miércoles, 17 de abril de 2019

Duward, un clásico escocés


Pasear por Princes Street y por Princes Street Gardens es pasear mirando a Scott Monument, construido en 1844 en honor del escritor Sir Walter Scott, el escritor romántico británico, especializado en novelas históricas. Muchas de sus obras siguen siendo clásicos en la literatura británica sobre todo cuando presenta a héroes escoceses. Algunos de sus títulos más famosos son Ivanhoe, Rob Roy, The Lady of the Lake, Waverley y The Heart of Midlothian. 

Uno de estos protagonistas naturales de Escocia será Quentin Durward (1823), un arquero escocés al servicio del rey francés Luis XI (1423-1483) un un momento en que el feudalismo está en crisis al igual que las justas, en la que los hombres educados en el espíritu caballeresco han entrado en decadencia absoluta.

Lo cierto es que estas novelas de Scott serán un vivero de historia para la Metro-Goldwyn-Mayer que en la década de los cincuenta apuesta por un cine de evasión, que convive con otros muchos géneros. Pero el cine de aventuras y acción estaba viviendo un momento dulce en esos años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Y en ello juegan un papel principal la conjunción en la Metro de tres sujetos: Richard Thorpe en la dirección, Pandro Samuel Berman en la producción y Robert Taylor en el protagonismo de las mismas. 

La suma de los tres darán lugar a buenos y exitosos productos para la "major". A mediados de la década de los cincuenta, Richard Thorpe , un director de cine estadounidense, de Kansas, vinculado estrechamento con la Metro-Goldwyn-Mayer que había comenzado como actor de vodevil y como actor en 1921 y con enorme experiencia como director, pues está en la dirección desde 1923 - llegó a dirigir más de ciento ochenta películas gran parte de ellas rodadas en Poverty Row en Chesterfield Pictures durante la década de 1930. 

Lo cierto es que Thorpe entra en contacto con el productor Pandro Samuel Berman, uno de aquellos judios, que hicieron Hollywood. Su padre Henry Berman que había sido gerente general de Universal Pictures durante los años de formación de Hollywood . 

Su padre metió a Pandro de lleno en el negocio cuando lo nombra director asistente durante la década de 1920 bajo Mal St. Clair y Ralph Ince . En 1930, Berman fue contratado como editor de películas en RKO Radio Pictures , y luego se convirtió en productor asistente. 

Cuando el productor supervisor de RKO William LeBaron se retiró durante la producción del malogrado The Gay Diplomat (1931), Berman asumió las responsabilidades de LeBaron, permaneciendo en el cargo hasta 1939. Después de que David O. Selznick se convirtiera en jefe de producción de RKO en octubre de 1931, Berman logró sobrevivir al despido general de Selznick de la mayor parte del personal consiguiendo alguno de los clásicos del RKO como The Hunchback of Notre Dame y Gunga Din (ambos de 1939). Pero molesto cuando la RKO redujo su autoridad, Berman se fue a MGM en 1940, donde supervisó producciones como Ziegfeld Girl (1941), National Velvet (1944), The Bribe (1949), Father of the Bride (1950) descubrió la capacidad del director y la presencia de un actor muy popular , por entonces, y fumador empedernido como Robert Taylor. 

Tanto Thorpe como Berman eran todoterrenos. Podían apostar por musicales o por cualquier genero pusieron sus ojos en la novela de aventuras en general y la británica y vieron que Taylar daba la talla o el porte adecuado y apostaron por él. Richard Thorpe entre 1952 y 1959 fue responsable de Ivanhoe (1952) con Robert Taylor , Elizabeth Taylor y Joan Fontaine, iniciando una serie de colaboraciones con este actor que si bien no está presente en El prisionero de Zenda (1952) con Stewart Granger , Deborah Kerr y James Mason, sí lo está en Caballeros de la mesa redonda (1953) con Robert Taylor y Ava Gardner, con Todos los hermanos fueron valientes (1953) con Robert Taylor y Stewart Granger o las que nos ha traído hasta aquí, Las aventuras de Quentin Durward (1955) con Robert Taylor y Robert Morley. 

Se relación prosigue con el actor de la Metro que había iniciado su trabajo en esta major y con ella su carrera en el cine en 1934 cuando firmó con Metro-Goldwyn-Mayer. La carrera del actor de enorme popularidad desde fines de los años 1930 y 1940 y continuo hasta los cincuenta cuando entre en contacto con Thorpe trabajando con él hasta finales de la década. Resultado de esa segunda mitad de los cincuenta son su Consejo sobre un Jockey muerto (1957) con Robert Taylor y Dorothy Malone, los Asesinos del Kilimanjaro (1959) con Robert Taylor y Anthony Newley y La casa de los siete halcones (1959) con Robert Taylor. 

Con la enorme experiencia de los tres y la referencia de la novela de Sir Walter Scott los estudios, la MGM, aportaron por un presupuesto 2 470 000 dólares y​se apostó por transformarla en un guión cinematográfico realizado por Robert Ardrey y George Froeschel. La Metro optó por la orquestación de Bronislau Kaper en la música, la afortunada y luminosa fotografía de Christopher Challis y Desmond Dickinson en Eastman Visión, el montaje de Ernest Walter y el grandioso vestuario de Elizabeth Haffenden 

En cuanto al reparto la película contó con Robert Taylor como Quentin Durward, Kay Kendall como Isabelle, la Condesa de Marcroy, un enorme Robert Morley como Luis XI, George Cole como el gitano Hayraddin, Alec Clunes como Carlos o Charles, Duque de Borgoña, Duncan Lamont como el Conde William de la Marck, Laya Raki como el gitano bailarín, Marius Goring como el Conde Philip de Creville, Wilfrid Hyde-White como el maestro Oliver, barbero de confianza del rey y confidente, Eric Pohlmann como Gluckmeister, Harcourt Williams como el Obispo de Lieja, Michael Goodliffe como el Conde de Dunois, John Carson como el Duque de Orleans, Nicholas Hannen como el Cardenal Balus, Moultrie Kelsall como Lord Malcolm, el embajador escocés, Frank Tickle como Petit-André, Bill Shine como Trois-Eschelles, Ernest Thesiger como Lord Crawford, el tío de Quentin y Arthur Howard como el monje herido en Lieja (sin acreditar) 

La película comienza en el año 1465, y se nos informa que el mundo de la caballería ha caído. En ese momento un caballero escocés honorable pero sin un centavo Quentin Durward (Robert Taylor) marcha al castillo de su tío Lord Crawford (Ernest Thesiger) un hombre noble, pero empobrecido como todo el país, y busca una boda de conveniencia con una bella y joven heredera, Isabelle, Condesa de Marcroy (Kay Kendall) que es heredera de un importante condado que se encuentra en la estratégica zona existen te entre Francia y Borgoña. 

Ante esta circunstancia vemos al noble escocés realizando un rentable que lo rejuvenece enormemente y encarga a su joven sobrino que marcha al otro lado del canal de la Mancha con el fin de ir a Francia para averiguar si sería una esposa adecuada para su tío anciano y, sobre todo, comprobar si ella es tan rica como se dice. 

El matrimonio entre la Condesa y el noble escocés, que se presenta como aliado del borgoñón, ha sido arreglado por Charles, duque de Borgoña ( Alec Clunes ) con el fin de consolidar una alianza con Escocia y para aislar al rey francés, el maquiavélico Louis XI (Robert Morley ). Las negociaciones entre el noble escocés y el borgoñón han sido llevadas por Lord Malcolm (Moultrie Kelsall ), el embajador escocés. Éste recibe a Quentin Durward y le cuenta lo que hay de verdad ( la belleza y la riqueza) y los peligros de la misma ( se opone al matrimonio). 

Nada más verla, Quentin queda prendado de su belleza. Pero, el duque de Borgoña tiene otros planes para Isabelle por razones políticas. Efectivamente, ella no quiere tener nada que ver con eso, por lo que decide huir del Charles de Borgoña y busca la protección del gran rival de Charles, Louis XI (Robert Morley), rey de Francia, cuya corte está en Tours.

Antes de celebrarse un baile de corte. Quentin , ante la salida de la joven, aun sin conocerla personalmente, persigue y logra frustrar un intento de secuestro por parte de bandidos bajo el mando de un noble rebelde, convertido en el temor de las Ardenas, el Conde William de La Marck ( Duncan Lamont), aunque Isabelle continúa su camino sin saber que ha sido salvada por el escocés y , lógicamente, sin tener presente la identidad de su protector. 

Al acercarse a la corte del rey Luis, Quentin, como defensor de las causas injustas, intenta, pero falla, salvar la vida de un gitano que ha sido ahorcado. Sin embargo, el hermano del hombre muerto, Hayraddin ( George Cole ), está agradecido por el esfuerzo de salvarlo y le da información de la corte , de la guardia y del castillo. 

El rey Louis, que había ordenado que este hombre fuese ahorcado por ser espía borgoñón, y desconfía de hombres tan honestos como Quentin, le ordena que se vaya de Francia. Sin embargo, el escocés no se disuade fácilmente. 

El caballero escocés , tras las indicaciones del gitano. penetra en el castillo fuertemente vigilado y despierta al rey en su cama con una daga en su garganta. Ante este acto tan brillante Louis queda impresionado y decide contar con Quentin en su servicio. 

Tras la inesperada llegada del Conde Phillip de Creville ( Marius Goring ), un embajador borgoñón en busca de Isabelle, Louis le ordena a Quentin que la proteja y que mantenga su presencia y su identidad en secreto, aunque él sabe quien es, también se hace el loco aparentando no conocer a la dama. 

Durante el tiempo que pasan juntos, ella y Quentin, tras la visitar del embajador borgoñón, y la provocación para un duelo delante de todos los súbditos del rey, comienzan a enamorarse tras jugar una partida de ajedrez. 

Habiendo mentido al embajador borgoñón , al decir que en menos de un mes se presentará ante el Duque Charles y acerca de que Isabelle estará allí, Louis , tras consultar con su barbero y consejero el maestro Oliver (Wilfrid Hyde-White ) le ordena que salga en dirección a su condado. 

Ella le dice que buscará refugio con un viejo amigo, su padrino, el Obispo de Lieja ( Harcourt Williams). Mientras ella prepara su salida Louis elabora un plan para que el el proscrito De la Marck secuestre y se case por la fuerza con Isabelle y mantener así sus tierras estratégicamente importantes fuera del alcance de los borgoñones. 

Para conseguir su objetivo cuenta con Hayraddin, que es un espía a su cargo, que lleva la información y soborne a De la Marck por una buena cantidad de dinero. Louis le proporciona a Isabelle un itinerario detallado para que De la Marck la encuentre, aunque para que pase todo desapercibido le presta a algunos guardias, incluido Quentin Durward, para que cuando los maten, desvíe cualquier sospecha de él. 

Por otro lado, Hayraddin también es enviado como una guía. Sin embargo, cuando descubre que Quentin, que cada vez se está enamorando más, será una de las víctimas, advierte al escocés. 

Los tres logran escapar de la trampa cuando cruzan los bosques de las Ardenas y sobre todo en una posada anterior a la ciudad de Lieja , aunque Quentin queda herido. 

Cuando se ha recupera en la ciudad hoy belga y ante la insistencia de ella por saber su identidad , algo que él intenta ocultar en todo momento, finalmente le dice a Isabelle sobre la obligación que tiene con su tío, lo que le impide cortejarla y se marcha. 

Una vez que el escocés se ha marchado, De la Marck vuelve a la carga y ataca el castillo que protege a la noble. Captura a Isabelle y mata al obispo cuando éste se niega a casarlos. 

Al escuchar los sonidos de la batalla, Quentin rescata a su amada. Él mata a De la Marck en un inusual duelo que involucra a los combatientes en el campanario en llamas, balanceándose de las cuerdas usadas para tocar las campanas de la iglesia. 

Mientras tanto, el duque de Borgoña arresta a Louis cuando él cumple muy a su pesar la promesa que le obligaba a presentarse ante el borgoñón con el fin de continuar las negociaciones de paz, acusándolo de orquestar el asesinato del obispo. 

Sin embargo, Quentin llega y exonera al Rey, proporcionando como prueba la cabeza cortada de De la Marck. Como gratitud (y en el mejor interés de Francia), Louis engaña a Charles para que deje que Isabelle decida con quién se casará. Quentin , que al retornar ha recibido noticias de que su tío ha muerto, se siente libre de la prometa y sigue a su corazón, siendo , indudablemente el elegido y con esta conclusión acaba el filme.



Cuando en 1951, MGM filmó una adaptación de Ivanhoe de Sir Walter Scott en Gran Bretaña, protagonizada por Robert Taylor y producida por Pandro S. Berman, el estudio quedó tan satisfecho con los resultados que incluso antes de que se estrenara la película estaban buscando una nueva película para director y actor siendo sugerida otro de las obras del escocés, Quentin Durward . 

El proyecto se convirtió en algo concreto cuando Ivanhoe se convirtió en uno de los mayores éxitos de la carrera de Taylor. Estaba programado para hacer la película después de completar Knights of the Round Table . 

El productor Berman pensó que el público aceptaría el romance si se presentara como un amor "a primera vista, sobre una base pura, como un tipo de cosa limpia y sin connotaciones sexys. No tengo reglas para establecer películas exitosas, pero una es segura: la gente quiere algo más que palabras (...)". Finalmente, Berman declaró " Estoy comprometido con las películas de acción y alcance escénico (...)". 

Para el papel femenino se vincularon al proyecto varias estrellas f como posibles para aparecer junto a Taylor, incluyendo a Deborah Kerr , Elizabeth Taylor , Ann Blyth y Grace Kelly . Durante un tiempo, la apretada agenda de Robert Taylor vio a Stewart Granger emerger como un contendiente para reemplazarlo, pero Taylor terminó interpretando el papel. 

Por último cuando Grace Kelly rechazó la película, Kay Kendall una actriz inglesa fue la elegida para el papel; una actriz que que moriría trágicamente pocos años después a causa de una leucemia, cuando sólo tenía 33 años. 

Un vez con el casting concretado la película volvía a ser dirigida por Richard Thorpe y producida por Pandro S. Berman. 

El guión fue escrito por Robert Ardrey, adaptado por George Froeschel de la novela Quintín Durward de Sir Walter Scott. Así se realizaba la tercera de una trilogía no oficial hecha por el mismo director y protagonizada por Robert Taylor. Las primeras dos fueron Ivanhoe (1952) y Los caballeros del rey Arturo (1953, Knights of the Round Table). 

Las tres películas fueron rodadas en Inglaterra por la Metro, que invirtió en ellas una gran suma que había acumulado en bancos británicos y que las leyes de la época le impedían sacar de ese país. Así, los tres filmes se caracterizan por su lujoso diseño de producción y holgura de medios. Todas fueron hechas en los Estudios Británicos de MGM en Elstree, cerca de Londres, aunque para esto se rodó igualmente por rodar en otras localizaciones fuera de Gran Bretaña. Eso sí, también se rodó en Bodiam Castle, en East Sussex como el Castillo de Lord Crawford al inicio de la película. 

Igualmente se rodó en algunos de los castillos más bellos del área del Loira como el de Chambord ( presentado como el Castillo del Duque de Borgoña), en el Departamento de Loir-et-Cher, el de Chenonceau en Chenonceaux, en el Departamento de Indre-et-Loire, siendo la corte del rey Luis XI. También se rodó en el Château de Maintenon, en el Departamento de Eure-et-Loir, y en algún punto más del Valle de Loire. 

La película tuvo la distinción de una banda sonora compuesta por el estudio de música de Bronislau Kauper en lugar de Miklos Rozsa, quien estaba ocupado en otros proyectos cuando la película estaba lista para orquestar. 

Fue la primera película de gran presupuesto para la actriz británica Kay Kendall, y contó con gran número de actores británicos distinguidos, incluyendo a Robert Morley. Señalar que, en principio, Charles Goldner fue elegido para el papel de Hayraddin, pero murió en 1955 antes de que comenzara el rodaje. El papel fue dado al comediante británico George Cole. 

La televisión soviética produjo una adaptación de la novela en 1988. En 1971 se produjo una serie basada en la novela de Walter Scott. La película no alcanzó el éxito de entregas anteriores , aunque obtuvo una recaudación 2 175 000 dólares. Según MGM Records, el resultado fue una pérdida de 1.226.000 dólares. 

En cuanto a la crítica Bosley Crowther hizo una revisión pobre de la película en el diario The New York Times, escribiendo "le falta emoción cuando... las intrigas del rey Luis XI y el Duque de Borgoña son presentadas en pantalla con una complejidad extensa y agotadora que cansan y confunden a tu mente". Y prosigue "Los momentos en los que este artefacto altamente disecado tiene una tendencia a moverse son cuando el Sr. Taylor está trabajando para salir de los atascos ... Y la gran pelea terminal ... columpiarse en cuerdas de campana ... es bastante buena. " 

Señalar que , como dice Crowther , que la dificultad de la película está en la trama excesivamente compleja como lo eran las relaciones internacionales de aquel territorio heredero de la Lotaringia, uno de los espacios más ricos de siempre en Europa y más complejos en lo político desde la muerte de Carlomagno y la herencia de su legado territorial. 

De cualquier manera desde el punto de vista del espectáculo es total y algunas escenas como la subida al puente de madera cubierto que hace el actor , junto con la agilidad para acceder al castillo y especialmente la lucha entre Duward y el malvado "jabalí" de las Ardenas es propio de los grandes momentos del cine de aventuras de los años cincuenta.

Indudablemente a destacar la fotografía y el colorido de los ropajes, así como las fantásticas interpretaciones de Robert Morley como Luis XI y Wilfrid Hyde-White como el Consejero Barbero, tan ponderada como puntual, la de dos protagonistas que dan lo mejor de si.  Al final, y eso es importante, Quentin Duward no es un whisky , es la muestra del mejor cine de aventuras de los años 50. 

Ya hemos comentado el trágico y cercano final de Kay Kendall, pero en el tiempo le siguió, de los tres pilares del filme el del actor principal , Robert Taylor, que , si bien es cierto quedó marcado por su declaraciones ante el Comité de Actividades Antiamericanas, no es menos cierto que es un actor que marcó una época en el cine de aventuras. 

Nueve años después de su último trabajo con Thorpe, en 1959, a Taylor le fue diagnosticado un cáncer de pulmón. Era octubre de 1968. Murió de esa enfermedad el 8 de junio de 1969, a la edad de 57 años. 

Dos años antes se había retirado Thorpe, cuya primera película de larga duración que dirigió para MGM fue Last of the Pagans (1935), protagonizada por Ray Mala y que siempre pasará a la historia como el director despedido de El Mago de Oz tras dos semanas de rodaje porque se sentía que sus escenas no tenían el aire de fantasía adecuado sobre ella. Se retiró de la industria del cine en 1967 tras dirigir The Last Challenge. Murió en Palm Springs, California, el 1 de mayo de 1991. 

Por su parte, Berman sobrevivió a los dos en el tiempo. Tras varias reestructuraciones de ejecutivos en MGM y permaneció allí hasta 1963, luego entró en la producción independiente, cerrando su carrera en 1970, siendo reconocido en 1976 con el Premio Irving G. Thalberg Memorial Award . Muchas, seis en concreto de sus películas fueron nominadas al Premio de la Academia a la Mejor Película : The Gay Divorcee (1934), Alice Adams y Top Hat (ambas con 1935), Stage Door (1937), Father of the Bride (1950) e Ivanhoe (1952). El productor murió de insuficiencia cardíaca congestiva el 13 de julio de 1996 en su casa de Beverly Hills , de 91 años de edad. 

Los tres habían dejado grandes películas para la historias que pude ver por primera vez en aquellos sábados , a mediodía, entre los años 70 y 80. Lo reconozco estimularon mi imaginación y el gusto por la historia y mi alegría inmensa al ver el Monumento a Scott. Por supuesto, gracias a los tres.


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