Cine francés de corte intelectual presentada como comedia musical que tiene como director a Serge Bozon, un antiguo crítico cinematográfico y que apuseta por un cine técnicamente extraordinario. La película es una maravilla es muchos aspectos que se muestran visibles por ejemplo en el juego de espejos, en los múltiples planos secuencias, en las sabias elipsis, en los cambios de planos o en la puesta en la escena, los planos cerrados de la cara de Tahar Rahim cada vez que ve a una desconocida atractiva, con un gesto demasiado embelesado, como perdido. Pero también he leído que llega a ser para algunos exasperante por sus canciones o por abandonor sus modelos creativos originales ya sea e de Mol'iere, ya sea el de Tirso de Molina. Este Don Juan está deconstruido, roto, anulado, la nueva posición de la mujer lo ha anulado. Esta es la propuesta de Bozon que además presenta posiblemente grandes aportaciones de Axelle Ropert.
Serge Bozon (1972) es un director, crítico de cine y actor francés. Inició su carrera de intérprete a mediados de los años 90, trabajando con reconocidos cineastas como Jean-Paul Civeyrac en Le Doux amour des hommes (El dulce amor del hombre, 2002). Paralelamente, se puso detrás de la cámara para su primera película L’Amitié (1998). Su largometraje La France (2007) ganó el premio Jean Vigo y fue seleccionado en la Quinzaine des réalisateurs del Festival de Cannes. Años más tarde, en 2017, Bozon presentó Madame Hyde que se inspira en su propia experiencia de trabajo como profesor. El resultado es un musical esplendoroso, con un Don Juan en retirada, desubicado y desconcertado. La película es musicalmente muy francesa en el sentido que se inició en Los Paraguas de Cherburgo.
En ella vemos como la posición de la mujer ha cambiado. Y vemos a un hombre, Laurent (Tahar Rahim), un actor que se obnubila con mujeres desconocidas y que se obsesiona sólo con una: la que le ha abandonado en el altar. Son ellas las que responden a sus envites. Varias son las claves de la película. Por un lado, ahora el amor y la seducción han cambioado de bando en esta adaptación libre y musical de la obra maestra de Molière, que ofrece una reinterpretación del mito del mujeriego. está en la mirada de él y la música que recorre toda la película.
Papel fundamental juega la música en ella con un Benjamin Esdraffo (1972) , crítico de cine y compositor francés que desde mediados de la década de 2000, se dedica a la música con composiciones para las películas de Bozon o de otros directores como el español Adolfo Arrieta. En la producción se encuentran Christophe Hollebeke como productor ejecutivo, Philippe Logie - asociado- y los productores Philippe Martin, Jean-Yves Roubin, David Thiony Cassandre Warnauts apoyadas por las compañías franco-belgas de Les Films Pelléas, Frakas Productions, Ciné@, Shelter Prod, Cofinova. En otras labores técnicas aparecen Sébastien Buchmann, François Quiqueré en la edición, Estelle Chailloux en el casting y en el diseño del vestuario Delphine Capossela.
Con respecto a lo último está el papel del padre, un hombre asexuado, un pianista que irá en paralelo a la historia de Julie y que ha perdido a su hija por culpa de un hombre. Le da otra dimensión a la masculinidad. Es un observador desde la distancia inicialmente, pero se implica emocionalmente conforme avanza la película. Es un músico, adulador de mujeres, que provocó en su hija el amor por la música y el detestar a los seductores. Y este señor es el canta y toca el piano, y lo hace bien pues se trata de Alain Chamfort que se hizo mundialmente famoso con la canción Manureva.
Vemos pues la historia de un hombre, Laurent (Tahar Rahim), un actor , un comediante de cierto renombre, que ha tenido un pasado por el que han pasado , según él, muchas mujeres, pero que se deslumbra ante las mismas, en ocasiones, cuando estas aparecen. Así que estando preparado en el Ayuntamiento para celebrar su boda con Julie ( Virginie Efira) ante unos cuantos invitados y con música de por medio decide asomarse a la ventana y que queda extasiado viendo a una chica. Esto que parece inofensivo es apreciado por la novia, una actriz, como la evidencia de que su matrimonio con él no va a llegar a ningún sitio dada su personalidad donjuanesca.
La no celebración del evento supone para él un mazazo ya que creía que estaba plenamente enamorado de esta mujer. A partir de este momento, el protagonista nos hace ver que la descubre a ella en todas las partes y en todas sus variaciones: de pelirroja, con el pelo negro liso, con pañuelo, con vestidos diversos, etc...Aparentemente, él se siente perdido, así que su amigo y representante o asesor le pide que marcha a Granville (Normandía) para que interprete un papel en la obra de Don Juan de Molière.
Se trata de una versión moderna de la obra clásica y que contará con actrices y actores inexpertos, pero también con gente de renombre como él. Pero la actriz, para la exigente directora (Jehnnie Beth) , no da la talla, así que es sustituida.
No obstante, vemos que en esos días iniciales de ensayo el actor sale y tiene encuentros en distintos espacios (en algún night club, en el puerto, etc...) con algunas mujeres, que siempre nos remiten al rostro de Julie.
En uno de esos encuentros un señor que está en un local, invita al actor. Habla con él. Le comenta que tuvo una hija, pero que ya no está con él. Su manera de ser generó su rechazo. Le encantaba oír a su padre tocar el piano, pero no entendía que engañara a su madre con otras mujeres. Este señor canta y el piano con acierto. Le dice que estuvo presente en el incidente con una chica en el puerto por un pañuelo. Desde ese momento los encuentros entre ambos son más corrientes.
Como los ensayos nos avanzan y la actriz que ha de interpretar a la protagonista femenina, Marina (Louise Ribiere) , una debutante que se bloquea y que le pide "ayuda" a Laurent para "relajarse" y tener más confianza, pero él, ante una conquista tan fácil se la niega. Así que es sustituida por otra actriz y la elegida no es otra que Julie , que ya ha olvidado lo ocurrido. Pero Laurent no la olvida así que lo intenta una, otra, y otra vez, hasta que la vuelve a conquistar.
Pero todavía ella no le ha explicado el motivo del abandono. Finalmente, ella se lo cuenta. Casi de inmediato se enteran de la historia en paralelo entre Julie, amante de la música cuyo padre había sido pianista de noche e infiel a su mujer. El señor le cuenta en privado a Laurent la historia de su hija y como esta fue engañada cuando creía haber encontrado el amor.
Vamos sabiendo que el pianista es el padre sufridor de una chica, que fue el que visualizó desde fuera toda la historia del pañuelo rojo, y la obsesión con su hija de los Don Juan, que intenta acercarse a éste y le pide que reconsidere su actitud, pero que finalmente abandona a su suerte, porque es superior el dolor por haber perdido a su hija (se intuye un suicidio a causa de Don Juan)por culpa de un hombre infiel, seductor, libertino, blasfemo, valiente e hipócrita.
Todo parece superado hasta que deciden volver a casarse. Van a la playa y disfrutan del trabajo y de la relación. Para celebrarlo van a un local para comer ostras. Mientras ella va al servicio y Laurent se queda en la mesa, ella descubre desde la distancia como él vuelve a quedarse petrificado delante de una chica. Ella ya es consciente de que sigue siendo ese Don Juan
Pero antes de celebrar su boda, han de ir a otra boda, la de su colega Naël (Damien Chapelle) con una chica. Tras desplazarse en coche al lugar de celebración , Julie le dice que se ha olvidado del discurso que ha de dar. Decide volver al hotel, mientras Laurent se queda en la fiesta. Vemos que él al igual que los invitados van bebiendo , pero Laurent va entendiendo que Julie lo ha vuelto a abandonar. La presencia del padre, ese hombre tranquilo, en la misma parece inquietarle pues le hace sentirse responsable de lo ocurrido con su hija y con otra mujeres. Laurent (Tahar Rahim) es abandonado una vez más por su prometida (Virginie Efira) en un día de su boda. Eso lo lleva a un abismo de desesperación; no solo por su supuesto amor hacia ella, sino también, lo remarca el propio personaje, por haber hecho el ridículo.
En la última, tras una elipsis, vemos como ha pasado el tiempo. Laurent ha abandonado el teatro y casi la necesidad de desear a alguien. Ella parece salir de un Hotel, puede ser ella...
Tras presentarse en la sección Première del Festival de Cannes de 2022. Luego comenzó la difusión de la misma.
Serge Bozon comentó sobre su film que “Con este Don Juan, queríamos presentar una figura de seducción no-conquistadora. La película cuestiona la idea del abandono. En pocas palabras, un Don Juan clásico se acuesta con todas las mujeres y ése es su triunfo. El nuestro no engaña y no triunfa. Su “Donjuanismo” reside únicamente en su forma de mirar a las mujeres, sin traiciones, conclusiones ni engaños. Todo se juega en la mirada".
Don Juan ha dejado de ser un hombre que seduce a todas las mujeres para convertirse en un hombre obsesionado por una sola mujer: la que le abandonó.
Rodada en la Place de la République de Saint-Ouen,en el Departamento de Seine-Saint-Denis, en Saint-Cloud en los Hauts-de-Seine, y en distintos puntos de Departamento de La Manche como en el Théâtre de l'Archipel - Place du Maréchal Foch, en Granville, Bricqueville-sur-Mer.
En cuanto a la crítica especializada ha oscilado entre el aplauso a la obra y la queja absoluta. Entre los primeros se encuentra Fabien Lemercier que en Cineuropa afirma "Serge Bozon y Axelle Ropert invierten totalmente las perspectivas tradicionales para crear una obra muy sofisticada, de múltiples niveles, caracterizada por una puesta en escena sublime y sustentada en dos artistas excepcionales"
El británico Allan Hunter en Screendaily señala que "Cualquier noción de farsa romántica astuta se ve pronto eclipsada por una crítica brutal a la masculinidad tóxica y a la concepción del gran amante. Los números musicales brindan un profundo análisis"
Ya en España han sido más críticos como ocurre en la columna de Elsa Fernández-Santos en El País al decir que es una "Interesante, delicada y por momentos desconcertante revisión del mito de Don Juan (...) un drama que lleva demasiado lejos su mirada tenue y deshilachada sobre el drama de las mentiras y trampas de la pasión amorosa"
Por su parte, Quim Casas en El Periódico sostuvo que "No es ni demasiado arriesgada ni convencional (...) Bozon parte de la mitología en torno al eterno seductor para ofrecer un retrato distinto y contemporáneo de la fragilidad de la seducción y del enamoramiento. (...)"
También en Barcelona Philipp Engel en La Vanguardia señala que "El problema del siempre audaz Serge Bozon es que complica demasiado lo que podría haber sido una película ligera, no por ello menos profunda, y dificulta su digestión. (...) "
Carlos F. Heredero en Caimán dice lo que más veces hemos leído sobre la película , de que se trata de la "Relectura posmoderna del Don Juan de Molière en clave supuestamente feminista y 'postMeToo' (...) la puesta en escena es desangelada y primaria a más no poder y el conjunto acaba naufragando de manera estrepitosa"
Oti Rodríguez Marchante en las páginas del ABC fue duro al afirmar que "Ofrece un estudio a medio cuajar del crepúsculo del personaje depredador mediante un guion con bizquera, en clave supuestamente feminista y con un desmedido riesgo al entrar en el género musical y en el territorio de lo pretencioso"
Los más generosos en sus críticas son Paula Arantzazu Ruiz en Cinemanía al decir que es "Un musical íntimo sobre un seductor a quien ya no aman. (...) " ; mientras que en Fotogramas Roger Salvans defiende que "Primeros planos eternos o tomas abiertas que no apelan, como el género manda, a la emoción, sino al intelecto. Una rompedora deconstrucción del mito y el género al mismo tiempo. (...).
Reconozco que a mi me ha gustado. Es muy francesa en el sentido mejor del término. Tiene un estilo inconfundible, Es coherente con su manera de plantear el cine. Técnicamente es muy afortunada. Es tan luminosa como oscura. Tan reconocible como extraña. Te enganchará más o menos, pero es una obra plena.
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