domingo, 5 de abril de 2020

El caballero que jugaba al ajedrez


Max von Sidow es el hombre que jugaba al ajedrez con la muerte. Y casi literalmente el título de un documental que  realizaron en su visita al Festival de Sitges, uno de los muchos reconocimientos que se le hizo en vida tanto en el país que lo acogió , Francia donde fue Caballero de la Legión de Honor en el 2012 y con un premio especial en Cannes en el 2004 como en España donde tuvo su reconocimiento tanto e el Festival de San Sebastián ( 2006) como en Sitges en 2016 de donde procede el reportaje. Es ese documental se hace un recorrido por la vida de un actor que inició sus pasos en el teatro, pero cuyo rostros es constante en gran parte del cine europeo y mundial desde la década de los 50.

De hecho personalmente la primera imagen que guardó del actor sueco nacido en Lund está asociada a Ingmar Bergman y a una obra inolvidable: El séptimo sello (1957). Un caballero rubio y delgado que lidiaba un jaque mate con un ser de rostro blanco que no era otro que la Muerte en un país asolado por la peste . Desde entonces se quien era Max von Sydow. Pero su hombre se liga al de Bergman que lo descubrió en un teatro cercano en el que trabaja cerca donde lo hacía el director y cuya relación siempre fue una “ experiencia compleja y enriquecedora”. Un hombre el director sueco que según él “Tenía un sentido del humor sorprendente, pero maravilloso, y una risa característica. Me siento muy afortunado de haber trabajado con él” . Así que está presente en El manantial de la doncella (1959), en Como en un espejo (1961) o en Los comulgantes (1962). Pero también en La vergüenza (1968), Pasión (1969), La carcoma (1971) y La hora del lobo (1968). Actor y el que fuera su director compartían diferencias en los espiritual durante la juventud pero llegaron a coincidir en la vejez de ambos como reconoce en la entrevista. Por supuesto no desvela el por qué ni en qué. En la misma entrevista reconoce que es un hombre del teatro más que de cine. "Creo que mi trabajo es más satisfactorio en el teatro que en el cine, donde el rey es el director, mientras los actores trabajan dos semanas y no tienen influencia en el montaje”


El actor fallecía el día de marzo a los 90 años en Francia, país en el que residía desde hacía tiempo. Su rostro y sus personajes están presentes desde el cine religioso de los sesenta, representa el rostro de Jesús en La historia más grande jamás contada,(1965), superproducción bíblica de Stevens y su primera obra en inglés - que la entrevistadora que le pregunta aunque afirma haber visto, la de impresión de que no es así- hasta el Padre Merrin de El exorcista (1973) de William Friedkin .

De todas maneras su rostro es común en el cine desde los años 70 en los que aparece desde la poco conocida., al menos por mi, Excelentísimos cadáveres (1975), hasta la premiada Los tres días del cóndor (1975), El desierto de los tártaros (1976), La muerte en directo (1980).

Pero también en los 80 con Evasión o victoria (1981) de John Huston, , Jugando con la muerte (1982) en este caso de José Antonio de la Loma, en Conan, el bárbaro (1982), Nunca digas nunca jamás (1983), Dune con David Lynch (1984), Hannah y sus hermanas (1986) de Woody Allen, o Hasta el fin del mundo (1990). O en la maravillosa obra de Flash Gordon (1980), en la que a Von Sydow le tocó ser el malvado emperador Ming.

En los noventa ese deseo de estar y aparecer sigue en múltitud de pequeños y grandes papeles como en en Las aventuras del joven Indiana Jones (1992); las distintas adaptaciones de Stephen King tipo La tienda (1993); junto a Steven Spielberg por medio de Minority report (2002); o en producciones como Solomon Kane (2009), pero tambien junto a Ridley Scott en su Robin Hood o Martin Scorsese en Shutter Island.y , más recientemente en Juego de tronos, en el papel del humano apodado Cuervo de Tres Ojos, o Star wars: el despertar de la fuerza (2015), encarnando al exiliado Lord San Tekka.

Pero esos detalles minimalista de lo nórdico estuvieron siempre en su porte y en su trayectoria profesional. Contaron con él otros directores suecos, noruegos o daneses como Jan Troell, con quien trabajó en el díptico Los emigrantes/La nueva tierra (1971-1972), junto a Liv Ullman, y en títulos como Hansum (1996), en el que dio vida al controvertido escritor noruego Knut Hamsum; y con otro heredero de Bergman, Billie August, para quien interpretó Pelle, el conquistador (1987), su película favorita de entre las más de 150 que acredita. El incluso dirigió alguna obra como en 1988 con Katinka, un drama romántico y luminoso.

Von Sydow, aunque fuera solo en dos o tres secuencias, otorgaba a las películas intensidad, porte , respeto y clase a las películas en la que intervenía. DEP   


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