Siempre he defendido que el cine italiano desde que acabó la Segunda Guerra Mundial hasta los años ochenta fue un puntal en la Historia del Cine. No sólo por sus aportaciones neorrealistas, fundamentales para el séptimo arte, sino por la calidad de sus textos en forma de guion la pericia de sus directores y técnicos, la infraestructura que supuso Cinecittá o el propio marco urbano del país, y por la calidad de sus actores y actrices que llevaron al cine italiano a una auténtica edad de oro.
Buen ejemplo de ello está reflejado en una comedia tan especial como es Divorcio a la italiana realizada en un momento en que en Italia el divorcio no era legal y dónde las directrices y doctrina católica se imponía. Reflejo de todo ello es esta magnífica comedia de corte tan satírico como costumbrista del año 1961 dirigido por Pietro Germi y que cuenta con un inmenso Marcelo Mastroianni que aparece acompañado por una bellísima Estefanía Sandrelli, por Daniela Rocca, Leopoldo Trieste y Eduardo Spadaro.
La película no se desarrolla sino en la atmósfera asfixiante de una Sicilia arcaica. De hecho la película se desarrolla en la ficticia ciudad de Agramonte, en la isla de Sicilia. El rodaje se llevó a cabo principalmente en el municipio de Ispica, en la Provincia de Ragusa, al sureste de la isla. Otras partes se rodaron en la ciudad de Ragusa (interior de la iglesia, en la catedral de San Giorgio) y en Catania (puerto de Ognina y escenas del cine en el teatro Bellini).
La historia y el guion de esta película, Divorzio All'Italiana, fue escrita por Ennio De Concini, Pietro Germi, Alfredo Giannetti y Agenore Incrocci un momento en que el divorcio matrimonial estaba prohibido por las leyes italianas como ocurrió hasta que se aprobó en 1970. Antes sólo aprobaban la nulidad del matrimonio en caso de vicios al momento de realizarse.
La historia que se nos cuenta a través de un largo "flashback" en el que , tras dieciocho meses de ausencia, Ferdinando Cefalú (Marcelo Mastroianni) vuelve a casa. Durante el viaje en tren Ferdinando recuerda a su mujer Rosalía ( Daniella Rocca) y a su joven prima Ángela ( Stephanie Sandrelli) , con la que había así vivido un apasionado romance sin esperanzas. Ahora está próximo a volver a su ciudad, Agramonte, y así vamos conociendo la historia de Ferdinando "Fefè" Cefalù (Marcello Mastroianni), un noble siciliano empobrecido, casado con Rosalía (Daniela Rocca), una mujer poco atractiva pero esposa devota, que viven junto a su padres y hermana en un palacete de Agramonte, espacio que comparten con ese espacio con unos parientes, la familia de Don Gaetano (Odoardo Spadaro) que tienen una hija, su prima Angela (Stefania Sandrelli), una mujer mucho más joven y atractiva de quien Fefe está locamente enamorado y a quien sólo ve en los veranos, porque su familia la envía a la ciudad donde estudia en un internado.
Además de con su esposa, Ferdinando comparte, como ya he señalado, su vida con sus padres, Calogero y su hermana solterona y el novio de esta que tiene una funeraria. La familia comparte su destartalado palacio con sus tíos con los que la convivencia no es nada fácil dado los broncas habituales entre ambas familias.
Tras la sospechas del padre de Ángela de que ella ha tenido una aventura con un hombre es enviada a un instituto de la ciudad y Ferdinando se tiene que quedar en la casa continuando con su vida anodina junto a Rosalía.
La única evasión que tiene es la de imaginarse como podía llegar a ser libre de su mujer. Ferdinando desde que siente ese amor apasionado por su joven prima, pasa parte de su tiempo pensando en cómo puede deshacerse de su esposa, como arrojarla a un caldero hirviendo para convertirla en jabón.
Después de ver a Angela en la Iglesia el sospecha que ella comparte sus sentimientos. Con esto, él resuelve llevar al cabo su plan y se inspira en una noticia presentada en la prensa local de una mujer que ha matado a su marido en un ataque de celos, para hacer que su esposa tenga una aventura y atraparla "in flagrante delicto", asesinarla, y recibir una condena leve por cometer un crimen pasional, estudiando con mucho cuidado el Código Penal de Italia. Se trata de un tipo de delito coherente con la psicología del sur de Italia que no deshonra a quien lo comete sino que más bien le confiere un cierto prestigio como es el crimen pasión pasional su idea es cometerlo con el fin de librarse de su mujer. Es una fácil solución aceptada por la sociedad machista del momento ya la que ha de recorrer por la inexistencia de una ley de divorcio en la Italia de la época así como por la existencia de un código civil que se mostraba benévolo con los esposos traicionados.
Ferdinando empieza a realizar su plan, buscando a un hombre que pueda ser el "amante" para su esposa. Al fin halla al "candidato". Se trata de un pintor , que había luchado durante la Segunda Guerra Mundial en África, y el hombre de que Rosalía se había enamorado de joven. Se trata del ahijado del sacerdote local (Antonio Acqua), Carmelo Patanè (Leonardo Trieste), para él ha de ser el pretendiente de Rosalía - ya que ella presumía que había muerto en África durante la Segunda Guerra Mundial, pues en el pueblo se le daba por desaparecido.
La fase final de su plan es lograr la constante presencia de Carmelo en su casa, lo cual logra por el deseo de Ferdinando de restaurar unos frescos de su palacio. El plan tarda en dar resultados, porque Carmelo es muy reservado y Rosalía exhibe una fidelidad conyugal a toda prueba.
Ferdinando controla el desarrollo de su plan grabando todas las conversaciones de aquellos y evitando el enamoramiento de la jovencísima criada, Sisina (Margherita Girelli) que día a día se aproxima con más interés a Carmelo.
Durante sus grabaciones, Ferdinando descubre que Sisina - que también recibe ataques por parte del patriarca de los Cefalú- se ha enterado en una confesión con el sacerdote local que Carmelo está casado y tiene tres hijos.
Carmelo todavía ama a Rosalía y esta que es una incurable romántica no sabe resistirse al hombre al que había amado antes de casarse. Sin embargo, el plan resulta mejor de lo esperado, pues Rosalía y Carmelo finalmente ceden a sus pasiones, pero mientras Ferdinando escucha, la cinta se termina justo en el momento en que los adúlteros organizan su siguiente encuentro; todo lo que Ferdinando sabe es que dicho encuentro sucederá durante la noche siguiente. Rosalía finge tener un terrible dolor de cabeza para no ir al cine y ver la película que está siendo una sensación en Italia, la Dolce Vita de Federico Fellini, y se queda en casa, mientras que el resto de la familia sale al cine para ver la "première" de un film tan escandaloso que nadie quiere perdérselo.
Ferdinando sale a escondidas del teatro y vuelve al palacio donde llega a tiempo de ver a Rosalía huir hacia la estación; él la persigue, pero tiene que volver a casa para recoger el revólver para matar a los amantes. Pero los amantes huyen en el tren. Ferdinando vuelve a leer el Código Penal, que exige que un crimen pasional debe ocurrir en el momento o en defensa del honor propio. Esto significa cambiar el plan original y hacerse pasar por un cornudo.
Mientras tanto, Angela ha estado escribiendo a Ferdinando para asegurarle su amor incondicional, pero una de sus cartas es entregada por error a su padre, don Gaetano, quien muere de un ataque al leerla.
Durante el funeral, la Sra. de Patanè enfrenta a Ferdinando para exigirle que haga algo en venganza a su situación, pero como él no hace aún nada, ella le escupe en la cara frente a todo el pueblo, que le termina por dar la "afrenta pública" al honor familiar por la huida de su esposa.
El mafioso local ofrece localizar a los amantes en menos de 24 horas, lo que sucede; mientras Ferdinando va al escondite de los amantes, se cruza con la Sra. de Patanè, quien le avisa que acaba de matar a su esposo, lo que deja a Ferdinando en una peor posición de la que ya tenía. Sin otra opción, Ferdinando sigue los pasos de la Sra. Patanè y finalmente asesina a su esposa.
Durante el juicio, Ferdinando es defendido por el abogado, quien culpa al padre de Ferdinando por su falta de amor mientras lo criaba. Ferdinando recibe una sentencia menor de tres años en prisión y finalmente regresa a casa para encontrar a una amorosa Angela que lo espera.
En el epílogo de la película, Ferdinando y Angela contraen matrimonio y son felices, mientras se besan él piensa que "Verdaderamente, la vida comienza a los 40", mientras la cámara se centra en los pies de Angela, lo cual hace dudar de la felicidad de la pareja pues ella besa a Ferdinando pero a la vez acaricia con su pie desnudo la pierna del joven piloto del barco donde ambos viajan.
Producida cuando en Italia aún estaba prohibido el divorcio es una comedia divertida y chispeante que consiguió un Oscar que en buena medida se debe a su historia pero que también es tributario de uno de los mejores trabajos de Marcello Mastroianni como actor en una clave irónica y perfecta que se extiende a la película con un es inesperado giro final capaz de acercarla a la perfección. La película fue premiada en los 20ª Globos de Oro (1963) ganando el premio al mejor actor -algo que también ocurrió en los BAFTA 1964- y mejor película extranjera; en los BAFTA fue nominada a la mejor actriz y mejor película ; y en los Oscar fue nominada al Mejor director, Mejor actor, Mejor argumento y guion escritos directamente para la pantalla (Ennio de Concini, Alfredo Giannetti y Pietro Germi), por lo que fueron premiados en este excelente ejemplo de la mehjor comedia italiana .
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