lunes, 21 de septiembre de 2020

¿Quién puede matar un niño?



Narciso "Chicho" Ibáñez Serrador tuvo una larga carrera en televisión, pero nos dejó dos películas que muestran su buen tono en la dirección cinematográfica. La mítica La residencia, una película del año 1969, cuyo contenido era más transgresor de lo que parece y este clásico del terror nacional de los 70, ¿Quién puede matar a un niño?,- también conocida como Los niños o como Who Can Kill a Child? en la que demuestra la valía para este género del creador del más popular programa de televisión española de toda su historia, - 1, 2 , 3 - que fue recompensaba con premios en el Festival de cine de Avoriaz y que, con pocos elementos, incluso con aportaciones documentales, especialmente al principio, desarrolla una historia de horror en el mediterráneo español de los setenta. 

Al igual que su casi coetánea Tiburón huye del marco en el que se desarrollan las historia de terror. En este caso un espacio abierto, un pueblo aparentemente mediterráneo - realmente de Toledo-, encalado de paredes cegadoras, en un lugar siniestro.  

De la corta carrera cinematográfica de Narciso Ibáñez Serrador, gran conocedor y amante del cine de terror y del cine de tensión se lamentó el director nacido en Montevideo y admirador de Hickcock - al que homenajea con un cameo al inicio de la película- declaró en el programa versión española en una entrega del año 2016 que la clave estaba en los documentales de inicio de la película, ya que ellos son las víctimas de todo conflicto ( Corea, Vietnam, Biafra, Bangla Desh,...) además se quejaba del error del doblaje así como de la polémica que hubo ya que en su presentación en Italia un crítico publicó su crónica cinematográfica señalando que era la película un himno al fascismo franquista, mientras que otro afirmaba que la película hacía referencias al maoísmo. Cuando los críticos italianos le cuestionaron su trabajo el director dijo que su intención era hacer una historia de terror desde la ciencia ficción y nada más, pero alguno siguió pensando que era un reflejo político. 

Lo cierto es que el guion de Narciso Ibáñez Serrador firmado con el seudónimo de Luis Peñafiel,se inspiró en la novela del asturiano Juan José Plans y contó con el apoyo de Manuel Salvador de la Productora Penta Films , una productora que logró que en su distribución en Italia consiguiera más dinero que el Tiburón de Spielberg

Además supo rodearse el director del malogrado Waldo de los Ríos en la música, de la luminosa casi cegadora fotografía de José Luis Alcaine, que huyó para el rodaje de la noche y de las tinieblas para apostar por la luz del mediterráneo y especialmente del director de Arte Ramiro Gómez que realizó un impresionante trabajo adaptado el pueblo manchego hasta convertido en una localidad marinera con puertas pintadas en azul. También contó con el maquillaje de Fernando Florido, el vestuario de Carmen de la Casa y el montaje de Antonio Ramírez de Loaysa y Juan Serra y en los efectos especiales de Juan Antonio Balandín.

La película cuenta en su reparto con Lewis Fiander como Tom y Prunella Ransome como Evelyn. Junto a ellos aparecen en pequeños papeles Antonio Iranzo como un habitante de la isla, Miguel Narros, María Luisa Arias, Marisa Porcel, María Druille, Lourdes de la Cámara, Roberto Nauta, Luis Ciges como un pescador. 

La historia comienza con los efectos de las guerras y de las hambrumas en la población más débil y vulnerable: los niños. Esta documental sobre su incidencia entre este grupo de población está siendo seguido por televisión por Tom y Evelyn, una pareja de turistas anglosajones que viaja a una población costera española para disfrutar al fin de una tardía luna de miel. Ya tienen dos hijos y ahora Evelyn está embarazada de su tercer hijo. 

La pareja llegan a la localidad española de Benavis en la costa mediterránea, con el fin de navegar, al día siguiente, hasta la isla de Almanzora para pasar unos días de vacaciones. Evelyn se encuentra embarazada de siete meses de su tercer hijo y vienen dispuestos a relajarse al máximo en la isla, en la que Tom pasó una temporada cuando era pequeño. Sin embargo, en Banavis, que celebra sus fiestas, se decepcionan, el lugar es demasiado bullicioso para pasar las tranquilas vacaciones que ellos habían planeado. 

Deciden entonces alquilar una barca para visitar una pequeña isla en la que Tom había estado cuando era más joven. De todas maneras , al estar al margen de todo, no se enteran que las noticias informan que habían llegado a la costa varios cadáveres que iban llegando al continente arrastrados por el agua.

Sin embargo, nada más llegar a Almanzora, ven que en el muelle únicamente hay chicos pescando y saltando al agua, chico que no parece tener interés ninguno en los extranjeros. Tom empieza a notar que todo es muy raro en el lugar: todo parece abandonado, solamente se ven niños y no hay ni rastro de los adultos. 

La pareja descansa de su viaje a la isla en un bar, donde encuentran todo como si la gente se hubiera marchado a toda prisa, dejando incluso los pollos dentro del horno, ya carbonizados. 

Mientras Tom va en busca de comida, una niña entra y acaricia el vientre a Evelyn, sonriéndole sin decir una palabra, y marchándose después. 

Mientras tanto, Tom ha estado investigando por las casas al creer oír ruidos en una de ellas. Al no encontrar a nadie, se dirige a la tienda, también vacía, aprovisionándose de comida. Nuevamente en el bar, Evelyn y Tom reciben una llamada telefónica de una muchacha que habla en alemán y con un tono de voz angustiado, cortándose la comunicación poco después. 

Tras comer, los esposos van en busca de la pensión, donde tampoco hay ninguna persona mayor de edad, aunque descubren que hay turistas alemanes registrados.

Evelyn, asomada a la puerta del hotel, ve por fin a un viejo que parece que juega al escondite con una niña pero, aterrada, verá cómo la niña le quitará el bastón y le golpeará con él en la cabeza hasta matarlo. Tom va en su ayuda , pero es demasiado tarde. El hombre ha muerto. Tom lleva su cuerpo a una casa en la que la chica se ha escondido. Más tarde, descubre con horror que los niños han salido y juegan a la cucaña con el cuerpo sin vida que aparece colgado de las piernas usando una hoz como garrote.

Horrorizado Tom vuelve con su mujer y poco después tras escuchar ruidos sube a las habitaciones en busca de la familia alemana, encuentra los cadáveres del matrimonio, pero ni rastro de la chica. 

En el hotel, finalmente encuentran a un habitante adulto del pueblo: un pescador (Antonio Iranzo) que se encuentra en estado de shock y les cuenta que, unos días antes, todos los niños han contraído una especie de locura colectiva y se han dedicado a asesinar a todos los adultos del pueblo, mientras estos fueron incapaces de hacer nada, ya que como bien dice el pescador: "¿quién puede matar a un niño? 

Se da a entender que a la larga lista de atrocidades y horrores provocados por los combates y la apatía de los adultos ha provocado que los niños de la isla tomen el asunto en sus propias manos. Además, se muestra que los niños normales cambian como el resto de la isla simplemente haciendo contacto visual con ellos. 

Desde ese momento el atosigamiento de la pareja es continuo. El pescador tendrá un encuentro con su hija, pero que lo lleva a la muerte.

Tras la muerte del pescador el acoso a la pareja que pretende huir va a más. Además Tom sale y va en busca de la alemana. Su cuerpo aparece en una iglesia en la que los niños se han hecho con todo. 



Deciden huir al interior de la isla y encuentran una casa con adultos que parecen al margen de lo que ocurre. A pesar de tener tres hijos, auxilian a la pareja ya que Evelyn no se encuentra bien. Sin embargo, el grupo de chicos prosigue su avance y llega a la casa. Antes de que los chicos ocupan la vivienda huyen al pueblo nuevamente en el jeep

Mientras intentan huir por la calles del pueblo, Evelyn se manifiesta agotada. Buscan refugio en una habitación protegida por fuertes muros. Los chicos intentan asaltar la vivienda. Un pequeño intenta entrar por la ventana, pero Tom le dispara a regañadientes con un arma cuando están acorralados en una habitación.

Atrapada en la habitación, Evelyn muere ya que la chica que le tocó la barriga lo ha matado y le ataca desde dentro. 


A la mañana siguiente, un cansado Tom está completamente solo. Tom finalmente dispara con una ametralladora a un grupo de niños mientras trata de escapar de la isla, pero los niños lo siguen hasta el muelle y atacan en masa mientras intenta desarmar un bote. 


Mientras trata de luchar contra los niños, llega un bote patrullero. El equipo cree que Tom está matando a los niños a sangre fría, y un oficial le apunta con su arma y le ordena que se quede quieto. 

Cuando no lo hace, el oficial le dispara, matándolo en el acto. Los oficiales del barcos patrulla saltan al muelle y comienzan a atender a los niños heridos. Mientras que el oficial que disparó a Tom se pregunta en voz alta, "¿qué tipo de hombre ...?"  y al preguntarles  dónde están sus padres, los niños apuntan hacia la ciudad y los tres oficiales comienzan a irse, dejando su bote y sus armas sin asegurar. 

El oficial es frenado por un niño que grita "¡Adiós!" Se vuelve para ver a los niños que han abordado el bote patrullero y están descargando las armas. Uno de los niños mata a los tres oficiales con un rifle. 

La película termina con un pequeño grupo de niños que se preparan para dirigirse a la península en una lancha a motor. Cuando una niña pregunta: "¿Crees que los otros niños comenzarán a jugar como nosotros?" el chico a cargo del bote sonríe y dice: "Oh, sí ... hay muchos niños en el mundo. Muchos de ellos". 


La película, aunque muestra un ambiente marinero, fue rodada no en un pueblo de la costa mediterránea sino que en parte se rodo en La Mancha más concretamente en la localidad de Ciruelo (Toledo) , aunque también se rodó en otros espacios como Almuñécar (Granada), Menorca (Islas Baleares) y Sitges (Barcelona). En esas escenas en particular, el sonido de las gaviotas y del mar lejano fue añadido en postproducción. 


Parece ser que Narciso Ibáñez Serrador, padre del también director Alejandro Ibáñez, director de Urubú,  quería a Anthony Hopkins para el papel de Tom pero, por compromisos adquiridos con anterioridad, Hopkins tuvo que rechazar la oferta, por lo que el papel terminó en manos del actor australiano Lewis Fiander. Posteriormente, el director declaró sentirse no del todo satisfecho con la actuación de Fiander, aunque sí quedó muy satisfecho con el trabajo de Prunella Randsome, la actriz que interpreta a Evelyn, la esposa de Tom. Según la idea original de Ibáñez Serrador los diálogos entre la pareja protagonista debían ser rodados en inglés ya que Evelyn —al no entender las explicaciones de nadie en español— no se enteraba de lo que estaba pasando, para dar más realismo a la situación y es que ella sospechaba que algo extraño está ocurriendo en la isla, pero no le explicaban nada para acentuar la atmósfera de incomunicación y de angustia en una isla desconocida sin saber lo que ocurre, sin entender nada y sin que su marido le quiera contar nada. Sin embargo cuando la película estaba en proceso de postproducción para su estreno, los productores decidieron a última hora que se doblaran las voces de Prunella Randsome y Lewis Fiander al español pues consideraban incómodo para el espectador el tener que "leer" una buena parte de la película, dando al traste con dicha idea. Por ello, el director siempre ha manifestado su disconformidad con esta decisión.  

Debido al contenido sangriento de la película fue en parte mutilada. En algunos países fue estrenada con cortes (como por ejemplo Argentina, Australia, Francia, Suecia y Estados Unidos) cuando no fue prohibida (como sucedió en Islandia y Finlandia aunque, en el país escandinavo, la película finalmente se estrenó en 2006, como parte del Night Visions Film Festival de ese año). 



En cuanto a las críticas destaca la de Fernando Morales en  El País quien dijo que "Curiosa entrega de terror basado en la obra homónima de Juan José Plans, Una cinta llena de sobresaltos y que alcanzó gran éxito en su estreno. (...) terrorífica banda sonora (...) Interesante" 

En el Mundo " En una época en la que el terror era casi desconocido en España, Chicho Ibáñez Serrador demostró su afición por este género en su primer largometraje, ''La residencia'', que se convirtió en un gran éxito comercial, y en la serie de televisión ''Historias para no dormir'', una colección de relatos de horror. ''¿Quién puede matar a un niño?'' fue su segunda película y triunfó sobre todo en Italia. En Estados Unidos, en cambio, fue tachada de ser demasiado fuerte y en España sufrió algunos cortes impuestos por la censura, aunque ya en democracia se pudo ver una copia restaurada por el mismo director. La película, que es una adaptación de la novela ''El juego de los niños'' (escrita por el asturiano Juan José Plans), recuerda otros filmes de niños malvados como ''El pueblo de los malditos'' o ''Los chicos del maíz''. ". 


Afortunadamente esta no es la opinión de Chris Coffel de Bloody Disgusting - allí fue distribuida por American International Pictures- quien defiende que se trata de "Una película fascinante en muchos aspectos y que puede impactarte de forma diferente dependiendo del momento de tu vida en el que la veas (...) Siempre la he disfrutado, pero con cada revisionado me convenzo de que es una verdadera joya cinematográfica." 

Una película atípica dentro del cine español que no envejece aunque en la actualidad esta película hoy no es políticamente correcta. Comentar que se ha convertido en un clásico del cine de terror español, un título que reflejaba la capacidad creativa de Ibánñez Serrador del que para un director con cierto éxito en el género, Eli Roth, director de Hostel, la película es uno de sus referentes llegando a afirmar en alguna ocasión que para él ¿Quién puede matar a un niño? supone su segunda película favorita, por detrás de Mil gritos tiene la noche. Una enorme película



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