Patxi Amezcua es ante todo un guionista. Posiblemente esta labor está por encima de la dirección. Sin embargo se dio a conocer al gran publico cuando su primer largo - había reaizado antes un corto que llevaba por título Mus- ganó el premio de Mejor Película en el Festival de Málaga por su película ’25 kilates’. Era el año 2008.
Cinco años más tarde, este director navarro tras ese exitoso debut con el thriller "25 kilates", que tuvo tan buenas críticas le abrió las puertas del mercado internacional para realizar Séptimo.
Pero Amezcua es , ante todo, guionista. El estuvo detrás de proyectos tales como Yoyes , El viaje de Arián, Bruc: El desafío o de películas muy taquilleras este año como son ‘El Aviso’ y ‘La sombra de la ley’.
Para Amezcua un guion “el borrador es el punto de partida. Hay que tener dos cosas muy claras a la hora de escribir un guion, el principio y el final, así como el género. Si no tienes claras esas cosas es muy fácil que te pierdas y acabes aburriéndote de él y se quede a medias”
Amezcua ha dicho que como guionista hay dos maneras de escribir guiones. Una es la tuya propia, escribes tus historias, relatos que te inventas, como es el caso de ‘La sombra de ley’, ‘Séptimo’ o ’25 kilates’. La otra manera es por encargo, como le pasó con la película ‘El aviso’. “Esta película era un trabajo existente que había dado muchas vueltas, se había intentado hacer en Estados Unidos, en Canadá; pero finalmente volvió a España y yo tenía el encargo de transcribir ese guión”.
También ha tenido éxito como guionista de la película de animación ‘Atrapa la bandera’.“Me encantó escribir esta historia. Mis hijos me dicen que por qué no hago más pelis de animación. Pero el problema de estas es que son muy caras y lleva mucho tiempo de trabajo. Puede ser un proceso de tres o cuatro años, difícil de sacar adelante, pero es verdad que luego funcionan muy bien en taquilla e incluso internacionalmente”.
Pues bien, el cineasta Patxi Amezcua quiso ser fiel al género que tan buen resultado le había dado en su debut como director y apostó nuevamente por un producto de intriga que convierte un inocente juego infantil en toda una pesadilla. Es lo que ocurre en Séptimo.
En este caso, Patxi Amezcua, sobre su propio guion escrito en colaboración con argentino residente en Madrid Alejo Flah.
Andrés Longares que es uno de los productores curiosamente es español pero vive en Buenos Aires, como los tres eran amigos y
querían buscar un proyecto en el cual pudiéramos colaborar juntos.
Como Longares y con su productora estaban al otro lado del charco , debía ser una historia situada en Buenos Aires para que él pudiera entrar en el proyecto así que el resultado fue una coproducción entre España-Argentina estando respaldada por CEPA , El Toro Productions , Ikiru Films , K&S Films y Telecinco Cinema.
La película contó con la música de Roque Baños y la fotografía de Lucio Bonelli quedando
Lucas Nolla en la edición de la misma.
Para los actores tras el casting realizado por Javier Braier, Iair Said y Katia Szechtman , contó con un elenco internacional encabezado por uno de los rostros argentinos más reconocibles del momento, Ricardo Darín ("El hijo de la novia"), como el padre y abogado Sebastián Roberti y una Belén Rueda como Delia con mucha experiencia en el campo del misterio, pues ya había participado en cintas como "El orfanato", "El cuerpo" o "Los ojos de Julia"
Junto a ellos están Luis Ziembrowski como el portero del edificio, Osvaldo Santoro como el Comisario Rosales, Guillermo Arengo como Rubio, Jorge D'Elía como Marcelo Goldsteinm, Abel Dolz Doval como Luca y Charo Dolz Doval como Luna.
La película comienza cuando un hombre, el abogado Sebastián (Ricardo Darín) , recibe una llamada mientras conduce recordándole la importante cita que tiene en la puerta del juzgado en una hora.
Recibe a continuación una llamada de su hermana Gabriela que le comunica que ha recibido amenazas de su ex novio, diciéndole él que para la próxima vez que la llame grabarán su llamada y lo acusarán por amenazas, no pudiendo entretenerse más en ese momento porque va ya retrasado y tiene que llevar todavía a sus hijos al colegio.
Sabemos que Sebastián hace poco que se ha separado de su mujer Delia (Belén Rueda) que es la que tiene la custodia de los niños Luca y Luna (los hermanos en la vida real Abel Dolz Doval y Charo Dolz Dova).
Como cada día, Sebastián (Ricardo Darín) que recoge a sus hijos, Luna y Luca, en el piso de Delia (Belén Rueda), su ex-mujer , española que está pendiente de la firma del documento del divorcio aunque Sebastián no para de darle largas y que ese mismo día le informa que se ha de marchar a España.
A diario ella sabe que él y sus hijos juegan a "ver quién llega antes" abajo: los niños por las escaleras, el papá por el ascensor, un juego que a Delia no le gusta.
Mientras espera a que los niños terminen de arreglarse ve que en la televisión hablan del juicio que va a tener lugar esa mañana y en la que esperan que el antiguo socio del diputado Piñeiro amenaza con declarar contra éste por evasión de impuestos y fraude a cambio de ver reducida su condena. Delia le recuerda y reitera que solo le falta la firma para cerrarlo todo y poder volver a España, ya que su padre está enfermo y la necesita.
A pesar de que le pide expresamente no hacer hoy el juego. Sebastián lo vuelve a hacer. El baja en el ascensor. Mientras Sebastián llega a la planta baja comprueban que los niños no están y tampoco los encuentra al buscarlos. No están en ningún sitio.
Por lo que decide subir a buscarlos, pues se le hace tarde, pensando que están jugando con él. Le pregunta al portero del edificio ( Luis Ziembrowski ) , si los ha visto. Pero nada. Como está muy apurado decide llamar al teléfono de Lucas, que tampoco se lo coge, por lo que decide salir a la calle pese a que el portero le asegura que no los ha visto.
Como no los ve, se le ocurre llamar al teléfono de una vecina amiga suya por si hubieran parado en su casa, aunque esta le asegura que no los ha visto. Comienan así 12 horas de angustia. Recibe entonces una nueva llamada de Rubio, su compañero, preocupado, asegurándole él que todo va bien y que llegará a tiempo.
En el portal ve a una vecina del sexto hablando con el portero, la cual asegura que los vio pasar, pero no sabe nada, proponiendo el portero hablar con el comisario del tercero. Éste le sugiere que llama al colegio por si se han ido por su cuenta.
Desde allí le informan que no han llegado. El comisario llama a comisaría para que avisen a todas las patrullas, subiendo tras ello piso por piso, preguntando si alguien los vio, aunque nadie sabe darle noticia de ellos.
El comisario Rosales le dice entonces que lo más probable es que los hayan secuestrado para pedirle dinero. Tras eso Rosales marcha hacia la comisaría con la intención de investigar los antecedentes de los vecinos tratando de encontrar alguna pista, pidiéndole que no hable con nadie excepto a su mujer, a la que se atreve por fin a contarle lo ocurrido.
Poco después Sebastián ve cómo llega entonces una patrulla enviada por el comisario. Sebastián recuerda entonces a un vecino del 5º que subió con él en el ascensor esa misma mañana y al que llaman el "Oso", ya que siempre se queja de los niños, llamando a su puerta y recorriendo su casa tras amenazarlo, aunque sin resultados.
Recibiendo una nueva llamada de su compañero en que le advierte que está a punto de empezar la audiencia y que si no llega a tiempo deberán suspenderla, pidiéndole él que lo cubra durante media hora más,
Comienza a aflorar el miedo cuando recibe una nueva llamada telefónica de alguien que manifiesta ser el secuestrador y que pone precio para la liberación de sus hijos. Sebastián descubre en ese momento la fragilidad de su mundo y tiene que decidir hasta dónde está dispuesto a llegar para recuperarlos.
Tras eso Delia piensa enseguida en Natalia, a cuya casa llamó antes Sebastián, señalando que la chica está obsesionada con ellos y que haría lo que fuera para poder volver a cuidarlos.
Regresa entonces el comisario, que tras sus pesquisas descubrió la existencia de un vecino del segundo, un francés que tiene antecedentes penales relacionados con pequeños. Sin saber qué más hacer, Rosales les dice que avisó a todas las patrullas, por lo que lo mejor que pueden hacer es esperar en su casa, haciéndolo Delia, pero no Sebastián, que baja hasta el garaje, acusando allí al portero de estar en connivencia con los secuestradores, amenazando con golpearlo, ante lo que el portero le dice cómo pudo pensar eso, si vio crecer a esos niños.
Tras ese incidente llama a su compañero Rubio y le pide que haga investigar a Rosales, pues no se fía de él. De su investigación se descubre que Rosales tiene un problema económico, pues atropelló a una persona y debe pagar una indemnización de 50.000 dólares.
Pasados unos minutos entra en la casa del comisario cuando ve al propio Rosales en la puerta, preguntándole el comisario si sabe que puede ir a la cárcel por ello. Sebastián le pregunta cuánto quiere, recibiendo un puñetazo por parte de este que le dice que él solo trata de ayudarlo.
Mientras espera su respuesta regresa a su piso, donde habla con Delia, que le recuerda que estuvo un año engañándola con su mejor amiga después de tantos años juntos tras conocerse en Madrid y dejarlo todo por regresar a Buenos Aires.
Ahora que sabe que es tema de dinero tiene que buscarlo. Sale a la calle y pide un taxi que lo lleva hasta su oficina.
Tras lo cual entra en el despacho de Marcelo Goldstein (Jorge D'Elía) , su jefe, que le recuerda que por su culpa acaban de perder a uno de sus mejores clientes. Le explica entonces que necesita 100.000 dólares, a lo que Goldstein le responde que no tiene ese dinero, diciéndole Sebastián que sabe que sí los tiene, pues recibe allí las comisiones de los sindicatos.
Recibe entonces Sebastián una llamada, aunque se queda sin batería mientras habla, no logrando enterarse de dónde le esperan sus hijos, por lo que regresa a casa. Al llegar el portero le dice que los niños aparecieron y están en su casa, y que estuvieron todo el tiempo en el 4º - A, abrazándose con ellos al reencontrarse.
Los niños le explican que ayudaron a una mujer que dijo que era amiga de sus padres a recoger la compra, que tenía por el suelo, y que fue muy simpática con ellos, dándoles galletitas, afirmando ambos que los cuidó muy bien.
Tras la experiencia le dice a Delia que necesita que lo perdone, pues eran una pareja perfecta hasta que él falló, aunque asegura que podrían volver a serlo. Sin embargo, Delia le dice que ha sacado pasajes para un avión que sale esa noche a las 12, pues no desea que sus hijos sigan allí ni un minuto más, pues en España no les faltará de nada.
Sebastián firma finalmente los papeles del divorcio, antes de ayudarles a llevar las maletas hasta el taxi que los llevará al aeropuerto.
Después de cerrar la casa debe bajar andando debido a una avería del ascensor, observando cuando llega al cuarto piso que la puerta del piso donde retuvieron a sus hijos está abierta y se oyen ruidos.
Al entrar ve que en la vivienda hay una mujer que hace la limpieza y lo recoge todo. Le dice que ha recibido la orden del señor Rosales. Entre la basura ve los restos de las cosas que dejaron sus hijos, incluyendo el envoltorio de la medicina que él se olvidó de dar a Luna y que alguien dio a la niña, comprendiendo que la autora del secuestro estaba en complicidad con su mujer.
Entretanto Delia llega al aeropuerto con los pasajes y se dispone a ir a la puerta de embarque mientras Sebastián llega también a la terminal. Los busca y es visto por sus hijos, que corren hacia él. Sebastián les dice a sus hijos que hay un cambio de planes y que su madre se marchará como había previsto, pero que ellos deben quedarse.
Aunque Delia le dice que no se marchará sin ellos, ante lo que Sebastián le dice en secreto que debe irse sola o les contará toda la verdad, asegurándole que le está dando una salida, pues bastará con una llamada suya para que la detengan.
Tras lo que les pide a los niños que se despidan de ella, pidiéndole a ella que no deje de sonreírles. Así pues despiden a la mujer, que en efecto debe irse sola, mientras Sebastián regresa a su casa con los niños a ese séptimo piso.
La película se estrenó el 5 de septiembre de 2013. Amezcua declaró en una entrevista a la Sala llena que " El del juego de los niños es una anécdota personal de mis hijos y yo que jugábamos a ese juego y un día que estaba abajo esperándolos, porque yo bajaba más rápido en el ascensor, (risas) de hecho yo vivo en un séptimo piso, y el título Séptimo era provisional y finalmente quedó. Bueno, y un día esperándolos, me vino a la cabeza, ¿y si desaparecen? Y dije: ahí hay algo, un padre que de repente en su propio edificio le desaparecen los hijos, es un misterio estupendo, ¿no? Y vi que había elementos para construir una historia de suspenso estupenda. Además un padre que ha perdido a sus hijos es un elemento que tenía clarísimo que cualquiera se iba a identificar".
Sobre los actores en ese misma entrevista comentó " Yo nunca escribo con casting en mente porque nunca sabes quién va a acabar haciéndolo, entonces mejor escribir con personajes abstractos hasta tener en claro quién lo va a hacer. Ricardo (Darín) llegó mucho más tarde al proyecto, cuando ya estaba el guión totalmente escrito. Una vez que estaba montándose la financiación y la película estaba creciendo, dijimos: bueno, busquemos a los dos mejores actores para estos personajes, y de forma natural surgió la idea de quién era el mejor actor argentino, Darín. Mejor actriz española de esta edad, Belén. Estábamos convencidos de que eran ideales, y había que ver qué decían ellos. Les pasamos el guión y a los dos les gustó mucho y dijeron que sí, fue genial. ¿Qué más se puede pedir? Dos actores muy buenos y con mucho tirón de público. ".
La película se filmó en Buenos Aires , en seis semanas , entre noviembre y diciembre de 2012. Tras su estreno , en sus primeros cuatro días en Argentina fue vista por 266.887 espectadores, según la consultora Ultracine.
No llegó a superar a los dos mejores arranques del cine argentino, estrenados también ese mismo año, Metegol con más de 400.000, y Corazón de León con 282.647. Al mes de proyección llevaba más de 800.000 espectadores. La recaudación sumó al final unos $10,151,069.
En cuanto a la crítica en España Javier Ocaña en El País dijo de ella que era "Un 'whodunit' de libro, ¿se adivina pronto el criminal? Pronto, no, prontísimo. Pero, ¿le acompañan elementos que no dejen de mantener elevado el relato? Sí, fundamentalmente el ritmo, el entretenimiento y el entramado de caracteres"
Para Oti Rodríguez Marchante de ABC la película tiene "Más desconcierto que intriga. (...) No se le obliga al espectador a vivir angustia, sino confusión (...) Y el desenlace tampoco es una invitación a reprocharte el no haberte implicado emocionalmente más en el asunto (...) "
También en ABC se señala que "Cabe destacar la angustiosa escenografía, ya que la acción se desarrolla casi exclusivamente dentro de un único y reducido espacio: el laberíntico edificio donde desaparecen los niños. Para encontrar uno con personalidad y atractivo visual para la gran pantalla, se trasladaron a Buenos Aires, donde se rodó la película. "
Según Noel Ceballos en Fotogramas " El director Patxi Amezcua ejecuta una serie de sutiles variaciones sobre una escenografía mínima, logrando fundir la arquitectura del edifcio con la progresiva angustia de un Darín aplicado a lo que, en esencia, es su one-man show. Séptimo raciona sus golpes de efecto para tensar los resortes de un misterio que, cuando llega a su tercer acto, se revela como más sugerente de lo que en realidad es. Las hipótesis que el espectador va trazando quizá tiendan a lo existencial (o lo polanskiano), pero Amezcua prefere recurrir a la astucia de manual antes que a la genuina sorpresa " Y añade que "Amezcua prefiere recurrir a la astucia de manual antes que a la genuina sorpresa (...) Lo mejor: su transición de lo cotidiano a lo pesadillesco. Lo peor: que la solución al enigma sea tan prosaica (...)"
Andrea G. Bermejo en Cinemanía señala que es un "Thriller de miradas, gestos y escasas palabras, apoyándose fundamentalmente en la pareja de actores (...)"
En la prensa de Barcelona, Jordi Batlle Caminal en La Vanguardia dice de ella que es un filme" tan modesto como eficaz y conciso ejercicio de suspense, sostenido en las espaldas de un Ricardo Darín muy creíble (...) "
En Domingo de cine Dani Mantilla señala que "‘Séptimo’ ha conquistado a las audiencias a pesar de sí misma. Lo que en su día fue un sugerente tráiler se ha convertido en un thriller desastroso que hace agua por todas partes. La puesta en escena de Patxi Amezcua es plana y las interpretaciones de Ricardo Darín y especialmente Belén Rueda carecen de alma, pero los problemas empiezan por la base de la película: su paupérrimo guión. Antes de desarrollarlos, recapitulemos su sinopsis brevemente. La película cuanta lo que pasa cuando un padre pierde el rastro de sus hijos mientras están jugando en las escaleras del edificio. La futura ex esposa de este y madre de sus hijos, los vecinos de la vivienda y los abogados a los que el padre de familia tiene que enfrentarse en el juzgado esa misma mañana son el resto de elementos con los que juega el puzle (por llamarlo de alguna manera) de ‘Séptimo’. "
Desde Argentina Diego Batlle en La Nación comenta que es "Un típico juego de gato y ratón, con varias vueltas de tuerca (más o menos) inesperadas, que Amezcua maneja con profesionalismo, pero sin demasiado virtuosismo ni capacidad de sorpresa."
Pablo O. Scholz en Clarín dice que "Es de los [films] que sin Darín resultarían algo insustanciales." Y Horacio Bernades en Página 12 afirma que está "Irreprochablemente filmada, actuada, fotografiada y editada, con un exigente desafío para Darín, (...) funciona mejor en su planteo y desarrollo que en su nudo y resolución, que se parece a un conejo sacado de la galera."
Santiago García de Tiempo Argentino destaca que "El peor enemigo que tiene 'Séptimo' es su guión. No hay forma de disfrutar una película que propone una intriga llena de suspenso, y entrega un guión lleno de baches, incoherencias y absurdos inexplicables."
Por su parte, Isabel Croce en La Prensa sostiene que "Siempre dentro de una línea tradicional y de sesgo elegante, se estira la tensión y desarrolla la intriga con pequeños elementos, simples y cotidianos. (...) es un entretenido policial con muy buenas actuaciones."
Por mi parte decir que el problema de la película es que comienza a ser evidente quién puede estar detrás a los pocos minutos de la desaparición. El tema de los juzgados y la implicación del posible chantajista no deja de ser un macguffin que se desintegra poco a poco conforme avanza la película. Para pasar el rato no está mal sobre todo si la ves, en la noche de Reyes. De cualquier manera tanto el padre como la madre merecen carbón y picón.
La película comienza cuando un hombre, el abogado Sebastián (Ricardo Darín) , recibe una llamada mientras conduce recordándole la importante cita que tiene en la puerta del juzgado en una hora.
Recibe a continuación una llamada de su hermana Gabriela que le comunica que ha recibido amenazas de su ex novio, diciéndole él que para la próxima vez que la llame grabarán su llamada y lo acusarán por amenazas, no pudiendo entretenerse más en ese momento porque va ya retrasado y tiene que llevar todavía a sus hijos al colegio.
Sabemos que Sebastián hace poco que se ha separado de su mujer Delia (Belén Rueda) que es la que tiene la custodia de los niños Luca y Luna (los hermanos en la vida real Abel Dolz Doval y Charo Dolz Dova).
Como cada día, Sebastián (Ricardo Darín) que recoge a sus hijos, Luna y Luca, en el piso de Delia (Belén Rueda), su ex-mujer , española que está pendiente de la firma del documento del divorcio aunque Sebastián no para de darle largas y que ese mismo día le informa que se ha de marchar a España.
A diario ella sabe que él y sus hijos juegan a "ver quién llega antes" abajo: los niños por las escaleras, el papá por el ascensor, un juego que a Delia no le gusta.
Mientras espera a que los niños terminen de arreglarse ve que en la televisión hablan del juicio que va a tener lugar esa mañana y en la que esperan que el antiguo socio del diputado Piñeiro amenaza con declarar contra éste por evasión de impuestos y fraude a cambio de ver reducida su condena. Delia le recuerda y reitera que solo le falta la firma para cerrarlo todo y poder volver a España, ya que su padre está enfermo y la necesita.
A pesar de que le pide expresamente no hacer hoy el juego. Sebastián lo vuelve a hacer. El baja en el ascensor. Mientras Sebastián llega a la planta baja comprueban que los niños no están y tampoco los encuentra al buscarlos. No están en ningún sitio.
Por lo que decide subir a buscarlos, pues se le hace tarde, pensando que están jugando con él. Le pregunta al portero del edificio ( Luis Ziembrowski ) , si los ha visto. Pero nada. Como está muy apurado decide llamar al teléfono de Lucas, que tampoco se lo coge, por lo que decide salir a la calle pese a que el portero le asegura que no los ha visto.
Como no los ve, se le ocurre llamar al teléfono de una vecina amiga suya por si hubieran parado en su casa, aunque esta le asegura que no los ha visto. Comienan así 12 horas de angustia. Recibe entonces una nueva llamada de Rubio, su compañero, preocupado, asegurándole él que todo va bien y que llegará a tiempo.
En el portal ve a una vecina del sexto hablando con el portero, la cual asegura que los vio pasar, pero no sabe nada, proponiendo el portero hablar con el comisario del tercero. Éste le sugiere que llama al colegio por si se han ido por su cuenta.
Desde allí le informan que no han llegado. El comisario llama a comisaría para que avisen a todas las patrullas, subiendo tras ello piso por piso, preguntando si alguien los vio, aunque nadie sabe darle noticia de ellos.
El comisario Rosales le dice entonces que lo más probable es que los hayan secuestrado para pedirle dinero. Tras eso Rosales marcha hacia la comisaría con la intención de investigar los antecedentes de los vecinos tratando de encontrar alguna pista, pidiéndole que no hable con nadie excepto a su mujer, a la que se atreve por fin a contarle lo ocurrido.
Poco después Sebastián ve cómo llega entonces una patrulla enviada por el comisario. Sebastián recuerda entonces a un vecino del 5º que subió con él en el ascensor esa misma mañana y al que llaman el "Oso", ya que siempre se queja de los niños, llamando a su puerta y recorriendo su casa tras amenazarlo, aunque sin resultados.
Recibiendo una nueva llamada de su compañero en que le advierte que está a punto de empezar la audiencia y que si no llega a tiempo deberán suspenderla, pidiéndole él que lo cubra durante media hora más,
Comienza a aflorar el miedo cuando recibe una nueva llamada telefónica de alguien que manifiesta ser el secuestrador y que pone precio para la liberación de sus hijos. Sebastián descubre en ese momento la fragilidad de su mundo y tiene que decidir hasta dónde está dispuesto a llegar para recuperarlos.
Tras eso Delia piensa enseguida en Natalia, a cuya casa llamó antes Sebastián, señalando que la chica está obsesionada con ellos y que haría lo que fuera para poder volver a cuidarlos.
Regresa entonces el comisario, que tras sus pesquisas descubrió la existencia de un vecino del segundo, un francés que tiene antecedentes penales relacionados con pequeños. Sin saber qué más hacer, Rosales les dice que avisó a todas las patrullas, por lo que lo mejor que pueden hacer es esperar en su casa, haciéndolo Delia, pero no Sebastián, que baja hasta el garaje, acusando allí al portero de estar en connivencia con los secuestradores, amenazando con golpearlo, ante lo que el portero le dice cómo pudo pensar eso, si vio crecer a esos niños.
Tras ese incidente llama a su compañero Rubio y le pide que haga investigar a Rosales, pues no se fía de él. De su investigación se descubre que Rosales tiene un problema económico, pues atropelló a una persona y debe pagar una indemnización de 50.000 dólares.
Pasados unos minutos entra en la casa del comisario cuando ve al propio Rosales en la puerta, preguntándole el comisario si sabe que puede ir a la cárcel por ello. Sebastián le pregunta cuánto quiere, recibiendo un puñetazo por parte de este que le dice que él solo trata de ayudarlo.
Mientras espera su respuesta regresa a su piso, donde habla con Delia, que le recuerda que estuvo un año engañándola con su mejor amiga después de tantos años juntos tras conocerse en Madrid y dejarlo todo por regresar a Buenos Aires.
Ahora que sabe que es tema de dinero tiene que buscarlo. Sale a la calle y pide un taxi que lo lleva hasta su oficina.
Tras lo cual entra en el despacho de Marcelo Goldstein (Jorge D'Elía) , su jefe, que le recuerda que por su culpa acaban de perder a uno de sus mejores clientes. Le explica entonces que necesita 100.000 dólares, a lo que Goldstein le responde que no tiene ese dinero, diciéndole Sebastián que sabe que sí los tiene, pues recibe allí las comisiones de los sindicatos.
Recibe entonces Sebastián una llamada, aunque se queda sin batería mientras habla, no logrando enterarse de dónde le esperan sus hijos, por lo que regresa a casa. Al llegar el portero le dice que los niños aparecieron y están en su casa, y que estuvieron todo el tiempo en el 4º - A, abrazándose con ellos al reencontrarse.
Los niños le explican que ayudaron a una mujer que dijo que era amiga de sus padres a recoger la compra, que tenía por el suelo, y que fue muy simpática con ellos, dándoles galletitas, afirmando ambos que los cuidó muy bien.
Tras la experiencia le dice a Delia que necesita que lo perdone, pues eran una pareja perfecta hasta que él falló, aunque asegura que podrían volver a serlo. Sin embargo, Delia le dice que ha sacado pasajes para un avión que sale esa noche a las 12, pues no desea que sus hijos sigan allí ni un minuto más, pues en España no les faltará de nada.
Sebastián firma finalmente los papeles del divorcio, antes de ayudarles a llevar las maletas hasta el taxi que los llevará al aeropuerto.
Después de cerrar la casa debe bajar andando debido a una avería del ascensor, observando cuando llega al cuarto piso que la puerta del piso donde retuvieron a sus hijos está abierta y se oyen ruidos.
Al entrar ve que en la vivienda hay una mujer que hace la limpieza y lo recoge todo. Le dice que ha recibido la orden del señor Rosales. Entre la basura ve los restos de las cosas que dejaron sus hijos, incluyendo el envoltorio de la medicina que él se olvidó de dar a Luna y que alguien dio a la niña, comprendiendo que la autora del secuestro estaba en complicidad con su mujer.
Entretanto Delia llega al aeropuerto con los pasajes y se dispone a ir a la puerta de embarque mientras Sebastián llega también a la terminal. Los busca y es visto por sus hijos, que corren hacia él. Sebastián les dice a sus hijos que hay un cambio de planes y que su madre se marchará como había previsto, pero que ellos deben quedarse.
Aunque Delia le dice que no se marchará sin ellos, ante lo que Sebastián le dice en secreto que debe irse sola o les contará toda la verdad, asegurándole que le está dando una salida, pues bastará con una llamada suya para que la detengan.
Tras lo que les pide a los niños que se despidan de ella, pidiéndole a ella que no deje de sonreírles. Así pues despiden a la mujer, que en efecto debe irse sola, mientras Sebastián regresa a su casa con los niños a ese séptimo piso.
La película se estrenó el 5 de septiembre de 2013. Amezcua declaró en una entrevista a la Sala llena que " El del juego de los niños es una anécdota personal de mis hijos y yo que jugábamos a ese juego y un día que estaba abajo esperándolos, porque yo bajaba más rápido en el ascensor, (risas) de hecho yo vivo en un séptimo piso, y el título Séptimo era provisional y finalmente quedó. Bueno, y un día esperándolos, me vino a la cabeza, ¿y si desaparecen? Y dije: ahí hay algo, un padre que de repente en su propio edificio le desaparecen los hijos, es un misterio estupendo, ¿no? Y vi que había elementos para construir una historia de suspenso estupenda. Además un padre que ha perdido a sus hijos es un elemento que tenía clarísimo que cualquiera se iba a identificar".
Sobre los actores en ese misma entrevista comentó " Yo nunca escribo con casting en mente porque nunca sabes quién va a acabar haciéndolo, entonces mejor escribir con personajes abstractos hasta tener en claro quién lo va a hacer. Ricardo (Darín) llegó mucho más tarde al proyecto, cuando ya estaba el guión totalmente escrito. Una vez que estaba montándose la financiación y la película estaba creciendo, dijimos: bueno, busquemos a los dos mejores actores para estos personajes, y de forma natural surgió la idea de quién era el mejor actor argentino, Darín. Mejor actriz española de esta edad, Belén. Estábamos convencidos de que eran ideales, y había que ver qué decían ellos. Les pasamos el guión y a los dos les gustó mucho y dijeron que sí, fue genial. ¿Qué más se puede pedir? Dos actores muy buenos y con mucho tirón de público. ".
La película se filmó en Buenos Aires , en seis semanas , entre noviembre y diciembre de 2012. Tras su estreno , en sus primeros cuatro días en Argentina fue vista por 266.887 espectadores, según la consultora Ultracine.
No llegó a superar a los dos mejores arranques del cine argentino, estrenados también ese mismo año, Metegol con más de 400.000, y Corazón de León con 282.647. Al mes de proyección llevaba más de 800.000 espectadores. La recaudación sumó al final unos $10,151,069.
En cuanto a la crítica en España Javier Ocaña en El País dijo de ella que era "Un 'whodunit' de libro, ¿se adivina pronto el criminal? Pronto, no, prontísimo. Pero, ¿le acompañan elementos que no dejen de mantener elevado el relato? Sí, fundamentalmente el ritmo, el entretenimiento y el entramado de caracteres"
Para Oti Rodríguez Marchante de ABC la película tiene "Más desconcierto que intriga. (...) No se le obliga al espectador a vivir angustia, sino confusión (...) Y el desenlace tampoco es una invitación a reprocharte el no haberte implicado emocionalmente más en el asunto (...) "
También en ABC se señala que "Cabe destacar la angustiosa escenografía, ya que la acción se desarrolla casi exclusivamente dentro de un único y reducido espacio: el laberíntico edificio donde desaparecen los niños. Para encontrar uno con personalidad y atractivo visual para la gran pantalla, se trasladaron a Buenos Aires, donde se rodó la película. "
Según Noel Ceballos en Fotogramas " El director Patxi Amezcua ejecuta una serie de sutiles variaciones sobre una escenografía mínima, logrando fundir la arquitectura del edifcio con la progresiva angustia de un Darín aplicado a lo que, en esencia, es su one-man show. Séptimo raciona sus golpes de efecto para tensar los resortes de un misterio que, cuando llega a su tercer acto, se revela como más sugerente de lo que en realidad es. Las hipótesis que el espectador va trazando quizá tiendan a lo existencial (o lo polanskiano), pero Amezcua prefere recurrir a la astucia de manual antes que a la genuina sorpresa " Y añade que "Amezcua prefiere recurrir a la astucia de manual antes que a la genuina sorpresa (...) Lo mejor: su transición de lo cotidiano a lo pesadillesco. Lo peor: que la solución al enigma sea tan prosaica (...)"
Andrea G. Bermejo en Cinemanía señala que es un "Thriller de miradas, gestos y escasas palabras, apoyándose fundamentalmente en la pareja de actores (...)"
En la prensa de Barcelona, Jordi Batlle Caminal en La Vanguardia dice de ella que es un filme" tan modesto como eficaz y conciso ejercicio de suspense, sostenido en las espaldas de un Ricardo Darín muy creíble (...) "
En Domingo de cine Dani Mantilla señala que "‘Séptimo’ ha conquistado a las audiencias a pesar de sí misma. Lo que en su día fue un sugerente tráiler se ha convertido en un thriller desastroso que hace agua por todas partes. La puesta en escena de Patxi Amezcua es plana y las interpretaciones de Ricardo Darín y especialmente Belén Rueda carecen de alma, pero los problemas empiezan por la base de la película: su paupérrimo guión. Antes de desarrollarlos, recapitulemos su sinopsis brevemente. La película cuanta lo que pasa cuando un padre pierde el rastro de sus hijos mientras están jugando en las escaleras del edificio. La futura ex esposa de este y madre de sus hijos, los vecinos de la vivienda y los abogados a los que el padre de familia tiene que enfrentarse en el juzgado esa misma mañana son el resto de elementos con los que juega el puzle (por llamarlo de alguna manera) de ‘Séptimo’. "
Desde Argentina Diego Batlle en La Nación comenta que es "Un típico juego de gato y ratón, con varias vueltas de tuerca (más o menos) inesperadas, que Amezcua maneja con profesionalismo, pero sin demasiado virtuosismo ni capacidad de sorpresa."
Pablo O. Scholz en Clarín dice que "Es de los [films] que sin Darín resultarían algo insustanciales." Y Horacio Bernades en Página 12 afirma que está "Irreprochablemente filmada, actuada, fotografiada y editada, con un exigente desafío para Darín, (...) funciona mejor en su planteo y desarrollo que en su nudo y resolución, que se parece a un conejo sacado de la galera."
Santiago García de Tiempo Argentino destaca que "El peor enemigo que tiene 'Séptimo' es su guión. No hay forma de disfrutar una película que propone una intriga llena de suspenso, y entrega un guión lleno de baches, incoherencias y absurdos inexplicables."
Por su parte, Isabel Croce en La Prensa sostiene que "Siempre dentro de una línea tradicional y de sesgo elegante, se estira la tensión y desarrolla la intriga con pequeños elementos, simples y cotidianos. (...) es un entretenido policial con muy buenas actuaciones."
Por mi parte decir que el problema de la película es que comienza a ser evidente quién puede estar detrás a los pocos minutos de la desaparición. El tema de los juzgados y la implicación del posible chantajista no deja de ser un macguffin que se desintegra poco a poco conforme avanza la película. Para pasar el rato no está mal sobre todo si la ves, en la noche de Reyes. De cualquier manera tanto el padre como la madre merecen carbón y picón.
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