martes, 28 de noviembre de 2023

El último caballo



Edgar Neville está considerado como uno de los directores más peculiares que ha tenido el cine español de todos los tiempos. En el año mil novecientos cincuenta dirige esta película que lleva por título El último caballo y que hubieran hacer como una fábula de alabanza del mundo rural y nada moderno frente al triunfo del mundo mecánico e industrial.

La película, rodada en 1950, comienza con unas imágenes de la Gran Vía madrileña sumida en un caos de tráfico. Cuando finalizan los títulos de crédito, a modo de antítesis, muestra una imagen de lo que era una ciudad - poblachón de Alcalá de Henares, con las torres conventuales.

De inmediato escuchamos el sonido estridente de un cornetín. Entonces la cámara realiza un barrido panorámico por la ciudad hasta adentrarse en el patio principal del Cuartel del Príncipe. Allí un alto mando del ejército notifica a la tropa que esa arma de caballería pasará a ser, a partir del día siguiente, unidad motorizada y que caballos y soldados van a licenciarse a un mismo tiempo. 

Fernando Vallejo (Fernando Fernán Gómez) es uno de los soldados de caballería que va a licenciarse en su cuartel de Alcalá de Henares y los que con asombro recibe la noticia de que el regimiento va a ser motorizado y que se van a vender todos los caballos aún contratista de la plaza de toros de Las Ventas. Fernando como recluta, se resiste a abandonar a su mala suerte a “Bucéfalo”, el caballo con el que ha compartido  su mili durante tanto tiempo, no puede soportar la idea de que lo conviertan en carne de cañón y lo destripen en cualquier plaza de toros. Así que con el dinero que tenía reservado para su boda con Elvirita, compra a su caballo Bucéfalo al que había montado durante la mili para salvarlo de una muerte segura. Con este animal pretende vivir en una zona deshumanizada y alejado del mundo rural como Madrid ya absolutamente motorizada y sin más dinero que el pequeño sueldo que obtiene como oficinista su anterior empleo. Es entonces cuando renuncia a proyectos de boda y, entre el caballo y la novia, opta por la compra del caballo. A lomos de “Bucéfalo” sale ufano por la Puerta de Madrid camino de la capital.



En esta locura le acompaña un compañero de armas, Simón, un bombero, interpretado por José Luis Ozores, y por Isabel, una vendedora de flores interpretado por Conchita Montes.



Considerada como la primera película neorrealista española Neville imprime toda su habilidad como narrador en imágenes y su indudable eficacia para sacar provecho de un reparto de lujo formado por los tres ya citados.



También señalar que esta película ha sido considerada casi como un primer manifiesto "ecologista" del cine español - difícil de comprtir cuando el ecologismo todavía tardaría varias décadas en aparecer- , un canto de rebeldía contra el franquismo, una película idealista y una sátira del presente frente a los viejos tiempos. 

Es cierto que desconocemos , al menos yo desconozco los entresijos a os que se enfrentó esta película por parte de la censura del régimen, pero locierto que el planteamiento, al menos, el inicial intenta superar cualquier tipo de restricción por medio del humor en el sentido "arnichiano" del término. 



En la película no hay tensión sexual, aunque sí de pareja, no hay sexo, no aparecen una ideología revolucionaria, pero si una crítica a las relaciones de pareja interesadas, al exceso de alcohol - sin cebarse en la moralina, sino casi como lamento ante la enfermedad, es un retrato de la sociedad española tan rancia ( mucho en lo social o lo laboral) como auténtica ( el fervor taurino) desde la cruel ironía. 

Y siempre se ha dicho que la historia surgió en un sueño del mismo débil y que a la mañana siguiente se sentó con su secretaria que era la mujer de Mingote y montaron la historia en unas tres horas.

Se trata de una interesante mezcla de humor ternurista influenciado por el estilo de Chaplin al que neville conoció personalmente en Hollywood y los sainetes de Carlos Arniches.Edgar Neville rodó en exteriores de Alcalá de Henares y de Madrid. Un Madrid casi irreconocible, tanto en el centro de la ciudad como en el distrito de Tetuan,  que se pasea por la Gran Vía, calle que cortan los protagonistas, así como otros lugares en torno a la ciudad.



La película le proporcionó a Fernando Fernán Gómez uno de los mejores trabajos de su carrera o al menos de los más reconocidos.En la sexta edición de las Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos fue premiado por su trabajo así como Neville como mejor director.  

En la misma como técnicos destaca en el apartado musical José Luis Molleda y César fraile en la fotografía.

Junto a los tres citados actores trabajan Mary Lamar como Elvirita, Julia Lajos como la madre de Elvirita, Fernando Aguirre como el cochero, Manuel Arbó, Manuel Aguilera como el señor Manzano, Julia Caba Alba como Julia, María Cañete como Doña Magdalena, Benito Cobeña, Casimiro Hurtado como un Guardia, Manuel de Juan como Don Manuel, Arturo Marín y Manuel Miranda, Rafael Bardem como el comisario o el breve papel de Antonio Ozores como taxista, entre otros.

De ella ha dejado por escrito en X- antes Twitter- el gran Fausto Fernández lo siguiente: " Aquel Madrid que se resistía a desaparecer y al que Edgar Neville tanto amaba, metáfora de la espléndida, neorrealista y poética El último caballo"

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