lunes, 12 de octubre de 2020

Muerte al atardecer

 


Red Sundown es un western de serie B del año 1956, realizado por un todoterreno especializado en la ciencia ficción como era Jack Arnold. Como señala García Escudero en Vamos a hablar de cine. El western tiene "principio, cima y decadencia". El principio ya lo vimos y lo ligamos con Edwin Porter y su Asalto y robo del tren (1903). La cima fue John Ford  y con ella para este historiador del cine La diligencia (1939).

Reconoce el autor de este libro que fue en los años cincuenta cuando se sumaron una serie de incorporaciones  e interpretes que  humanizan a los que antes eran, simplemente, héroes. Junto a ellos hay otros menores en la dirección y en la inetrpretación. Es aquó cuandpo nos encontramos a Jack Arnold, un director de estudio, capaz de rentabilizar cualquier producto y un actor capaz de enfundarse una pistola y montarse en un caballo de manera elegante. Así llega Rory Calhoun. 

Si el héroe en los primeros momentos no podía ser el sheriff, pues al principio no había sociedad organizada, no hay duda que en los cincuenta es el sheriff y los que con él colaborar los que van a poner orden en este mundo cruel y asalvajado del lejano oeste. Y esto es lo que vamos a ver en Erd Sundown, básicamente.


La película, porducida por Albert Zugsmith para la Universal International Pictures (UI) responde a un guion escrito por Martin Berkeley que se inspira en un relato de Lewis B. Patten. La película cuenta con la música de Hans J. Salter, la fotografía en Technicolor de William E. Snyder y el montaje de Edward Curtiss. 


El reparto lo integran Rory Calhoun como Longmire, Martha Hyer como Caroline, Dean Jagger como Jade Murphy, Robert Middleton como Rufus Henshaw, Grant Williams como Chet Swann, Lita Baron como Maria, James Millican como Bud Purvis, Trevor Bardette como Sam Baldwin, Leo Gordon como Rod Zellman y David Kasday como Hughie Clore.

La película comienza con la canción Red Sundown escrita e interpretada por Terry Gilkyson mientras vemos cabalgar a Alec Longmire ( Rory Calhoun ). Mientras se desplaza por un territorio plagado de encinas vemos como salva a un veterano pistolero Rod Zellman (Leo Gordon ) amigo de su hermano y que ha cruzado el desierto. Está deshidratado y tras recuperarse Alec le comenta que su hermano ha muerto. Con todo llegan a un pueblo y deciden ir a tomarse una copa. 


Tras decidir echar una partida previamente salen al exterior para lavarse, al volver encuentran que su mesa de juegos está ocupada por un grupo de cowboys broncos que se niegan a ceder el puesto. Tras encararse y saltar chispas finalmente se produce un tiroteo, en el que muere uno de los hermanos camorristas. 


Alec y Rod huyen y buscan refugio en una casa aislada allí Rod le recomienda que abandone esta vida de pistolero y que se asiente como trabajador y busque la estabilidad. Rod se siente "viejo por dentro", que desde hace tiempo sabe que "anda sin rumbo", hasta el punto que "ahora ni siquiera tengo ya madera de pistolero". Pero a pesar de sentirse seguros, los perseguidores dan con ellos sitiándolos. El sitio dura toda la noche. 

Durante este periodo Rod desarrolla un plan. Plantea que Alec haga un hoyo profundo, se meta en él y utilice el tubo de la chimenea metálica para respirar bajo tierra, y antes de todo le hace prometer a su colega y amigo Longmire (Calhoum) que abandone el oficio.

Mientras la casa empieza a ser quemada por los sitiadores. Cuando arde por los cuatro costados, Rod sale de la casa y muere de los disparos. 

A la mañana siguiente Alec sale de su escondite. Al salir al exterior ve toda la casa derruida y el cuerpo del amigo de su hermano en el suelo. 


Tras enterrarlo decide salir en busca de un futuro mejor. Alec Longmire ya ha decidido cambiar de vida siguiendo el ejemplo de Rod. Cabalga hasta una ciudad, Durango, y encuentra trabajo como ayudante del sheriff, un hombre honesto, Jade Murphy ( Dean Jagger ), que le invita esa noche a cenar. 

Durante la cena conoce a la hija del sheriff, Caroline ( Martha Hyer ) que tiene dudas sobre la honestidad de Alec ya que lo ve como un vulgar pistolero. Alec esgrime que hay muchas clases de pistoleros, "no todos son guisantes salidos de la misma vaina", y añade que "una persona puede usar su arma para robar un banco o para defender la ley" y concluye diciendo "los pistoleros son tan necesarios como las serpientes en el desierto" 


Lo cierto es que poca gente de fía de un forastero que camina como un gato por lo que es identificado como un pistolero profesional como señalan unos críos que admiran y juegan a los pistoleros. Alec Longmire como nuevo ayudante deja ser pistolero para convertirse en ayudante de sheriff. 


Un día antes de entrar en la habitación escucha una conversación de dos ganaderos del lugar que quieren deshacerse del alambre que ha comprado un potentado que aspira a quedarse con todo. Se trata del potentado Rufus Henshaw (Robert Middleton) que en el fondo ha dejado el carro con el alambre a la vista para provocar a sus conciudadanos y mostrarse ante el pueblo como víctima de los pequeños ganaderos. 

Alec siguiendo los dictados de la justicia evita el atentado y se encara con los que iban a asaltar el carro, pero cuando ve las aspiraciones totalitarias de Rufus se niega a ponerse bajo sus intereses. 


El sheriff Jade Murphy se siente como él , un hombre justo, y está dispuesto a escuchar a Rufus. Cuando va a su casa acompañado de Alec , éste descubre en su interior a una vieja amiga, María (Lita Baron ) que le advierte que el magnate no es trigo limpio y que va a contratar a un joven pistolero, un matón en toda regla de nombre Chet Swann (Grant Williams ) para intimidar a los ganaderos y a todo el que se oponga a Rufus. 

El malvado Swann entra en escena intimidando a una pareja que le ofrece agua y alimento. El responde asustando a la mujer cuando raja con un cuchillo el mantel bordado del matrimonio que le invita a comer; y tras agredir al marido, tira el aparador con toda la vajilla de cerámica. 


La presencia del siempre sonriente Chet Swann es vista por una amenaza que el sheriff Jade no valora en su justa medida. Pretende actuar con la ley y una pistola. Alec es más contundente y prefiere poner a raya al joven pistolero con una escopeta. 


La llegada al pueblo de Swann supone una auténtica revolución, pero Alec impide al sheriff intervenir, siendo él quién da la cara. Finalmente, con su arma intimida al pistolero que decide marcharse. 


Su marcha coincide con la llegada de Rufus y una partida de sus muchos hombres que se enfrentan al sheriff y a Alec. Ese enfrentamiento acaba siendo una pelea de bar brutal entre Rufus y Alec. Tras eso detiene a Rufus. Poco después llega nuevamente al pueblo Swann con la intención de poner fin a esta historia. 


A las primeras de cambio hiere al sheriff, pero su enfrentamiento con Alec es más igualado. Tras herir Swann a Alec, este le sorprende gracias al aviso que le da Caroline que, previamente, se ha sentido molesta por descubrir que entre Alec y María hubo algo. 

A pesar de que Alec acaba con Swann y de que siente lo mismo por Caroline, Alec entiende que el pueblo ya no es su sitio a pesar de sentirse satisfecho de estar en el lado correcto de la ley y vuelve a salir a acaballo al son de la música de Terry Gilkyson y su Red Sundown. 


Rodado en julio de 1955 en Janss Conejo Ranch y Conejo Valley en la californiana Thousand Oaks, y en los Universal Studios - 100 Universal City Plaza, Universal City, también en la soleada California. 

En cuanta a la crítica Fausto Fernández en Twitter señala que "Aunque se le recuerde por sus sobresalientes películas fantásticas y de ciencia-ficción, son éstas las menos en la filmografía del magnífico Jack Arnold, director empleado en la Universal y que dirigía todo lo que le tocaba. Westerns, por ejemplo, dirigió más, caso de la cumplidora MUERTE AL ATARDECER. uno de esos encargos, un western que no aportaba nada nuevo pero que se ve sin problemas. 

Destacar de la película su buen guión, sus excelentes diálogos con frases lapidarias, escenas brillantes como el desgarro al mantel de hilo del bueno de Sam Bardwin, el peso del drama, la mirada atenta pero poco activa del pueblo, el papel de narradores de los niños que critican abiertamente el empleo de una escopeta a Alec ante que unas pistolas. Como le dicen en un momento: "Yo me arrastraría antes de usar una escopeta" pero al vencer le dicen "Ya no necesitamos escopetas". 

En definitiva un western de serie b, con un director especialista en sacar cosecha de un secaral, que hace de este género destinado a la figura del héroe de serie b del género, Rory Calhoun, un western con enjundia, que refleja los cuatro estados del alma y de la vida ( la infancia - reflejado en los niños-, la juventud, - reflejado en el joven pistolero Swann, el momento maduro y sensato que representa Alec, y el momento de la vejez y de la necesidad de cambio tras los errores cometidos que asume Rod )  muchos tiroteos, algún que otro meritorio duelo y una buena fotografía.



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