martes, 7 de mayo de 2019

Una encantadora golfilla


A veces termino de ver una película que se deja descolocado pues la intención final no me queda clara, aunque , evidentemente, la haya entendido de principio a fin. Pero se que hay algo de ella que se me tiene que escapar, que debe responder a cierta lógica no tan evidente. 

Esto me ha pasado con La Golfilla o La Drôlesse, del director francés , postnouvelle vague, el parisino nacido en 1944 Jacques Doillon, que la presentó en público allá por 1979. Este ex de Jane Birkin - trabajó en varias de sus películas como La Fille prodigue (1981) , La Pirate (1984) o Comédie! (1987)- es lo que se considera un director de mujeres para las que apuesta por jóvenes actrices sin experiencia en sus películas en la que habla de la vida familiar y de la mujer, aunque comenzó en la dirección de cortos. 

Algunas actrices debutantes fueron Fanny Bastien, Sandrine Bonnaire (La Puritaine, 1986 ), Judith Godrèche , Marianne Denicourt (Cinéma 16, 1987 ), Charlotte Gainsbourg (Amoureuse ,1992), la fallecida Marie Trintignant (Ponette ,1996 )y Juliette Binoche (La vie de famille ,1985 ) y , por lo que veo, en sus filmes la mujer y la juventud juegan un papel importante o , al menos, en las más valoradas por los premios como se refleja en sus películas, muchas, premiadas como la que he visto, aunque también la de 1989, La niña de 15 años, participante en el 16º Festival Internacional de Cine de Moscú , La venganza de una mujer (1990) participante en el 40º Festival Internacional de Cine de Berlín . 

Al año siguiente, su película Le Petit Criminel ganó una mención de honor en el 41º Festival Internacional de Cine de Berlín, festival al que vuelve a ir en 1993, con su película Le Jeune Werther ganó el Blue Angel Award en el 43º Festival Internacional de Cine de Berlín o en 1998, su película Trop (peu) d'amour se inscribió en el 48º Festival Internacional de Cine de Berlín . Últimamente , en 2017, se presentó su particular visión de Rodin. 

Tras realizar La femme que pleure (La mujer que llora) apostó por esta golfilla. En este caso , y una vez vista, lo único que me viene a la cabeza es una canción de Serrat llamada Paraules d´amor que comienza así: 

Ella me quiso tanto, yo aun sigo enamorado,
juntos atravesados, nostalgias del pasado,
ella como os diría, era, mi luz y mi razón,
cuando en la lumbre ardían solo palabras de amor,
palabras de amor, sencillas y tiernas,
que echamos al vuelo, por primera vez,
apenas tuvimos, tiempo de aprenderlas,
recién despertábamos, de la niñez,
nos bastaban esas tres frases hechas,
que entonaba un trasnochado galán, 
de historias de amor, sueños de poetas, 
a los 15 años, no se saben mas.

Y es que La Drôlesse no es una película fácil, ni clara, ni precisa, se mueve entre tinieblas. No sabes el por qué, aunque sepas el cómo y el qué pasó, pues al final la historia es una caso de síndrome de Estocolmo de libro, pero el por qué es complejo.

En este 1979 Jacques Doillon contactó con la ya fallecida productora Danièle Delorme (murió en 2015) que trabajaba junto a su segundo marido el actor, director y productor Yves Robert - lo venían haciendo desde su matrimonio en 1956 y que permanecieron casados ​​hasta su muerte en 2002 - que en el año 79 apostaron por producir un par de películas de Doillon, la presente y la previa , La mujer que llora (1979). Lo hicieron a través de la productora Les Productions de la Guéville.

Doillon partiendo del guión presentado por el mismo Jacques Doillon y Dennis Ferraris se lanzó para producir esta historia protagonizada por una niña, Madelaine, y un adolescente, François, que tendrán una relación singular. Para el desarrollo de la película contactó con el fotógrafo Philippe Rousselot , renunció a una banda sonora propia y contó con un montador Laurent Quaglio.

En cuanto a los actores Doillon volvió a apostar por actores amateurs como Claude Hébert para el papel de François y la fantástica Madeleine Desdevises para el papel de Mado o Madelaine. Junto a ellos aparecen Paulette Lahaye como La madre de Mado, Juliette Le Chauchoix, la madre de François, Fernand Decaean como el padrastro de François. También aparecen Dominique Besnehard como el maestro, Odette Maestrini la chica de la tienda, Ginette Mazure la encargada de la tienda de fotografía, Denise Garnier la secretaria del ayuntamiento, Norbert Delozier el cuñado de François, Janine Huet la hermana de François, Marie Sanson una anciana, Edouard Besnehard el panadero, Henriette Adam como una señora, Jean Brunelière como el juez de instrucción, Jacques Thieulle como el abogado y Christian Bouillette como un gendarme.

La historia se desarrolla en un área rural de Francia. Casi de inmediato conocemos a la chica protagonista. Se llama Madelaine ( Madeleine Desdevises ), pero a la que le gusta que le llamen Mado. Está en clase. Al aproximarse el día de la madre , su maestro (Dominique Besnehard ) le pide a sus alumnos /as que compongan un poema dedicado a la madre.

Dos lo leen el alto, pero cuando le pregunta a Mado sobre que ha hecho, ella le dice que no ha escrito nada dedicado a su madre, pues no la quiere. Después vemos a la chica que vuelve a casa. Mado, es una niña de de 11 años que lleva una vida solitaria. Efectivamente no se siente querida por su madre (Paulette Lahaye ) ya que se siente maltratada e ignorada. Además tiene un eczema que su madre no logra curar.

La chica acude diariamente a la escuela con escaso interés. Un chico con una moto se cruza a diario con Mado en la carretera cuando ésta vuelve a casa al salir del colegio. Mado siempre le saluda con una sonrisa, la única que posiblemente él recibe a lo largo del día. Uno de esos días se cruza con el chico que va en motocicleta. Ella le hace un gesto , pero el sigue su camino.

El chico se encuentra, por su parte, con la madre de ella que también lo ignora, y tras una breve conversación se entera de que la niña, de 11 años, tiene unos granos en el cuello que nadie consigue eliminar. Ese día a la vuelta se cruza nuevamente con la chica .

François cuando vuelve a cruzarse con Madeleine, un rato después, decide raptarla. Para ello la atrae con el pretexto de que ha hablado con su madre acerca de su problema cutáneo. Pero , sin mediar mucha más palabras, la introduce en el carromato y la lleva atada hasta su casa. Allí entran en contacto los dos protagonistas creando su propio mundo e iniciando una extraña historia de acercamiento, que no amor.

Descubrimos que el se llama François ( Claude Hébert ) que tiene 17 años y que es un joven solitario, sin trabajo, inhibido, rechazado por todos y que vive en un rincón del granero. Vive con su madre (Juliette Le Chauchoix ) y con un hombre (Fernand Decaean ) que ha ocupado el puesto de su padrastro y se dedica a la chatarra y la venta de setas y otros productos que vende en una tienda. 

Debido a que su habitación se encuentra en la buhardilla de su casa, a la que se accede con dificultad a través de una alta escalera, y a que no tiene una buena relación con sus progenitores, François pasa la mayor parte del día solo, lo que acentúa su carácter profundamente retraído. La niña lo extraño es que no opone demasiada resistencia, y al llegar ambos se introducen en la buhardilla sin ser vistos.

Una vez allí, François la convence para que se quede. El alega que el fin es curarla. Eso sí impone la condición de dejarla encerrada en todo momento con una supuesta cámara, montada por François, con elementos de deshecho, grabando.

Llegan a algunos acuerdos para entenderse ( ella no puede salir al exterior ni asomarse a la ventana bajo ningún concepto, él ha de pasar la cuerda por el agujero en caso de que el quiera entrar, él tiene que respetar la intimidad de ella en el orinal,...).

Así comienza una convivencia clandestina en la buhardilla de la casa, sin que sus padres tengan conocimiento de nada.

Con el tiempo, y mientras intenta solucionar el problema de los granos, François le habla a la pequeña de sus problemas familiares, y ésta le cuenta también a él que no se siente querida en su casa. Ambos intiman progresivamente, hasta el punto de tratarse mutuamente como si fuesen un matrimonio asumiendo el chico el rol de médico con el fin de curarla , cumpliendo lo prometido inicialmente, y llevándole la comida que le gusta atún en aceite , entre otras cosas.

Pasan a dormir juntos en la misma cama, aunque François no tiene intención sexual alguna en ningún momento.

La presencia de la madre y padrastro de François es perturbadora para él. Aprovecha la salida de estos para bajar al salón y ver la televisión ( otra de las promesas realizadas por François). La llegada de su hermana y su cuñado vuelve a presentar la poca relación de François con su familia.

Un día Mado le pregunta si tiene novia y él dice que sí. Evidentemente es falso, pero ella le exige ver una foto de la misma. François se la ingenia para mostrar una foto que logra sacar de una tienda de fotografía.

Con el paso de los días, Madeleine afirma aburrirse y sentirse sola la mayor parte del día, por lo que le propone a François que éste la deje embarazada. Él se niega, argumentando que con 11 años una mujer no puede tener hijos, y al poco, Madeleine se escapa. François va en su busca y la encuentra, tras lo cual ella, aunque todavía disgustada por su negativa a tener un bebé, decide volver con él.


Al poco tiempo, François tiene un problema con el seguro de su motocicleta, y se le informa de que va a tener que pasar veinte días en la cárcel. Ante la imposibilidad de dejar a Madeleine todo ese tiempo sola, ambos deciden que lo mejor es que ella vuelva a su casa, y se despiden. La película acaba con una escena en la que se les muestra a los dos reconstruyendo ante los gendarmes y el juez de instrucción el momento del secuestro para la policía. Ella le dice en la última escena yo me hago la muerta, acabando así la película.


La película que pudiera haberse grabado en el área verde del noroeste de Francia ¿pudiera ser Bretaña o Normandía? es una curiosa historia de amor entre dos jóvenes. Más que amor entre ellos lo que se imparten el uno al otro es ternura, dulzura, respeto. Es un amor inocente. Es la historia de dos corazones solitarios que apenas conocen lo que es la vida, ni la pulsión, ni tan siquiera el deseo. Están necesidad de amor, de una amistad, de consideración.

La película fue presentada el 23 de mayo de 1979 Obtuvo algunos Premios entre ello en el Festival de Cannes ya que fue nominada a la Palma de Oro a la mejor película y obtuvo el Premio del cine joven. En los Premios del cine francés, los César, la película obtuvo dos nominaciones. El César al mejor director para Jacques Doillon y al mejor guion original o adaptación Jacques Doillon.

La película ha sido comparada con ora de William Wyler El coleccionista, que también trata acerca de un hombre introvertido que secuestra a una mujer, si bien La drôlesse está basada en hechos reales. Algunos atribuyen un aspectos similar en “Sweet hostage” (1975), la película de Lee Phillips que protagonizaran Linda Blair y Martin Sheen, en la que un joven huye de un hospital mental y secuestra a una joven del campo de “escasos conocimientos”, con la que decide hacer el papel de padre, maestro y amante. A mi , por momentos, y en otro sentido a Malas Tierras de Terrence Malick. En el cine español El nido de Jaime de Armiñán presenta una temática parecida. La peliula carece de banda sonora creada por un músico en ella están presentes los sonidos de la naturaleza, las campanas del reloj de la aldea, el motor de la mobylette y el canto de los pájaros. La ausencia de música realza la austeridad del relato. En este sentido parece mucho más apropiado que el título dado en su versión fracesa, pero sobre todo en la española, el que se le dio en Latinoamérica: “La ternura...esa rareza”. El crítico de The New York Times Vincent Canby definió la película como una «dulce y excéntrica historia de amor».

En ABC se dice de ella que es "Una conmovedora historia de amor que reflexiona sobre las consecuencias del maltrato y la carencia de afecto en la etapa infantil. La austeridad del relato y el exquisito trabajo de fotografía contribuyen a realzar esta historia que desborda ternura y naturalidad, especialmente en lo que al trabajo de la niña protagonista se refiere, Madeleine Desdevises, cuya prematura muerte, tres años después, con 15 años truncaría una prometedora carrera. Ironicamente al final de la película se última frase es "Yo tengo que parece que estoy muerta". Una leucemia acabó con ella.

A destacar el trabajo de la actriz que realiza su papel con una naturalidad y espontaneidad asombrosa. La chica presenta un rostro magnético con la cámara. Sus miradas enamoran en el sentido preadolescente a François, pero también a la cámara. Entre secuestrador y secuestrada surge un lazo de unión. Un perfecto síndrome de Estocolmo.

Y para terminar el relato y concretar a lo que me remitió a principio de la película que no puedo sacar de mi mente la canción de Serrat que en catalán, esa lengua que si bien no hablamos mucho,  si que entendemos otros muchos y que concluye : 

El qui sap on és,
el qui sap on para.
La vaig perdre i mai més 
he tornat a trobar-lo.
Però sovint, en fer-se fosc,
de lluny m'arriba una cançó.
Velles notes, vells acords,
velles paraules d'amor...
Paraules d'amor senzilles i tendres.
No en sabíem més,
teníen 15 anys.
No havíen tingut massa temps per aprendre'n,
tot just despertáven del son del infants.
En teníem prou amb tres frases fetes
que habíem aprés d'antics comediants.
D'històries d'amor,
somnis de poetes,
no en sabíem més,
teníem 15 anys...


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