representan a la ciencia, todo aquello que era contrario al mundo de las tinieblas en la que vivían los blanqueadores y sobre la que se levanta la mole hospitalaria.

Frente a este monumento de la ciencia están los espiritualistas encabezados por la señora Drusse (Kirsten Rolffes), que tras contactar con el espíritu de Mary , revitalizado por la vegetativa Mona, la niña que quedó en estado vegetativo tras la operación de Helmer.

Los dos últimos episodios prosiguen en su escalada de locura que culminan en todos los casos en los sótanos del hospital. Con un doctor Helmer que pasa de intentar robar la historia del desastre realizado con Mona y que todavía consta en la copia del expediente que se guarda en los sótanos del hospital, pasando por la señora Drusse que sigue en la búsqueda del ánima de Mary, localizando su expediente en el archivo. 
Lugar al que también va el Doctor Hooks con el fin de pillar con las manos en la masa a Helmer, aunque descubre el fantasma que reside en la doctora Judith. 

En el cuarto episodio vemos la huida de Helmer a Haiti en busca del oscurantismo del Vudú, acompañado de uno de los celadores, un extraño cambio de carácter que le permite entregar los patacubos a los niños y despreocuparse de su coche. 
Igualmente hemos comprobado la locura in crescendo de Bondo; el pavor ante el nacimiento de ese feto incontrolado de la doctora Judith y que nace – con la cara del padre y asesino de Mary- a pesar del aborto ; y que culmina todo con la absurda inspección del hospital y su programa por parte del ministro de sanidad y el encargado de hospitales en el que ve la apoteosis neurótica de los interinos (el estudiante y la enfermera que estudia el sueño), incluyendo espiritismo en los pasillos, el descubrimiento de los transplantes clandestinos, la visión de los partos diabólicos... y la entrada de Mary y el perro en el interior de los muros del hospital.

Han sido en este caso algo más de cuatro horas que se remiten a una continuación tan compleja como los cuatro episodios que hemos dejado atrás. Todos ellos rodados en 16 mm. Y todo ello antes de su presentación en sociedad con Rompiendo las olas (Breaking the Waves, 1996). 
La serie fue un éxito de público en Dinamarca. Su emisión provocaba que las calles de Copenhague quedaran desiertas cada vez que se emitía un nuevo episodio. La serie fue multipremiada. En 1995 recibió cuatro Premio Bodil , por su labor en Riget. Concretamente el premio al Mejor actor (Ernst-Hugo Järegård), Mejor Actriz (Kirsten Rolffes), Mejor actor de reparto (Holger Juul Hansen), Mejor Película (Lars Von Trier). Ese mismo año hubo un reconocimiento internacional en el festival de Karlovy Vary International Film Festival al Mejor actor (Ernst-Hugo Järegård), al Mejor Director (Lars von Trier), y una nominación para el Globo de Cristal para Lars von Trier. En el – para mi desconocido. Robert Award recibió seis premios como al Mejor actor (Ernst-Hugo Järegård), Mejor Actriz (Kirsten Rolffes), Mejor Fotografía (Eric Kress), Mejor Música Original (Joachim Holbek), Mejor Guión (Lars von Trier, Niels Vørsel), Mejor Sonido ( Per Streit). 
En Estados Unidos la serie fue premiada, ya como película, en la Seattle International Film Festival Premio Golden Space Needle de 1995. 
Al año siguiente , en 1996, recibió el Premio Adolf Grimme a la mejor Series / Miniserie (Lars von Trier), recibiendo igualmente el premio Golden Cable - Cable de Bronce para la Innovación para Lars von Trier. 
Riget toca tangencialmente muchas de las obsesiones del curioso director danés: la confrontación entre espiritualidad y ciencia, la crítica a la sociedad del bienestar, la locura . Y lo hace amparado por un humor delirante y absurdo, genial y por su acercamiento a los clásicos del género de terror/espiritista. Formalmente adopta muchos de los preceptos de lo que luego será el manifiesto Dogma, visible en la cámara al hombro, los bruscos zooms, la nula utilización de música y los cortes abruptos de plano, a esa lograda fusión entre fantasía y realidad, a sus personajes siniestros y mordaces.

Un par de detalles que se han repetido en los cuatro capítulos: una introducción musical utilizada al principio y al final en los créditos, y la aparición de von Trier al final de cada capítulo hablando sobre algunos puntos de lo que se ha visto. Sin embargo, Riget es una serie interesante por la historia intrigante, por el drama de cada persona y por esos toques de humor negro. Esperamos la segunda parte





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