sábado, 14 de marzo de 2020

Nazarín, la primera del confinamiento


Estoy confinado como muchos españoles. Pero así es como debemos estar la mayoría de las personas de este país. La razón este puto coronavirus que se propaga  de forma exponencial. Estoy sorprendido por cómo minusvaloramos todos esta crisis, yo el primero. Lo que parecía desgraciado por los efectos que genera, pero localizado y de repercusión reducida , se ha convertido en una pandemia y el mayor problema de salud pública que he conocido. Todos hemos actuado mal, empezando por los que nos gobiernan y seguidamente por nosotros mismos que , imprudentemente, no hemos medido la gravedad de lo que nos llegaba. 

Dicho lo cual no queda otra que confinarse en la casa con la familia y hacer lo que se pueda hacer.  Una de las opciones que nos queda es ver la televisión y con ella las películas que están emitiendo por los distintos canales. Yo , al menos, apostaré por eso.

Aprovechando que ayer emitieron en la 2 un par de películas dirigida por Luis Buñuel y basadas en la obra de Benito Pérez Galdós, cuyo centenario de su muerte celebramos este año, me decanté no por la primera entrega que había visto hace poco, Tristana, sino por la segunda que llevaba por título Nazarín, película que pude ver hace años cuando televisión española emitió un ciclo sobre el periodo mexicano de Luis Buñuel. De esos títulos recuerdo además del Ángel Exterminador, Simón del Desierto, Los olvidados, junto a ésta, Nazarín. 

Nazarín es una película mexicana del año 1959, dirigida por el genio de Calanda -claro que Teruel existe - protagonizada por un inmenso Francisco Rabal,  que estuvo acompañado por Marga López, Rita Macedo, Jesús Fernández e Ignacio López Tarso en los papeles principales. 

La película se basa en la novela homónima de Benito Pérez Galdós publicada en mayo de 1895, dentro de lo que se conoce como el ciclo "espiritualista" de las "Novelas españolas contemporáneas" y que tiene como protagonista al sacerdote manchego, natural de Miguelturra, Nazario Zaharín, un sacerdote poco mundano, que viene a ser un reedición de Jesús, encarnado en un sacerdote que habita en un barrio popular de Madrid y que , en el fondo, denuncia el fracaso del sistema burgués por crear una sociedad más igualitaria y más cristiana. La obra originaria de Galdós se traslada de Madrid a una barriada marginal de México DF gracias al guion escrito a cuatro manos por Julio Alejandro, Luis Buñuel y  en el que Emilio Carballido trabajó como supervisor de diálogos.


Nazarín, como película se estrenó en 1959, poco antes que Viridiana (1961) y algunos años después de Los olvidados (1950). 

Para su realización Luis Buñuel contó como ayudante de dirección con Ignacio Villarreal y con Juan Luis Buñuel , siendo responsable de la dirección artística Edward Fitzgerald. 

La película fue una producción de Federico Amérigo como productor ejecutivo y quedando como productor Manuel Barbachano Ponce respaldado por su productora Manuel Barbachano Producciones.

El responsable de la música fue Rodolfo Halffter y junto a él, Macedonio Alcalá como intérprete del vals "Dios nunca muere" al que se sumaron al final el redoble de los tambores de Calanda (Aragón). A cargo del sonido estuvo José D. Pérez , mientras que la fotografía fue para Gabriel Figueroa quedando la foto fija en manos de Manuel Álvarez Bravo  y siendo operador de cámara Ignacio Romero .

Otros aspectos técnicos fueron para Carlos Savage, el montaje, el vestuario de Georgette Somohano , los decorados , como el resto de la dirección artísticas, fueron responsabilidad de Edward Fitzgerald mientras que el maquillaje fue labor de Armando Meyer .  

El elenco lo integraron Francisco Rabal como el Padre Nazario, Marga López como Beatriz, Rita Macedo como Andara, Jesús Fernández como Ujo, Ignacio López Tarso como el ladrón en la iglesia Luis Aceves Castañeda, Ofelia Guilmáin como la Chanfa,  Noé Murayama como Pinto, Rosenda Monteros como Prieta,  Victorio Blanco como el Prisionero viejo,  Arturo Castro como el Coronel  José Chávez , Cecilia Leger como la mujer con piña,  Ignacio Peón como el Sacerdote,  Ramón Sánchez Manuel Arvide como el ayudante de arquitecto, Edmundo Barbero como Don Ángel  el sacerdote, Antonio Bravo como el Arquitecto, Ada Carrasco como Josefa, Lupe Carriles (como la prostituta,  Raúl Dantés como el Sargento, Aurora Molina como La Carmela, Pilar Pellicer como Lucia y David Reynoso como Juan.

La historia se sitúa en México, en los primeros años del siglo XX, bajo el mandato de Porfirio Díaz , y en una casa patio . En ella descubrimos al padre Nazario (Francisco Rabal), un sacerdote de padres españoles y formado teológicamente en España pero que ejerce en México y que vive conforme a los Evangelios en los que se describe a Jesús como un hombre libre, comprometido, misericordioso y cercano a la gente. Sus feligreses son los pobres que viven cerca de él.

El humilde cura  comparte su pobreza con los necesitados y desposeídos que habitan en el Mesón Héroes de Doña Chanfa (Ofelia Guilmáin). El sacerdote subsiste de las pocas misas que le van saliendo y especialmente de la caridad del prójimo para el que vive entregado en cuerpo y alma.

En medio del patio vecinal, mientras esquilan al inicio de la película un burro, aparecen los hombres y mujeres que  entran y salen de la Posada. Desde el afilador hasta el operario que le anuncia al aristócrata la instalación de los cables de la luz eléctrica y que no entiende que un miembro de la Iglesia viva en esas condiciones miserables que no se ajustan a su orden religioso.

La Chanfa nos lleva hasta el primer piso y en una habitación muy modesta descubrimos a Nazarín  un sacerdote que desde el principio vemos que es una persona íntegra, cabal, incapaz de traicionar sus convicciones.

En su primera aparición, denuncia tranquilamente a su patrona doña Chanfa (Ofelia Guilmáin) el robo que acaba de sufrir, mientras ella entra a su cuarto por la ventana como hará todo aquel que quiera acceder al interior de la vivienda.

Mientras en el patio del Mesón Héroes pululan todo tipo de personas: hombres que cargan cestos y bandejas de mimbre, mujeres que conspiran, niños que juegan, los hombres que esquilan a un burro, los operarios de la electricidad con su libreta, el ingeniero delgado y hasta un afilador amenazado de desahucio al que se suman un grupo de "vistosas" prostitutas. Estas mismas prostitutas le insultan y humillan poco después ya que suben a la habitación de Nazario a echarle en cara que él haya relacionado el robo con la familiar de una de ellas.


Casi de inmediato conocemos a una joven habitante del Mesón, Beatriz (Marga López), una chica bondadosa que tiene una relación con un hombre , Pinto (Noé Murayama), y que está enganchado a él en todos los sentidos. A pesar de su relación, fuera del matrimonio, él pasa de ella.

Después  Beatriz, a quien  abandonará a renglón seguido su presunto novio , despechada, porque la quiere prostituir, e intenta ahorcarse, pero fracasa al hacerlo en una viga podrida. La Chanca le dice que así no se puede suicidar nadie,  y que la próxima vez lo haga desde una viga más sólida pues la del intento se ha roto.

Tras este intento de suicidio es ayudada espiritualmente por el sacerdote que vive en el Mesón, Nazarín.

Como el robo colea en el patio se producirá una reyerta entre las prostitutas. Entre las que participan está Andara (Rita Macedo ) , una prostituta peleona y de buen corazón que vive y trabaja en México y que en la pelea resulta herida , aunque ella también daña a su contrincante. Herida de gravedad se refugia en el cuarto de Nazarín,  y éste para evitar que sea detenida por la policía dada la sangrienta pelea con heridas graves le da cobijo.

Después de proteger y cuidar de Andara, esta insensata provoca un incendio en el cuarto de Nazarín, al intentar quemar sus ropas y con el objeto de eliminar rastros para despistar a la policía , pero lo que consigue es incendiar el mesón.

Tras el suceso, Nazario, como hombre honesto que es , hace una declaración en la que reconoce que amparó a la chica, por lo que es sancionado por sus superiores por conducta inmoral. De cualquier manera , el sacerdote, para no delatarla, se ve obligado a  a abandonar el lugar y huir al campo para vivir de la limosna, algo indigno para un miembro de la Iglesia siendo además un hombre perseguido por la justicia.

Nazarín empieza a caminar por los campos, viviendo de la limosna, y será seguido por las dos mujeres, Beatriz y Andara,  que le consideran un santo.  Nazario sabe que eso no es así, pero el hecho de ayudar a recuperar a un niño enfermo hace que su poder pastoral sea cada vez mayor sobre esas dos mujeres. Beatriz una noche a la intemperie y estando ambos junto a Nazarín alrededor de un fuego le dice: “Así es la muerte, alegre y triste. Alegre porque nos libera de las cadenas de la vida. Triste porque amamos nuestra carne y nos duele separarnos de ella.”

A lo largo de su camino, sus acciones, determinadas por su concepto de la caridad cristiana, provocarán una serie de conflictos. Las personas piadosas creen que su conducta oculta una vida disoluta y depravada. Su humildad enfurece a los vanidosos, que le exigen muestras reiteradas de sumisión y sometimiento.

En su huida, el padre Nazario se replanteará su propia fe, a la vista de los acontecimientos que sufre y de los hechos que conoce.

Los primeros son la falta de solidaridad por parte de los trabajadores que lo amenazan si está dispuesto a trabajar a cambio de comida.

Tras su marcha sospechamos que el capataz dispara sobre alguno de los obreros. Descubrimos igualmente como los ricos, como los militares como es el caso del coronal que se encuentra en la carretera (Arturo Castro ) que ni agradece su ayuda y exige tratamiento a un campesino que pasa por el lugar pensando en sus cosas, e incluso algún miembro del clero (Ignacio Peón ) desprecian a los pobres cuando se cruzan con ellos en el camino o piensan que es gente "del norte".

A la llegada a un pueblo mientras pide limosna se encuentra con su antigua vecina Beatriz,  y tras seguirle poco después se incorpora al dúo, Andara justo en el momento en que Nazarín salva a un niño enfermo.

Tras esto las dos mujeres siguen al sacerdote como auténticos vagabundos . Sus pasos los llevan a un pueblo de apestados, donde un desbordado alcalde autoriza al trío al auxilio, ya que gran parte de los ciudadanos se han marchado. Nazarín además de atender a un bebé que se ha quedado huérfano pues su madre ha muerto , poco después trata, inútilmente, de salvar para el cielo a una moribunda que lo rechaza ya que prefiere el amor terrenal a la salvación eterna.

La llegada a otra localidad no es más grata precisamente. Beatriz y Andara siguen tras él. En ella vemos como el sacerdote pone fin a la humillación que un grupo de hombres realizan sobre un enano . Tras esto el enano Ujo (Jesús Fernández) se enamora perdidamente de Andara a la que le dice “Eres fea pero yo te quiero”. Pero tras estar allí y volver al camino, Nazarín, duda de dios y de los hombres.

Los tres, junto a un Ujo encantado de ser correspondido por Andara, se marchan de la  localidad aunque antes de salir del municipio son detenidos tanto Nazario como Andara por los federales. Ambos acaban en el calabozo.

Junto a ellos marcha Beatriz. Tanto  Nazarín como Andara son encarcelados y luego , en una soga de presos llevados a la capital. Junto a ellos permanece Beatriz. Durante el camino es golpeado por otros prisioneros que no lo respetan ni respetan a las chicas.

Nazarín  es arrestado y conducido entre criminales. En la prisión Jesucristo, se encuentra con un buen ladrón que le vuelve a golpear y un mal ladrón (Ignacio López Tarso). El segundo le dice “y su vida para qué sirve, usted pa el lado bueno y yo pa el lado malo, ninguno de los dos servimos para nada”.

Mientras Beatriz y Andara corren destinos paralelos. La primera  según su madre con la que se ve le echa en cara que ande enamorada perdidamente “del hombre” que hay detrás del sacerdote, algo que ella no reconoce.

Frente a ella Andara que como responsable del incendio es llevada con toda su dignidad y  fe a Presidio en una cuerda de presos. Ella se venga del mal ladrón insuntándole por haber agredido al sacerdote y acercándose al buen ladrón por haber ayudado a Nazarín.

La vida de ambas no ha sido un camino sino un rodeo, sin llegar a salida alguna . Ambas terminan como lo habrían hecho si nunca se hubieran topado con el sacerdote, la primera sometida al dominio de Pinto (Noé Murayama), con la cabeza apoyada en su hombro como poco antes se había posado en el de Nazarín , y la segunda camino de la prisión.

Mientras Nazario termina escoltado por un guardia caminando por una carretera polvorienta ya separado de los malhechores. La película termina cuando el protagonista en su momento de crisis, con la cabeza ceñida por una venda a modo de corona de espinas, se despierta de las ilusiones que han dirigido su vida  y vemos cómo rechaza la piña que le ofrece una mujer  (Cecilia Leger ) porque quizá ha dejado de creer en la caridad, pero al final cambia de idea y la acepta. Con la piña en la mano sigue su camino.  

La película fue rodada bajo "la dictadura de las tres semanas" en diversos estados mexicanos como Morelos, México Distrito Federal y Puebla durante el verano de 1958. Se rodó en Jonacatepec y Cuautla (Morelos), en los Estudios Churubusco Azteca, de Ciudad de Mexico, y al pie del Volcán Popocatépetl en Puebla.

Su director de fotografía declaró en alguna ocasión sobre los escenarios de rodaje que Buñuel “Salía muy temprano en autobús y caminaba al azar por las callejas, haciendo amistad con la gente, observando tipos, visitando casas. Recuerdo que a veces iba a hablar con una chica que tenía parálisis infantil. Caminaba por Nonoalco, la plaza de Romita, una ciudad perdida en Tacubaya. Esos lugares luego salieron en la película y algunos ni siquiera existen ya”

La película de Producciones Barbachano Ponce es una de las más significativas del director exiliado en México y fue la primera película en que el actor español Francisco Rabal trabajó con Buñuel. 

Durante algún tiempo, Buñuel no se mostró interesado por la obra de Pérez Galdós. De hecho tenía los derechos de varias de sus novelas. Sin embargo, Nazarín, tras un intento fallido de llevar al cine Doña Perfecta, fue la primera en ser llevada a la gran pantalla. Pocos años más tarde y ya en España, hizo tanto Viridiana (basada en otra novela, Halma), como Tristana (1970).

Debido a las reticencias hacia la obra del novelista canario, tal vez porque éste pertenecía a la generación del 98, tardó varios años en terminar el guion de Nazarín. Ante la insistencia del  productor Manuel Barbachano Ponce y amparado en su productora  decide rodar Nazarín. Decir que Nazarin fue la primera y única colaboración de Bunuel con este productor independiente quien siempre se mantuvo fuera de la industria oficial, que fue presa de la burocracia y el cierre de sindicatos, y logró importantes contribuciones para el cine mexicano de la época.


El mismo director declaró que "A Nazarín llega un momento en que le falla todo. Además él mismo es contradictorio. El cree en la limosna, ha predicado a favor de ella. Al final, cuando una pobre mujer le da una piña, se niega a aceptarla. Para mí, allí Nazarín falla, porque está rechazando lo que ha sido el principio de su vida, sus creencias. Y se va llorando…Esa actitud de Nazarín me intriga tanto como a ustedes. Y me conmueve. ¿Qué va a ser de este hombre, después de tan tremendas experiencias? No sé…"

Lo cierto es que la novela de Galdós le sirve a Buñuel para desplegar un discurso fílmico poderoso y eficaz visualmente. Galdós concibió a Nazarín como una especie de Don Quijote “a lo divino”: a semejanza del hidalgo castellano que aspiraba a recuperar el espíritu anacrónico y novelesco de los caballeros andantes, el sacerdote Nazarín (Francisco Rabal) revive la letra del Evangelio en todo su rigor ético (“para mí nada es de nadie; todo es del primero que lo necesita”), lo que hace que sus coetáneos, especialmente en el ámbito del clero, lo tomen por loco; por su parte, la figura de Sancho Panza se desdobla de modo burlesco en dos mujeres, las citadas Beatriz y Andara, con las que el sacerdote convive de forma sospechosa a ojos del mundo.

El enigmático final de "Nazarín" tiene que ver con el tema de la película, que es el mismo de Viridiana  y que se resume en la superficialidad de la caridad cristiana. El padre Nazario, que practica activa y pasivamente el principio de caridad, tras una serie de vivencias que niegan cualquier tipo de eficacia a su conducta, excepto en el paradójico episodio del involuntario milagro, demuestra una crisis de conciencia al negarse a aceptar una limosna. Inmediatamente persevera en su fe como demuestra el acto de aceptar la caridad que se le ofrece.

Lo que sí llama la atención es como un hombre absolutamente desvinculado con la Iglesia Católica como Luis Buñuel quien declaró en alguna ocasión "Soy ateo, gracias a Dios" , centra el corrosivo relato en el sacerdote, como si un nuevo Jesús fuese, al que trata con dosis adecuadas de ternura, crueldad y humor colocando lo humano sobre lo sagrado. Un humano que cuando es destituido  como sacerdote por un superior quiere vivir como un pobre, pidiendo limosna y es visto por el pueblo  descalzo, "como Jesucristo"  al que le ruegan que haga milagros. Más adelante, aparece errante con cayado y túnica hebraica, como Moisés.

La abnegación atrapa a los espectadores por la entereza con la que afronta , pero la caridad de Nazarín no redime a nadie, ni siquiera a él mismo: “Usted no tiene malicia, y hace las cosas a lo santo, con lo cual perjudica sin querer”, le dice Andara en la novela. Igualmente la película recrea la persecución y detención en el "monte de los olivos" o muestra las consecuencias perversas de su candidez como se ve en el asesinato o al menos el disparo que se escucha tras su salida de la obra , mientras el mira una flor. Cinco años después, Pier Paolo Pasolini, ateo declarado, realizó El Evangelio según San Mateo. La película fue seleccionada por el Vaticano en su lista de 45 "grandes películas". Pero curiosamente y a pesar de lo que he señalado, el mismo Buñuel en su autobiografía, 'Mi último suspiro', señaló que la mujer moribunda en la escena de la peste se inspiró en el Diálogo entre un sacerdote y un hombre moribundo que sale en una obra del marqués de Sade.

Este filme ocupa el sexto lugar dentro de la lista de las 100 mejores películas del cine mexicano, según la opinión de 25 críticos y especialistas del cine en México, publicada por la revista Somos en julio de 1994. La segunda película de esta lista es "Los olvidados", también de Buñuel. No se estrenó en España hasta 1976.

Nazarín se estrenó el 11 de mayo de 1959 y fue ganadora del Premio Internacional del Festival Internacional de Cine de Cannes. Fue seleccionada para el festival de cine de Acapulco (1959). Estuvo a punto de recibir un Premio, el de la Oficina Católica pero como narra en sus memorias "(Nazarín) fue bien recibida, no sin ciertos equívocos que se referían al verdadero contenido de la película. Así, en el Festival de Cannes, donde obtuvo un Gran Premio Internacional creado especialmente para esta ocasión, estuvo a punto de recibir el Premio de la Oficina Católica. (…) El equivocó continuó. (…) Un día tras la elección de Juan XXIII, recibí una visita en México. Se me pedía que fuese a Nueva York, donde un cardenal, sucesor del abominable Spelmann deseaba entregarme un diploma de honor por la película. Naturalmente, me negué."  

Fue también la primera película en ser seleccionada para representar a México en los premios Oscar como mejor película extranjera. No fue nominada.

Fue la película favorita de  Andrei Tarkovski quien señaló que "La que en mi opinión es la mejor película de Buñuel, Nazarín (México, 1958), destaca sobre todo por su sencillez. La estructura dramática de la película recuerda la de una parábola, y su protagonista principal, a don Quijote. La obra de Buñuel está profundamente arraigada en esta cultura clásica de España. Es sencillamente impensable sin una referencia apasionada a Cervantes y a El Greco, a Lorca y a Picasso, a Salvador Dalí y Arrabal. La obra de éstos, llena de pasiones airadas y tiernas, de tensión y de protesta, surge de un profundísimo amor por su tierra lo mismo que del odio que les domina por entero: odio a todo esquema enemigo de la vida, a todo intento frío y descorazonado de vaciar los cerebros. Ciegos de odio y de sospecha, ellos expulsarán de su campo de visión todo lo que no contenga una referencia vital al hombre, todo lo que no acoja esa chispa divina y ese sufrimiento hecho costumbre que la tierra española, rocosa y caliente hasta la ignición, ha tenido que beber durante siglos. La escena final de Nazarín es realmente estremecedora pero -y esto es especialmente importante- no por su simbolismo, que despierta asociaciones con el Evangelio, sino a causa de su gran poder emocional. Es un ejemplo magnífico de la fuerza dominante de la imagen artística sobre la necesaria limitación de su capacidad de enunciar un contenido. Sólo cuando se ha visto Nazarín por segunda o por tercera vez, se llega a percibir el significado racional que encierra.

Para el escritor  español y exiliado como Buñuel, Max Aub "No hay en toda la obra de Buñuel escenas de amor tan tiernas como las del enano Ujo y la prostituta Andara. Nunca llegará a tanta ternura ni en diálogo ni en imagen".

Según el Nobel mexicano  Octavio Paz " En Nazarín, con un estilo que huye de toda complacencia y que rechaza todo lirismo sospechoso, Buñuel nos cuenta la historia de un cura quijotesco, al que su concepción del cristianismo no tarda en oponerlo a la Iglesia, la sociedad y la policía... Fiel a la tradición del loco español, Buñuel nos cuenta la historia de una desilusión. Para Don Quijote la ilusión era el espíritu caballeresco; para Nazarín el cristianismo. Pero hay algo más. A medida que, en sus andanzas por montes y poblados, la imagen de Cristo palidece en la conciencia de Nazarín, comienza a surgir otra: la del hombre. Buñuel nos hace asistir, a través de una serie de episodios ejemplares, en el buen sentido de la palabra, a un doble proceso: el desvanecimiento de la ilusión de la divinidad y el descubrimiento de la realidad del hombre. Lo sobrenatural cede el sitio a algo maravilloso: la naturaleza humana y sus poderes... Nazarín rechaza la limosna de una pobre mujer para, tras un momento de duda, aceptarla, no ya como dádiva sino como signo de amistad. Nazarín, el solitario, ha dejado de estar solo: ha perdido a Dios pero ha encontrado el amor y la fraternidad".

Para John Huston , un director enamorado de México desde que rodará con Henry Fonda El fugitivo, con alguno de los técnicos y / o actores que aparecen en esta película: " Desde el fin de la guerra, las dos grandes películas que yo he visto son El ladrón de bicicletas y Nazarín. La película de Buñuel es una obra maestra que perdurará en la historia del cine. Nazarín es una obra de conjunto realizada con profundo ánimo artístico, sin concesiones de ninguna clase. Es un filme excepcional dentro de la producción actual del mundo. Me hubiera enorgullecido dirigir Nazarín".

Para el que fuera el miembro más brillante de la familia Bardem, para el director Juan Antonio Bardem : " La escena final de Nazarín es la más densa, más profunda y perturbadora escena de la historia del cine".

El oscarizado Guillermo del Toro declaró que " La película contiene una dura verdad: que no se puede esperar nada de la caridad, o de los dogmas o teorías, para trabajar en el mundo real. Así que es muy anti-institución. Nos muestra que el gobierno es un imbécil, que la policía es inútil, el ejército no sirve para nada, y la iglesia es igualmente inútil. La película cuenta con uno de los mejores momentos en un guión que he visto en mi vida: cuando él está en la cárcel, y el criminal dice: 'Yo para el lado malo, usted para el lado bueno. Somos lo mismo." Es muy bueno porque es un momento brutal en la realización de Nazarín: a partir de entonces, todo el camino hasta el final de la película, él está verdaderamente horrorizado por su naturaleza, y, finalmente, acepta humildemente la piña que se le ofrece a él, aunque primero la rechace. Nazarín es un paradigma de lo que entiendo por un gran guión, el que deja que el personaje se defina por sus acciones".

Para Jorge F. Hernández en El País "El Nazarín de Buñuel transpeninsularzó al Nazarín de Benito Pérez Galdós: la novela sobre un sacerdote arcángel caído en crisis de fe y resucitado por la solidaridad de los humildes, como un Nazareno moderno, la narra Galdós en Madrid, pero Buñuel transterró la trama al paisaje de México y la interpretación del infinito Paco Rabal en lo que sería su primera colaboración con Buñuel logró realmente cristalizar en genialidad pura en blanco y negro. Agreguemos la sutil maestría con la que Gabriel Figueroa era capaz de retratar las nubes como si respondieran al guion o las sombras de los rostros como si fueran pintados al óleo y la obra se completa como una de las mejores películas no solo dirigidas por Buñuel, sino del mundo del cine en general. "

Según Ángel San Martín en Encadenados "La fotografía, dirigida por el gran Gabriel Figueroa, resulta portentosa y en ocasiones escabrosa por el realismo con el que muestra los detalles, como la paliza que le propinan a Nazarín en un establo sus compañeros de viaje. " Y añade " el camino, metáfora de profunda reminiscencia católica y la bienaventuranza de dar de comer al hambriento. Con el rostro, casi desencajado, el protagonista no se rinde porque algo extraordinario (¿tal vez la fe?) mantiene erguido su cuerpo y el permite seguir. Sin embargo, el desaliento provocado por esta última escena es agónico. De pronto se constata que “la caridad” tampoco es la solución más adecuada para las desigualdades lacerantes instaladas en las sociedades de entonces, como en las de ahora".

A destacar en la película que algunos de los rasgos más significativos del director, el gusto por lo onírico , enraizado en la formación surrealista del mismo surgen en distintos momentos de la película.

Sobresalen desde el parpadeo alucinado de Beatriz (Marga López) en el patio y la posterior imagen en la que le vemos besando con un brutal apasionamiento en los labios de Pinto que llegan a sangrar tras casi devorarlos, hasta su movimiento compulsivo en el suelo simulando su entrega al amante.

Marga López dijo de Buñuel "Fue curioso trabajar con Luis Buñuel, era muy contradictorio. Hicimos una escena donde a me viene un ataque de locura. A mí me había gustado la primera toma, pero él quiso que se repitiera varias veces más; en la última, me dijo que hiciera una risa como si hubiera contado un chiste; así lo hice, pero no me gusto. Me pregunto que cual era la que más me había gustado, y yo le dije que la primera, y solo por eso dejo la ultima. Le gustaba preguntar siempre, pero al final de cuentas hacia lo que quería. "


Igualmente es de destacar la escena en la que Andara se despierta y descubre frente a ella una imagen de un Cristo pintado con corona de espinas y ensangrentado por los latigazos, un Ecce Homo, con la boca abierta y sonriente que parece reírse ante ella o , más bien,  de ella, la escena en la que ella bebe de una palangana llena de su propia sangre o la inclusión en la escena final de los tambores del Viernes Santo de Calanda que acompañan la escena final.

El acceso domiciliario a la habitación en la que todos, la clase alta y la más baja accede a la habitación por la ventana  o la imagen de Ujo colgado de un árbol y su enamoramiento con Ándara,  en el periplo de redención.

A destacar igualmente el tono literario de los diálogos realizado brillantemente por Emilio Carballido como supervisor de diálogos así como al resto que supieron llevar el texto y adaptarlo a la realidad mexicana.

Plausibles son igualmente las magníficas actuaciones de Francisco Rabal actor buñuelesco como lo fue Fernando Rey. Grandes actuaciones del resto del elenco mexicano. Impresionantes tanto las enormes Marga López,  Ofelia Guilmáin  y Rita Macedo, así como el resto desde Ignacio López Tarso hasta  Jesús Fernández  pasando por Noé Murayama.

Magnífica fotografía en blanco y negro por parte de uno de los más importantes fotógrafos y , por extensión, directores de fotografía del país, Gabriel Figueroa que saca con sus cámaras el rostro de la miseria , pero también de la humanidad de todos aquellos que pululan por la película así como la extrema aridez del paisaje y el aspecto miserable de los escenarios.

En 2015 Javier Espada dirigió una la película documental Tras Nazarín que recorre los lugares en los que Luis Buñuel filmó Nazarín, entrevista a los actores de la película Pilar Pellicer, Rosenda Monteros e Ignacio López Tarso, además de cineastas, fotógrafos, artistas, etc, relacionados con esta película y con Buñuel.

Para acabar diré que al final de la película Nazario rechaza la limosna , pero  tras reflexionar, la acepta y sigue su camino con semblante triste como hacemos los que hoy nos hemos quedado en casa por obligación para ver el primer capítulo con esta primera película de este previsible y largo confinamiento. Esperemos que sea más corto de lo que pensamos. Mucha suerte a todo el que lea esto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario