domingo, 28 de octubre de 2012

Primera lectura de la locura en su laberinto

Miradas desde el hueco de una puerta o la locura en su laberinto podría haber sido el nombre de la novela, pero Stephen King pensó en otra cosa.He intentado leer a Stephen King. Reconozco que su literatura no me va. No obstante, tengo claro que es uno de los fabuladores más grandes que hay en la literatura actual y soy capaz de reconocer su valía cuando sus obras han sido llevadas al cine o a la televisión. En ese caso me rindo ante el creador de este mundo de ficción paralela y grandiosa. 
Curiosamente ayer  sábado pude ver una de sus obras llevadas al cine por Frank Darabont y con parte del elenco que más tarde trabajará para él en The Walking Dead, aunque no era mi intención ni mi interés. Pero tras una ventana indiscreta me encontré en Cuatro con la versión cinematográfica de La Niebla.
Con todo yo iba a escribir sobre otra de sus obras llevadas al cine por otro de los grandes, en este aso Stanley Kubrick. Además creo que esta película cada vez que la veo me gusta más. Me proporciona, cada día que pasa, más placer, al igual que más espanto. La película del viernes noche fue “The Shinning” (“El resplandor”) la obra de Stephen King, al que, por cierto, no gustó nada el intento de Kubrick de mostrar con su narración visual lo que era la locura.
El resplandor es una película terror psicológico dirigido por el  Stanley Kubrick y que fue estrenada en 1980. Basado en la novela homónima del escritor Stephen King, la película cuenta cómo su protagonista empieza a sufrir inquietantes trastornos de personalidad a poco de llegar junto con su mujer y su hijo a un solitario hotel de Colorado en las Montañas Rocosas. Poco a poco, debido al aislamiento, al insomnio, a sus propios fantasmas interiores y a la influencia maléfica del lugar, se verá inmerso en una espiral de violencia contra su mujer y su hijo, que a su vez parecen víctimas de espantosos fenómenos sobrenaturales.
Si bien su estreno fue acogido con frialdad por la crítica, El resplandor ha ido ganando adeptos con el tiempo. Como en otras películas del cineasta estadounidense, tras la línea dramática principal se esconden innumerables representaciones simbólicas, indicios subliminales, crítica sociohistórica e indagaciones de índole psicológica en torno a la naturaleza humana y el mal.
La producción de está película recayó en un abanico de personas en las que estaban, además del director, Robert Fryer, Jan Harlan, Mary Lea Johnson y Martin Richards para la Warner Bros. Pictures, participando igualmente Hawk Films  y el grupo Peregrine. La cantidad invertida alcanzó los 12 millones dólares, aunque la película obtuvo en taquilla unos interesantes ingresos cercanos a los 95 millones de dólares. 
La obra lógicamente es creador del escritor nacido en Maine, pero en este caso el guión fue transformado por Stanley Kubrick  y Diane Johnson. La música, de extraordinaria importancia en la película, es de  Wendy Carlos y  Rachel Elkind, y desde los títulos de crédito con la subida por la carretera de montaña ya impresiona. 
La fotografía fue de John Alcott y uso en la película conjuntamente con el director el sistema de rodaje llamado "Steady-cames decir, una cámara incorporada a un arnés que permite rodar escenas de largo recorrido físico y que impide que la cámara sufra movimientos extraños.

El rodaje de la película duró mucho porque la preproducción y construcción de decorado demoró la cosa más de un año, no por las obsesivas repeticiones del director, que filmó relativamente rápido.
La versión que he visto es la llamada internacional con 114 minutos de metraje, muchas más corta que las versiones americanas (144) y japonesa (146 minutos). Esa es la razón por lo que he escuchado la versión doblada al castellano más chirriante de la historia del cine español. 
Y es que era conocida la afición de Stanley Kubrick de implicarse en todos los aspectos de la producción, del rodaje, de la distribución y hasta la proyección de sus películas.  Cuando en 1980 Stanley Kubrick termina la película y comienza su distribución. Kubrick había ya conseguido el raro privilegio de poder elegir a literatos o filólogos de prestigio para que tradujeran sus diálogos a otros idiomas (español, francés, italiano, alemán…)

En España el encargado de la traducción fue Vicente Molina Foix. Igualmente buscaba directores de cine respetados para los doblajes. En nuestro país el elegido fue Carlos Saura. Pero el espíritu controlador de  Kubrick era tal que le tenían que mandar las pruebas de voz de diferentes actores para elegir la más parecida. El problema es que Kubrick no sabía español y solo oía el tono. Y en función de los tonos y timbres de los actores originales eligió dos voces: la de Verónica Forqué para Wendy Torrance por su parecido evidente con la de Shelley Duvall; y la del actor Joaquín Hinojosa para doblar a Nicholson. En el caso de Scatman Crothers la que le sonó más parecida fue la del locutor de radio Rafael Taibo. Las voces del niño,  Danny, los hizo una señora. Eso no era nuevo pues en la magistral Barry Lyndon había utilizado a José Luis López Vázquez como narrador.
Los protagonistas en la película son Jack Nicholson como Jack Torrance, Shelley Duvall (Wendy Torrance), el niño Danny Lloyd (Danny Torrance), Scatman Crothers (el jefe de cocinas Dick Hallorann), Barry Nelson ( Stuart Ullman), Philip Stone (Delbert Grady) Lisa y Louise Burns como las hijas de Grady y, Joe Turkel (Lloyd). Y en la versión norteamericana salen igualmente Anne Jackson (doctora) y Tony Burton (Larry Durkin)

La película comienza con la subida del coche de Jack Torrance (Jack Nicholson) y su llegada al Hotel Overlöok para una entrevista de trabajo como guardia de invierno, con el ánimo de utilizar la soledad del hotel para escribir un libro. El hotel en sí mismo está construido sobre un antiguo cementerio indio y queda completamente aislado por la nieve durante los largos inviernos.

El manager del hotel Stuart Ullman (Barry Nelson) advierte a Jack, que viene desde Denver, que el antiguo guarda sufrió de claustrofobia y mató a toda su familia antes de suicidarse. El hijo de Jack, Danny (Danny Lloyd), que tiene un amigo imaginario y una percepción extrasensorial y tiene premoniciones horripilantes sobre el hotel. La mujer de Jack, Wendy (Shelley Duvall), recibe al poco de avisarle su hijo la llamada de Jack para comunicarle que lo han contratado.
La familia llega al hotel el día del cierre al público y los encargados les muestran brevemente el complejo. El cocinero afro-americano Dick Hallorann (Scatman Crothers) sorprende a Danny mediante telepatía ofreciéndole helado. Dick le explica a Danny que él y su abuela compartían esta habilidad telepática, que él llama "el resplandor". Danny pregunta si hay algo de lo que deba temer en el hotel, especialmente sobre la habitación 237. Hallorann le dice a Danny que el hotel en sí tiene resplandor y que guarda muchas historias, de las cuales no todas son buenas. Finalmente le pide a Danny que no entre en la habitación 237 y que si tiene algún problema que contacte con él..
Pasa un mes; mientras el niño recorre con un coche el interior del hotel, el proyecto literario de Jack no va a ninguna parte. Más tarde, Danny y Wendy exploran el laberinto de arbustos que hay en el patio del hotel. Wendy comienza a preocuparse sobre las líneas telefónicas puesto que muchas de ellas dejan de funcionar debido a la fuerte nevada. Por su parte, Danny continúa con más visiones terroríficas sobre las niñas asesinadas por el anterior guarda.
Jack, cada vez más frustrado e insomne, comienza a actuar de forma extraña y cada vez más violenta.
La curiosidad de Danny sobre la habitación 237 aumenta cuando ve la puerta de la habitación abierta. Después, aparece con heridas en el cuello y visiblemente traumatizado, lo que hace que Wendy acuse a Jack de haber maltratado a Danny. Jack deambula hasta llegar al salón del hotel donde se encuentra a un camarero fantasma llamado Lloyd (Joe Turkel). Lloyd le sirve bourbon mientras Jack se queja sobre su matrimonio.
Wendy más tarde le dice a Jack que Danny le ha dicho que una mujer loca en una de las habitaciones ha sido la responsable de las heridas. Jack entra en la habitación 237 y ve a una joven muy atractiva bañándose. La mujer sale de la bañera y comienza a besar a Jack apasionadamente. Cuando Jack mira el espejo por sobre su hombro, ve que ella ha cambiado a una horrible mujer en descomposición. A pesar de todo le dice a Wendy que no había visto nada. Wendy y Jack discuten sobre si deberían sacar a Danny fuera del hotel, y Jack enfadado vuelve al salón, ahora lleno de fantasmas que disfrutan de una fiesta de disfraces. Aquí es cuando conoce al fantasma del antiguo guarda, Grady (Philip Stone), que dice a Jack que debe corregir a su mujer y a su hijo.
Mientras tanto, en Florida, Hallorann tiene una premonición de que algo va mal en el hotel y toma un vuelo hacia Colorado para investigar. Danny comienza a decir "redrum" hasta que entra en trance, y vuelve a hablar con su amigo imaginario "Tony."
Mientras busca a Jack, Wendy descubre los trabajos de Jack para su libro; cuando lo lee descubre que ha estado escribiendo a máquina sin parar hojas y hojas con la misma frase: “No por mucho madrugar amanece más temprano” en su versión española, o "All work and no play makes Jack a dull boy" ("Todo trabajo y nada de ocio hace de Jack un tipo aburrido" en su versión americana) con distintos formatos y estilos. En ese momento se enfrenta a Jack, que la amenaza hasta que ella le golpea con un bate y él cae por una escalera quedando inconsciente. Ella consigue llevar el cuerpo hasta la cocina y encerrarle en la despensa, pero esto no hace que consiga resolver su gran problema; ella y su hijo están atrapados porque Jack había saboteado la radio del hotel y el vehículo para moverse sobre la nieve. Después, Jack habla a través de la puerta de la despensa con Grady, que desbloquea la puerta, liberándole.
Danny escribe "REDЯUM" con lápiz de labios en la puerta del baño, mientras lo repite en voz alta. Cuando Wendy se despierta mira a través del espejo donde observa las letras "MURDEЯ" (ASESINATO). Jack comienza a golpear la puerta de la habitación con un hacha. Wendy asustada consigue encerrarse en el baño y sacar a Danny a través de la ventana del baño, pero no consigue salir a través de ella. Jack comienza a golpear la puerta del baño mientras Wendy grita de pánico; Jack se asoma entre el agujero que ha hecho, gritando "¡Aquí está Jack!"; es entonces cuando, al intentar Jack abrir la puerta, Wendy le clava el cuchillo en la mano.
En ese momento Jack escucha el sonido del vehículo de nieve, que Hallorann había pedido prestado para llegar hasta la casa, y abandona la habitación. Jack mata a Hallorann en la entrada con el hacha y comienza una persecución tras Danny que les lleva hasta el laberinto de arbustos. Wendy corre al ver que Jack ya no está en la puerta y se encuentra con varios fantasmas y con una gran cascada de sangre. Mientras tanto, Danny camina hacia atrás sobre sus huellas y deja un rastro que no lleva a ningún sitio, mientras tapa las huellas que deja hasta una esquina donde se esconde. Jack, que había estado siguiendo las huellas, vuelve hacia atrás y en ese momento Danny aprovecha para salir del laberinto y junto con su madre toman el vehículo de nieve de Hallorann, mientras Jack muere congelado en el laberinto de arbustos.
Al final de la película vemos una fotografía colgada dentro del hotel, con fecha del 4 de julio de 1921, en la que Jack Torrance sonríe rodeado de una gran multitud que parece disfrutar de una fiesta.
Para la elección de actores Kubrick barajó varios nombres para el papel principal, entre ellos los de Robert de Niro y Robin Williams. Al primero lo descartó tras verle en Taxi driver porque le parecía demasiado histriónico para el papel; al segundo, después de verle en Mork & Mindy, por ser demasiado poco expresivo. También pensó darle el papel a Harrison Ford.
Stephen King, por su parte, renegaba de Nicholson porque pensaba que, como este había rodado Alguien voló sobre el nido del cuco, el espectador tendería a considerarlo un individuo inestable desde el principio; por ello, King prefería para el pape, a Jon Voight o a Martin Sheen, que representarían más fielmente el perfil de individuo corriente que se ve abocado gradualmente hacia la locura. En cualquier caso, desde el principio al escritor se le dijo que el actor para el papel principal «no era negociable». De cualquier manera esta película no hubiese sido igual sin Nicholson.
Aunque en un principio Jack Nicholson sugirió que Jessica Lange encajaría mejor en la personalidad de la Wendy de Stephen King, Shelley Duvall supo muy pronto que ella era la elegida para el papel. A diferencia del personaje de la novela, la Wendy del film tendría una personalidad vulnerable, débil de carácter y sumisa hacia su marido. Kubrick quería resaltar con más crudeza el machismo como una de las manifestaciones de las relaciones de poder amo-criado. Para labrar ese carácter y darle más credibilidad, a lo largo del rodaje el director la presionó hasta el límite, llegando incluso a humillarla y vilipendiarla ante todos sus compañeros. Se dice que la escena en que armada con el bate de béisbol retrocede por la escalera ante el ataque de su marido (una de las secuencias que más tomas ha exigido nunca por parte de un director de cine), no estaba representando a una mujer aterrada; Shelley estaba, literalmente, aterrada.[
Para el papel de Danny Torrance El primer candidato del director para representar el papel de hijo de los Torrance fue Cary Guffey (Encuentros en la tercera fase), pero los padres del joven actor lo impidieron aduciendo que era una película demasiado truculenta para un niño. En la búsqueda de candidatos fueron entrevistados unos cinco mil niños a lo largo de seis meses. Las pruebas, coordinadas por el asistente de Kubrick Leon Vitali (el actor que había representado el papel de lord Bullingdon en Barry Lyndon), tuvieron lugar en Chicago, Denver y Cincinnati, ya que Kubrick quería que el acento del candidato estuviera «a medio camino» entre el de Jack Nicholson y el de Shelley Duvall. Durante el rodaje, el pequeño actor fue protegido de manera especial por Kubrick; de hecho, el niño creyó en todo momento que estaba rodando un drama, no una película de terror. Tras su papel en el film de 1982 Will: the autobiography of G.Gordon Liddy, Danny Lloyd abandonó su carrera como actor.
En la decisión de elegir para el papel de Dick Halloran a Scatman Crothers fue determinante la recomendación de Nicholson, que había compartido con él reparto en Alguien voló sobre el nido del cuco. Para Lia Beldam (joven de la bañera) y Billie Gibson (anciana de la bañera), ésta fue la única película en que intervinieron. Tampoco las hermanas gemelas Lisa Burns y Louise Burns volvieron a intervenir en ninguna película. Lisa y Louise son gemelas idénticas; sin embargo, tanto en el libro como en el guión, son simplemente hermanas; en la entrevista inicial de la película, Mr. Ullmann comenta que sus edades son de «entre ocho y diez años». Barry Dennen tiene un papel muy limitado (y en la versión corta, sin diálogos) como ayudante del señor Ullman. El invitado que, con una enorme brecha en la cabeza, brinda diciendo «Una bonita fiesta, ¿verdad?» es Norman Gay, editor en la película de El exorcista.
Existen dos versiones comerciales oficiales de El resplandor: la que se estrenó en Estados Unidos (versión USA) y una segunda, más corta, que se distribuyó unos meses después al resto del mundo (versión internacional). La película se proyectó por primera vez al público el 23 de mayo de 1980: fue un estreno restringido, muy al uso en aquella época, ya que solo se exhibió en medio centenar de salas de Nueva York y de Los Ángeles. Apenas unos días después, el director y la Warner pidieron a los exhibidores que cortaran una escena del final (la escena del hospital) y devolvieran a la distribuidora el celuloide sobrante. Tras ser eliminada físicamente también de cada una de las copias almacenadas y de los negativos, el 13 de junio se produjo el lanzamiento para el resto de Estados Unidos. Unos meses más tarde, con vistas a la explotación internacional, Kubrick volvió a recortar el metraje, esta vez en unos 30 minutos. Aunque la productora justificaba los cortes por una acogida inicial por debajo de lo esperado, es posible que el motivo real fuera el deseo del director de reorientar la narración hacia una vertiente más abstracta. Para ello decidió minimizar la influencia en la trama de cuatro factores que tanto en el libro como en la versión larga jugaban un papel más determinante: el hotel como entidad maléfica en sí misma, el mundo exterior, el alcoholismo del protagonista y el amigo imaginario del niño.
Esta versión se estrenó el 26 de septiembre de ese año en España. Los problemas de ritmo que también argumentó el director para justificar el nuevo montaje «resultan simple y llanamente incomprensibles», ya que las escenas suprimidas «enriquecían mucho más un film de múltiples lecturas, que hacía hincapié sobre el personaje de Danny y desvelaba matices ocultos en torno a la relación de este con su padre».
Las dos tienen, la americana y la internacional, tienen el estatus de «corte del director» «puesto que fue él mismo quien decidió los cortes de cada una.» Del mismo modo, para Movie-Censorship.com, «las dos contaban con la bendición del realizador»; de hecho, en el curso de un proceso de remasterización para una nueva reedición en DVD, la Warner volvió a lanzar la versión larga en Estados Unidos y la corta en el resto del mundo. En cambio, en la Internet Movie Database (IMDb) se insiste en que Kubrick prefería el montaje para Europa, si bien «la versión larga está más difundida hoy día».
La fría acogida de los primeros pases en Estados Unidos acabó de decidir al realizador para suprimir una escena que se desarrollaba a modo de epílogo justo tras el desenlace del laberinto nevado y antes de la misteriosa secuencia final de la fotografía de los años veinte. En dicha escena, Wendy, convaleciente en una habitación de hospital, recibe la visita del administrador, quien le comunica que los investigadores no han encontrado el cadáver de su marido ni tampoco el del cocinero. Tal revelación suponía un giro narrativo arriesgado, puesto que venía a proponer nuevas conjeturas sobre todo lo ocurrido dentro de los muros del Overlook en los meses anteriores.
La decisión del director de eliminar esa escena fue controvertida. El consenso general entre los que vieron los primeros pases era que la película quedaba mejor sin ella porque mantenerla suponía debilitar la amenaza del Overlook sobre la familia y reintroducía en el conflicto a Ullman, que apenas había tenido protagonismo en la historia. La coguionista Diane Johnson reveló que Kubrick sentía desde el principio cierta «compasión» por el destino final de Wendy y del pequeño Danny, y en ese sentido la escena del hospital daría cierta sensación de vuelta a la normalidad. Johnson, en cambio, era partidaria de un desenlace más trágico: llegó a proponer incluso la muerte de Danny Torrance; el caso es que el propio director siempre albergó ciertas reticencias respecto a la escena, hasta que finalmente decidió que era oscura y confusa, y que la película funcionaba mejor sin ella. Tal vez la «oscuridad» a la que alude Kubrick apunte a un posible paralelismo entre la desaparición de los cadáveres de Jack y Halloran y la tragedia del Donner Party mencionada al principio
No faltaron, sin embargo, voces en contra de tal supresión. Para la actriz principal, Shelley Duvall, «Kubrick se equivocó, porque la escena explicaba algunas cosas importantes, como la importancia de la pelota amarilla y el papel que el director del hotel desempeña en la intriga».
Desde un punto de vista retrospectivo, algunos espectadores se han planteado alguna incógnita tras conocer los debates internos del equipo durante el montaje del film sobre la conveniencia de incluirla o no. Sea como fuere, reflexionan, la escena estuvo desde el principio en el guión, de manera que la doble personalidad del personaje de Stuart Ullman estaba ya de algún modo presente en el carácter que Kubrick quería imprimirle en sus intervenciones al principio de la película, en las entrevistas y la visita guiada: mientras se rodaba la película, él, Ullman, ya «lo sabía todo» sobre el Overlook y, sin embargo, bajo su apariencia de anfitrión de modales exquisitos, premeditadamente se lo estaba ocultando a los futuros inquilinos.
Sobre la modificación de la escritura de Jacck tienen que ver que sólo hay cuatro países en Europa que sistematicen el doblaje: Italia, Alemania, Francia y España y que la frase  All work and no play makes Jack a dull boy” que el protagonista mecanografía maniáticamente tiene también cuatro versiones con refranes. En alemán sería ”no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, en francés, una especie de “Más vale pájaro en mano que ciento volando”, en italiano ”La mañana trae oro en la boca” y en español el conocido “No por mucho madrugar amanece más temprano”.
Las críticas negativas que recibió inicialmente la película le hicieron “merecedora” de dos nominaciones a los premios Razzie, o anti-Óscar: el de Peor Actriz Principal y el de Peor Director; finalmente, ni Duvall ni Kubrick “consiguieron” el premio.
También optó a los premios Saturn en los apartados de Mejor Director, Mejor Actor Secundario (Scatman Crothers), Mejor Película de Terror y Mejor Banda Sonora (Wendy Carlos y Rachel Elkind); sólo Crothers se llevó el galardón en su apartado.
En cuanto a los Óscar, después de haber concurrido como Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guión con Barry Lyndon, pero El resplandor resultó ser la primera película de Kubrick que ni siquiera fue nominada en apartado alguno.[
Como curiosidad señalar que "El resplandor"  hizo popular la steadicam (estabilizador de cámara), inventada por Garrett Brown, y que supuso una gran revolución en la industria cinematográfica. Gracias a la steadi de Garrett Brown se pudieron rodar los trávellings del pasillo del hotel o la escena de persecución en el laberinto. Garrett obtuvo un Premio Oscar en 1978 por su contribución a la técnica cinematográfica.

De la famosa escena del río de sangre cayendo desde las puertas del ascensor (conocida como The river of Blood) se puede ver un extraño objeto que cae junto a la sangre y que queda en la entrada del ascensor, mientras que la sangre sigue cayendo e inundando el lugar. Se ha llegado a varias explicaciones: podría tratarse de un cuerpo o de una persona que justo al salir del ascensor cae debido a la sangre (ésta última es poco probable). Solo se sabe que el equipo de Stanley Kubrick filmó dicha escena reiteradas veces y aquel objeto podría haber sido colocado allí intencionadamente. Además, se desconoce qué representa exactamente aquella escena de las puertas del ascensor; aunque podría representar la cara de Danny gritando (ya que se lo puede ver gritando cuando tiene la visión del ascensor).

La escena final del film (la escena del cuadro) deja algunas dudas sobre el significado de ver al protagonista, Jack, en el cuadro. Stanley Kubrick declaró que esa persona en el cuadro no es Jack, sino su antepasado.
Los Simpson también hacen una parodia de la película en un capítulo de "Noche de brujas" llamado El resplandior (según ellos, para no pagar derechos de autor).
En una encuesta hecha en Inglaterra, El resplandor fue elegida como la segunda película más aterradora de todos los tiempos, detrás de El exorcista.
Y es que Kubrick se propuso rodar la esquizofrenia, y lo logró a través de un relato cinematográfico basado en una narración inquietante y angustiosa. El poder de la imagen del maestro neoyorquino consiguió, además de una atmósfera opresiva, algunas de las escenas más impactantes del cine de terror de las últimas décadas. El mérito es aún mayor cuando, a diferencia de lo habitual en el género, el director no se refugia en la oscuridad para provocar miedo o tensión, sino en algo  tan aparentemente inocuo como  un niño montado en un triciclo, paseando por los pasillos de un hotel, o el golpear de una pelota sobre la pared de un hotel deshabitado o el sonido de una máquina de escribir.  Kubrick refleja la mente humana como el laberinto, ese entramado complejo y retorcido, que vemos en la película. Todo ello arropado en la luz y el sonido, o con un travelling a ras de suelo desde el triciclo y todo ello en un hotel incomunicado, con un asesino desquiciado que no sabe distinguir entre lo real y lo onírico, y un niño enigmático con poderes telepáticos.

Para siempre quedarán los angustiosos paseos en triciclo por los interminables pasillos del hotel Overlook, Jack Torrance asomando la cabeza por la puerta rota del cuarto del baño o persiguiendo a su hijo por el laberinto ; la habitación 237 ; y como no ese REDRUM como inversión de asesinato (Murder).

Por último señalar que hace unos años pude ver la miniserie televisiva del mismo nombre adaptada por el director Mick Garris bajo la mirada cuidadosa de su creador  y en los que participaban Steven Weber, Rebecca De Mornay, Courtland Mead, Wil Horneff y Melvin Van Peebles posiblemente más fiel a la novela, pero menos grandiosa y terrible que la de Kubrick. Y es que lo que hizo Kubrick fue una obra grande.

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