Seguimos
con este serial para conmemorar el aniversario de nuestra sesentona
favorita. Y en este caso partimos de los hechos literarios, teatrales,
musicales o cinematográficos que surgieron depués de la película, ya sea
como continuación de la misma, ya sea como remake, ya sea su puesta en
valor gracias a algunos alardes tecnológicos.
En
los que respecta a las secuelas que hubo o que tuvieron cierta
viabilidad, nuestra fuente principal de información - la Wikipedia-
señala que desde el mismo que se produjo el éxito relativo de la
película - insistimos, relativo de la película-, se comenzó a hablar
sobre la posibilidad de producir una secuela sobre "Casablanca". De
hecho se planeó la producción de una película llamada Brazzaville (por el nombre de la ciudad a la que el capitán Renault recomienda a Rick que huya en la escena final de Casablanca),
pero ésta nunca se realizó. Después de este intento y desde entonces,
ningún estudio cinematográfico volvió jamás a considerar seriamente la
filmación de una secuela o de una nueva versión. De hecho el director
francés François Truffaut rechazó la invitación de crear una nueva
versión en 1974, citando el estatus de culto que ya tenía la película
entre los estudiantes estadounidenses como la razón principal de su
negativa.
Hubo una novela de título "A medida que el tiempo pasa " (As time goes by, en inglés, usando el mismo título de la canción principal de Casablanca), y escrita por Michael Walsh en 1998, que fue autorizada por la Warner
para usar dicho título. Y es que dicha obra arranca justo donde la
película se detiene y hasta cuenta la historia del pasado misterioso de
Rick en los Estados Unidos. Sea como fuere, el libro no alcanzó la
fama que el autor y la Warner esperaba.
Ya antes David Thomson había redactado una secuela no autorizada en su novela Sospechosos (Suspects,
en inglés) en 1985, aunque vienda la portada del libro más bien parece
un acercamiento al mundo y las figuras cinematográficas de Hollywood,
por supuesto Ilsa Lund y Rick Blaine incluidos.
Existieron
también dos series de televisión que se emitieron poco tiempo después
de su emisión y puesta en valor y que se basaban en Casablanca.
Se trataba en realidad de precuelas que emitieron dos cadenas
norteamericanas, la ABC y la NBC. La primera fue transmitida por la ABC
del año 1955 al 1956 e incluía entre su reparto a Charles McGraw como
Rick y al mismo Marcel Dalio (que había interpretado a Emil en la
película) pero ahora interpretando al capitán Renault. Esta serie formó
parte de los episodios que se transmitieron en el espacio de la
programación titulada Warner Bros. Presents, en 10 programas con una
hora de duración cada uno.
Hubo otra serie de televisión que fue transmitida brevemente por la NBC
en solo 5 episodios de una hora de duración en 1983, y tenía ahora
como protagonistas a David Soul en el papel de Rick, Hector Elizondo
como Renault, Ray Liotta que interpreta a Sacha y a Scatman Crothers en
un papel similar al de Sam.
Hubo
también una época en la que la radio se hacían seriales, y Casablanca
fue igualmente una referencia. Se grabaron diversas adaptaciones de Casablanca
para la radio. Dos de las más difundidas fueron: una, la adaptación de
30 minutos para el programa The Screen Guild Theater el 26 de abril de
1943, protagonizada por Bogart, Bergman y Henreid; la otra fue la
versión de una hora para el Lux Radio Theater el 24 de enero de 1944, que tuvo a Alan Ladd como Rick, Hedy Lamarr como Ilsa y a John Loder como Laszlo.
No fueron las únicas, pues existieron otras como la la versión de Philip Morris Playhouse del 3 de septiembre de 1943 y una versión de igual duración para Theater of Romance del 19 de diciembre de 1944, con Dooley Wilson como Sam.
¿Y
por qué no un musical? Julius Epstein lo intentó dos veces para
convertir el mito en un musical para Broadway. Fue en los años 1951 y
1967, pero finalmente nunca fue puesta en escena. En cambio, la obra
original, Todos vienen al café de Rick (Everybody Comes to Rick's, en inglés) sí fue producida en Newport (Estados Unidos) en agosto de 1946 y posteriormente llevada a Londres en abril de 1991. A pesar del esfuerzo, la obra no tuvo éxito.
Pero
con todo, lo que yo llevo en mi memoria, es el intento por colorear
películas de cine clásico. Recuerdo como en un telediario presentaron
esta corriente y, es más, creo que hubo un ciclo en la 2 sobre ello.
Llegué a tener Casablanca coloreada e incluso a grabar en mi antiguo
video. Aquella versión en VHS supongo que la conserva mi padre.
Tengo que
reconocer que el resultado fue motivo de controversia dado los colores
pasteles dominantes en la ropa y en la piel, con bastantes rosas, azules
claros y otros colores y tonos de intensidad variable. Inclusive, dicha
versión estuvo a la venta, pero sólo por breve tiempo debido a la
oposición que alcanzó entre los puristas. El hijo de Bogart, Stephen,
señaló que «si ustedes van a colorear Casablanca, ¿por qué no le ponen brazos a la Venus de Milo?».
Sin
embargo, para mí el único problema que planteaba este pastelización del
cine clásico era el papel que jugaban ahora las sombras, algo esencial
no sólo en el género negro, sino en el cine especialmente en el clásico
en blanco y negro. Está claro, que mejor no hacerlo.
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