miércoles, 16 de enero de 2019

Ya se que pasó con Baby Jane


Desconocía que era un thriller psicológico éste interpretado por Bette Davis y Joan Crawford. Reinas absolutas de la pantalla e iconos 'camp' para los fans del cine clásico, las dos actrices solo coincidieron en una película, '¿Qué fue de Baby Jane?', pero el historial de su antipatía mutua es una de las leyendas más longevas y comentadas de Hollywood.

Decía George Cukor que que "su verdadero talento era verla caminar". Y curiosamente en este película no camina y , sin embargo, borda su papel.  

Bette Davis presumió de ser mejor actriz que Crawford. "¿Por qué soy tan buena interpretando a zorras? Creo que es porque no soy una zorra. Quizá esa es la razón por la que Joan Crawford siempre interpreta a damas", dijo una vez. 

Crawford, por el contrario, siempre fue considerada más estrella que actriz pese a que sus enormes ojos dieron brillo y matices a interpretaciones asombrosas durante muchas décadas en el cine. Como dijo de ella George Cukor, que la dirigió tres veces, y que declaró : "Tiene un rostro tan absolutamente perfecto , como una máscara griega. Todo está en su sitio exacto...Fue y sigue siendo una gran personalidad de la pantalla. "

Dijo Guillermo Cabrera Infante en su libro Cine o Sardina que nunca fue su actriz favorita hasta que la vió en ¿Qué le pasó a Baby Jane? como se le llama en algunos países latino americanos y añade "cuando era demasiado tarde para celebrarla".  

Pese a lo que dijeran, ambas tenían mucho en común. Crawford llegó a plantarse ante Louis B. Mayer, el gerifalte de la Metro, para obtener mejores personajes y Davis hizo lo propio con Jack Warner, con cuyo estudio llegó a tener un pleito en los tribunales. 

Las dos fueron mujeres fuertes en una industria dominada por hombres; dos especímenes únicos que se construyeron a sí mismas de la nada. Crawford (o Lucille Le Sueur, como se llamaba realmente) desde la extrema pobreza de su infancia. Davis, más acomodada económicamente, desde las ganas de comerse el mundo pese a un físico poco convencional para la tierra del glamour y el éxito basado en la imagen. 

A mediados de los años 30, Bette Davis y Joan Crawford ya pertenecían a dos estudios competidores entre sí: Warner y Metro Goldwyn-Mayer. Sin embargo, no fue eso lo que inició su legendaria rivalidad. El origen hay que buscarlo en un hombre. Por aquella época, el también actor Franchot Tone y Bette Davis iniciaron un romance casi al tiempo en el que ella se convertía en una actriz de prestigio gracias a 'Cautivo del deseo (1934) y ganaba su primer Oscar por 'Peligrosa' (1935). 

Justo entonces, Crawford, recién divorciada de Douglas Fairbanks Jr. protagonizó junto a Tone 'Today we live' (1935) y durante el rodaje hizo todo lo posible para seducirle. Poco tiempo después ambos se casaban y Bette Davis se quedaba compuesta y sin novio algo que, al parecer, jamás le perdonó a Crawford. 

A mediados de los años 40, la carrera de Bette Davis en el estudio para el que trabajaba, la Warner, comenzaba a declinar peligrosamente. Tras un éxito como 'Mr. Skeffington' (1944), los buenos personajes y las películas con directores de renombre como William Wyler empezaban a escasear. 

Uno de los papeles que la reina del estudio rechazó fue el de Mildred Pierce en 'Alma en suplicio' (1945), la historia de una madre proletaria que tiene que hacer frente a la crueldad de su hija ,  una historia que mezclaba, a partir de una novela de James M. Cain, el melodrama y el cine negro. 

Crawford, que a principios de la década se había ido de la Metro de mala manera, fue la que finalmente aceptó encarnar el personaje. La ironía quiso que acabase ganando el Oscar por hacerlo. 

A partir de entonces, se convirtió en una de las grandes apuestas de Warner de cara a sus melodramas. Su nuevo contrato con el estudio hizo que dos de las grandes reinas de Hollywood coincidiesen en el mismo lugar y haciendo el mismo tipo de personajes. 

Mientras que la carrera de Bette en Warner languidecía, Crawford se reinventaba y se convertía en talismán para la taquilla con películas como 'Humoresque' (1946). 

En los años 50 Crawford ya es una veterana actriz adaptable a toda clase de papeles como señala Lawrence J. Quirk para describir las seis etapas de esta artista.

A principios de los años 60, y ya como actriz de mérito siguiendo la terminología de Quirk , en su sexta etapa que se extendería entre (1958 hasta su muerte en 1977) , que divide su tiempo entre el cine y sus negocios en New York - es cuando a Jack Warner le plantearon producir una adaptación de la novela de Henry Farrell, '¿Qué fue de Baby Jane?' contando en el reparto con dos de las viejas glorias de su estudio, casi se muere del susto. 

Para el magnate, tanto Bette como Joan estaban acabadas y unirlas en una película resultaría ridículo y poco productivo. Cuando acabó aceptando el reto, fue la propia Davis la que le planteó sus dudas al director, Robert Aldrich.

La actriz le preguntó si se "había follado a Joan". "Porque si lo hubieses hecho, no serías justo con las dos", apostilló. Cuando Aldrich le contestó que no, Bette se quedó mucho algo más tranquila. 

Tanto ella como Joan aceptaron protagonizar la historia de dos hermanas que fueron estrellas de cine en el pasado y conviven en un viejo y gótico caserón de Los Angeles. De acuerdo con el libro "Bette & Joan - The Divine Feud" de Shaun Considine, Davis y Joan Crawford se tenían un odio mutuo y el choque de trenes no había hecho más que comenzar... 

What Ever Happened to Baby Jane? será unas de las películas estadounidenses del año 1962 más importantes de ese año.

La historia se basaba en la novela homónima de 1960 escrita por Henry Farrell What Ever Happened to Baby Jane? aunque el responsable del guión fue Lukas Heller. Cuando el productor William Frye consideró tener opción sobre la novela en 1960, él y su amiga Bette Davis intentaron que Alfred Hitchcock se interesara en la dirección. Se negó, ya que estaba ocupado promocionando Psicosis (1960) y tratando de convertir Los pájaros (1963) en un guión. Así que el proyecto pasó a otro, a Robert Aldrich.

La película será dirigida por un todoterreno como Robert Aldrich que además ejerce las labores de producción y que contaba con el respaldo de la productora Seven Arts Productions y la distribución Warner Bros. Pictures . La película tenía un presupuesto  que se movía entre los 980.000 dólares y el $1 000 000 

Aldrich para la banda sonora contó con la música de Frank De Vol , mientras que en la fotografía se hará con el trabajo de Ernest Haller y el montaje de Michael Luciano.

El elenco está integrado por las divas del cine Bette Davis como Jane Hudson- que será representada por  Julie Allred como Jane a los nueve años y con la voz de  Debbie Burton - y Joan Crawford como Blanche Hudson , siendo Gina Gillespie como Blanche a los trece años.

Junto a ellas nos encontramos con Victor Buono como Edwin Flagg , Marjorie Bennett como Dehlia Flagg, la madre del anterior,  Maidie Norman como la asistente Elvira Stitt,  Anna Lee como Mrs. Bates , B. D. Merrill como su hija Liza Bates ( e hija en la vida real de Bette Davis, de su tercer esposo, Grant Sperry. B.D. fue adoptado por el cuarto marido de Davis, Gary Merrill, a la edad de tres años), Dave Willock como Ray Hudson , el padre de Blanche y Jane, Anne Barton como Cora Hudson la madre de las chicas, Wesley Addy como Marty McDonald , Bert Freed como Ben Golden y Robert O. Cornthwaite como Doctor Shelby . Con menos protagonismo aparecen William Aldrich,  Ernest Anderson , Russ Conway y Maxine Cooper

La historia comienza en 1917 con una actuación en un teatro de una niña prodigio en lo artístico conocida con el nombre Baby Jane (Jane Hudson) cantando en un espectáculo de vodevil la canción "I've Written a Letter to Daddy" o Le escribí una carta a papá. Es tan famosa que se vende una muñeca que es una réplica de esta niña artista.

Pero tras una apariencia dulce y encantadora, se esconde una niña caprichosa, una auténtica tirana que manipula a su padre y que fuera del teatro se muestre tiránica, manipuladora.

Descubrimos que Jane tiene una hermana, Blanche (Gina Gillespie ), a la que el padre, Ray Hudson ( Dave Willock  )  no dedica atención al no ser famosa, aunque su madre Cora (Anne Barton  ) que la atiende, le promete a Blanche que va a tener su momento de gloria y que cuando llegue ese día no debe guardarles rencor a su hermana ni a su padre y darles cariño.

La historia pasa al año 1935. Estamos en Hollywood y en los estadios cinematográficos  vemos a un productor que está viendo una película en la que participa Jane (Bette Davis) que lo desespera ( por cierto, es de la película más antigua de Bette Davis, Ex-Lady de 1933 y aparece junto al actor Gene Raymond ) . Ahora 18 años después la que ha triunfado ha sido su hermana Blanche (Joan Crawford), mientras que Jane  al crecer ha sido olvidada por el público. Por contra, Blanche ha logrado conseguir una exitosa carrera de actriz de cine.

A pesar de todo, ella siguió el consejo de su madre y especifica en su contrato la permanencia de su hermana en Hollywood, pero Jane con el tiempo no logra relanzar como adulta su carrera y culpa a Blanche por la ruina de la misma, a pesar de que ella es la única persona que la ha querido ayudar y la que le permite tener una carrera en el mundo del espectáculo.

Ahora que Blanche está en el punto más alto de su carrera, es invitada a fiesta con la jet set angelina, a la que también va su hermana que tiene unos indudables problemas con el alcohol. Viniendo de una de esas fiestas Blanche sufre un misterioso accidente automovilístico ya el coche su coche se empotra contra la puerta mientras ella la abre.

Ya en 1962, 27 años después , en 1962, descubrimos que el resultado de aquel accidente hay una mujer madura inválida. Se trata de Blanche (Joan Crawford), que es cuidada por otra mujer madura , y alcohólica, una envejecida Jane (Bette Davis), muy alejada de aquella chica rubia angelical. A ambas atiende  la asistente , una chica de color, Elvira Stitt (Maidie Norman).

Llevan viviendo en la misma mansión desde que el misterioso accidente que dejó a Blanche en silla de ruedas.

Jane, bebe demasiado, por lo que Blanche, que lleva el control del dinero de la casa,  le avisa a los que suministran productos a la casa que no le envíen más alcohol a su  hermana, que parece estar perdiendo la cabeza.

Por su parte, la sirvienta, Elvira, quien es la única que puede pasar por la casa y hablar con Blanche, le dice que su hermana ha escondido cartas de sus admiradores. Blanche, que quedó como una de las grandes divas del cine, todavía no ha sido olvidada ya que incluso veinte años después todavía  daban películas de Blanche algo que provoca el enojo de una Jane. De hecho, la vecina de las hermanas Mrs. Bates  (Anna Lee )  intenta que Blanche le firme un autógrafo para su hija Liza (B. D. Merrill).

Jane, por su parte, logra imitar la voz de su hermana en el teléfono para que le entreguen más envíos de alcohol, y pide una gran cantidad de bebidas, con lo que pierde el sentido de la realidad . Entre otras cosas  deja "huir" al pájaro de Blanche mientras lavaba la jaula y desconecta el teléfono que conecta a su hermana con el exterior.

Blanche comienza a pensar en vender la casa y que ella y su hermana vivan en otro lugar más cerca de la playa, ya que los ahorros se les están terminando, y ya no pueden mantener la mansión. Elvira , po su parte, le comenta a su hermana que debería buscar un psiquiatra para Jane.

Esa noche, Jane canta delante del espejo la canción que le convirtió en una estrella: "...La respuesta a la pregunta les pediría, pues yo soy una niña todavía..." pero al mirarse al espejo chilla al descubrir su rostro de anciana.

Tras esto, y para pagar su frustración, le sube a Blanche la cena y se la deja en la mesa. La hermana  al destapar la bandeja de la cena, se encuentra con el cadáver del pájaro que su hermana le dijo que se había escapado, se espanta al ver el pájaro muerto y no cena esa noche.

Jane, con la cabeza ya ida, está dispuesta a recuperar su voz y volver al mundo del espectáculo, piensa en buscar un pianista para los ensayos.

Al día siguiente, Blanche intenta escapar de la casa durante la ausencia de Jane, que ha salido  a poner un anuncio en busca de un pianista en el periódico. Sin embargo, debido a su discapacidad no consigue huir.

En ese momento, se asoma a a la ventana y ve a su vecina (Bárbara Merril), que está arreglando el jardín y escribe una nota en su máquina de escribir donde le pide que llame al doctor.

La nota termina con una apostilla a mano: "...Bajo ninguna circunstancia se debe enterar mi hermana del contenido de esta nota..." Blanche la firma y la arroja, pero justo llega Jane y la agarra antes que la vecina la pueda leer.

Jane la lee y corre a hablar con Blanche. Esta le dice que recuerde el día después del accidente, Jane le grita que Blanche prometió no volver a hablar de eso, que solo era una cosa del pasado que debía olvidarse, pero Blanche le dice que mientras ella estuviera en esa silla no podría olvidarlo.

Jane se va leyendo la nota en voz alta "... y bajo ningún concepto debe mi hermana enterarse del contenido de esta nota... no soy yo la que precisa un médico, Blanche..." y deja a Blanche sola.

Edwin Flagg (Victor Buono), un pianista amargado que vive junto a su chismosa madre, Delhia (Marjorie Bennett),  a la que aborrece,  ve el anuncio y acude a la casa de las hermanas.

Jane y el pianista ensayan las antiguas actuaciones de Jane, pensando esta última en volver a hacer lo que la hizo famosa. Jane flirtea con el música y deciden salir otro día.

Elvira llega a la casa, pero ese día Jane le da permiso para irse ya que no le hace falta alguna. En una de las salidas de Jane va a cobrar un cheque a nombre de Blanche para pagar al pianista y aprovechando las circunstancias,  Blanche se lanza escalera abajo hacia el teléfono.

Consigue llamar al doctor, Doctor Shelby (Robert O. Cornthwaite)  al que advierte sobre el estado en que se encuentra Jane, cada vez más enloquecida. Sin embargo, Jane regresa a la casa y la sorprende hablando con el doctor. La golpea y llama otra vez al doctor fingiendo ser Blanche diciendo que todo está perfectamente, para evitar que el doctor vaya a la casa.

Esa noche tras varios días de ayuno Jane le prepara la cena y se la deja en la mesa. Antes de salir de la habitación le dice que últimamente ella ha detectado ratas en el sotano. Y le informa que ha de tener cuidado. Blanche duda sobre sí acercarse o no a la comida, pero tiene hambre al abrir la bandeja de la cena descubre que hay una rata muerta sobre la comida.

Cuando , al dia siguiente se persona Elvira, Jane le dice que no la necesita y la despide. Sin embargo, Elvira le dice que al menos se quiere despedir de Blanche. Pero ella le echa de la casa y va a la parada de autobús y hace como se monta. Mientras Jane, ha cogido el coche para comprobar que Elvira se ha marchado.

Elvira , por su parte, que tiene dudas decide ir a la casa. Al subir a la habitación de Blanche, encuentra a está maniatada en la cama. En un descuido de Elvira, Jane la golpea con un martillo y la mata.

Más tarde , ya de noche, Edwin, en estado de embriaguez, tras discutir con su madre que le habla de como su cliente es Baby Jane y que recuerda que era una alcohólica y promiscua mujer - aunque él le echa en cara que ella lastró la carrera como músico de su padre, un director de orquesta británico- va a recoger su pago a la casa de las hermanas.

Mientras está hablando con Jane, Blanche, escaleras arriba, ha conseguido desatarse una mano y tira un jarrón para llamar la atención del visitante. Edwin, al escuchar ruido arriba, sube las escaleras y descubre a Blanche atada en el cuarto. Edwin sale de la casa en busca de ayuda, mientras tanto Jane, se lleva a rastras a su hermana y se van a la playa, donde Jane quería que vivieran.

Edwin consigue alertar a la policía que empieza la búsqueda de las hermanas. En la playa, Blanche queda exánime y con Jane al lado. Entonces, hambrienta y deshidratada, Jane le dice a Blanche que le amargó la vida haciéndole creer que el accidente fue culpa suya pero que no era ella quien conducía aquella noche, sino Blanche. Jane estaba borracha, Blanche no la dejó conducir, pero, como anteriormente, en una fiesta, Jane humilló a Blanche y ella se encontraba enojada y quería matarla, aceleró, pero Jane escapó a tiempo y el coche chocó contra la puerta de la mansión lo que hizo que Blanche se rompiera la espina dorsal. Le comenta que ella, Blanche, consiguió salir del coche y arrastrarse hasta la puerta donde la encontró la policía, lo que le dio tiempo a Blanche de culpar a Jane,que huyó y estuvo perdida en una habitación de un motel con un joven hasta varios días más tarde.

La deprimida y trastornada mente de Jane le provocó la horrorosa idea de haber sido la que atropelló a su hermana. Blanche termina su historia, y Jane pone cara de enfado y de locura pero la cambia por una agradable sonrisa y ahí, le dice: "Entonces, en todos estos años, podríamos haber sido amigas".

Tras dejarla en la playa, Jane sale a comprar un helado para Blanche y la policía , tras el aviso, identifica el coche y la descubre. Le preguntan donde está Blanche, para suministrarle asistencia médica. Jane se para en la arena (completamente loca) y canta delante de una multitud.

La película termina con la policía asistiendo a Blanche y con Jane bailando en mitad de la playa rodeada de gente.

Aunque las dos actrices (que nunca antes habían trabajado juntas) atravesaban el peor momento de su carrera, a nadie se le escapaba que la convivencia de las dos divas podía ser complicada en ese rodaje que duró desde el 23 de julio al 12 de septiembre de 1962.  

El rodaje se desarrolló en distintos puntos de la localidad californiana de Los Ángeles , en concreto en el 172 South McCadden Place, en Hancock Park,. la casa de los Hudson . en la playa de Malibu, en Larchmont Village, en Clinton Street, en los Producers Studios en Melrose Avenue, en Hollywood, y en los Raleigh Studios para las escenas de interior, así como en los Citizen News Building en 1545 Wilcox Avenue.

Cortés hasta el paroxismo, Crawford quiso empezar el rodaje de '¿Qué fue de Baby Jane?' con buen pie. Como mujer del presidente de Pepsi Cola que era por aquel entonces, instaló una pequeña máquina de refrescos de la firma en el plató para deleite de todo el equipo técnico y artístico. Las ganas de fastidiarla hicieron que Bette Davis hiciese lo propio, instalar otra máquina pero … de Coca-Cola. Fue una de las primeras argucias que iniciaron la batalla entre las dos actrices. 

Además de todo ello se sumó algo importante: los rumores sobre la bisexualidad de Joan Crawford hicieron pensar a muchos que, durante su juventud, intentó cortejar a Davis. Aunque nunca se demostró, lo que sí es cierto es que, al iniciarse la filmación de '¿Qué fue de Baby Jane?', Joan no dejó de enviar regalos y flores a Bette en señal de cordialidad y afecto. Esta le dijo que parase "de una vez" porque no tenía tiempo de ir a comprar presentes para corresponder su amabilidad. 

Años más tarde, cuando le preguntaron a la Davis si Crawford era o no lesbiana, al cabo de los años, su malévola respuesta fue memorable: "No lo sé. Nunca me acerqué tanto a ella como para comprobarlo". 

Otra de las señales de discordia que se produjeron durante el rodaje de la película de Aldrich tuvieron que ver con escenas muy concretas. Mientras filmaban el momento en el que el personaje de Jane tiene que levantar en brazos a su hermana paralítica, Davis advirtió a Crawford que no fuese un peso muerto, ya que tenía serios problemas de espalda. La segunda, a sabiendas de que iba a fastidiar a su rival, hizo justo lo contrario de lo que le había pedido. 

En otra secuencia en la que Baby Jane golpea brutalmente a su hermana Blanche, Davis le dio alguna que otra patada de verdad y llegó a confesar que lo pasó "muy bien" cuanto tuvo que empujar su silla de ruedas.En escenas donde Jane imita la voz de Blanche, la voz que se escucha es en realidad la voz de Joan Crawford, y no la de Bette Davis, ya que Davis no pudo dominar la voz de Crawford correctamente. 

La estrella también criticó con fiereza el empeño de su compañera por aparecer 'glamurosa' mientras que ella añadía capas y capas de maquillaje a su rostro para acentuar el lado más esperpéntico del personaje de Baby Jane. En su libro "This N 'That", Bette Davis dijo que sabía cómo se deb a maquillar para la película. Imaginó a la una Baby Jane ya mayor como alguien que nunca se lavaría la cara, solo se pondría otra capa de maquillaje sobre la inicial. "Lo que tenía en mente, ningún maquillador profesional se hubiera atrevido a ponerme", dijo Davis. Cuando su hija, Barbara Merrill, la vio por primera vez con maquillaje de "Jane", le dijo: "Oh, madre, esta vez has ido demasiado lejos". Ella se enorgulleció cuando el autor de la obra Henry Farrell visitó el set un día y exclamó: "Dios mío, te ves exactamente como me imaginé a Baby Jane".

Todo lo contrario que le ocurría a Joan Crawford. Sobre ella decía la David que "Fue una batalla constante para que no se viera hermosa", dijo Davis. "Ella quería que su cabello estuviera bien vestido, sus vestidos hermosos y sus uñas con esmalte de uñas rojo. Por la parte de un inválido que había estado encerrado en una habitación durante 20 años, quería lucir atractiva. Estaba equivocada". Según Bette Davis, Robert Aldrich convenció a Joan Crawford de que dejara de lado algunos de sus glamorosos adornos. "Le tomó una mañana entera convencerla de que se quitara el esmalte de uñas para una escena en la que bajó las escaleras con la mano en la barandilla", dijo Davis.

También hubo un importante trabajo en el vestuario. "En su vestuario había sostenes de tres tallas. En la famosa escena en la que aparece tumbada en la playa se puso uno de los más grandes. Seamos francos: cuando una mujer está tumbada boca arriba, por muy exuberante que sea, el busto no permanece erecto. En la escena yo me caía encima de ella. Casi me corta el aliento. Fue como caer sobre dos balones de fútbol", aseguró Bette Davis en una de sus memorables entrevistas televisivas. 

Aunque durante la mayor parte del rodaje ambas se detestaron, tanto una como otra intentaron mantener una falsa cordialidad que solo se rompió con alguna que otra sutil 'vendetta' como las anteriormente mencionadas. En 1964 Joan Crawford confesó a Lawrence J. Quirk que "Ella - habla sobre Bette Davis- actuó como si Baby Jane fuese un programa para una sola mujer después de que la nominaran. ¿Qué se supone que debo hacer, dejar que acapare toda la gloria, actuar como si no hubiera estado en la película? Obtuvo la nominación. No le envidiaba eso, pero hubiera sido agradable si hubiese sido un poco amable en las entrevistas y me hubiera dado un poco de crédito. Yo lo habría hecho por ella ".  

Peter Lawford estaba originalmente destinado a desempeñar el papel de Edwin Flagg, pero dos días después de aceptar el papel que retiró debido a preocupaciones familiares. Lawford sintió que el personaje podría reflejar mal su papel en la vida real como cuñado del actual presidente, John F. Kennedy. Victor Buono fue lanzado como Edwin. Bette Davis originalmente se opuso al casting de Buono, pero finalmente fue el elegido.

Para sorpresa de Jack Warner, '¿Qué fue de Baby Jane?' se acabó convirtiendo en un enorme éxito de taquilla con cerca de $4,050,000 al final del año de su estreno (1963) pese a su escueto presupuesto de menos de un millón de dólares -$980,000 y recaudó más de 13 millones en todo el mundo  - y a la poca confianza que el estudio había depositado en la producción. 

Pese a las magníficas críticas, Bette Davis fue la única de las dos protagonistas nominada al Oscar por su interpretación. Según la mítica protagonista de 'La loba', Crawford se encargó de malmeter entre los miembros de la Academia para que no votasen por ella. "Era muy envidiosa", añadía la actriz al recordarlo. El dato puede ser cierto a tenor de lo que Joan en la noche de los Oscars. La estrella se prestó encantada a recoger el galardón de Anne Bancroft, nominada por 'El milagro de Anna Sullivan', en caso de que esta ganase, como efectivamente sucedió. 

Así, cuando anunciaron a la ganadora del premio, Crawford anduvo hasta el escenario triunfante y cuentan que, al toparse con Davis en su camino, le espetó de forma irónica: "Permiso, querida". Davis no podía creer lo que veían sus ojos: su enemiga recogía, finalmente, el Oscar para el que ella era, según la prensa, la gran favorita. 

Ya que hablamos de los Oscar decir que la película fue nominada a cinco premios Oscar  ganando el de Mejor diseño de vestuario para Norma Koch obteniendo otras 5 nominaciones al de Mejor actriz (Bette Davis) , Mejor actor de reparto (Victor Buono) ,  Mejor fotografía en blanco y negro para Ernest Haller , , Mejor sonido para  Glen Glenn (Joseph D. Kelly, director de sonido) .

En los Globos de Oro la nominación fue para Bette Davis como Mejor actriz en Drama (Davis) y mejor actor secundario para Victor Buono.

El Sindicato de Directores (DGA) la nominó al Mejor director y obtuvo también dos nominaciones en los Premios BAFTA  a la Mejor actriz extranjera (Davis y Crawford) siendo igualmente nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes.

Don Druker en el Chicago Reader escribió que "La dirección de Aldrich y las explosivas interpretaciones de las dos veteranas hacen de esta película toda una experiencia"

Roger Ebert en rogerebert.com comenta que "El reparto es uno de los logros fundamentales de la película (…) " La película está incluida en la lista de "Grandes películas" de Roger Ebert.

En Variety escriben que "Una vez que el inepto y tedioso comienzo ha pasado, el ritmo de la película crece con una fuerza cada vez mayor."

Para James Powers en The Hollywood Reporter comenta que "Actuaciones virtuosas de Bette Davis y Joan Crawford, y momentos tan agudos como conmovedores."

Para Budd Wilkins de Slant se trata de "[Una] obra maestra sádico-satírica (...) En cuanto a terror basado en mujeres inestables no se puede hacer mejor (…)

En el Reino Unido Mike McCahill en The Guardian escribía que "La película resulta retorcida de manera fascinante (…) "

Wally Hammond en Time Out afirmaba que "Al reseñarla hoy, los elementos de guiñol o góticos impresionan menos (...) [pero] todavía es una obra entretenida y disfrutable (…)"

Para David Parkinson de Empire comenta que  "El melodrama de Robert Aldrich todavía resulta histérico en todos los sentidos de la palabra (…)"

Para Guillermo Cabrera Infante y publicado en Cine y Sardina "Ambas, la Davis y La Crawford se reunieron en esa danza demente se llamó ¿Qué le pasó a Baby Jane? Las dos dieron una lección de lo que Edgar Allan Poe llamaría lo Grotesco y lo Macabro. Que el público acogiera esta exhibición de fealdad y maldad es una prueba del arte de una y el fulgor que nunca muere en la otra. Ambas, al final, resultaron intercambiables. Bette Crawford y Joan David: bestias en blanco y negro, mostruos profanos , eminencias nada grises".

Fernando Morales en  El País se trata de una "Sórdida historia de soledades, decadencias y tormentos dirigida con maestría. Todo un clásico" .

Terenci Moix en su tercer tomo de la Historia del cine califica la película de "esperpento" e incluye esta obra entre las obras maestras del "grand guignol" y al hablar sobre la película y sobre su director Aldrich ice que "La misma capacidad para desbaratar las coordenadas oficiales de un género reapareció entre dos obras maestras del "grand guignol" " Qué fue de Baby Jane", famosa por convertir en monstruos a las antiguas reinas Crawford y David, y "Canción de cuna para un cadáver de 1965, perfeccionamiento de la anterior "

Para Javier Cortijo en ABC señaló : "Medio siglo después, el culto a «¿Qué fue de Baby Jane?» sigue intacto (aunque algunas escenas han envejecido mejor que otras, como suele pasar). No solo por los chismes del rodaje y aledaños, sino por haber iniciado un subgénero (el grotesco «grand guignol») y una gramática a la hora de titular (que llega hasta nuestros días y en nuestras fronteras), convirtiéndose en referente cultural.

De hecho, Walter Hill preparó un remake del clásico, que se unirá al dirigido por David Greene en 1990, protagonizado por dos hermanas reales, Lynn y Vanessa Redgrave.

En Movistar + se señala que la película es un " Melodrama de considerable crueldad argumental que propició una considerable oleada de imitaciones, encasillando a partir de entonces a sus dos protagonistas Bette Davis y Joan Crawford, en papeles de corte similares." 

Sobre la película  los rumores sobre la misma empezaron a desatarse y la leyenda de la discordia acabó superando a la realidad.

Javier Cortijo en ABC comentaba que apareció un anuncio por palabras en la prensa una vez terminado el rodaje en el otono de 1962 bajo los siguientes términos: «Madre de tres hijos -10, 11 y 15-, divorciada. Americana. 30 años de experiencia como actriz de cine. Aún con movilidad y más afable de lo que dicen los rumores. Desea empleo estable en Hollywood (o Broadway)».

Tan poca confianza debía tener Bette Davis en la película que acababa de rodar junto a Joan Crawford, su antigua colega de mesa y mantel en restaurantes de postín, que, a los diez días de dar claquetazo final, corrió a poner este anuncio en el periódico, sección ofertas de empleo. Y eso que el director Aldrich ya le había susurrado al oído con lágrimas en los ojos 'Te acabas de ganar un Oscar' en la escena en la que canta "I've Written a Letter to Daddy" ante el espejo siendo ya una mujer mayor y al ver su rostro dio un grito ronco .

Podía haber esperado algunos meses, tal vez hasta que la Academia la nominase al Oscar por enésima vez, para comprobar que su futuro laboral no corría peligro inmediato. Pero no olvidemos que estamos hablando de alguien que en su epitafio mandó tallar: «Lo hizo del modo difícil».

La operación, sobre el papel, tenía su riesgo pero también su morbo: aprovechar el camino abierto en el cine de terror (lo de psicológico vendría después, y de propina) por «Psicosis» un par de años antes, reuniendo a dos viejas, o aviejadas, glorias del Hollywood dorado para una descarnada y hasta putrefacta fábula sobre cómo la industria del espectáculo devora a sus niñas prodigios, y  ahora como hermanas ancianas se odian a muerte.

Robert Aldrich, veterano zorro criado bajo la sombra de Chaplin y Renoir, jugó fuerte al doble o nada y plantó sobre el tapete a dos damas que también habían vivido tiempos mejores: Bette Davis y Joan Crawford. La loba y la aún más loba (se dice que la enemistad entre ambas nació porque Davis dio calabazas a la insaciable e hiperpromiscua Crawford).

Según Bette Davis en su libro "This N 'That", la película originalmente iba a ser filmada en color. Davis se opuso a esto, diciendo que solo haría que una triste historia se viera bonita.

Por otro lado la propia Davis se sorprendió con el presupuesto   tan limitado que la producción tuvo que rodar las escenas de conducción de Jane por Los Ángeles  junto al fotógrafo Ernest Haller sentado en el asiento trasero del auto o en el guardabarros delantero para obtener las tomas que necesitaba. "Hasta el día de hoy", dijo Davis en una entrevista en 1987, "sonrío cuando recuerdo la primera vez que 'Jane' condujo por Beverly Boulevard en un viejo Hudson. Las expresiones en las caras de las personas en otros autos cuando me vieron iban desde sorprendidas hasta incrédulas ".

El productor a la hora de firmar el contrato, Davis comprobó que a su «compañera» le pagaban unos cientos de dólares más que ella, por lo que exigió un reparto rigurosamente equitativo.

Durante el rodaje, los dardos fueron envenenándose cada vez más, aunque muchos eran travesuras infantiles por parte de Bette Davis: un roedor muerto para desayunar, una máquina de Coca-cola bien visible aprovechando que el marido de Crawford era un pez gordo de Pepsi, un poco de intensidad extra en las escenas de pelea, pesas en el bolsillo para fastidiar la espalda, una peluca de segunda cabeza rociada de caspa... Y Aldrich, tan feliz ante tanta intensidad y maldad que repercutían gloriosamente en su película.

Bette Davis y Joan Crawford trabajaron arduamente para promocionar la película, sabiendo que sus ganancias se verían recompensados ​​con el éxito de la película. Davis viajó a 17 teatros en todo el estado de Nueva York en tres días para aparecer y ayudó a regalar muñecas promocionales "Baby Jane" a los clientes con un "sobre de la suerte" debajo de su asiento. Mientras recorría el circuito de programas de entrevistas para promocionar la película, Bette Davis le dijo a una entrevistadora que cuando ella y Joan Crawford fueron sugeridas por primera vez para los protagonistas de esta película, el jefe del estudio de Warner Bros., Jack L. Warner, respondió: "No daría una níquel tapado para cualquiera de esos dos viejas ". Al recordar la historia, Davis se rió a sus propias expensas. Al día siguiente, según informes, recibió un telegrama de Crawford: "En el futuro, ¡por favor, no se refiera a mí como una vieja!"

De hecho, un año después de su estreno (en Halloween de 1962, aunque el 26 de octubre tuvo lugar la premiere en Nueva York), había ingresado en taquilla casi diez veces más que el millón de dólares que costó.

Crawford y Davis (que sí rivalizaron por cuestiones tan elementales como el salario) desmintieron posteriormente que su convivencia hubiera sido tan mala. Al fin y al cabo, las dos eran grandes profesionales que tenían muy claro dónde debían concentrar sus esfuerzos.

Sin embargo, otra cosa muy diferente es lo que pasara después del rodaje. Aunque la interpretación de las dos actrices resulta memorable, la Academia de Hollywood sólo premió a Bette Davis con una nominación por su papel como la ex-niña prodigio Jane Hudson. Según Davis, esta decisión volvió loca a una despechada Joan Crawford, que decidió hacer lo que estuviera en su mano no sólo para que su compañera no se llevará la estatuilla dorada, sino para, del modo que fuera, poder subir ella al escenario.

En una rápida maniobra, Joan Crawford viajó a Nueva York y se puso en contacto con todos los nominados que trabajaban en Broadway, ofreciéndose a recoger el premio en caso de que los agraciados no pudieran viajar a Los Angeles. Asimismo (y siempre según Bette Davis) hizo una fuerte campaña para que los académicos votaran por los candidatos que trabajaban en la Costa Este. 

Pese a todo, como reconoció en sus memorias, La Loba no estaba nerviosa durante la ceremonia. Por algún motivo, estaba segura de que esa noche se convertiría en la primera actriz en lograr tres premios de la Academia. Sin embargo, cuando el actor Maximilian Schell desveló el nombre de la ganadora (Anne Bancroft por El milagro de Ana Sullivan) se quedó tan pálida como su personaje. Más aún cuando vio a una ufana Joan Crawford levantarse de la butaca y caminar hacia el estrado para recoger la estatuilla en representación de la galardonada (tal y como podéis verlo en el video adjunto). “Nunca olvidaré cómo me miró”, explica Davis. “Su mirada lo decía muy claramente: ‘No has ganado, y estoy exultante'”.

Crecida por la nominación y , después por el recuerdo y los agravios posteriores , Bette Davis arponeó con hiel a Crawford, dedicándole frases que ya han pasado a la historia de las cloacas de Hollywood («no la mearía aunque estuviese ardiendo», «ha dormido con todas las estrellas de la MGM menos con Lassie»...) o al decir «Nunca lo he pasado mejor que cuando empujé a Joan Crawford por las escaleras durante aquel rodaje». "

Cuando Joan Crawford falleció en 1977, Davis la despidió a su manera: «Nunca hay que decir cosas malas sobre los muertos, solo buenas. Así que diré que Joan Crawford ha muerto... ¡qué bien!». Seguramente, los 12 años que la sobrevivió le supieron mejor que haber ganado 12 Oscar.

Aldrich intentó el suicidio de reunirlas de nuevo en «Canción de cuna para un cadáver» (1964), aunque la mala salud de Crawford frustró el intento en una historia de terror gótico bastante similar. Aunque algunos consideran que fueron los tiempos y el presupuesto lo que no se ajustaba a lo que Crawford demandaba, esta fingió estar enferma para excusarse y abandonar la película. En su lugar, el estudio contrató a una vieja amiga de Bette, Olivia de Havilland.

En 1991, se haría un telefilme dirigido por David Greene y emitido por la ABC basándose en la misma historia, pero que no llegó a la altura del betún frente a este que está incluido entre las "1001 películas que debes ver antes de morir", consideradas por Steven Schneider.

En 2017, Ryan Murphy recreó lo sucedido durante el rodaje de la película en la primera temporada de la teleserie Feud, subtitulada Bette and Joan. Susan Sarandon interpretó a Bette Davis y Jessica Lange a Joan Crawford. Decir que ambas actrices tenían bastante más edad que las divas cuando trabajaron en el film. Pero esa ya es otra historia. 




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