sábado, 30 de enero de 2021

En un lugar de África



Película alemana que ha mantenido todo mis interés. Una historia de persecusión y acogimiento, de incomprensión y adaptación, de enamoramiento de un espacio y supervivencia. De eso va En un lugar de África , película estrenada en 2001 que tuvo reconocimientos nacionales e internacionales importantes que culminaron con el Premio Oscar a la mejor película extranjera. 

Basada en una novela autobiográfica que llevaba por título Nirgendwo in Afrika publicada en 1998 escrita por la escritora judia alemana Stefanie Zweig fallecida en 2014. La película fue dirigida por Caroline Link, una directora y guionista de 56 años en la actualidad con experiencia en la dirección de películas para la televisión y para la gran pantalla, siendo esta su principal película, aunque tuvo cierto reconocimiento fuera de su país tras el estreno en 1996 de Jenseits der Stille y tras el éxito de En un lugarde África estrenó Im Winter ein Jahr (2008) y Exit Marrakech (2013). 


La película fue producida por Peter Herrmann para las productoras Bavaria Film y Constantin Film manejando un presupuesto de 7 millones de euros. La película parte de un guion escrito por la misma directora Caroline Link basándose en la obra de Stefanie Zweig que también participço en el mismo. 

La película cuenta con la banda sonora de Niki Reiser, la fotografía de Gernot Roll y el montaje de Patricia Rommel.

El elenco lo encabeza Juliane Köhler como Jettel Redlich, Merab Ninidze como Walter Redlich , Sidede Onyulo como el cocinero Owuor, Matthias Habich como el vecino de Walter Süsskind y las jóvenes actrices Lea Kurka como Regina de pequeña y Karoline Eckertz como de Regina adolescente. 

Junto a ellos aparecen Gerd Heinz como Max, Hildegard Schmahl como Ina, Maritta Horwarth como Liesel, Regine Zimmermann como Käthe, Gabrielle Odinis como Klara, Bettina Redlich como Mrs. Sadler, Julia Leidl como Inge, Mechthild Grossmann como Elsa Konrad y Joel Wajsberg como Hubert. 

Una bicicleta en la que pedalea un niño va recorriendo un camino polvoriento africano hasta llegar a una casa en la que un hombre blanco duerme. El niño levanta al hombre blanco , Walter Süsskind (Matthias Habich) que como un resorte se levnata toma su camioneta y en ella mete al niño y a la bicicleta. Ambos llegan a una casa en mitad de un sitio seco y polvoriento. 

En la habitación se encuentran dos hombres, un hombre blanco encamado y uno negro en una esquina. El hombre blanco (Merab Ninidze ) está postrado en la cama. Tiene fiebre. Está afectado por la malaria. Tras ser atendido por su vecino, éste ordena al hombre de color el cocinero Owuor ( Sidede Onyulo) que de cada cierto tiempo una medicación. Algo que hace al igual que le hace una sopa para fortalecerlo. Al final descubrimos que se recupera. 

Tras esto la historia cambia de espacio y nos encontramos en Leobschütz (en Silesia, cuando todavía formaba parte de Alemania . Estamos en 1938, y vemos que Walter ha dejando en su país natal a su esposa y a su hija, así como a su padre y hermana. Ella acaba de recibir una carta de su recién recuperado marido en la insta a salir de Alemania a todos los integrantes de la familia ya que lo pueden acoger en África. 

Descubrimos así que la familia Redlich es judía y que Walter, que ha ejercido de abogado mientras vivía en su país decidió huir dada su condición y la presión que sentía por parte de las autoridades nazis. 

Tras la recepción de la carta la mujer de Walter, Jettel (Juliane Köhler) acompañada de su hija Regina (Lea Kurka ) deciden salir del país muy a pesar de Jettel que sabe lo que deja. Tras eso toma diferentes medios de transporte, especialmente un barco que lleve a ambas a Kenia. 

Ahora Walter se encuentra trabajado como administrador de una granja keniata, en un auténtico secaral, sin agua. Y a ese espacio, aparentemente inhósppito, llegan madre e hija. Mientras la esposa Jettel tiene problemas para adaptarse a la vida en Kenya, su hija Regina, por contra, se encuentra encantada del nuevo paisaje y adecua rápidamente a su nuevo ambiente, aprendiendo fácilmente la lengua del país y mostrando interés por la cultura local. 


Pronto, Regina entabla amistad con el cocinero de la granja, Owuor, que nada más llegar la ha cogido bajo su protección. Regina va conociendo a los chicos de la aldea cercana y adopta un pequeño antílope y tras eso un perro. 



Mientras tanto a Walter se le exige cavar un pozo en una tierra en donde los locales afirman que no hay una gota de agua. Estas circunstancias exasperan a Jettel que cada vez está más irritada con su marido y con las circunstancias. Una radio les mantiene informados. 

Un día estalla la guerra y ven como unas camiones británicos se desplazan hasta la granja. Los británicos han decidido reunir a todos los ciudadanos alemanes y los detienen, sean judíos o no, separando a hombres de mujeres. Los hombres llevados a barracones. Las mujeres y sus hijos a un hotel. 

Mientras en el barracón Walter confiesa que todavía quiere a su mujer ante su vecino Walter Süsskind , Jettel recupera las comodidades de vivir en un espacio que repite el entorno europeo, similar al que tenía en Alemania. Jettel está dispuesta a moverse para explicar su situación. 

Como integrante de la comunidad judía nunca colaboraría con las autoridades nazis. Consiguen autorización para ver a Walter, pero no trabajo por parte del Delegado Judío en la zona. 

Por otro lado, Jettel parece sentirse atraída por un militar británico de madre alemana que le puede prestar ayuda. Vemos como el matrimonio Redlich se empieza a deteriorar. Jettel, finalmente, tiene una relación con un oficial británico siendo vista por Regina. 

Tras un tiempo ella ha conseguido un nuevo trabajo para Walter que es liberado. El exabogado se encarga de una nueva granja. Allí comienza una nueva vida como capataz, más cómoda, produciendo maíz. De cualquier manera Walter sospecha como ha conseguido el trabajo. 

Mientras a la granja llega Owuor, aunque también noticias de la complicada situación familiar en Alemania. Regina , por su parte, tiene que ir a una Escuela británica donde ha de residir junto a su amiga Inge, a la que conoció en el hotel del confinamiento. Allí brilla por su sentido común, sensibilidad y racionalidad. 

Vemos como Regina crece (Karoline Eckertz) manteniendo sus lazos con sus amigos kikuyus, con Owuor y con sus padres. Walter, por su parte, decide unirse al Ejército Británico y quiere que Jettel vaya a Nairobi con él, pero ella se niega y permanece en la granja con Owuor. 

Regina vuelve al internado inglés, solo volviendo de vez en cuando durante la temporada de cosecha. Durante este tiempo, Jettel y Süsskind empiezan una relación. 


Por su parte, Walter regresa de la guerra y le cuenta a Jettel que la política del Ejército Británico es de mandar a todos los soldados con sus familias a casa. Jettel se niega a ir con él, al afirmar que la granja la necesita. Walter le cuenta el triste final de sus familias en Alemania. No ha sobrevivido nadie. 

Finalmente, su relación mejora, a pesar de que él sabe que mantiene una aventura con Süsskind - como también lo sabe Regina-. Cuando parecen haber roto definitivamnete una plaga de langosta provoca que Walter regrese y se quede. 

Pero , finalmente, él está decidido en volver a casa. Jettel le permite decidir a Walter si se marchan o no. Walter se presentará para ocupar el cargo de juez en la Alemania de la posguerra en Hessen. Owuor sabe que su presencia con la familia se acaba y se despide de la familia, y especialmente de Regina con la que mantiene una relación intensa de amistad. 

La dos últimas escenas muestran a Walter, Regina y Jettel montándose en un tren africano, tras despedirse de Süsskind; cuando el tren se detiene, una mujer africana ofrece a Jettel un plátano. La mujer le regala dos y Jettel aprovecha en acarizar la mano de la mujer asumiendo lo mucho que le importa África. El tren se marcha y la película se acaba. 



El productor Peter Herrmann se aseguró los derechos de la novela de Stefanie Zweig incluso antes de que el libro se convirtiera en un éxito de ventas. Caroline Link, que hará de directora y guionista, junto a Zweig, filmó una película de alto presupuesto en locaciones en Kenia, especialmente en el pequeño pueblo de Mukutani . 

El equipo alrededor de la directora Caroline Link fundó la Fundación Mukutani para brindar ayuda duradera a los aldeanos incluso después de que terminara el rodaje y junto con la organización evangélica World Vision construyeron un camino de acceso a Mukutani. 


Cuando Caroline Link fue nominada a los Oscar no pudo asistir a los Premios de la Academia debido a la enfermedad de su hija. Sería el primer Oscar a una película alemana tras 23 años desde el último premio que había sido con Die Blechtrommel. 

Nirgendwo in Afrika ganó el premio a la Mejor película extranjera, aunque Caroline Link por una obra anterior, Jenseits der Stille, ya había sido nominada en 1998. La película fue nominada a los Globos de oro a la Mejor película de habla no inglesa. 

En el Festival Internacional Karlovy Vary de la República Checa obtuvo el Premio Especial del Jurado. Tras su estreno en su país en 2001 obtuvo cinco Premios del cine Alemán, los Deutscher Filmpreis que entregan los "Golden Lola" consiguiendo los de Mejor película, Mejor fotografía ( Gernot Roll), Mejor director (Caroline Link), Mejor música (Niki Reiser), Mejor actor de reparto (Matthias Habich) así como la nominación en la categoría de mejor actriz protagonista para Juliane Köhler.



En los Bayerischer Filmpreis que son los Premio del cine bávaro consiguió el Premio a la Mejor producción y el Premio del público.

Para la crítica de su país la película fue un impulso y un reconocimiento para el cine alemán, pues no es todo películas como las que emiten Antena 3 y la 1 entre sábados y domingos. 

En  Filmdienst.de, el portal online alemán de cine, cultura cinematográfica y crítica cinematográfica consideró que "La película extremadamente entretenida y con una puesta en escena sensible se beneficia de tomas de paisajes templados, dramaturgia enérgica, música sensible y cámara y edición decididas. Gracias a excelentes actores, describe los años de emigración con compasión y sin ningún eco sentimental " 


En otra guía alemana, TV Movie, la guía de programación quincenal publicada por Bauer Media Group señaló que era "Recomendable(...) y una sensible epopeya en imágenes grandiosas". 

En cuanto a la crítica internacional en los Estados Unidos , Roger Ebert, columnista del Chicago Sun-Times consideró que "Es tan infrecuente encontrar una película que te absorba rápidamente en su historia (...) Ésta lo hace (...) " 

Kirk Honeycutt del The Hollywood Reporter sostuvo que era "Maravillosamente evocadora, observa hábilmente tanto lo cotidiano como el alcance épico de una historia de desarraigo y adaptación"

Mike Clark del USA Today señaló que era "Una de las mejores películas sobre una persona que toma el punto de vista de otra, sólo para comprobar que esa persona cambia de actitud... también es tan buena como 'Out of Africa' (...) " 

Edward Guthmann en SFGATE más crítico valoró que "Link, mejor directora que guionista, deja que su historia se alargue demasiado, pero sitúa los muchos capítulos de su épica con un ojo agudo y un fuerte sentido del ritmo" 

Rita Kempley del The Washington Post consideró que la película era un "Un safari del alma", algo con lo que no estaba de acuerdo un crítico muy crítico , Lou Lumenick del New York Post, con la película al decir que era "Un culebrón mediocre e interminable" 

En el Reino Unido Dan Fainaru de Screendaily dijo que "Funciona sobre todo porque Link evita cuidadosamente hacer una épica al estilo americano" .

Ya en España Ángel Fernández Santos en las páginas de El País que era una "Conmovedora evocación. (...) Crónica y memoria familiar luminosa y de gran calado, 'En un lugar de África' es cine hondo, inteligente y nada convencional".

Esteve Rimbau en la de Fotogramas consideró que estábamos ante un "Espléndido film (...) Lo mejor: una emoción jamás reñida con la reflexión. Lo peor: la interpretación del protagonista masculino. (...) " 

Un habitual de esta revista , Fausto Fernández , por contra, señaló en un tweet que la película era un "Somnífero made in Germany" y , finalmente, sentencia "es un tostón". 

Señalar que la película muestra muchas referencias a la realidad histórica vivida por muchos judíos alemanes después de 1933 y antes del inicio del Holocausto sufrido durante la Segunda Guerra Mundial como la separación de los padres, la notificación de su muerte, las preocupaciones laborales y financieras, el divorcio, la vida del Comunidad judía, incluso para aquellos que no eran practicantes, la integración de la generación posterior en el país al retorno, las dudas que les generaban a los colonos de otros nacionalidades, la integración de algunos como parte de soldados aliados, el desarraigo de muchos al volver y pensar lo que había dejado atrás, etc... 

Destacar que gran parte de lo visto responde a la realidad personal de la autora Stefanie Zweig cuya familia, judía, escapó de la Alemania nazi, buscando refugio en África. Pasaron, por tanto, de una vida urbana en Silesia a un kraal en Kenia en 1938, cuando contaba cinco años. En esa época, estudió en un internado de lengua inglesa. En 1941 su familia recibió una postal de su abuela que decía "estamos muy ilusionados, mañana vamos a Polonia", lo que significaba que iban a Auschwitz. 

Tras formarse en Alemania y trabajar como editora decidió contar la experiencia vivida en un lugar de África en distintos libros Ein Mundvoll Erde fue publicada en 1980, una nueva versión titulada Vivian und ein Mundvoll Erde siguió en 2001. 



Entre medias publicó la que inspiró esta película Nirgendwo in Afrika . Su novela Irgendwo in Deutschland , fue la secuela de la anterior y describe la vida después de regresar a Alemania. 

Zweig volvió dos veces a Kenia desde su partida en 1947, a la edad de 15 años, para encontrar destruida la granja que habitó. En 2012, dos años antes de sumuerte, escribe su autobiografía : Nowhere Was Heimat: My Life on Two Continents de 2012, en la que la autora documentó toda su historia familiar desde su nacimiento en la Alta Silesia hasta el presente en cartas y en sus propias notas de diario. 

Por mi parte decir que puede que no sea tan conmovedora como Memorias de África, ni contenga una historia de amor tan rotunda como la de Robert Redford y Meryl Streep ni un banda sonora ni sus imágenes de caza. Pero el acercamiento es más verista, más cercano, más humano. En definitiva, más creíble. Su trasfondo histórico sí que no le desmerece en nada. Y los espacios quedan retratados con realismo así como hay un intento de acercarse al mundo africano, casi con un interés antropológico, lo cual engrandece la película desde el punto de vista la historia. Considero que he visto una buena película. Una buena manera de recuperar la memoria de otros sentidos africanos.   



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