Uno es un enamorado de Almería, como ya me declaré en su momento en mi entrada "Almería costa noble”, desde la costa hasta su montañoso interior. Sus monumentales paisajes de alta montaña se complementan con sus calas grandiosas como la de los muertos o como la de Mosul en el Parque Natural de Cabo de Gata. Pero el interior guarda algunas de las grandes joyas.
En ocasiones bajo tierra como las minas de yeso de Sorbas, otras sobre ella como vemos en en el mayor desierto de Europa, el de Tabernas. Fue en este espacio en el que se desarrolló una auténtica industria cinematográfica, ligada al éxito de los llamados “spaguetti” western. En ese espacio se rodaron películas tales como El bueno, el feo y el malo, Hasta que llegó su hora, Shalako, Los siete magníficos, Las petroleras, Ana Caulder, Sol Rojo, Duelo en OK Corral -o Doc, como se conoce en el resto del mundo-, La colina de las botas, La vuelta de El Coyote u otras como Indiana Jones y la última cruzada, o la teleserie Reina de espadas. En ellas participaron actores y actrices de la talla de Clint Eastwood, Brigitte Bardot, Yul Brynner, Claudia Cardinale, Toshiro Mifune, Terence Hill, Raquel Welch, Sean Connery, Lee Van Cleef, Charles Bronson, Bo Derek y Harrison Ford disfrazados de vaqueros, pistoleros, aventureros y chicas de saloon.
Durante una larga década duró esta industria, hasta que el sol se fue perdiendo en el desierto almeriense, para volver a salir en el poniente de esta provincia en forma de agricultura hidropónica y bajo plástico. Como ocurre en Asterix unos -pocos- resistieron y no quisieron abandonar su oficio de especialistas en montar a caballo, caídas desde altura, o en llevar durante la jornada la cara polvorienta. Un homenaje a éstos trabajadores, obreros de la interpretación, formado por especialistas y secundarios silenciosos, vemos en 800 balas, la sexta película de Alex de la Iglesia, a la par que la película que me sirve a mí como monumento o canto del cisne de uno de los grandes del cine español: Sancho Gracia.
En ocasiones bajo tierra como las minas de yeso de Sorbas, otras sobre ella como vemos en en el mayor desierto de Europa, el de Tabernas. Fue en este espacio en el que se desarrolló una auténtica industria cinematográfica, ligada al éxito de los llamados “spaguetti” western. En ese espacio se rodaron películas tales como El bueno, el feo y el malo, Hasta que llegó su hora, Shalako, Los siete magníficos, Las petroleras, Ana Caulder, Sol Rojo, Duelo en OK Corral -o Doc, como se conoce en el resto del mundo-, La colina de las botas, La vuelta de El Coyote u otras como Indiana Jones y la última cruzada, o la teleserie Reina de espadas. En ellas participaron actores y actrices de la talla de Clint Eastwood, Brigitte Bardot, Yul Brynner, Claudia Cardinale, Toshiro Mifune, Terence Hill, Raquel Welch, Sean Connery, Lee Van Cleef, Charles Bronson, Bo Derek y Harrison Ford disfrazados de vaqueros, pistoleros, aventureros y chicas de saloon.
Durante una larga década duró esta industria, hasta que el sol se fue perdiendo en el desierto almeriense, para volver a salir en el poniente de esta provincia en forma de agricultura hidropónica y bajo plástico. Como ocurre en Asterix unos -pocos- resistieron y no quisieron abandonar su oficio de especialistas en montar a caballo, caídas desde altura, o en llevar durante la jornada la cara polvorienta. Un homenaje a éstos trabajadores, obreros de la interpretación, formado por especialistas y secundarios silenciosos, vemos en 800 balas, la sexta película de Alex de la Iglesia, a la par que la película que me sirve a mí como monumento o canto del cisne de uno de los grandes del cine español: Sancho Gracia.
La película se basa en una idea original del propio director que surgió tras asistir a un espectáculo para turistas en Almería.
800 balas es una película del director Álex de la Iglesia. Basada en un guión firmado por el mismo y Jorge Guerricaechevarría. Su productora, Pánico Films, creada para la ocasión, se hizo cargo de la financiación de la misma. Pánico Films invirtió 4.500.000 euros , aunque la distribución recayó en la Warner Sogefilms A.I.E.,TLA Releasing, que apenas consiguió recuperar la mitad de lo invertido, pues la recaudación apenas alcanzó los 2.000.000 euros.
En el apartado técnico destaca especialmente la labor musical de Roque Baños. La fotografía es de Flavio Martínez Labiano, mientras que el montaje estuvo en manos de Alejandro Lázaro. La dirección artística fue controlada por Arri y Biaffra y el vestuario por Paco Delgado.
La película está protagonizada por los actores Sancho Gracia (Julián) y Carmen Maura (Laura), que aparecen acompañados como secundarios por Ángel de Andrés López (Cheyene), Eusebio Poncela (Scott), Luis Castro (Carlos), Enrique Martínez (Arrastrado), Luciano Federico (Enterrador), Ramón Barea (Don Mariano), Manuel Tafallé (Manuel), Terele Pávez (Rocío), Gracia Olayo (Juli), Cesáreo Estébanez (Andrés), Eduardo Gómez (Ahorcado), Eduardo Antuña (Taxista), Berta Ojea (Ángeles), Ane Gabaráin (Jacinta), Yoima Valdés (Sonia o Sandra), Alfonso Torregrosa (Jefe policía), Juan Viadas (Monitor), Juanjo Legamiz (Camarero).
Presentada en el Festival de Cine de Sitges en 2002, la película es una tragicomedia coral, homenaje a los Spaghetti Western, rebautizados como "Marmitako Westerns" por el propio director.
La cinta empieza como unos títulos de crédito que impresionan, una música típicamente de western al gusto hispano, y unos títulos de crédito fantásticos que anteceden a un inicio espectacular por su acción. Es todo un western. En los primeros minutos, aparece una diligencia perseguida por unos asaltantes. Esta escena de acción, trepidante, culmina con la muerte de uno de los bandidos, arrollado por los caballos y las ruedas del vehículo. Enseguida descubrimos que todo esto sucede durante el rodaje de un western setentero. El bandido era, en realidad, un especialista; el accidente, sin embargo, no formaba parte de ningún montaje. Suena entonces una versión rumbera de El bueno, el feo y el malo, de Ennio Morricone.
Finalizado el prólogo, comienza la historia propiamente dicha, ambientada en la actualidad. Vemos como se instala una madre con su hijo y su suegra. De inmediato comprobamos que el niño está asalvajado , hace su santa voluntad en la casa ante una madre que parece no dedicarle mucho tiempo. Al poco rato nos enteramos que el chico es huérfano de padre y que su abuelo vive - o sobrevive- como actor de western, como lo fue el padre del chico en unos viejos estudios de Almería.
Ante la noticia el niño decide ir a conocer su pasado familiar. El pasado y el presente de su abuelo malviven en Texas Hollywood, el primer escenario del oeste construido en el desierto de Tabernas construido en la época dorado del "spaguetti- western" hace algo más de tres décadas. Texas Hollywood es el único decorado del Oeste que todavía conserva su estructura original. Pero en este polvoriento poblado del Oeste de Almería hace ya décadas que no se ruedan películas. Allí malvive Julián Torralba (Sancho Gracia), un veterano especialista de cine que está de vuelta de todo. Con él, que en el pasado se ganaba la vida en westerns estadounidenses ( ...o italianos, o españoles) rodados en España, como residuo de los especialistas trabajan otros marginados y nostálgicos sin remedio: el pistolero cobarde llamado Cheyenne (Ángel de Andrés); Manuel (Manuel Tallafé), el doble temerario; El "Arrastrao" (Enrique Martínez), el jinete sin suerte; El Ahorcado (Eduardo Gómez), una triste vistima y buen lector de prensa; Un "enterrador" (Luciano Federico), un italiano gafado; Don Mariano (Ramón Barea), el dueño del poblado que no vive allí pero que lo maneja todo... y media docena de gitanos disfrazados de indios, que de vez en cuando trafican con chocolate. Se ganan la vida recreando patéticas escenas de acción y shows acrobáticos para los escasos turistas extranjeros - antes lo hacían los japoneses- que visitan la zona.
Ante la noticia el niño decide ir a conocer su pasado familiar. El pasado y el presente de su abuelo malviven en Texas Hollywood, el primer escenario del oeste construido en el desierto de Tabernas construido en la época dorado del "spaguetti- western" hace algo más de tres décadas. Texas Hollywood es el único decorado del Oeste que todavía conserva su estructura original. Pero en este polvoriento poblado del Oeste de Almería hace ya décadas que no se ruedan películas. Allí malvive Julián Torralba (Sancho Gracia), un veterano especialista de cine que está de vuelta de todo. Con él, que en el pasado se ganaba la vida en westerns estadounidenses ( ...o italianos, o españoles) rodados en España, como residuo de los especialistas trabajan otros marginados y nostálgicos sin remedio: el pistolero cobarde llamado Cheyenne (Ángel de Andrés); Manuel (Manuel Tallafé), el doble temerario; El "Arrastrao" (Enrique Martínez), el jinete sin suerte; El Ahorcado (Eduardo Gómez), una triste vistima y buen lector de prensa; Un "enterrador" (Luciano Federico), un italiano gafado; Don Mariano (Ramón Barea), el dueño del poblado que no vive allí pero que lo maneja todo... y media docena de gitanos disfrazados de indios, que de vez en cuando trafican con chocolate. Se ganan la vida recreando patéticas escenas de acción y shows acrobáticos para los escasos turistas extranjeros - antes lo hacían los japoneses- que visitan la zona.
Julián, además, lucha con los recuerdos de la muerte de su hijo, también un especialista, y con el alejamiento de su nuera Laura y del hijo de ésta, Carlos, un niño, que -aunque el no lo sepa- vive intrigado con la vida y la muerte de su difunto padre. Todos ellos malviven inmersos en un viejo decorado de western, comportándose como personajes de ficción, ajenos al hecho de que no hay ninguna cámara que les esté filmando. Antológica la escena en que Julián en un "puticlub" saca el arma y dispara para intimidar a tres clientes.
La llegada de un niño (Carlos) a Texas Hollywood, que asegura ser el nieto de Julián, altera la rutinaria vida de todo el mundo.De la noche a la mañana, la vida de estos pobres y encantadores diablos da un vuelco de ciento ochenta grados más aún cuando muestra su visa oro. El niño se instala con la troupe, mientras Rocío (Terele Pávez), la abuela del crío y la madre, Laura (Carmen Maura), una ejecutiva agresiva, viven ajenas pensando que el niño está en un campamento de esquí. Casualmente se enteran de que el niño no está en la Sierra aprendiendo a esquiar, sino en el desierto aprendiendo a vivir mientras conoce a su abuelo y su cuadrilla.
Ella como madre y ante la situación decide enfrentarse a los fantasmas del pasado - con su suegro- y con el apoyo incondicional -e interesado- de su socio Scott (Eusebio Poncela), un tiburón de las finanzas planea una cruel venganza: quedarse con los terrenos en donde se asientan los vetustos estudios y crear en el poblado un nuevo lugar para un centro turístico, para destruir los restos de la orgullosa carrera de Julián.
A partir de ese momento, las heridas mal cicatrizadas se combinan con la especulación inmobiliaria en una tormenta tragicómica de imprevisibles consecuencias. Julián y los vaqueros deciden contraatacar con la única manera que saben cómo hacerlo: con 800 balas.
El final es la resistencia numantina de los actores frente al poder económico y la autoridad. La traición de Cheyenne nos llevará a una tragedia final en la que la muerte tiene su precio...afectivo.
Ella como madre y ante la situación decide enfrentarse a los fantasmas del pasado - con su suegro- y con el apoyo incondicional -e interesado- de su socio Scott (Eusebio Poncela), un tiburón de las finanzas planea una cruel venganza: quedarse con los terrenos en donde se asientan los vetustos estudios y crear en el poblado un nuevo lugar para un centro turístico, para destruir los restos de la orgullosa carrera de Julián.
A partir de ese momento, las heridas mal cicatrizadas se combinan con la especulación inmobiliaria en una tormenta tragicómica de imprevisibles consecuencias. Julián y los vaqueros deciden contraatacar con la única manera que saben cómo hacerlo: con 800 balas.
El final es la resistencia numantina de los actores frente al poder económico y la autoridad. La traición de Cheyenne nos llevará a una tragedia final en la que la muerte tiene su precio...afectivo.
La historia de esta película parte de una idea del propio director y de su guionista habitual, Jorge Guerricaechevarría, que les surgió tras ver un espectáculo para turistas en Almería, donde se encontraban buscando exteriores para "Fu manchú".
Parece ser que para las escenas finales se intentó contar con la presencia de Clint Eastwood, protagonista de varios de los spaghetti westerns que se rodaron en Almería, pero tras verla está claro que no pudo ser.
Alex de la Iglesia pensaba que ésta iba a ser una película barata, pero al final costó más – cuatro millones y medio de euros - de lo que pensaba.
Según Sancho Gracia, protagonista de la cinta: "Yo le decía 'Álex que te vas a arruinar' y el me decía que sí, que se iba a arruinar, pero que iba a hacer la película que a él le daba la gana".
La película recibió el Premio Goya 2002 a los mejores efectos especiales, aunque obtuvo otras tres candidaturas adicionales a los Goya 2002: a la Mejor música original, mejor montaje, y mejor actor (Sancho Gracia).
Extrañamente no consiguió el premio a la mejor música pues destaca sobre manera la banda sonora de Roque Baños con especial mención al principio con una banda sonora muy sugerente que nos trae los mejores recuerdos de las grandes películas del spaghetti-western, reuniendo sus trepidantes partituras y al toque flamenco o rumba. Originalidad a raudales (la "peli" empieza con una versión flamenca del tema de Morricone en "El bueno, el feo y el malo"), dominio de la instrumentación magnífica, pasa por guitarras españolas hasta el bakalao, darbukas marroquíes, cuerdas de fábula y un tema central que nos recuerda la música de la película "The big Country", además siempre acertada en el subrayado de la acción.
800 Balas se rodó tanto en Almería como en Madrid, desde finales de enero a finales de abril del 2002. El Poblado Texas-Hollywood es su localización principal. Y es que este poblado forma junto con el Poblado Oasis y con el Western Leone la oferta cinematográfica del desierto de Tabernas. Eso ha permitido que haya toda una fauna humana y animal en el recinto, aunque especialmente en el Oasis, con presencia de muchos animales, además de caballos, camellos y bisontes, y una magnífica piscina con vistas al desierto. Estos espacios tienen sus propios empleados que protagonizan espectáculos de acción en vivo para entretener a los turistas. Puedes ver en los poblados desde el asalto a un banco, hasta cualquier tiroteo inesperado, pasando por el irremediable espectáculo de Saloon. Entre esos turistas estuvieron Jorge Guerricaechevarría y Alex de la Iglesia durante una visita a las instalaciones de Texas-Hollywood. Tras presenciar el show y conocer a sus protagonistas, ambos comenzaron a darle vueltas a una historia que acabaría convirtiéndose en el guión de 800 Balas.
800 Balas se rodó tanto en Almería como en Madrid, desde finales de enero a finales de abril del 2002. El Poblado Texas-Hollywood es su localización principal. Y es que este poblado forma junto con el Poblado Oasis y con el Western Leone la oferta cinematográfica del desierto de Tabernas. Eso ha permitido que haya toda una fauna humana y animal en el recinto, aunque especialmente en el Oasis, con presencia de muchos animales, además de caballos, camellos y bisontes, y una magnífica piscina con vistas al desierto. Estos espacios tienen sus propios empleados que protagonizan espectáculos de acción en vivo para entretener a los turistas. Puedes ver en los poblados desde el asalto a un banco, hasta cualquier tiroteo inesperado, pasando por el irremediable espectáculo de Saloon. Entre esos turistas estuvieron Jorge Guerricaechevarría y Alex de la Iglesia durante una visita a las instalaciones de Texas-Hollywood. Tras presenciar el show y conocer a sus protagonistas, ambos comenzaron a darle vueltas a una historia que acabaría convirtiéndose en el guión de 800 Balas.
Ya hemos comentado que aquí se rodaron multitud de película por parte de directores españoles e italianos. Se creo una auténtica industria cinematográfica que aguantó tanto como gustó el género. Como se dice en la película el éxito de los efectos especiales y de las galaxias, así como la consideración del cine como género A, sin la sesión doble los llevó a la decadencia. Esta película protagonizadas por Eduardo Fajardo, Jesús Puente o por Franco Nero, y siempre con Fernando Sancho como mejicano o traidor borrachín entrarán en crisis al variar el gusto del público. Muchos españoles participaron activamente en la consolidación de este subgénero tan pintoresco; sobre todo, especialistas. Con la crisis de este género los especialistas fueron quedándose sin trabajo.
De la Iglesia aprovecha la figura de Julián y la de sus compinches para hablar del cine dentro del cine.
Durante el rodaje de 800 Balas se comenta en labutaca.net que se produjeron una simbiosis entre la ficción y la realidad. Con anécdotas festivas y jocosas. Y como nos comenta Julián, por boca de Sancho Gracia, "En la vida hay momentos jodidos, pero jodidos de verdad; mucho más de lo que tú te puedas imaginar. Ésos no hay Dios que te los quite. Hay que aprovechar los intermedios entre putada y putada. No divertirse cuando uno puede es el mayor pecado del mundo".
De ella Ángel Fdez. Santos ha dicho en el Diario "El País" que es una "Libérrima y tumultuosa, es una película viva, pero con zonas muertas; intensa pero irregular, con pronunciados altibajos", mientras que en el Diario "El Mundo" Alberto Bermejo afirmaba que "El director rueda con desenvoltura las secuencias de acción pero se embelesa demasiado en el ruido y la furia"
La película está rodada con la habitual ironía y el humor de Alex de la Iglesia, que en este caso nos cuenta como otras en otras ocasiones una historia triste sobre unos perdedores, que pese a todo, siguen soñando con un mundo que desapareció.Todo ella visto a través de la mirada de Alex De la Iglesia, dispuesta, como siempre, a captar la lucha entre dos mundos irreconciliables: realidad y ficción.
Como dije al principio está espléndido Sancho Gracia en compañía aquí de un notable Ángel de Andrés López (“Tapas“, 2005) y una buena Carmen Maura (“La comunidad“, 2000) cumpliendo con su papel de la fría y malvada villana de la cinta. Hay un elenco de secundarios bien escogido, con típicos pretorianos de las obras de Alex, como el siempre gracioso Eduardo Gómez o la solvente Terele Pávez, una de las preferidas del creador de "El día de la bestia". Responden todos ellos al universo "iglesiano" de antihéroes, perdedores en un mundo hostil, con ironía y por “hispano-friki" con su manido prostíbulo de carretera, la pareja de la guardia "sivil", el “furbol” por la tele, el abertzale de Cádiz, etc…
Resaltar, por último y en lo negativo, un exceso: la escena en la que el nieto de Julián, Carlos (Luis Castro) es iniciado en el sexo – al menos, en los tocamientos- por Sonia o Sandra (Yoima Valdés), me ha parecido lo dicho, un auténtico y evitable exceso.
Pero no debemos quedarnos con lo negativo. Destacar el homenaje que recibe para mí uno de los grandes, Sancho Gracia, por las calles de la capital almeriense. Era un homenaje que públicamente se merecía el actor que interpretando a un bandolero - Curro Jiménez- , a un camionero - en la serie homónima de los 70, o en Cachito-, a un viejo pastor - Entrelobos-, a un asesino en serie - Jarabo- o a un sheriff del viejo western - Julián-. Sin duda, el tipo que mejor ha montado a caballo en toda la historia del cine español.
Imágenes de"800 balas" - Copyright © 2002 Pánico Films. Distribuidora en España: Sogepaq. Todos los derechos reservados para sus empresas.
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