domingo, 14 de junio de 2020

Seda


Hace años compré y me leí un librito. Era eso, un librito, una novela corta. Ninguno de sus capítulos supera las tres páginas Lo firmaba el escritor piamontés, es de Turín, Alessandro Baricco, publicada con el nombre de Seta por primera vez en 1996. Fue un gran éxito editorial y fue traducida a varios idiomas.
Dos años después, una de sus obras, un monólogos teatral, Novecento, fue llevada al cine con el título de La leyenda del pianista en el océano, dirigida por Giuseppe Tornatore y protagonizada por el británico Tim Roth. Era de esperar que alguien quisiera llevar al cine esta obra escrita en el 96 que se desarrolla a un ritmo pausado y sutil que nos presenta de forma elegante las prácticas de Japón vistas por un occidental sin prejuicios , pero con asombro.

Y como inevitable lo hizo el director quebecois François Girard en 2007 una adaptación cinematográfica que internacionalmente se presentó con el título de Silk. La trayectoria de este director canadiense no es muy extensa, pero entre las que está El violín rojo.


Este año ha estrenado La canción de los nombres olvidados, una historia que se centra en la intensa búsqueda que emprende Martin Simmonds (Tim Roth) de adulto para encontrar a su hermanastro Dovidl Rapoport (Clive Owen ) basada en la novela homónima escrita por el crítico musical Norman Lebretch.

La película es una coproduccín entre Canadá, Italia y Japón por medio de las productoras la británica Rhombus Media, la italiana Fandango y la japonesa Bee Vine Pictures amparada por la New Line Cinema y que contó con la distribución en Italia de Medusa Film y un presupuesto aproximado de 20 millones $.

La película siguió el guion escrito a cuatro manos por el mismo François Girard junto a Michael Golding, y contó con la brillante música del siempre sugerente Ryuichi Sakamoto , mientras que la fotografía era de Alain Dostie. El montaje fue obra de Pia Di Ciaula.

En cuanto al elenco lo encabeza Michael Pitt como Hervé Joncour, Keira Knightley como Hélène Joncour y Alfred Molina como Baldabiou. Aparecen igualmente Miki Nakatani como Madame Blanche, Kōji Yakusho como Hara Jubei y Sei Ashina como la chica.Igualmente aparecen Kenneth Welsh como el alcalde Joncour y padre de Hervé, Mark Rendall como Ludovic Berbek, Jun Kunimura como Umon, y en papeles menores Martha Burns, Marc Fiorini, Alexander Brooks, Akinori Andô, Chiara Stampone y Callum Keith Rennier.

La película comienza con el protagonista Hervé (Michael Pitt) narrando sus observaciones de una mujer asiática que se baña en una fuente termal , y luego afirma que su historia realmente comienza antes, cuando regresó a su ciudad natal en el siglo XIX en Francia mientras estaba de licencia del ejército. Conoce a Hélène (Keira Knightley ), una maestra, que no quiere nada más que un jardín y Hervé, que no quiere nada más que casarse con ella.

Tras eso nos enteramos que en una pequeña localidad de la Francia rural del siglo XIX, el alcalde (Kenneth Welsh) está dispuesto a mandar a su hijo, Hervé Joncour (Michael Pitt), al ejército para que haga carrera militar. El joven Hervé aceptará, aunque no es su deseo, puesto que su único deseo sería quedarse en el pueblo, enamorado de Hélène (Keira Knightley), la maestra de la escuela.

Mientras Hervé está en el ejército, llega al pueblo Baldabiou (Alfred Molina), un fabricante de tejidos con la idea de crear varias fábricas textiles en el pueblo a partir de la seda, a cambio de que su alcalde le deje las manos libres.

Baldabiou, montará tres fábricas de seda sobre las que se apoya la economía de la ciudad. El negocio funciona hasta tal punto que logra revitalizar la economía del pueblo, y se convierte en la principal fuente de ingresos de gran parte de los ciudadanos.

Cuando Hervé vuelve a su casa mientras estaba de permiso, observa sorprendido los cambios del pueblo. Baldabiou, conocedor de las pocas ganas que tenía Hervé de volver al ejército, principalmente por su prometida, le ofrece un trabajo en su fábrica a pesar de que su padre, el alcalde, no lo quería así.

No obstante, los favores que se ha ido ganando el comerciante serán determinantes para que no se opusiera. Él convence al padre de Hervé, el alcalde, para que deje que Hervé deje el ejército.Poco después, Hervé se casa con Hélène.

La tranquilidad en el pueblo se ve enturbiada con la noticia de una grave enfermedad que está atacando a todos los huevos de los gusanos de seda de Europa. Este hecho obliga a Baldabiou a tomar medidas urgentes para salvar el negocio, y decide mandar a Hervé al norte de África. En 1862 Hervé viaja a Egipto para comprar huevos de gusanos de seda , pero tras el largo viaje, descubre que la plaga también llegó a ese continente.

Una vez en su tierra natal, la única opción es ir al fin del mundo, a un lugar tan alejado donde todavía no haya llegado la plaga: Japón. El problema es que el país está peligrosamente cerrado para los extranjeros .

Aprovechando un antiguo contacto de Baldabiou, organizan el viaje. Hervé emprende el viaje a través de Europa que culmina en Rusia, y cruza las estepas heladas y cruza el océano en un barco de contrabandistas, disfrazado con el atuendo típico japonés.

Una vez en tierras niponas, varios guías con los ojos vendados le llevarán a una aldea en las montañas, donde conocerá a Hara Jubei (Kōji Yakusho), que se convierte en un poderoso aliado que aceptará venderle los ansiados gusanos. Durante su estancia en el pueblo se verá atraído por su concubina sin nombre (Sei Ashina).

Los gusanos perfectos y sanos de Japón son recibidos con júbilo en el pueblo. Baldabiou lo compensa de tal manera que lo convierte en un hombre rico. Con el dinero compra una casa grande y un jardín para Hélène. Lo que les permite pasar varios años en paz en su nueva casa.

Años más tarde, Hervé tiene que volver a por más huevos de gusano. En su segundo viaje a Japón, donde coincide con un holandés que se dedica a la venta de armas y que le habla de que el país va a vivir un periodo convulso. Sin embargo, el está obsesionado con la Chica que una noche le da a Hervé una nota en japonés.

Tras una cena en la que están muchos señores, presidida por Hara Hubei, tras la misma tiene relaciones sexuales con otra chica que ella le presenta para ello Después de haber intercambiado más huevos que en su primer viaje, Hervé retrasa su partida dos días con la esperanza fallida de volver a ver a la Chica, aunque encuentra rotas las gafas del holandés.

De vuelta a casa, Hervé, que tiene la duda de lo que aparece escriito en la nota, busca en un burdel de Lyon a una meretriz japonesa, Madame Blanche, conocida por dar las pequeñas flores azules que lleva a sus clientes. Él solo quiere que ella traduzca la nota para él. Lo hace. La nota dice: "Vuelve o moriré". Madame Blanche (Miki Nakatani ) le aconseja a Hervé que "se olvide de ella, que no morirá, y usted lo sabe".

Baldabiou tiene la intención de enviar a Hervé a China, ya que Japón ya vive una guerra civil , pero Hervé insiste en Japón. Aunque hay oposición entre los inversores de la fábrica, Balbabiou los convence y vuelve a mandar a Hervé.

Al llegar comprueba que la guerra ha estallado y el pueblo está abandonado. Un sirviente de Jubei le muestra a Hervé dónde han ido Jubei y su familia.

Tras integrarse en el grupo descubre Jubei se ha vuelto hostil, tal y como le había advertido el holandés, y le dice a Hervé que se vaya a casa. Se niega a mostrarle la Chica y , a la mañana siguiente, encuentra colgado al criado.

Hervé compra algunos huevos en Sakata , pero el retraso al seguir a la chica provoca que eclisionen todos los huevos y la muerte de todos los gusanos, antes de llegar a Francia. La economía de la ciudad está arruinada, aunque Hervé contrata a mucha gente del pueblo para cumplir con el sueño de su mujer: el jardín de Hélène.

Desde ese momento marido y mujer viven de forma plácida en la localidad. Ya son conscientes de que nunca tendrán hijos, otro de los sueños de la pareja. Se relajan en la plaza y ella sigue con sus clases. La vida se normaliza.

Meses después, Hervé recibe una larga carta en japonés de la Chica. Nuevamente lleva la carta a Madame Blanche para su traducción, quien está de acuerdo, siempre que Hervé nunca vuelva a verla. La carta es una declaración de amor profundamente conmovedora, que le pide que sea feliz en su vida, ya que nunca más volverán a estar juntos.

Unos años más tarde, Hélène enferma y muere en 1875. Después de su muerte, Hervé la entierra en un espacio de lirios azules para que embellezcan su tumba. Comido por las duda busca a Madame Blanche una vez más, creyendo que ella ha escrito la carta, pero no la encuentra en burdel lyonnais , localizándola en París.

En la capital francesa ella le revela que Hélène había escrito la carta y le pidió a Madame Blanche que la tradujera. Hélène sabía que Hervé estaba enamorado de una mujer japonesa y quería que fuera feliz.

Madame Blanche le dice a Hervé que, más que nada, su esposa quería ser esa mujer. Hervé finalmente se da cuenta de que era Hélène siempre había sido su verdadero y gran amor después de todo.

Se revela que la narración de Hervé nos cuenta es el relato de su historia a Ludovic, el hijo de un amigo, lo más parecido a un hijo que Hervé y Hélène han tenido a lo largo de los años. Ludovic, ahora un joven y jardinero permanente de Hélène, es el que más aprecia el papel del jardín.

Con la marcha de Baldabiou a otra localidad para reiniciar una nueva vía y reflexionando por los extrañas vías que nos llevan acaba la película.

La película se rodó en la primavera de 2006 en localidades de Italia, Japón y Gran Bretaña. En Italia se rodó en Roma , en los Cinecittà Studios, en el Lido de Ostia, en Ronciglione en la provincia de Viterbo, en el Lazio, al igual que en Sermoneta de la Latina, en Turín en el Piamonte, en Pigna, sita en Imperia (Liguria) , Sermoneta, Latina.

En Japón se rodó en el Baba House Museum de Matsumoto en Nagano, en Sakata localidad de Yamagata, en concreto en el Sankyo Rice Storehouse, en Geibikei Valley, en la provincia de Iwate, al igual que Ichinoseki y Ofunato.

En Gran Bretaña se rodó en Kidderminster de Worcestershire, incluso en la canadiense Toronto, en Ontario.

La película ha sido producida por Domenico Procacci, del equipo italiano de Fandango, que se hizo con los derechos de la novela poco tiempo después de ser publicada, si bien le llevó varios años hasta adaptarla a la gran pantalla, con el nombre de varios posibles directores para realizarla. Girard, director de la oscarizada El violín rojo, se unió al proyecto al principio, aunque volvió a él hace sólo algunos años. Girard explicó mientras estaba en Roma que “se enamoró inmediatamente del libro” y, contrariamente a lo que mucha gente pueda pensar, “no fue un libro difícil de adaptar, pues es muy cinematográfico. Presenta un gran equilibrio entre lo íntimo y lo épico, e intenté mantenerme fiel a la escritura de Baricco, especialmente en los pequeños detalles”.

La película fue estrenada en marzo del 2008 en España e Hispanoamérica. Obtuvo en taquilla unos 8 millones de dólares.

En cuanto a las críticas destaco la de Roger Ebert en las páginas del Chicago Sun-Times al decir que "Todo se recompila al final en una revelación fugaz que es espectacularmente pobre. (...) ."

Joshua Kosman en el San Francisco Chronicle señala que es "Una película preciosa pero ligera." Para Todd McCarthy en Variety comenta que "Silk es un bostezo. Insustancial, árida y finalmente aburrida (...) no hay rastro de vida real o de energía en ella (...) con una interpretación apática de Michael Pitt."
Ya en España Carlos Boyero en El País dice que "Sólo aprecio a un adaptador que guarda fidelidad extrema a un texto (...) Lo que admite discusión es su fatuo convencimiento de que están creando arte mayor. (...) no hay duda está hecha al gusto del público más convencional."

José Manuel Cuéllar en el ABC señala que la película genera "Petulantes bostezos. (...) Se salva, lo poco que se salva, por la labor técnica, impecable, y por el trabajo del siempre eficiente Alfred Molina (...)."

Alberto Luchini en El Mundo afirma que "La poesía es otra cosa. (...) exceptuando a Keira Knightley, nada en la película funciona (...) Girard se olvida por completo de desarrollar una narración mínimamente coherente (...) ."

Destacar de la película aspectos técnicos como el diseño de producción y la fotografía bellísimos en gran medida rodados en exteriores italianos  y japoneses, combinando espacios luminosos y bellos paisajes veraniegos e invernales.

Sin embargo, la película carece es excesivamente lenta, casi melancólica, alejada de la pasión, pretende ser sútil, elegante, bella, pero acaba siendo fría, apagada, sin vida. Desde luego, la película no va como la seda en casi ningún momento. 


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