Pocas películas consiguen revivir una y otra vez las mismas sensaciones que cuando la viste por primera vez. Pero digo mientras me seco las lágrimas de mis ojos tal y como ocurrió la primera vez que pude ver capitanes intrépidos la película de Víctor Fleming y Michael Anderson que siempre tendré en mi corazón como una de las grandes historias y aventuras del cine.
Se trata de una producción de la MGM que contó con Louis D. Lighton del año 1937 que las que llega al corazón sí o sí y que tiene como protagonistas a Freddy Bartholomew como Harvey Cheyne, Spencer Tracy como Manuel Fidello, Lionel Barrymore como Capitán Disko Troop, Melvyn Douglas como Frank Burton Cheyne, Mickey Rooney como Dan Troop, John Carradine como Long Jack, Sam McDaniel como Doc, entre otros.
En el apartado técnico destaca el papel de la música compuesta por Franz Waxman, la fotografía de Harold Rosson y el montaje de Elmo Veron.
La película nos cuenta la historia de Harvey Chayne (Freddy Bartholomew) un niño rico y malcriado acostumbrado a tener todo lo que desea. Huérfano de madre, es Criado en un internado con el dinero de su padre, pero sin su cariño. Su manera de ser no gusta en el colegio y terminan ordenando su expulsión. Y que tras ser expulsado de su centro de estudios precisamente por manifestar esos malos valores . Es entonces cuando el padre se da cuenta de sus carencias y, para enmendar su continuada ausencia. Mientras acompaña a su padre a Europa se cae por la borda mientras realiza el viaje con su padre, siendo rescatado por un barco pesquero que faena en los Grand Banks de Terranova ( Newfoundlanden) el que trabaja Manuel Fidello su salvador.
Este lo lleva a la goleta de pesca We're Here, capitaneada por el viejo lobo de mar Disko Troop. Se ve entonces obligado a pasar los tres siguientes meses a bordo de la We're Here, un barco de Gloucester, Massachusetts, hasta que el pesquero regrese a puerto. Inicialmente el niño quiere convencer al Capitán con promesas de dinero del padre, pero no logra persuadir al capitán para que lo lleve de regreso a Nueva York ni puede convencerlo de su riqueza; pero el Capitán Troop le ofrece a Harvey incorporarse a la tripulación hasta que regrese al puerto.
Harvey se muestra reacio a realizar un trabajo real, pero finalmente acepta. Se hace amigo del hijo del Capitán Troop, Dan (Mickey Rooney), y se acostumbra al exigente estilo de vida de la pesca. De entre todos los marineros establece un hilo de amistad con su salvador, Manuel. Entre ellos se establece una relación que primero es difícil, por el carácter del niño, pero después, gracias a las lecciones de vida de Manuel, se transforma en una relación de amor y respeto. Manuel ve en Harvey al niño que nunca ha tenido y el pequeño encuentra en el pescador la figura paterna que no tuvo presente durante años.
En el barco vivirá todo tipo de experiencias y aventuras, y aprenderá a luchar por la superación, aprenderá a esforzarse y a ser valiente frente a las amargas experiencias que le esperan.
En la fase final de la película, una vez llenado el barco de bacalao llega el momento culminante: la carrera de regreso al puerto de Gloucester, Massachusetts, contra una goleta rival, la Jennie Cushman,
En un momento de tormenta, Manuel sube a la cima del mástil para enrollar la vela. Sin embargo, el mástil se agrieta y él queda enganchado al correaje y sumergido en el mar helado, enredado en las jarcias que lo cortarán por la mitad. Manuel le habla al Doc en portugués y el cocinero le dice al Capitán: Ya no tiene la mitad inferior y no quiere que el niño lo vea. Le dice al capitán que lo libere del barco, sabiendo que esto lo matará. Harvey se arrastra sobre los escombros, llorando y angustiado, mientras el capitán asesta golpe tras golpe con el hacha hasta que el aparejo finalmente se parte. Manuel besa la cruz que lleva al cuello y se hunde bajo el agua.
La goleta regresa a puerto y Harvey se reencuentra con su padre, quien queda impresionado por la madurez de su hijo. Harvey llora por Manuel, aleja a su padre y quiere quedarse en We're Here, pero Disko tranquiliza a Cheyne diciéndole que hay espacio en el corazón de Harvey para ambos hombres y que una vez allí "encontrará a Manuel una compañía muy satisfactoria".
En la iglesia, Harvey enciende dos velas, una de la dedicada por Manuel a su padre, y otra de él a Manuel. Su padre escucha a Harvey rezar para volver a estar con Manuel algún día y sigue al niño hasta el bote de Manuel, que flota cerca del barco. Harvey está inconsolable y le ruega a Cheyne que lo deje en paz.
Al día siguiente, frente al Fisherman's Memorial, él y su padre se unen a la comunidad de Gloucester para arrojar ramos y coronas de flores sobre la marea en homenaje a los hombres y niños perdidos en el mar durante esta temporada de pesca.
La última toma muestra el auto de Cheyne, acelerando por la carretera con el bote de Manuel en un remolque detrás. A través de la ventana lateral, vemos que Harvey se ríe y gesticula, obsequiando a su padre con historias de sus aventuras. Se disuelve en un primer plano de un Manuel sonriente y luego la imagen de la estatua en el Memorial del Pescador.
La película es una adaptación cinematográfica de la novela homónima - Captains Courageous- , del escritor y poeta británico Rudyard Kipling, premium Nobel de literatura en 1907.
La historia del niño rico que acaba encontrando en un humilde pescador al padre y siempre quiso tener ya fue llevada a la gran pantalla y convertida en todo un clásico en el año 1937 de la mano del cine hasta Víctor Fleming quien años después consolidaría su éxito con las oscarizadas Lo que el viento se llevó y El mago de Oz.
En esta ocasión sin embargo, fue Michael Anderson que tuvo una nominación al Óscar por la dirección de La vuelta al mundo en ochenta días y fue quien cogió las riendas de la dirección ofreciendo una película homenaje los hombres del mar y supo crear una obra perfecta en todos sus aspectos para que esta rebosara emotividad y ternura.
La película fue rodada en exteriores, y se actualizó la historia enmarcándola a mediados de la década de 1920. Se rodó en Port aux Basques, Terranova y Shelburne, Nueva Escocia en Canadá, y Gloucester, Massachusetts en los Estados Unidos.
El filme fue galardonado con el Premio Oscar 1938 al mejor actor principal (Spencer Tracy), y fue candidata a los premios al mejor montaje, a la mejor película y al mejor guion. Obtuvo también el Premio Photoplay- Medalla de Honor 1937 (Louis D. Lighton: productor).
La ejemplar narración consigue retratar magníficamente a los sinceros personajes protagonizados destacando un Spencer Tracy insuperable y guía vital y espiritual del chico Freddy Bartholomew que le dice: "I want to be with you, Manuel" -Yo quiero estar contigo, Manuel- en esta película de aventuras, pero es mucho más ya que habla del valor de la amistad y el trabajo por encima de la posición social y el dinero.
De ella se ha escrito mucho y muy bien. De entre ellos destaca lo publicado por Frank S. Nugent en el The New York Times cuando dice que "otro de esos grandes trabajos cinematográficos que esperamos del estudio más pródigo de Hollywood. Con su rica producción, magnífica fotografía marina, admirable dirección y actuaciones, la película trae a la vida cada página de la novela de Kipling e incluso añade un par de capítulos de su cosecha."
En Variety se informa que "Al relato de Kipling (...) se le ha dado una espléndida producción, interpretación, fotografía y composición dramática."
Jesse Hassenger en AV Club nos comenta "La destreza en la elaboración y una actuación merecedora de un Oscar ponen viento en las velas de 'Captains Courageous' (...) Gran parte de su encanto reside en lo no fantásticas que son sus circunstancias."
En Harrison´s report se publicó que la película era "¡Excelente! Es el tipo de entretenimiento que el público no olvidará pronto, ya que su belleza espiritual deja una profunda impresión en uno".
Para John Mosher de The New Yorker la película la calificó como "una película ... rica como imágenes magníficas como un boceto de la tormenta y la lucha en el océano"
En la revista australiana Urbancinefile, Andrew L. Urban describe la película como "El logro de la película es trasladar de la página a la pantalla la manera en la que la relación se desarrolla, manteniendo la sensación de aventura a la par que el desarrollo de personajes."
En el Reino Unido Geoff Andrew en las páginas de Time Out afirma que "Difícilmente es buen arte, pero sirve como pasatiempo." Para Philip French en The Guardian la película "Trajo una gran sensibilidad al mundo de los niños"
Ya en España, Joaquín de Luna en El País sostiene que "Spencer Tracy enseña de manera entusiasta que la vida hay que agarrarla por los cuatro costados. Imperecedera."
Y en Fotogramas nos dice que se trata de "Un clásico del cine de aventuras (...) Es uno de estos films que consiguen cautivar sin causa aparente, con el simple atractivo de la obra bien hecha y de la más simple emotividad."
Para Fausto Fernández en X - antes Twitter- sentencia y siempre atina escribiendo ""Ay mi pescadito..." Si has empezado ya a llorar acordándote de Manuel es que sabes que Capitanes Intrépidos es una obra maestra sin ninguna pretensión de serlo. La gran aventura de hacerse hombre, de aceptar a la vida y a la muerte. " Como sigo llorando casi 11 horas después dejo ya la entrada.
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