sábado, 18 de mayo de 2019

A la vuelta de la esquina


Hay películas grandes que son historias pequeñas. Me refiero por pequeñas a esas historias que están sacadas de la intrahistoria, los protagonizadas por personas anónimas, que tienen un trabajo rutinario, pero que en el fondo son aquellos que permiten que el mundo o el sistema funcione casi a la perfección. Casi, pues el sistema falla y en sus fallos géneros decepciones y cuando la decepción aparece tenemos un drama. Por eso esta pequeña gran película  da tanto con tan poco. 

Tenemos tres protagonistas (Christian, Marion y Bruno) con historias individualizadas que a su vez se interrelacionan con todos aquellos que trabajan en el hispermercado. Tenemos mar de fondo , por que son tres personas necesitadas de amar, una por carecer de alguien, otro porque le sobra estar con quien está y el último por vivir en un mundo anhelante de sueños que se han fugado. 

Algo así es la historia planteada y escrita a cuatro manos por el tándem integrado por Clemens Meyer, Thomas Stuber, aunque éste último es quien lleva el peso en la dirección, ayudado en la misma por Meno Sellschopp. Se trata de una película alemana de 2018 que lleva por título In den Gängen. Detrás de ella está la productora Sommerhaus Filmproduktionen así como Departures Film, Arte, HR, MDR, SWR y los productores Jochen Laube y Fabian Maubach. La distribución fue responsabilidad de Zorro Films.

El joven director Stuber, nacido en Leipzig en 1981 formado en producciones para el cine y la televisión como supervisor de continuidad (script) y asistente de dirección. De 2004 a 2011 se formó como director en la Filmakademie Baden - Würtemberg  y mientras completaba sus estudios realizaba algunos cortos que fueron premiados , algunos de ellos proyectados en el Festival de Berlín.

Los dos películas de gran formato realizadas antes de esta Of Dogs and Horses y A Heavy Heart , de 2011 y 2014, recibieron cierto reconocimiento en forma de Premios y nominaciones que apuntaban que este director estaba llamado a realizar grandes obras vinculadas a pequeñas historias.

En la parte técnico una singular y oscura fotografía de Peter Matjasko, el montaje de Kaya Inan, la música de Milena Fessnann, el sonido de Christoph Schilling y Kai Tebbel, los decorados de Maria Klinger así como el vestuario Juliane Maier y Christian Röhrs. 

El reparto está integrado por Franz Rogowski como Christian, Sandra Hüller como Marion y Peter Kurth como Bruno. Junto a ellos están Henning Peker como Wolfgang, Ramona Kunze-Libnow como Irina, Andreas Leupold como Rudi, Sascha Nathan como Johnny, Michael Specht como Klaus, Steffen Scheumann como Norbert, Matthias Brenner como Jürgen y Gerdy Zint como Tino.

La película se inicia con la diversas calles o pasillos existentes en un gran hipermercado mientras suena el Vals de Johann Strauss del Danubio Azul. Tras esto conocemos la llega al hipermercado de Christian (Franz Rogowski ) un nuevo empleado en el supermercado que está en fase de prueba en el turno de noche y en el departamento de reposiciones. Tras recomendarle el encargado del turno de noche que se tape los tatuajes, pues dan mala impresión, y que debe llevar una serie de elementos significativos como bolígrafos, el cutter en el bolsillo y la bata de trabajo se le asigna como compañero de Bruno (Peter Kurth) , que le ha de enseñar la sistemática de esta actividad. 

Tras este inicio descubrimos que la película se divide libremente en tres capítulos que llevan el nombre de los tres personajes principales: Christian, Bruno y Marion ( otra empleada Marion, que trabaja en el departamento de dulces y que siempre bromea con él). 

Christian  será el personaje sobre el que pivote la historia. Estamos en un punto indeterminado del este de Alemania, en el presente, cerca de la Autopista 6 que acerca a Dresde. Christian comienza su período de prueba en un remoto mercado mayorista. 

Como ya hemos dicho es asignado a la tutela de Bruno del departamento de bebidas, que iremos descubriendo que es un antiguo conductor de camiones mientras existió la RDA. Bruno un hombre conocedor del proceso. Es un buen trabajador, una buena persona que desde el primer momento le enseña como trabajar en la empresa. Cuándo y dónde debe salir a fumar , en qué momento ha de hacer "paradas técnicas" (jugar al ajedrez con los compañeros) , como no debe ser impaciente en el aprendizaje de la máquina , cómo ha de apilar las cajas, cómo ha de portar los "palés". 

De esta sistematización del trabajo deducimos que Bruno comienza apreciar a esta chico tímido y taciturno , un hombre con capacidad para el trabajador , pero de pocas palabras. Él le enseña todo tipo de trucos y se convierte en un amigo , casi actuando como padre. 

Tras explicarle la rutina, el nombre - el real y el profesional (curioso congelados , Siberia)- descubre un día a una chica de la sección de dulces . 

Se trata de Marion, un chica algo mayor que él y que trabaja en el pasillo de al lado como reponedora y que bromea con él llamándole novato y pidiéndole que le invite a un café. Vemos que Christian lleva una vida rutinaria, sistemática y repetitiva que únicamente se rompe un día cuando llegan a la superficie comercial dos antiguos amigos con mala pinta que le piden que algún día vuelva con ellos. Christian los ignora. Como todas las noches después del trabajo toma el autobús y vuelve a casa, un bloque de apartamentos pobremente amueblado , donde vive solo. 

Marion  es el título de la siguiente entrega y se centra en Marion que comienza a flirtear con el tímido Christian en la máquina de café y lo llama "novato". Se fija un día en los que lleva debajo de la ropa de trabajo, los tatuajes ocultos en los brazos. 

Mientras tanto, Bruno le enseña a Christian el manejo y conducción del montacargas . Christian asiste a un curso extra ocupacional y, finalmente, con el apoyo de sus colegas, obtiene, no sin dificultades la licencia de montacargas . Los sentimientos cada día de Christian por Marion no pasan desapercibidos a Bruno. 

Christian sorprende a Marion en su cumpleaños con un sí dulce que saca de los productos que se retiran como caducados y que , a pesar de estar prohibidos algunos trabajadores como Christian o Klaus, aprovechan para su alimento. Lo que siente hacia su compañera es evidente para los compañeros y compañeras de trabajo que van funcionando como una gran familia ampliada. Una de sus compañeras, la fumadora empedernida con tos permanente Irina (Ramona Kunze-Libnow ) le informa al igual que Bruno lo hizo antes , que Marion está casada, aunque no se supone que sea muy feliz. 

Debido a los diferentes cambios de turno, Christian solo ve de nuevo a Marion en la fiesta de Navidad de la compañía, en la que todos hablan de sus vidas: uno considera que su hijo se ha vuelto loco por querer ir a la Universidad; otro , que se siente contento con unos calefactores se quita su ropa y simula que está en Ibiza, lugar al que no ha ido, no quiere ir. 

Al llegar Marion a la fiesta se sienta junto a Christian. Él, ante la pregunta sobre quién era antes de llegar allí que le hace ella, le cuenta que solía trabajar en la construcción, junto a un grupo de portugueses. Se dedicaba a la demolición con su mazo pero que un día al encontrase con un enorme cementerio de palomas en la que todavia quedada una viva, no pudo matarla . Esta paralización en el trabajo provocó una pelea con su jefe cuando le llamó "cerdo holgazán". Tras eso fue expulsado de la empresa. Ambos intercambian suaves caricias. 

Tras la Navidad, Marion, de repente, intenta evitar a Christian. Cuando él se dirige a ella un día, ella casi empieza a llorar y niega que él sea la causa. Cuando Marion se encuentra repentinamente en baja por enfermedad, Christian cae en un agujero profundo y se emborracha con ex amigos. Luego llega tarde una hora al trabajo y con fuerte olor a alcohol y recibe una advertencia por parte del amable encargado que antes de salir da la mano a sus empleados y le pone música clásica para trabajar. Bruno le dice a Christian, mientras están en el Atlántico, la sección de pescado, que el marido de Marion es un "gilipollas" y que no debe comprobar si ella le quiere. 

Christian, tras eso, quiere visitar a Marion en su casa con un ramo de flores. Encuentra que vive en una casa unifamiliar en una nueva urbanización accede a través de la puerta del patio. Él mira en secreto a Marion mientras se ducha, pero se escapa cuando ella advierte que alguien en la casa. Más tarde se emborracha en un bar mientras juega con una máquina, una grúa que recoge peluches. 

La tercera historia es la de Bruno. Bruno lleva a Christian un día después del trabajo con él a su casa. Vive cerca de una granja, supuestamente con su esposa. Bruno le pregunta a Christian, mientras se toman una cerveza y varios chupitos, que sospecha que pasó por la cárcel. Christian lo confirma y le dice que cuando era adolescente cometió algunos robos con sus amigos. Debido a que era menor de edad no tiene antecedentes conocidos, por lo que fue aceptado para el puesto en el mercado mayorista. Bruno elogia a Christian y le dice que es un "buen hombre" y le dice que extraña mucho su antiguo trabajo como conductor de camión y dejar atrás la libertad que le daba la vida de "la carretera". 

Cuando Marion regresa a trabajar, ella agradece a Christian por las flores dejadas en la casa y le pide ayuda para su trabajo. Ambos intercambian de nuevo la ternura en la sala de congelados, en Siberia, después de que Christian le pregunta si conoce el saludo esquimal, que consiste en tocarse la nariz al saludar. 

Cuando retorna a su puesto de trabajo el encargado de personal le dice que Bruno se ha suicidado, y que realmente vive solo. Tras esto vemos a Christian vagar por el patio y la casa de Bruno ahora abandonados y sube y descubre unas habitaciones olvidadas y descuidadas. 

Más tarde, él va al entierro con todos sus colegas, que , en su mayor parte, fueron camioneros y que querían especialmente al que consideraban un buen hombre. 

Christian completa con éxito el período de prueba y toma el lugar de Bruno en el departamento de bebidas. Un día, Marion le muestra a Christian un truco que una vez aprendió de Bruno: empujando la horquilla vacía de la carretilla elevadora hacia arriba y bajándola lentamente de nuevo, la hidráulica del camión crea un sonido que recuerda el sonido del mar. Mientras lo escuchan extasiados , acaba la película. 

La película se rodó entre febrero y abril de 2017 en distintos puntos de la zona Oriental de Alemania como el länder de Sajonia / Saxony-Anhalt. En concreto se rodó en Bitterfeld, Leipzig, Wittenberg, , así como en Karlsruhe, en el länder occidental de Baden-Württemberg. 

La fuente literaria original de la película "In den Gängen" proviene del libro o más bien un cuenta titulado "Die Nacht, die Lichter" y que no pasa de las catorce páginas, escrito por Clemens Meyer. Pero como relata Javier Acevedo Nieto en la web de cinedivergente.com el director fue capaz de extraer las " sutilezas , palabras y frases que amplían la dimensión psicológica del relato en imágenes".

La película se estrenó el 23 de febrero de 2018 como parte de la 68ª edición de la revista Berlinale y se estrenó el 24 de mayo de 2018 en cines alemanes. 

La película obtuvo diversos premios. En el mismo Festival de Berlín no sólo participó en la Sección oficial de largometrajes en competición sino que ganó el Premio del Jurado Ecuménico y se llevó igualmente el premio Guild Film Prize ( Thomas Stuber ). En el Festival de Valladolid , la Seminci, obtuvo la Espiga de Plata y el Sociograph Award 

En los Premios del Cine Alemán ganó el Premio al Mejor actor , Franz Rogowski, además de 4 nominaciones, siendo nominado a Mejor Largometraje ( Jochen Laube y Fabian Maubach ), a la mejor actriz de reparto ( Sandra Hüller ) y mejor fotografía / diseño de imagen ( Peter Matjasko ) Ganó el Premio de los Guionistas alemanes en las personas de Thomas Stuber y Clemens Meyer.  

Fue Premio a la película del año 2018 en el Festival de Arte de Cine Mecklenburg-Vorpommern y ganó igualmente el Premio Günter Rohrbach a la mejor película. 

En cuanto a la crítica alemana dijo de ella destacó lo que señaló Hanns-Georg Rodek, de Welt Online, que dijo de ella " que en los pasillos hay una película tierna, divertida y precisa, las rutinas y los rituales de este entorno de trabajo son importantes, que se acercan respetuosamente y los utilizan para sus propósitos". Para Rodek "El mercado mayorista es el reemplazo de la RDA, sus habitantes se movían por rutas claras, están obligados a mantener el orden en los estantes, y quien se adhiere a estas reglas se queda solo ". 

Por su parte, Kerstin Decker, de Tagesspiegel, señala que los trabajadores temporales, son los nuevos esclavos, apenas cualificados, universalmente intercambiables: " En los corredores usted implanta, por así decir, un alma extraña, el alma de las personas. eso todavía existe, y por lo tanto establece de manera casual un memorial para el mundo laboral de la RDA, su solidaridad fundamental ". 

Frank Junghänel, del Berliner Zeitung, dice que " este poder narrativo y esta visión cinematográfica deben establecerse primero, una historia de amor que se asienta casi exclusivamente en el mundo iluminado por la luz de neón fría de un mercado mayorista. Una y otra vez, Thomas Stuber selecciona una imagen amplia" Y Junghänel añade como el director " enfatiza el diseño estrictamente geométrico del espacio de acción: "Este es el escenario en el que se mueven Bruno, Marion, Christian y los demás. Todos tienen su trabajo, para lo cual hay reglas fijas. Pero todos también tienen una vida que se esconde debajo del vestido azul ". 

Jessica Kiang de Variety destaca que "Un poco de tragedia, un poco de comedia y mucha rutina (...) 'In the Aisles' es inusual por su compasión y su respeto hacia sus personajes trabajadores." Y señala esas miradas casi tímidas , traviesas y / o alegres entre Sandra Hüller y Franz Rogowski . 

Stephen Dalton, de The Hollywood Reporter, describe la película como un retrato lírico de extraños emocionalmente perturbados, y esto está lleno de empatía humana por sus protagonistas oprimidos. Y concreta diciendo que es "Un ejercicio encantador de realismo romántico sutil (...) Gran parte del tiempo da en el clavo. Dicho esto, la trama sencilla parece que se ha extendido en exceso y apenas tiene incidentes" 

En el Reino Unido Peter Bradshaw en The Guardian destaca que "Sandra Hüller brilla en esta fábula intrigante sobre un supermercado gigante (...) Una película emotiva y muy simpática (…) " 

Demetrios Matheou en Screendaily aporta que "Con la ayuda de unas actuaciones emotivas y un buen ojo para los movimientos habilidosos de un montacargas, el director Thomas Stuber saca algo mágico de lo mundano." 

Ya en España Javier Ocaña en El País habla de que la película es "Muy hermosa (...) no le sobra ni un solo plano. (...) la película es el precioso cuento social de una princesa y un guerrero que pueden habitar a la vuelta de la esquina." 

Luis Martínez en El Mundo dice de ella que es "Desigual, extraña y lírica (...) [Franz Rogowski] uno de los actores más impresionantes, peculiares y magnéticos que ha dado el nuevo tiempo." 

Nando Salvá en la sección de cine de El Periódico dice que la película "Traza el afable retrato de un grupo de infelices (...) La película dota su día a día de ritmos, texturas y colores llenos de capacidad de seducción (...) encantadora reivindicación (…) " 

En Cinemanía Paula Arantzazu Ruiz sostiene que "Es merecedor el trabajo interpretativo de Franz Rogowski y el creativo diseño de sonido de la película, que ofrece toda la fantasía limitada en el ámbito de lo visual. (…)" Ayer nada más llegar a casa publiqué que era "Una historia sencilla que presenta marejada de fondo. Merece la pena meterse en ella. "

Javier Acevedo Nieto en cinedivergente nos dice que "El resultado es una historia sobre la alienación laboral y la soledad del individuo moderno, enmascarado en una trama principal que adapta un registro romántico, pero que es fagocitada por unos personajes secundarios a los que el director dedica una importante atención. "

Acevedo se fija en un detalle en un par de detalles en los que no he reparado : el sonido que envuelve toda la historia y las bridas que sujetan las  que emiten un sonido  rutinario, pero que podrían vincularse como sonido - y como imagen- con el triste final de Bruno. Es más Acevedo Nieto habla del "sonido de la alienación, de la desesperanza de no tener expectativas"

El editor de cinedivergente.com concluye con esta afirmación " A la vuelta de la esquina compensa sus defectos gracias a ese lirismo sonoro, a una gran interpretación de los personajes principales y, sobre todo, a esa emotiva secuencia final  con la que cierra el filme , consiguiendo un personalísimo discurso sobre el sonido". 

Y es cierto que en la película vemos ese microcosmos familiar que se genera en la empresa , en la que todos saben algo de los demás, pero casi nadie conoce a los otros con detenimiento. 

Yo quiero destacar de ella el marco de trabajo, esos inmensos pasillos organizados que se convierten en geometría pura para Thomas Stuber, el director. La vida de estas trabajadores , sobre todo, la de los mayores que fueron las víctimas de la caída de un estado ideológico en el que criaron y de unos valores impuestos que algunos creyeron y que , de pronto a finales de los ochenta, ven como su mundo, el conocido se desmorona. Estas trabajadores pasan de prestar un servicio como transportista, algo que sin duda les daba cierta libertad, a convertirse en una pieza más de un engranaje tedioso , rutinario, de los que pueden ser el mayor enemigo del socialismo real o comunismo: el consumo. 

Los más jóvenes como Christian y Marion viven ajenos a esa caída, pero son también víctima del sistema dada la condena que sufrió uno por robo o la condena en vida que sufre ella por matrimonio. Sólo les une su infelicidad y la ganas de transformarla en felicidad. Y para aderezar la historia pequeñas dosis de humor negro alemán. 

A destacar la filmación geométrica, casi en el sentido de Kubrick que domina en la grabación de la vida de todos por esos pasillos altos, simétricos,con luces de neón y con música que nos remite a una cápsula espacial. 

Destaco igualmente el trabajo contenido de los tres protagonistas especialmente Franz Rogowski como Christian, el encanto que trasmite Sandra Hüller como Marion y la sobriedad , la sabiduría y la aparente confianza de Peter Kurth como Bruno. Una gran película.


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