martes, 3 de enero de 2017

La mula


En 2003 se publicaba una obra más de las muchas escritas por Juan Eslava Galán, un escritor nacido en Arjona en el año 1948 y que desde 1987 ha ido creándose una sólida carrera literaria centrándose en el género de la novela y del ensayo histórico, publicando más de 50 obras. La mayor parte de su obra es presentado con un tono irónico y humorístico  que muchas veces acaba en sarcasmo puro y duro. En 2005 publicó Una historia de la guerra civil , sí esa en la que junto a muy buena gente que luchaba en ocasiones por principios pudo haber héroes, verdugos, canallas, oportunistas, sinvergüenzas, criminales en los dos bandos , pero también campesinos, maestros, labradores, labriegos, comerciantes, criados y señores, y también acemileros, una historia que , como siempre en este país, no va a gustar a nadie, Pues bien Eslava Galán  tenía ya una obra novelada como precedente , La mula , escrita y publicada en el año 2003.  

Ese mismo año se escribía en el diatio El País lo siguiente: Durante la Guerra Civil Española, la única obsesión del padre del escritor Juan Eslava Galán (Arjona, Jaén, 1948) fue salvar a una mula que le servía de confidente. Y ahora el autor homenajea a su padre en un libro, La mula (Planeta). La novela está basada en una historia real, con la excepción de alguna aventura", contó ayer durante la presentación de la obra en Madrid el autor, ganador del Premio Planeta en 1987 con En busca del unicornio. 

Eslava Galán ha querido hacer un alegato antibelicista, pues considera que las guerras son antiheroicas, aunque luego se presenten como algo épico. "Quienes combaten son personas sencillas que no pueden escapar de la trampa mortal de la guerra, a los que les preocupa comer y de vez en cuando beber vino", argumentó. "He intentado adoptar un tono de confesión, con un lenguaje sencillo, teñido de humor negro, siendo fiel a los hechos", continuó. "Me he documentado mucho sobre las batallas y los regimientos, entrevisté a mi padre tres veces y visité los lugares donde ocurre la novela", explicó Eslava Galán, que entre muchas cosas es doctor en Historia.

Lo sorprendente o lo elogiable es que para desarrollar una historia tan simple y humana , pero enmarcada en nuestra Guerra Civil, la responsabilidad fue asumida por Michael Radford un director y guionista británico nacido en la India, pero de padres europeos que inició su carrera como realizador de documentales para la BBC , director de dos conocidas películas como 1984 y El cartero (y Pablo Neruda) en 1994, siguiendo la estela de otro director británico como Ken Loach , autor de Tierra y Libertad, película elogiado por su calidad, por su valentía y , especialmente, por su compromiso político. Pero, es que en España no es lo mismo que te lo cuente uno que se sabe que es de izquierdas - aplauso asegurado- que te lo cuente un narrador independiente o con sesgo más conservador. El problema es que en España nunca reconocemos al adversario ninguna virtud, todo son defectos. El contario no puede ser valiente, honrado o digno, siempre ha de ser cobarde, despreciable o vil.

Un ejemplo concreto en el caso del tratamiento cinematográfico de nuestra luctuosa Guerra Civil es "La vaquilla", una magistral película de Luis García Berlanga , pues presenta nuestra guerra muy alejada del espíritu triunfalista y redentor con la que lo había presentado el franquismo , pero también del maniqueísmo , apostando por presentar simplemente la brutalidad de la misma, la tragedia, sin partidismos y exenta del caínismo ideológico . Y es que la guerra tuvo sus muchas víctimas que fueron todas, las de un bando y otro, muchas de ellas los soldados / milicianos del frente , pero también sus familias y los muchos civiles que veían la guerra sin tomar bando alguno o a las que le obligan tomar ese bando. Aquí se puede aplicar lo que decía Pérez Reverte en una entrevista en El Mundo sobre su reciente libro Falcó  "La guerra no es una elección ideológica, es una tragedia".

Pues es muchos aspectos , como ya ocurrió en La Vaquilla,  La Mula tiene un tono común de humor negro y llena de patetismo que invita al dolor, a la tristeza o a la melancolía.

Pues Michael Radford fue el director y guionista de la película, aunque estupidamente se le añade a la dirección un Anónimo, y después explicaré el motivo de estas circunstancia que tuvo mucho que ver con ser una Coproducción entre la española Gheko Films y la británica Integral Films en la que estuvieron presentes Alejandra Frade y Bruce St. Clair y como coproductores aparecen Michael Radford, Tim Palmer, Alfred Hürmer, Nadine Luque, Cat Villiers, Tristan Lynch, César Martínez Herrada como productor ejecutivo y Stefan Schmitz como productor asociado. Tuvo un presupuesto estimado de €9.500.000. En el guión además de Michael Radford está presente Juan Eslava Galán autor de la novela homónima. La fotografía fue de Ashley Rowe y Ángel Luis Fernández, el montaje de Teresa Font, el diseño de producción de Sophie Becher , Jonathan McKinstry de director artístico y en cuanto la música su labor fue Óscar Navarro.

El reparto está integrado por Mario Casas como el soldado Castro, María Valverde como Conchi. Junto a ellos aparecen Daniel Grao como el Sargento Cosme, Antonio Gil como el Periodista Benavides , Luis Callejo como el Teniente Coronel Troitiño, Jesús Carroza como Churri, Jorge Suquet como Estrella, Tony Zenet como el Coronel, Secun de la Rosa como El Chato, Eduardo Velasco como el Sargento Barrionuevo, Pepa Rus como Pepi, Maite Sandoval como Doña Concepción, Alfonso Begara como el Teniente Republicano, Pablo Pinedo como el Soldado Republicano, Selu Nieto como El Artillero. Juan Alberto de Burgos como el Capitán médico, Tavi García como Cárdenas, Mingo Ruano como Amor, Fede Ruiz como el Furriel  

La historia comienza a finales de la guerra civil española, en el invierno de 1939, cuando ya quedan únicamente tres meses para que acabe la Guerra Civil. En ese momento el frente de la guerra entre Córdoba y Jaén estaba marcado por la divisoria entre Montoro y Lopera.

Las trinchera de uno y otro bando están relativamente cerca y desde una a otras se intenta poner nerviosos a los soldados hablando de lo mucho que comen o de las penuerias que pasan los del bando contrario.

Tras un tiroteo en la que cae alguno de los soldados de la trinchera, el Sargento Cosme (Daniel Grao) busca al soldado Juan Castro (Mario Casas) del bando nacional. No lo encuentra , ya que ha recibido la orden de buscar níscalos para el Teniente Coronel Troitiño (Luis Callejo), un militar que adora la música y que, en el fondo repudia la guerra y la falta interés por el arte de otros.

Pues bien, el soldado Castro, mulero reclutado por el bando nacional, mientras está buscando níscalos se encuentra una mula blanca perdida en el campo de batalla que arrastra el cadáver de un combatiente republicano y decide , además de darle un nombre, Valentina, esconderla para llevársela a su casa cuando acabe la guerra.

Con su mula y con las cuatrocientas pesetas que lleva en el bolsillo intentará conquistar a la chica más guapa que ha visto nunca y a la que descubre en el baile al que van los soldados.  Nos enteramos que Juan decidió cambiar de bando.

Castro se hace pasar por hijo de un hacendado de Jaén que ha perdido su finca por ser ocupada por los republicanos para intentar conquistar a Conchi (María Valverde), la chica de la que se enamora perdidamente de Conchi, una hermosa joven católica del pueblo durante un baile.




Mientras la corteja, y la guerra agoniza, Juan hace planes de futuro junto a Valentina y Conchi, ya que lo único que desea en la vida es llevar una vida sencilla en su Quintería cuando acabe la contienda.

Eso sí, no impide que  en los momentos en los que no hay ofensiva se pueda encontrar juntos con sus compañeros con soldados del bando republicano y compartan con ellos sus ideas y frustraciones o acepte el pensamiento básico de su amigo que le contó mediante una metáfora porque el estaba con los  republicanos pues "Prefiero que me cojan muerto a vivir sin libertad."

Por medio  de Juanillo Castro encontraremos a través de los distintos personajes que se cruzan en su camino: como un alférez que no ha terminado sus estudios de derecho - sólo le queda Derecho Procesal- y que está en el bando nacional, pero querría luchar en el bando republicanos , por lo que se da a la bebida, y que le ayuda a conocer muchas más cosas; descubrimos igualmente como se convierte en héroe por accidente cuando se le rinde una partida de republicanos cuando él ha salidaopersiguiendo a su mula, que se ha escapado, ante el inicio de la ofensiva; la camaradería, con sus pitorreos, chistes de grueso calibre, las canciones militares, los correos a las chicas, y sobretodo, la amistad por encima del bando al que perteneces; su reconocimiento y condecoración por parte de Franco, su único mérito de guerra y que acabará tirándolo a un pozo; pero también la mezquindad por parte de algunos de los que están cerca de su victoria como cuando a un señor mayor del bando nacional un falangista le increpa tras cantar un romance que dice  "To' el que tiene dinero, es suyo su capital. No hay derecho a fusilarlos, por no querer trabajar" ; la represión de algunos de los vencedores que fusilan sin miramientos o rematan disparando en la cabeza, la sumisión de parte de los sublevados movidos por su idea de que algo es más que nada, y sobre todo la amistad, la amistad incondicional y eterna de su amigo "el chato"  con el que marcha, solo , sin chica y sin mula.

Tras esto vemos que prosigue una guerra sin sentido, donde amigos de la infancia luchan en bandos contrarios. El cabo Castro, le hará comprender poco a poco lo dura que es la vida ya que está tan sumado en su mula y su novia, que no llega a comprender donde está realmente. Los hechos que ocurren, desde su noviazgo con Conchi y su resolución final, o el ver a un amigo de la niñez morir por ser del bando opuesto, le harán madurar. Y es que el Cabo Castro es una persona sencilla, humilde, que no miente ni engaña, tan bueno que a veces es tonto, pero que eso no quita  que todo sea finalmente una cuestión de dignidad. 

La película está basada en hechos reales y fue rodada en el otoño de 2009. Está en parte producida por Gheko Films, propiedad de Alejandra Frade, la hija de José Frade.  Michael Radford, director, guionista y coproductor de la película abandonó el rodaje de la misma en noviembre de 2009, cuando faltaba una semana para la finalización del rodaje.

La película terminó de rodarse bajo la dirección de Sebastien Grousset y la productora de Alejandra Frade asumió la edición y postproducción, Radford desde entonces negó la autoría final y quiso impedir el estreno de la película.

Para la productora Gheko Films -propiedad de Alejandra Frade, hija del mítico José Frade- asegura que Radford incumplió sus compromisos financieros con la parte española del filme ya que no consiguió la subvención necesaria de parte del UK Council y el Irish Film Board.  -porque «La mula» es una coproducción entre España, Reino Unido e Irlanda-; el cineasta alega que Frade se negó a firmar los contratos de coproducción que permitirían a la parte británica desbloquear las ayudas públicas a las que tiene derecho en su país, lo que le impide pagar; el ministerio de Cultura, ante esto , bloqueó la concesión de la licencia de exhibición para la película.

Desde la finalización del rodaje, la productora española representada por Alejandra Frade, por un lado, y las productoras irlandesa y británica de Radford, por otro, se han enfrentado en los tribunales británicos y españoles, cruzándose distintas querellas

En el High Court of Justice Queen´s Bench División, Michael Radford consiguió que se trabara una “injunction” por la cual se restringía la capacidad de las productoras españolas para la libre exhibición de La Mula en Inglaterra, sin embargo, con fecha 24 de mayo de 2012 se dictó orden por el citado juzgado que declara el alzamiento de la orden por la cual se restringía la capacidad de Gheko Films para exhibir La Mula.

Gheko Films interpuso en septiembre de 2011 una querella criminal contra Mercedes Elvira del Palacio Tascón, subsecretaria del Ministerio de Cultura de España por los presuntos delitos de prevaricación y delito contra los derechos individuales de los ciudadanos.

En julio de 2012, Radford emitió un comunicado en el que denunciaba que la productora había auspiciado un «montaje ilegal de la película con grabaciones en vídeo de las tomas del rodaje».

Con fecha 27 de noviembre de 2012 se desestimaron las pretensiones principales de Michael Radford condenándolo al pago de las costas ocasionadas a Gheko Films.


En el juzgado de Primera Instancia nº42 de Madrid se interpuso demanda de reclamación de cantidad por parte de Gheko Films Sur, contra la coproductora de la que es titular Michael Radford por importe de 270.021,18 euros, dictándose sentencia el 9 de abril de 2012 por la cual condenaban a Workhorse al pago de lo solicitado, esta sentencia devino en firme y tras la oportuna tasación de costas el 22 de noviembre de 2012 se despachó ejecución contra Workhorse por importe de 458.496 euros.

Estas dificultades retrasaron su estreno en las que también influyó el tema de la calificación. El 1 de septiembre de 2010 se presenta la película a calificación ante el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA).

La solicitud es desestimada el 19 de octubre. El 4 de noviembre se interpone recurso, siendo estimado el 3 de diciembre. Los querellantes simplemente solicitaban que se autorizara a Gheko Films la difusión y proyección de la película La Mula en salas cinematográficas.

Este mismo día la Secretaria del Ministerio de Cultura, inicia procedimiento de declaración de lesividad.  Con fecha 14 de noviembre de 2012 se dictó sentencia por la cual se desestimaba las pretensiones del Ministerio de Cultura. La sentencia devino en firme en el mes de diciembre. Ese mismo mes, el ICAA, emitió el certificado de calificación y otorgó la nacionalidad española a la película.

Los querellantes consideran la existencia de “censura” por parte del Ministerio de Cultura de España, que ha impedido reiteradamente su estreno. En la querella se decía que "...(parecía que había) dos varas de medir, la de la presunta legalidad para aquellos que comparten su interpretación de unos determinados hechos, ya sean históricos o actuales, y la del estalinismo atroz donde prima el control y la represión arbitraria por parte de la Administración del Estado para la instauración y consolidación de los arquetipos desde los que se debe juzgar unos determinados hechos pasados y presentes, impidiendo y censurando cualquier manifestación cultural que pueda distorsionar la versión estatal, no dudando en declarar lesivo para el interés nacional la calificación de una película impidiendo de este modo que un mensaje distinto del gubernamental pueda ser difundido en nuestra sociedad, cercenando de esta forma no solo la manifestación artística, sino también la libertad de expresión y la libertad de ideas..."


Finalmente, Alejandra Frade, que había llegado a denunciar al exdirector del ICAA Ignasi Guardans por impedir el estreno de «La mula» por razones ideológicas,y que los tribunales le habían dado la razón, y que la película podía estrenarse porque es netamente española.

Tras la sentencia Alejandra Frade  anunció que estaba buscando distribuidor y que la estrenará antes de mayo de 2013, por imperativo legal (normas del ministerio de Cultura). La versión que yo he visto fue emitida por Canal Sur Televisión que participaba junto a Televisión España no el proyecto.

La película fue estrenada durante la 16ª edición del Festival de Málaga de Cine Español en 2013, obteniendo su protagonista Mario Casas la 'Biznaga de Plata' al mejor actor. 

Consiguió en los Goya de 2013 ser nominada a la mejor música original y en el Festival de Málaga Mario Casas por su actuación como el mejor actor (Mario Casas)  y en los Premios Feroz también se nominó al Mejor actor a Mario Casas. El jurado le ha concedido la Biznaga de Plata al mejor actor, y es el primer gran premio interpretativo que recibe... otorgado por compañeros de profesión. «No puedo ser objetivo con lo que he hecho en ‘La mula’», confiesa el actor. «A mí me cuesta mucho verme, me cuesta todavía más escucharme, pero lo que sí sé es que he seguido trabajando muchísimo, me he dejado la vida, me he dejado la piel, me he encontrado en el camino en estos cuatro años a gente que me ha aportado cosas muy buenas. Cada vez me siento más actor, cada vez quiero contar las historias mejor y seguir llegando al público», confiesa. Su personaje, el mulero posee un fuerte acento jienense... que Casas tuvo que entrenar con la ayuda de un admirador. «Llegué a Andújar con un amigo, a la aventura, me fui a un hotel para coger habitación... y de repente vino un chico de 20 años y me pidió una foto. Lo oí y dije... ¡yo quiero ese acento! Me gustó el soniquete que tenía, que no era muy marcado, me gustó la inocencia que tenía en su voz, una naturalidad brutal. Le contesté que yo me hacía la foto pero que él tenía que echarme una mano. ¡Me llevó a su cortijo con su familia durante una semana!».

En cuanto a las críticas en filmaffinity se nos habla de las dificultades de este proyecto y de como el director abandonó el proyecto cuatro días antes de concluir el rodaje. Tras un largo y durísimo enfrentamiento con su coproductora se negó a firmar la película. y destaca que los títulos de crédito consta como "Dirección: Anónimo".

Javier Ocaña en El País nos dice que "'La mula' entronca con aquellas maravillosas películas alrededor de la guerra y el fascismo creadas en Italia por gente como Monicelli o Comencini (...) A pesar del desbarajuste fotográfico, hubiese sido una pena que este trabajo de Radford quedara en el limbo"

En el diario El Mundo Luis Martínez comenta que "Funciona. Sí, a pesar de todo y de todos, se trata de una cuidada y algo surreal fábula sobre la Guerra Civil con el beneficio de las historias contadas con cariño"

Carmen L. Lobo: en La Razón  sostiene que la película está "En clave de comedia dramática y con un cierto aire que evoca a «La vaquilla» (...) Una pena que ciertos personajes y subtramas pierdan entidad a medida que avanza el metraje y que en ocasiones el filme peque un poco de caótico"

M. Torreiro en la revista  Fotogramas comenta que "Casas, matizado, entre la indefensión y el encanto, hace una interpretación tan potente que hace olvidar que el resto del elenco no tiene personajes a qué agarrarse (...)"

En  Cinemanía Carlos Marañón escribe que "'La mula' funciona. (...) con ese MacGuffin berlanguiano (...) un animal con ecos a 'La vaquilla' (...) un Mario Casas como nunca le habíamos visto antes. Su mejor trabajo, a la altura de María Valverde (...) "

Ana Pérez Bryan en ABC nos   describe en su artículo como «La mula» fue presentada por su  productora, Alejandra Frade, y el equipo de actores que dieron explicaciones durante la rueda de prensa posterior a la película, y que desde el punto de vista estrictamente cinematográfico generó la impresión casi unánime de estar ante un buen producto.

David Martos también  en ABC nos cuenta que "Dicen los actores de «La mula» -y no sabemos si lo dicen en broma o en serio-, que han escuchado el rumor de que el rodaje de la película acabará inspirando el argumento de otra. Y no sería de extrañar... si tenemos en cuenta los avatares que ha atravesado uno de los proyectos más convulsos de nuestro cine reciente.

Es la primera cinta en años que cuenta la Guerra Civil desde las filas del bando nacional, la historia está sustentada por una novela de éxito de Eslava Galán, cuenta con algunas de las caras más conocidas por el gran público -como la de Mario Casas- y se ha visto envuelta en varios litigios judiciales que han retrasado su estreno durante años. No le falta ni un detalle, es la tormenta perfecta.

Lo cierto es que hubo mucha incomprensión entre productores , entre el director y los actores. En la conferencia de prensa del festival de Málaga el actor Secun de la Rosa, «El chato» en la cinta, aseguraba que «es una película de Michael Radford», mientras que Mario Casas, el protagonista, recordaba que «estamos aquí porque Alejandra ha luchado durante tres años para que se pueda estrenar».

Mario Casas comentó el fatídico final de rodaje: «Cuando Michael se fue yo no entendía nada, pensaba que era una broma. Quedaban cinco días de rodaje y creía que nos estaban tomando el pelo. Michael es un tipo irónico. Pero no», decía ensombreciendo el gesto. «Hubo problemas externos de los que no me quise enterar», resuelve el actor. «No me quiero enterar... porque creo que va en mi contra. Al final, para lo que me pagan es para interpretar, para preparar un personaje. Lo que decidimos los actores fue tirar para delante. Ponernos la película en la mochila, a la espalda, estábamos haciendo un trabajo que nos estaba costando mucho. ¡Teníamos que olvidarnos de todo! Al final parece ser que Alejandra Frade lo ha conseguido, y es la persona con la que tenemos que estar, la persona que ha hecho que la película salga adelante y que hoy podamos verla».

El protagonista, Mario Casas, que , por cierto, entró en el proyecto por la renuncia de Oscar Jaenada, contó cómo se había adaptado al acento andaluz: «Lo que hice fue irme a Andújar a buscarme la vida y allí conocí a Miguel, un chico de 20 años que me pidió una foto y yo a cambio le pedí que me echara una mano. Se portó muy bien, me fui con él y con su familia unos días a su cortijo, me pasó el guión y me enseñó cómo hacerme con el acento». Para el actor, la cinta «no es una película sobre la Guerra Civil, sino sobre todas las guerras, sobre las personas que sufren y que no han elegido estar ahí». Tiene ahí la mirada de «un inocente que se ve envuelto en una guerra y que al final va cambiando de bando y de estrategia». Sobre la mula, Valentina dijo, «Era como un perro, era maravillosa».

Casas asegura que, desde que Radford se marchó, ha hablado con él dos veces. «Hay que quedarse con el estreno de la película, con que la gente va a poder verla».

Para  María Valverde, la coprotagonista, no quiere pensar en el montaje que pudo ser y que no fue. y afirmó que «Al fin y al cabo las cosas pasan por algo» . «A los que tenemos que dar la cara por la película nos toca una labor complicada. Las circunstancias que han ido pasando nos han golpeado de frente a todos, pero no somos parte de eso. Tenemos que luchar por la película que hay, que es la mejor que podía haber. Y disfrutarlo. Sobre todo, que el público se divierta».

Secun de la Rosa no se olvidó de elogiar al director británico. «Lo bonito de mi personaje... se lo debo a Michael. Me encantaría que pudiese firmar una edición especial dentro de unos años, como hacen con ‘Alien’. Ojalá todo acabe en una conciliación», asegura.



Para  Juan Eslava Galán el proyecto «es sólo un retrato de cómo la guerra te permite redescubrir la dignidad». «Ha llegado el momento de acabar con la ley del péndulo, de mostrar que en ese conflicto nadie llevaba la razón o que todos la llevaban un poco», observó Eslava Galán.

«La mula» es, sobre todo, una película cordobesa. En el frente de Peñarroya situó Juan Eslava Galán la acción de la novela en la que se basa la película, en los últimos meses de la contienda, y el protagonista hace una escapada a Córdoba capital. Recrea además la batalla de Valsequillo, una de las últimas trascendentes de la Guerra Civil, la que terminó con el conflicto en el norte de la provincia.

El rodaje de «La mula»,  comenzó en septiembre de 2009  en Córdoba, y este se extendió en el otoño de 2009, visitando tierras cordobesas, en concreto la sierra de Montoro, y también la propia ciudad, donde decenas de vecinos participaron como extras. También se rodó en 2009 en Lopera y Andújar entre otros escenarios y Granada, según señala la página de Imbd,

La Mula es un película sincera y emotiva, un canto a la libertad y la más feroz crítica a cualquier tipo de guerra.   La mula y su mulero -que  huye de los maniqueísmos  de buenos y malos - y que encuentra perdida en medio del campo de batalla, Valentina, representa su libertad y se aferra a ella como cualquier soñador se aferra a su tesoro más preciado, la posibilidad de vivir su vida tal y como el había planeado.

Debemos destacar de la película su tono medio dominante, amable, sentido, cabal y ágil,  contundente cuando quiere que nos afecte . También destacar la labor de un inmenso Mario Casas, que presta sencillez, entusiasmo, pureza y sagacidad a un personaje definido con portentosa llaneza. Pero trasluce en ella como más allá de la ideología había personas detrás que querían vivir en paz y no sufrir, que querían trabajar para comer y vivir lo mejor posible sin meterse con nadie  apostando por el respeto hacia el otro.

El film combina bien los momentos dramáticos y cargados de significado (la elección del bando por despecho, la lealtad de los amigos separados por la guerra, el alférez que no se atreve a cambiarse de bando y que se lo confiesa a Juanillo),  con la simpática comedia (el momento del obispo sobre la mula),  o las salidas del Chato Secun de la Rosa.

La mula es una metáfora de la sencillez, de la humildad, del trabajo y la subsistencia, que era lo único que importaba a muchas personas durante la guerra. Guerra en la que hubo 200.000 muertos  en el frente  y 200.000 en retaguardia. Guerra en la que hubo fusilados, torturados, violdos, asesinados, robados, sañados, expoliados, paseílos y encarcelados en los dos bandos.  En este caso la historia se centra en un militar y el animal, van viviendo una serie de situaciones, algunas cómicas, algunas peligrosas, llegando, una de ellas, incluso, a convertir al joven cabo en un héroe muy en contra de su voluntad inicial.  La mula blanca perdida representa «todas sus posibilidades de ser libre». En definitiva, una buena película.


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