lunes, 22 de octubre de 2018

Timbuktu


Timbuktu, tal cual , así escrito lo recuerdo como el destino al que los aristogatos, - sí, los aristogatos, la inolvidable película que Wolfgang Reitherman hizo para la Disney en 1970-,   envían al despreciable mayordomo Edgar cuando se mete en el granero con el fin de acabar con ellos y quedarse con su herencia. Era un destino mítico , exótico que nos llevaba al interior del África Subsahariana, en pleno Sahel. 

Pero , para nosotros Timbuktu , es mucho más que eso . Es la mítica ciudad Tombuctú, «la ciudad de los 333 santos», situada a siete kilómetros del río Níger, en Mali. Era una ciudad santa , pero también una ciudad comercial ,al ser parte de la ruta comercial transahariana de norte a sur y punto de encuentro entre África Occidental y las poblaciones nómadas beréberes de los tuareg y los árabes del norte. Durante los siglos XV y XVI la ciudad vivió una auténtica Edad de oro que la convirtieron en capital intelectual y espiritual y centro para la propagación del islam en toda África. 

A finales del siglo XVI la ciudad fue conquistada por Marruecos y su expedición había integrados un importante contingente de moriscos, que descendientes de aquellos que habían salido de la Península Ibérica años antes. Gran parte de ellos se establecieron en la ciudad y se fundieron con la población local. Eso mostraba el carácter abierto de una comunidad que recogía de otros espacios musulmanes elementos y que , sin problema, los integraba. 

Y si bien es cierto que prohibieron su entrada en la ciudad a personas no musulmanas , también es cierto que como espacio de comercio y espiritual la ciudad fue un espacio abierto durante mucho tiempo. 

En 1988 la ciudad y sus monumentos fueron considerados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco .

Curiosamente y para desgracia del propio Islam la ciudad vivió en 2012 una ocupación por parte de los yihadistas que ocuparon el norte de Malí en 2012. Y la ciudad pasó de ser una referencia mundial por su  pasado cultural a convertirse en área de los horrores surgidos de la locura teocrática.

Gran parte de los monumentos históricos de la ciudad fueron destruidos por el grupo terrorista islámico Ansar ad-Din al considerarlos «impíos» y en aplicación de la Sharia (o "Ley Islámica") . Ese grupo llevaba como bandera, la negra con la Shahada (credo islámico) inscrito en blanco con el fin de convertir el territorio en una teocracia. 

Con la banderas al viento con la Shahada en su interior comienza Le chagrin des oiseaux o Timbuktu, la película dirigida por el mauritano de origen maliense Abderrahmane Sissako, un director de cine - actor ocasional- productor, que junto a Ousmane Sembène, Souleymane Cissé, Idrissa Ouedraogo y Djibril Diop Mambety, pertenecen a la hornada de directores africanos cuyas películas han tenido cierto recorrido internacional.

Formado técnicamente en Moscú , donde estudió cine en el VGIK (Instituto Estatal de Cine del Estado) desde 1983 hasta 1989, Sissako se estableció en Francia a principios de los años noventa. Desde ese momento vive a caballo entre el cine y la asesoría cultural, pues es asesor cultural del actual jefe de estado de Mauritania, Mohamed Ould Abdel Aziz. 

Tras unos cortos y colaboraciones es director de sus propias películas desde el año 1998 con La Vie Sur Terre, una película que le llenó de premios y reconocimiento internacional , pasando más tarde por otros proyectos como Esperando la felicidad (2002) , Bamako (2006) y alguna película más hasta llegar a la multipremiada Timbuktu en 2014. 

Se trata de una producción de Sylvie Pialat , Rémi Burah y Etienne Comar en régimen de coproduccón entre Mauritania y Francia y que contó con el apoyo de las productora Les Films du Worso y Arches Films junto a Dune Vision , Arte France Cinéma , Orange Studio, Canal +, Ciné +, CNC y TV5 Monde. 

La película como suele ser normal en su obra parte de un guion suyo, en el que también participa Kessen Tall. La música fue responsabilidad de Amin Bouhafa y la fotografía de Sofian El Fani, mientras que el montaje lo fue de Nadia Ben Rachid.

El reparto está encabezado por Ibrahim Ahmed como el ganadero Kidane, Toulou Kiki como Satima, su mujer y Abel Jafri como Abdelkrim. 

Junto a ellos aparecen Fatoumata Diawara como Fatou, la cantante, Hichem Yacoubi como un Yihadista, Kettly Noël como Zabou, Layla Walet Mohamed como Toya, la hija de Kidane y Satima, Adel Mahmoud Cherif como el imán, Salem Dendou como el líder yihadista, Mehdi Ag Mohamed como Issan, el niño que ayuda a Kidane en el cuidado de las vacas, Omar Haidara como el pescador Amadou y Damien Ndjie como el yihadista que sólo habla inglés, Abu Jaafar. Junto a ellos aparecen Kettly Noël, Mamby Kamissoko, Yoro Diakité, Cheik A.G. Emakni, Zikra Oualet Moussa y Weli Cleib. 

La película comienza y acaba de manera similar. Un pequeña gacela del desierto corre sobre la arena y es disparada con unas ametralladoras desde una furgoneta que porta la Shahada por unos yihadistas que parecen perseguirla, pero sin fin alguno. También disparan sobe unas máscaras africanas y sobre estatuas tradicionales de Malí que habían sido colocadas sobre la arena. 

Poco después vemos que los yihadistas entran en la ciudad y comienzan sus prohibiciones. Queda prohibida la música, el tabaco, el fútbol, el ir mostrando partes del cuerpo, las manos sin guantes,... 

Son dictámenes absurdos impuestos por los extremistas religiosos que acaban de tomar la ciudad. Los yihadistas han impuesto la sharia . De hecho, vemos como algunos hombres armados entrar en la mezquita antes de la oración y el imán (Adel Mahmoud Cherif) les pide que salgan mientras vayan armados. 

Por otro lado, en el desierto conocemos a un ganadero llamado Kidane (Ibrahim Ahmed) que habla abierta y amorosamente junto a su mujer Satima (Toulou Kiki) e hija Toya (Layla Walet Mohamed) sobre sus siete vacas, el embarazado de una vaca joven llamada GPS y de como los vecinos se han marchado desde que han llegado los yihadistas. Poco después llega una furgoneta con dos hombres, uno de ellos es un árabe, Abdelkrim (Abel Jafri) y su joven conductor e interprete, un chico que habla en Tamashek , un dialecto del un idioma de la familia bereber, la principal de las lenguas tuareg, hablada por los imoshag (tuareg). 

La llegada de Abdelkrim interrumpe la vida tranquila que lleva en las dunas Satima que se está lavando el pelo ayudada por su hija Toya , mientras su padre e Issam (Mehdi Ag Mohamed), el niño pastor de 12 años, están fuera. 

El contraste es alto entre la paz que reina en el desierto y la ciudad en la que los habitantes padecen el régimen de terror impuesto por los yihadistas. Las mujeres se han convertido en sombras que intentan resistir con dignidad. La obligación de llevar guantes , absurda para una vendedora de pescado, lleva al enfrentamiento entre la vendedora que se resiste y los yihadistas. La única que parece vivir ajena a las prohibiciones es  Zabou (Kettly Noël) que es vista como loca o como vidente y que no tiene reparo en dar la cara a unos yihadistas que la ignoran. 

Cada día, unos tribunales islamistas improvisados dictan sentencias tan absurdas como trágicas por las que muchos son azotados públicamente por cantar. Los yihadistas hablan de fútbol, de Zidane, del Madrid , de Messi, del Barça, pero los niños no pueden jugar con un balón , así que vemos partidos sin balón y entrenamientos sin la pelota. 

Frente a este caos que reina en Tombuctú , vemos que Kidane, se siente feliz, pues su vaca GPS está embarazada y le comenta a su hija que el ternero resultante es posible que se lo regale a Issan por ser cumplidor en el cuidado del rebaño. 

A pesar de que Issan tiene cuidado con sus vacas para que estas no se acerquen al cercado del pescador local, Amadou (Omar Haidara), un día el ganado se introduce en el Níger y GPS se descontrola entrando en el cercado de Amadou. 

Antes los ojos de Issan , Amadou le lanza un venablo que mata de inmediato al animal. Poco después Issan se persona llorando ante la tienda de Kidane y , con voz entrecortada le cuenta lo ocurrido. Ante esto Kidane toma su arma, una pistola, a pesar de que Satima le ruega que lo haga. 

Cuando llega a la casa del pescador se enfrenta a él, la pelea se vuelve violento con el pescador y el ganadero en el agua, y , ante el inicio de ahogamiento de Kidane, este accidentalmente mata a Amadou, el pescador que había acabado con la vida de su vaca favorita. 

Ahora debe enfrentarse a las leyes impuestas por los ocupantes extranjeros, esa Sharia. Tras ser llevado ante el líder de los yihadistas (Salem Dendou) que ya había visto hablando con el imán y discutiendo con él sobre como debe interpretarse la yihab, éste le informa que será juzgado siguiendo el procedimiento de la Sharia. Primero, que ha de conseguir el perdón de la mujer y , después, entregar una cifra de 40 animales como castigo. 

Kidane, le comenta que es imposible lo segundo, y antes de ser llevado a la celda le dice al líder que si puede decir algo. Al darle permiso le comenta que es padre de una hija que es la guía de su vida, se pregunta que si le quitan la vida que será de ella. Además, al traductor que usa, le dice que parece de una tribu cercana. El no lo reconoce y le habla de como vienen de Libia, país del que han salido un buen número de yihadistas tras la caída del régimen de Muammar el Gadaffi. 

Tras eso, Kidane es llevado al calabozo. Mientras tanto, vemos que se sigue persiguiendo a aquellos que tocan instrumentos, que cantan o que se reúnen para hablar o cantar. Se les condenan a 40 latigazos por ellos y otros 40 por reunirse con personas de otro sexo sin matrimonio de por medio. Además informan que el adulterio durante el mes de Ramadán será condenado con la lapidación. De hecho vemos que una mujer es detenida mientras hablaba por el móvil con su hermano - eso decía- , pero que poco después es lapidada junto a su amante. 

También el imán interviene ante el líder cuando un yihadista que sólo habla inglés, Abu Jafaar (Damien Ndjie ) había pedido la mano de una chica y la madre de ella se había negado, pues no eran formas de solicitarlas. Así que Jaffar la había secuestrado y después se habían desposado contra la voluntad de la familia. El imán decía que forzar así era una obra impía, mientras por su parte, el líder afirma que el matrimonio es legal pues ellos lo han validado ya que Jafaar es según ellos un buen yihadista. 

Kidane finalmente es juzgado. La mujer de Amadou dice en el tribunal que no le perdona, así que el criador tuareg es condenado a muerte. Antes de aplicar la sentencia un hombre recoge a Satima de su tienda y la lleva a la ciudad. Al llegar para ver la condena, Kidane se aproxima a Satima y ambos mueren abatidos por los disparos. 

De inmediato los yihadistas salen al desierto en busca del motorita, mientras que la hija hija corre por las dunas gritando ¡Mamá! y ¡Papá!. Nuevamente vemos a la gacela correr por el desierto mientras suenas los disparos de los yihadistas antes de acabarse la película. 

El rodaje tuvo lugar en Oualata, Hodh el Charqui (sureste de Mauritania).El film está ambientado en Tombuctú durante la Guerra de Malí en la que el grupo terrorista islámico Ansar Dine ocupó el territorio norte maliense. 

La producción está ligeramente basada en los sucesos de 2012, cuando una pareja (no casada) fue lapidada en Aguelhok. 

La película muestra el absurdo del yidahismo que impone normas sin sentido desde el principio como esa vendedora de pescado que ha de usar guantes incluso cuando vende pescado. La movilización de los yihadistas ante la música que suena por la noche, aunque sea en alabanza a Allah. O la persecución a los músicos que tocan relajadamente en su casa y por la que una mujer, la cantante en la vida real Fatou ( Fatoumata Diawara ) es sentenciada a 40 latigazos por cantar, y 40 latigazos por estar en la misma habitación que un hombre que no pertenece a su familia, o los jóvenes que juegan al fútbol con una pelota imaginaria ya que los deportes están prohibidos a pesar de los que los mismos yihadistas adoran el fútbol, o como el mismo Abdelkerim, fuma aunque ellos lo hayan prohibido a los demás. 

Esta fue la quinta película de Sissako y está inspirada, como ya hemos dicho,  en una historia real de una pareja joven y soltera que fue apedreada por islamistas. Durante el verano de 2012, la pareja fue llevada al centro de su aldea, colocada en dos hoyos excavados en el suelo y apedreada a muerte frente a cientos de testigos de forma similar a lo insinuado en la película. 

Los personajes hablan en tamasheq , bambara , árabe, francés y, en algunas ocasiones, en inglés y usan en ocasiones , un elementos, imprescindible en el día de hoy en el desierto, el teléfono móvil . 

Según el periodista Nicolas Beau , Sissako inicialmente quería hacer una película sobre la esclavitud en Mauritania, que su presidente Mohamed Ould Abdel Aziz rechazó. Ante la negativa, Sissako habría aceptado hacer una película sobre la llegada de los yihadistas a la tierra en la que él se crió y para ello tuvo el apoyo del régimen mauritano que proporcionó recursos financieros y humanos. 

Poco antes de la presentación de la película en Cannes en 2014, Abderrahmane Sissako regresó a Timbuktu con un pequeño equipo para agregar algunas tomas en el último momento. La película ser presentada en Cannes tuvo multitud de reconocimientos, siendo lo más conocido que estuvo nominada a Mejor película de habla no inglesa en los Premios Oscar del año 2014. 

En los Premios BAFTA también fue nominada a la Mejor película en habla no inglesa. Consiguió 7 Premios César, incluyendo el de Mejor película y director. y mejor guion para Abderrahmane Sissako y Kessen Tall , mejor fotografía para Sofian El Fani , mejor edición para Nadia Ben Rachid , mejor música en la persona de Amine Bouhafa , mejor sonido para el equipo formado pòr Philippe Welsh, Roman Dymny and Thierry Delor. 

En el Festival de Cannes fue presentada a la Sección oficial largometrajes a concurso y recibió el Premio del Jurado Ecuménico y Prix François Chalais. En Premios Guldbagge de Suecia fue nominada a mejor película extranjera 

El Círculo de Críticos de Nueva York le dio el premio a la Mejor película extranjera, mientras que el Festival de Chicago le concedió el Premio a Mejor director a Sissako. 

En los Satellite Awards fue nominada a la Mejor película de habla no inglesa. Señalar que la película estaba programado para ser proyectado en el festival Ramdam en enero de 2015 en Bélgica, pero fue desprogramada debido a amenazas terroristas . 

La película fue nombrada la duodécima "Mejor película del siglo XXI hasta ahora" en 2017 por The New York Times . 

La crítica fue en general muy positiva con la película. En Francia Telerama alaba que la película sea un trabajo reflexivo y valiente en reacción a la ocupación de la ciudad de Timbuktu por los yihadistas en 2012, y destaca que tiene como cualidades principales "la inteligencia, el espíritu, el humor, el refinamiento, la belleza " . 

Para Le Monde , la inteligencia de la película no es demonizar a los verdugos, sino ponerlos en su lugar como hombres, "grotescos, siniestros e hipócritas". 

Según Le Monde , "el éxito crítico y público de Timbuktu se ha visto empañado por las controversias sobre la remuneración de varios actores, extras y escritores " . Por ejemplo se criticó que a Leila, la niña tuareg que interpreta el papel de Toya, y que fue reclutada en un campo de refugiados y se le paga solo 600 euros por dos semanas de filmación, según las declaraciones de su familia y miembros del equipo de filmación. 

También se le acusó de plagio. Al parecer muchas escenas de la película están inspiradas en imágenes tomadas en 2012 por la periodista mauritana Lemine Ould Mohamed Salem . Esta último luego trabaja con François Margolin para un documental que saldrá en 2016 bajo el título de Salafistas . Abderrahmane Sissako estaba inicialmente asociado con el proyecto, pero se retiró en diciembre de 2012. Posteriormente, se inspira en las imágenes de Lemine Ould Salem para realizar Timbuktu . Así, según Le Monde ; "Al igual que el documental salafista , la película Timbuktú comienza con una secuencia de yihadistas que persiguen a una gacela a bordo de un 4 × 4, disparando ráfagas de Kalashnikov. Al igual que en los salafistas , encontramos a Zabou, una antigua bailarina que regresó a Tombuctú, donde se la considera loca o mística, y resiste a su manera a los yihadistas . Esto a veces valdrá las acusaciones de Sissako de "saqueo" o "plagio" . 

En Estados Unidos las críticas fueron , en general, positivas. Para Deborah Young del The Hollywood Reporter "Tombuctú es un nombre que evoca aventuras exóticas (...) Pero después de ver el devastador drama de Abderrahmane Sissako, resulta más probable que se convierta en un sinónimo de los peores excesos del fundamentalismo islámico" 

En Variety, Jay Weissberg afirma que "Abderrahmane Sissako confirma su estatus como uno de los verdaderos humanistas del cine reciente con este drama profundamente empático y maravillosamente rodado" Y añade que la película está "En manos de un maestro, la indignación y la tragedia pueden ser retratadas con sutileza aún a pesar del cariz oscuro de las escenas. Sissako es un maestro" 

A. O. Scott del The New York Times señaló que era "Una inquebrantable y calladamente furiosa exploración de la vida bajo el régimen islamista radical. También cuenta algo importante sobre el poder, que incluso líderes no extremistas, elegidos democráticamente harían bien en tener en cuenta."  
Tirdad Derakhshani en el Philadelphia Inquirer dice que "Timbuktu es un poema político igual de bello como intelectualmente riguroso". 

En Gran Bretaña también se valoró positivamente. En el Financial Times , Nigel Andrews califico la película de "hábil, sardónica, honorablemente humano". 

En The Guardian , Jonathan Romney dijo de la misma que era "ingeniosa, hermosa y (...) por más que parezca, muy entretenida", así como "traviesa e imaginativa". Concluyó que era "una declaración formidable de resistencia". 

Nick Pinkerton, de Sight & Sound , dice que "el hecho es que hay pocos cineastas vivos con un manto de autoridad moral comparable al que Sissako se ha hecho cargo de sí mismo, y si su película ha sido recibida con una aclamación extraordinaria, es porque se las arregla para usar este manto a la ligera, y no se ha confundido al golpear a una audiencia con mensajes con profundidad. No puedo imaginar que la película haya sido hecha de otra manera, por otra persona, y esto es una medida de grandeza ". 

Tim Robey en el The Daily Telegraphdijo que era una "fábula trágica desgarradora, similar a las de Esopo en su claridad moral". Continuó diciendo que estaba "lleno de vida, ironía, poesía y amarga injusticia". 

Para Peter Bradshaw del The Guardian "En muchos sentidos, el retrato de Mali de Sissako es comparable al de Egipto y las protestas de la plaza Tahrir de Ibrahim El-Batuout en su película 'Winter of Discontent'. Está construido con enorme emoción, que fluctúa entre la esperanza y la desesperación (...)" 

Ya en España Luis Martínez en El Mundo señaló que era una película "Impactante (...) Es cine político, no tanto por la virulencia de lo que proclama, como por la insultante claridad de lo que enseña (...) una de esas películas necesarias. Política y humanamente necesarias." 

En El País, Carlos Boyero afirma que "Es el retrato más escalofriante y con sensación de veracidad que he visto sobre el yihadismo (...) Es gozoso que esta película la haya realizado un musulmán tan inteligente como indignado" 

Oti Rodríguez Marchante en las páginas del ABC comenta que es "De exótica visualidad y con calculado dramatismo (...) Sissako no ofrece una reflexión sobre el fanatismo islámico, sino su mero retrato en su versión más palurda, zafia e inhumana (...) " 

Salvador Llopart en el diario de los Godó, La Vanguardia , dice que "Tiene la rara cualidad de lo sencillo cuando es esencial. A uno le recuerda el poder del neorralismo italiano, emocionante en su simplicidad. (...) " 

Nando Salvá en Cinemanía señala que "Es cine sutilmente político, es exótica sin caer en la colección de postales y es visualmente apabullante sin hacer poesía de la miseria" 

Y en Fotogramas Gerard A. Cassadó afirma que es "Más que una crítica al fundamentalismo islámico, 'Timbuktu' puede leerse como un alegato contra la pena de muerte en cualquier contexto (...) " 

Por mi parte decir que esta en apariencia sencilla película está llena de cargas de profundidad. Pocas veces en este tiempo se hace cine político de verdad, de denuncia y este filme es una denuncia en si mundo de la brutalidad, el salvajismo, dominante en la lectura fanática del Islam. Es una cata de lo que puede realizar el ser humano cuando la razón no preside su vida. Como la ignorancia lleva a la prohibición y niega la creación. 

Es una de las pocas películas que he visto del cine africano. Me consta que tanto en Tarifa como en Córdoba durante un par de años hubo una muestra de este cine que realmente llega a pocos sitios. Es una película de enorme sentido poético. Poesía hay en muchas fotografías tanto de las imágenes desérticas, como de la noche. Es el contraste absoluto entre belleza, la visible, y monstruosidad , el fondo y trasfondo de la historia. 

Como película no sólo destila buen cine, sino que es toda ella cine político en el sentido de sus mensajes, de su denuncia y para ello se sirve de anécdotas que tienen un barniz de humor y un fondo de horror y lo hace de forma aparentemente sencilla, narrativamente brillante, jugando con la poesía de las imágenes. Película muy buena, y muy, muy recomendable.


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