Tuvo
que ser en la primavera de 1983, posiblemente en mayo, cuando un grupo
de cuatro amigos fuimos a casa de Toledano - que vivía cerca del cine
Isabel La Católica-
con el fin de ver un video en su reproductor Beta. Para nosotros era lo
más, pues videos haberlos los podía haber, pero no estaban a nuestro
alcance. Nuestra intención realmente era ver un partido de baloncesto,
pero la película atrajo nuestra atención, más por morbo que por otra
cosa. La película que eligió fue El exorcista y los cinco “tiarracos”
que rondábamos los 18 años
salimos dos horas más tarde con el miedo en el cuerpo. Y es que ver El
exorcista en los 70 o en los 80 era ver cine de terror de verdad.
El exorcista (The Exorcist) es una película de terror norteamericana de 1973 dirigida por el realizador William Friedkin, sobre un guión escrito por William Peter Blatty basado en la novela homónima del propio Blatty, publicada el año anterior, 1972, y que solo en los Estados Unidos llegó a vender cerca de trece millones de ejemplares. El propio William Peter Blatty participó en esta producción para a Warner Bros. Pictures en su calidad de productora y distribuidora.
La música fue una labor compartida entre Jack
Nitzsche, Steve Boeddeker, Krzysztof Penderecki y, sobre todo, por Mike
Oldfield, quien se llevó la palma y popularizó sus Tubular Bells. Papel
importante fue igualmente en la película la del sonido que fue asumido
por Gonzalo Gavira. La fotografía estuvo controlada por Owen Roizman.
Estuvo
protagonizada por Linda Blair (Rean) , Max von Sydow (Padre Merrin),
Ellen Burstyn (Chris MacNeil , la madre de Regan) , Jason Miller (Padre
Karras), Lee J. Cobb (investigador policial), Kitty Winn, Jack MacGowran
(el director de cine) y William O'Malley.
La cinta es una adaptación de la novela de William Peter Blatty y relata los fatídicos hechos de la posesión diabólica de Rean MacNeil, una niña de doce años, y del exorcismo al que más tarde fue sometida. Está inspirada
en un exorcismo real ocurrido en Washington en 1949. Y es seguramente
la película de terror más popular de todos los tiempos.
Su
estreno en la década del 70 provocó una abrumadora aceptación por parte
del público y también de la crítica, que terminaron considerándola como
una de las mejores películas en la historia de su género. Además de su
aceptación, la película obtuvo un total de diez nominaciones para los Premios
Oscar del año 1973 , incluyendo Mejor Película, Mejor Director (William
Friedkin), Mejor Actriz (Ellen Burstyn) Mejor Actor de Reparto (Jason
Miller), Mejor Actriz de Reparto (Linda Blair), Mejor Fotografía (Owen
Roizman), Mejor Dirección Artística (Bill Malley, Jerry Wunderlich),
Mejor Montaje (Jordan Leondopoulos, Bud Smith, Evan Lottman y Norman
Gay), de los cuales logró llevarse finalmente dos - Mejor Guión Adaptado (William Peter Blatty) y Mejor Sonido (Robert Knudson y Chris Newman)- , y siete nominaciones para los Globos de Oro de
1974 - Mejor Actriz – Drama (Ellen Burstyn), Mejor Actor de Reparto
(Max von Sydow), y nueva Estrella del año – Actriz (Linda Blair)-
ganando en cuatro secciones - Mejor Película – Drama, Mejor Director (William Friedkin) Mejor Actriz de Reparto (Linda Blair) y Mejor Guión (William Peter Blatty) -. Obtuvo cuatro premios Saturn (guión, maquillaje – Dick Smith- y efectos especiales), incluyendo el Premio Saturn a la Mejor película de terror.
El exorcista ha sido una de las pocas películas del cine de terror en
lograr excelente acogida de crítica y de público, hasta el extremo de
convertirse en un clásico de la cinematografía mundial y en un fenómeno
cultural. Su éxito se le atribuyó a la austeridad y al realismo de la
historia. La cinta planteó la dicotomía entre ciencia y laicismo
contemporáneo por un lado, y formas de creencia y religiosidad
aparentemente superadas en el siglo XX. En palabras de su director: «Es una parábola del cristianismo, de la eterna lucha entre el bien y el mal».
Radio Nacional de España (RNE)
presentó el 30 de junio de 2010 una adaptación radiofónica de 'El
exorcista' protagonizada y grabada en directo cara al público desde el
Centro Cultural La Casa Encendida de Madrid, y emitida en Radio Nacional el 4 de julio del mismo año.
Blatty,
el autor de la novela, explicó que la historia tuvo su inspiración en
hechos verídicos en los cuales trabajó cuando él aún era estudiante
universitario, acerca de informes sobre un exorcismo real ocurrido en la
localidad de Mount Rainier, Washington,
en el año 1949, y que fuera informado por The Washington Post. En el
caso, la persona poseída era un niño de catorce años de edad llamado Robbie Mannheim, que sufrió alteraciones en su personalidad, por lo cual, se le practicaron varios exorcismos en un lapso de tres meses.
La
película comienza en una excavación arqueológica en Al-Hadar cerca de
Nínive, al Norte de Irak, en donde un arqueólogo, el jesuita padre
Lankester Merrin (Max von Sydow), visita un sitio donde una pequeña
piedra que se asemeja a una mueca y que puede representar la criatura
bestial del mal. Merrin viaja hacia adelante para encontrar la extraña
estatua de Pazuzu, que tiene una cabeza similar a la que había
encontrado anteriormente.
Mientras tanto, el padre Damien Karras (Jason Miller), un joven sacerdote en la Universidad
de Georgetown, en Washington D.C. empieza a dudar de su fe, mientras
que hace frente a la enfermedad terminal de su madre. Igualmente Chris
MacNeil (Ellen Burstyn), una actriz de Los Ángeles que está rodando en
Georgetown, nota cambios dramáticos y peligrosos en el comportamiento de
su hija de 12 años, Regan MacNeil (Linda Blair) tras llevar una
temporada escuchando extraños ruidos en la buhardilla. Una noche,
mientras celebra una fiesta, la niña se presenta en el salón y anuncia
la muerte de uno de los presentes y se orina allí mismo.
Regan,
al poco tiempo sufre convulsiones y, a continuación, muestra poderes
sobrenaturales como la levitación y una gran fuerza. Regan maldice en
una voz masculina demoníaca. Su madre, inicialmente cree que los cambios
están relacionados con la pubertad, pero los médicos sospechan que es
una lesión en el cerebro. Regan soporta una serie de desagradables
pruebas médicas.
Cuando
los rayos X no muestran nada fuera de lo común, un médico informa que
Regan tiene que ser llevada a un psiquiatra. Sucesos paranormales
continúan, incluyendo la cama de Regan, sacudiendo violentamente, ruidos
extraños, y los movimientos inexplicables. La muerte del director de la
película que estaba al cuidado de la chica lleva al investigador
policial hasta la casa de los MacNeil. No puede demostrar nada, pero la
madre y el investigador sospechan del lugar del asesinato y de la
posible participación de Regan.
Cuando
todas las explicaciones médicas se han agotado, un médico le recomienda
un exorcismo, lo que sugiere que si se presentan síntomas de Regan son
el resultado psicosomática de una creencia en la posesión demoníaca,
entonces tal vez un exorcismo tendría el efecto de acabar con ellos. En
su desesperación, Chris consulta al padre Karras, ya que es a la vez un
sacerdote y un psiquiatra.
Durante
un período en el que el padre Karras observa a Regan, que se refiere
constantemente a sí misma como el diablo, Karras inicialmente cree que
ella sufre de psicosis, hasta que la registra de hablando en un idioma
extraño que resulta ser inglés hablado al revés. A pesar de sus dudas,
Karras decide solicitar el permiso de la Iglesia para llevar a cabo un exorcismo.
El
padre Merrin, un exorcista con experiencia y mala salud pues se ha
enfrentado a un exorcismo en África, es llamado a Washington para
ayudar. Él y el padre Karras tratan de expulsar el espíritu del cuerpo
de Regan.
El
demonio se burla de los sacerdotes, los amenaza y los agrede, tanto
física como verbalmente (incluyendo el demonio con la voz de la madre de
Karras) hasta que Merrin sufre un ataque al corazón. Karras intenta
realizar la reanimación cardiopulmonar sin éxito, mientras Regan ríe.
Tras
esto y con una furia incontrolable, Karras se abalanza sobre ella,
retando al demonio a salir del cuerpo de Regan y entrar en el suyo.
El demonio lo hace, tras lo cual el sacerdote se arroja por la ventana del dormitorio de Regan y cae por unas escaleras.
Con
el padre Karras agonizando en el suelo, un devastado Padre Dyer
(William O'Malley) administra los últimos sacramentos. Regan se recupera
y no parece recordar su terrible experiencia. Chris y Regan parten de
Georgetown, dejando atrás su terrible trauma.
La
película originó una serie de secuelas de calidad irregular y
convirtió, desde entonces, al niño con poderes malignos en motivo
referente del cine de terror.
En 1977 se estrenó Exorcista II: El Hereje bajo la dirección de John Boorman. Richard Burton encarnó
al padre Lamont, quien investiga los traumas psicológicos que aquejan a
la ahora adolescente Regan tras el exorcismo al que fue sometida en la
primera parte de la saga. A pesar del llamativo reparto, que incluía a
James Earl Jones, Max von Sydow y Paul Henreid , no cumplió las
expectativas creadas, en parte por alejarse del terror absoluto de la
primera entrega y por su confuso guión.
En 1990 apareció El exorcista III dirigido por el escritor William Peter Blatty, basándose ésta vez en su novela Legión. La trama abordó la historia del padre Dyer y el teniente Kinderman, y el reencuentro con quien creían muerto: el padre Karras.
En el 2004 se estrenó Exorcista: El comienzo,
precuela dirigida por Renny Harlin. La trama se situó en África y
abordó el primer encuentro que tuvo el padre Merrin con el mal tras
descubrir los restos de una iglesia bizantina en Kenia.
Y el 2005 apareció otra película que ignoró la precuela de director Renny Arlin y a cambio ofreció un guión completamente nuevo, que Blatty aceptó.
En 2000 la Warner Bros. Pictures reestrenó
la película bajo la moda de realizar nuevos montajes con escenas no
incluidas en la versión original. En este caso, las escenas no aportaban
cambios significativos al desarrollo del filme, cuyo reestreno se
publicitó como la edición del realizador y bajo el tagline: El exorcista: con escenas nunca vistas.
Las nuevas escenas incluían las primeras visitas de la niña al
hospital, una famosa escena en la que Regan baja desde las escaleras de
su casa andando a cuatro patas con su espalda virada, otra en la que los
sacerdotes Karras y Merrin conversan en la escalera de la casa de la
familia MacNeill y una última que cambia el final con una especie de
epílogo en el que el teniente de policía Kinderman conversa con el padre
Dyer sobre la dualidad del bien y del mal. Esta fue la versión que poco
tiempo después presentó televisión española en la Película
del domingo años atrás, siendo esta la segunda vez que vi la película.
Para las escenas incluidas se tuvo que rehacer el doblaje en español
partiendo de cero, por lo que hay grandes diferencias de pronunciación.
Además se gastó cerca de 1.000.000 de dólares U$D para arreglar y
mejorar la calidad de imagen y sonido para la ocasión.
Durante el rodaje una serie de acontecimientos extraños ocurrieron como por ejemplo se incendió
uno de los sets de producción, lo que provocó el retraso de la
filmación por seis semanas, se velaron rollos sin razón aparente y una
serie de accidentes laborales involucraron a distintos técnicos del
rodaje. Tanto antes como poco tiempo después del estreno de la película
fallecieron varios familiares de los actores y también el actor irlandés
Jack MacGowran tras filmar
la muerte de su personaje en el filme. El director Friedkin llamó
incluso a un sacerdote para que diera su bendición a todo el equipo de
producción del filme.
Personas afines a círculos satánicos presionaron al realizador para que abandonara el proyecto e incluso, la Iglesia católica reprobó algunos pasajes del guión por su tono blasfemo.
En
el estreno, numerosos espectadores sufrieron ataques de nervios y los
propietarios de las salas de exhibición decidieron, como reclamo
publicitario, apostar a las puertas ambulancias con camillas y
enfermeros para atender a los eventuales espectadores desmayados.
Roger Ebert, este Pope cinematográfico escribió en el Chicago Sun-Times
calificó a la película con cuatro estrellas (su máximo de puntuación) y
expresó: "El Exorcista es una de las mejores películas de su tipo jamás
hechas, no sólo trasciende el género de terror, de horror y de lo
sobrenatural, sino que los trasciende con esfuerzos serios y ambiciosos,
en la misma dirección que La semilla del diablo ( Rosemary´s Baby de Roam Polanski). Añadió igualmente que "Si
las películas son, entre otras cosas, oportunidades para evadirse,
entonces 'El exorcista' es una de las más poderosas que se hayan hecho
nunca (...).
El
eje de "el exorcista" está en la estudiada y perfecta transformación de
Regan, en su cada vez progresiva degradación. Regan pasa de la
inocencia más virginal hasta convertirse en un desecho humano, un ser
diabólico putrefacto y malhablado. Cada vez que la cámara penetra en la
habitación corrupta de la niña podemos oler y percibir el miedo. Los
tonos fríos, el vaho en las bocanadas de los "intrusos", todo en la
estupenda dirección artística está cuidado hasta el detalle para
provocar un malestar que se prolonga desde el primer minuto.
Una
clave importante se halla en la metáfora de la puerta de la habitación
de la niña. Es la madre que corre cuando ella grita desesperada y debe
subir escaleras arriba, correr y abrir al final del pasillo aquella
puerta que lleva a un mundo de tinieblas, de oscuridad agonizante; pero
que debe hacerlo porque su instinto de amor materno, de amor humano al
fin y al cabo se lo impone. Es lo que a Karras le atormenta con respecto
al abandono de su madre. Detrás de la puerta se esconde el Mal, un
mundo temido, juzgado por muchas religiones y credos, tratado por
teólogos, esquivado por algunos y negado finalmente por escépticos, pero
que nadie escapa a su alcance.
Esta película de los 70 presenta igualmente la dicotomía entre ciencia y misticismo, entre fe y razón; lo que deviene en Karras incertidumbre y angustia.
En definitiva en un drama visible en el hijo que ha dejado a su madre,
que ha optado por la fe frente a la riqueza del ejercicio profesional.
En el año 2008, la película fue seleccionada por la revista Empire como una de las 500 películas más grandes del cine jamás filmadas. Se
esta planeando hacer un remake para el 2013, esta vez tratara de una
familia muy unida, en la que el niño empieza a experimentar cambios muy
parecidos a los que sufre la protagonista del filme original. Entre
ellos: blasfemar contra Dios, levitar, insultar, hablar en latín e
intentar destruirse.
Lo que está claro es que si
el objetivo del cine de terror es meter el miedo en el cuerpo, desde
luego que "El exorcista" cumple a la perfección con la intención. El
pavor que produce más de treinta años después de su creación, se eleva a
cotas mucho más altas de la que seguramente Friedkin pudo imaginar en
el mismo momento de rodarla. Casi treinta años después reconozco que
cuando Regan cambia de voz todavía se me pone la carne de gallina.
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