Uno con este título puede pensar que un caracara, un ave de la familia de las rapaces que tiene fama de carroñero que se da en Sudamérica, pero no. No es cierto, ya que nuestro caso Carancho es una película que tiene a Paulo Trapero como onmipresente. Él es el director de esta película argentina del año 2010 que cuenta con Ricardo Darín y con Martina Gusmán en los principales papeles.
Carancho es, o parte del mismo, un guión escrito a ocho manos por parte de Alejandro Fadel, Martín Mauregui, Santiago Mitre y Pablo Trapero, actuando igualmente como productor por medio de la productora Youngjoo Suh en la que está el mismo Pablo Trapero, quedando como coproductores con Juan Pablo Galli, Alejandro Cacetta y Juan Vera. El director de fotografía de la película es Julián Apezteguía, y responsable de sonido Federico Esquerro.
El montaje quedó en manos de Ezequiel Borovinsky y Pablo Trapero. Mercedes Alfonsín fue la directora de arte y la responsable del vestuario Marisa Urruti. La música de Lim Giong, entiendo que esta es la particioación coreana de esta película que está en coproducción.
Lo cierto es que existen en Argentina un uso muy común del término Carancho, pero con una connotación despectiva o negativa del término. Se emplea para calificar a los sujetos oportunistas y como parte de expresiones que aluden a cuestiones indeseadas.
Estos sujetos oportunistas son los Caranchos , que suelen ser abogados que aprovechan o incluso fuerzan determinadas situaciones para iniciar contiendas legales o negociaciones que pueden aportarle dinero de forma poco ética. En su operatoria, suelen estafar a sus clientes, ofreciéndoles acuerdos por afuera del ámbito legal.
Un carancho puede, por ejemplo, recorrer hospitales en búsqueda de víctimas de accidentes laborales. A estos individuos les ofrece una suma para que renuncien a demandar a la empresa, asegurándoles que no lograrían un monto mayor por el camino legal. Con el
documento ya en su poder, el carancho luego contacta con la aseguradora de la compañía en cuestión para venderle el compromiso de la víctima por una cantidad mucho más alta, aunque inferior a la que podría llegarse en un juicio.
Un ejemplo del proceder de estos abogados puede verse en una película titulada justamente “Carancho”, dirigida por el argentino Pablo Trapero. Bajo su dirección se pusieron a sus órdenes Ricardo Darín, Martina Gusman, Fabio Ronzano, José Luis Arias, Carlos Weber
El filme, estrenado en 2010, comienza aportando datos como los siguientes: En Argentina mueren al año en accidentes de tránsito mas de 8 mil personas, veintidós por día; más de ciento veinte mil resultan heridas. La última década ha dejado 100 mil muertos. Los millones de pesos que necesitan las víctimas y sus familiares para afrontar gastos médicos y legales, producen un enorme mercado, sostenido por las indemnizaciones de las aseguradoras y la fragilidad de la ley. Detrás de cada desgracia asoma la posibilidad de un negocio. La película nos introduce en una intriga criminal y un drama social donde Ricardo darín es el abogado venido a menos que acepta a trabajar para una organización que estafa a víctimas de accidentes de tráfico.La historia gira alrededor de la relación que oscila entre el amor y el odio entre dos personas: Sosa y Luján.
El primero, Sosa (Ricardo Darín) es el "carancho", un abogado especialista en accidentes de tránsito, a punto de recuperar su matrícula. Se mueve entre guardias de hospitales, servicios de emergencias y comisarías en busca de posibles clientes. Ahora trabaja para una fundación de ayuda a las víctimas. En realidad es la pantalla de un turbio estudio jurídico. Sosa consigue los clientes, los testigos, las pericias; arregla con la policía, los jueces, las aseguradoras. Es, pues, - y en resumen- , un abogado corrupto que, al igual que el ave de rapiña carroñera, vive de las víctimas de los accidentes de tránsito. Gracias a una serie de contactos recibe el dato del accidente y llega al lugar antes que todos, para ofrecer sus servicios legales en nombre de una "fundación" (la cual en realidad es ilegal). Si logra captar a la víctima le gestionará una indemnización, de cuyo importe deberá pagarle comisiones (coimas) a policías y paramédicos.
Luján (Nartina Gusmán) es una joven médica, adicta, que hace guardias en un hospital de San Justo. Está fakta de carino y necesitada de droga. Su trabajo le angustia y en unas de sus guardias conoce a Sosa, tras un accidente de tráfico en el que auxilia.
Con el tiempo descubrirá a qué se dedica, lo encontrará otras veces en los accidentes, especialmente en una brutal, en el que paciente de una y el cliente de otro, fallece tras ser atropellado, y , previamente, tras partirle él con un mazo la pierna. Ambos tratarán de conducirse sin violar las reglas éticas.
Pero es difícil, ya ue la organización está omnipresente, así que la vemos en el hospital, en la policía, en sus actuaiones mafiosas.
Mientras la relación entre ellos va evolucionando, él entrará en problemas con su jefe en la Fundación y buscará junto a Luján escapar de ese mundo sin aparente salida. Pero casi imposible dado el entramado. Y , al final. ocurre lo que ocurre. Y en este caso quien ha hierro mata a hierro termina.
Carancho fue una película que tuvo una gran aceptación. En su propio los críticos locales dijeron de ella entre otras cosas las siguientes. Diego Lereren las páginas de Clarín escribió que era un "Policial negro, puro y duro, que no da respiro al espectador, 'Carancho' nos mete en una situación que imaginamos en extremo realista pero la tiñe de la lógica." ; y en La Nación, Adolfo C. Martínez, escribió que "Pablo Trapero vuelve a poner de manifiesto en Carancho su indudable pericia pare relatar historias."
Ya en España, Mirito Torretro en Fotogramas escribe que "Como en ella, se trata de denunciar que la corrupción es intrínseca a todo el mundo; de que apenas hay salidas; de que incluso una historia de amor, que parece ser la salvación, deberá rendir cuentas con el mismísimo Destino... y con los dados cargados.
Así, ese Carancho, esa ave carroñera que encarna el bueno de Darín deberá afrontar todos sus errores, del pasado y presente. Trapero narra con la contención que en él es habitual, y también con el afilado sentido del realismo que sigue siendo su mejor marca de fábrica. Un film duro como el pedernal y con algunas de las mejores secuencias de acción vistas últimamente. "
En la otra gran y prestigiosa revista cinematográfica, Cinemanía, Toni Vall, dejó por escrito que "Con un look de innegable atractivo, es una hábil parábola social (...) una buena peli de acción, un artefacto narrativo de impecable construcción y con un sensacional desenlace (...) Beatriz Maldivia en Espinof , cuando todavía era blog de cine, afirmaba que "Trapero realiza con tino la película, sin embargo, la progresión narrativa no alcanza un acierto equivalente. En una sucesión de arranques y frenazos, se van apuntando atisbos de una historia que parecen ser lanzados para inmediatamente ser atropellados sin excepción, como los seres que los protagonistas recogen en la vía pública. Los numerosos guionistas que firman el libreto quizá contasen entre sus intenciones crear este avance deslavazado y poco cohesionado para aportar a ‘Carancho’ un aire de realismo o de relato más interesado en la profundización psicológica que en la trama. "
En ABC Play se describe esta pelñicula como "Casi una década después de deslumbrar a público y crítica con su ópera prima, "Mundo grúa", y tras firmar proyectos de diversa índole pero de igual buena acogida, el realizador bonaerense Pablo Trapero se embarcó en esta cinta con forma de thriller policíaco. Ambientes oscuros y sórdidos, personajes desencantados, una cuidada fotografía y un guión muy bien construido impregnan al filme de un realismo inquietante que atrapa al espectador desde los primeros minutos.
Gran parte de la fuerza dramática de la cinta recae en la pareja protagonista, formada por Ricardo Darín y Martina Gusman. El entendimiento entre actores y director fue tan positivo que dos años más tarde ambos volvieron a ponerse a las órdenes de Trapero en el largometraje "Elefante blanco".
Y en las páginas de ese díario , Oti rodríguez Marchante escribe que se trataba de "Una película potente (...) [Darín y Gusman] transmiten toda la sensación de riesgo, fatalidad, desesperación y lío que destila la trama (...) ".
Javier Ocaña en las páginas de El País subrayaba que la película era una "Enérgica mezcla de tragedia sentimental, intriga criminal y drama social (...) filmada con tal rabia, con tal hiperrealismo, que los últimos dos minutos de película te dejan literalmente seco"
Carancho tuvo una buena recepción en el Festival de Cannes ganó en los Premios Cóndor el premio Mejor Película del Año (2010) y obtuvo el premio a mejor película en Festival Rapa Nui Film Fest, obtuvo una mención en los Premios FIPRESCI y 11 nominaciones - a todo , casi- en los Premios Sur.
Una película con un , literalmente, impactante final, que te deja una extraña sensación y sabor indeterminado, donde los actores y actrices trabajan de maravilla y que responde a lo que dice el tango argentino compuesto en 1934 por Enrique Santos Discépolo y que magristralmente cantaba Julio Sosa- sí, Sosa- Cambalache que habla del desengaño, de los cínicos con un tono burlón y altanero. Así me ha parecido.
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