domingo, 7 de febrero de 2021

Exp(q)ediente 64: Los casos del Departamento Q

 


Hace tiempo que descubrimos mi mujer y yo por casualidad los casos del Departamento Q. No fue el libro sino el cine lo que nos llevó a las historias que protagonizan desde el sótano de la comisaría de policía de Copenhague el depresivo detective Carl Mørk (Nikolaj Lie Kaas), su asistente sirio Assad (Fares Fares), y junto a ellos la pelirroja secretaria adscrita al mismo, Rose (Johanne Louise Schmidt). 

En este caso el libro que han desarrolado es Expediente 64: Los casos del departamento Q , cuyo título original en danés era Jornal 64 y que han vuelto a transformar en película una nueva novela Expediente 64: Los casos del Departamento Q de Jussi Adler-Olsen. Tiene los aciertos que últimamente vemos en el cine nórdico, nuena dirección, buena interpretación y magnífica trama . 

Ahora convertida en una película de nacionalidad danesa estrenada en 2018, fue dirigida por Christoffer Boe, responsable que fue de otro título, Todo irá bien,  que en este caso sustituye a los anteriores directores que llevaron a la gran pantalla las historias precedentes de este Departamento como fueron el también danés Mikkel Nørgaard ( Borgen ) y al noruego Hans Petter Moland (Un lugar maravilloso). 

Las cuatro son películas basadas en las correspondientes cuatro primeras novelas de esta serie que se inició en 2007, y que ya suma siete volúmenes, escritas por el danés Jussi Adler-Olsen; un autor que, sin embargo, no se muestra muy satisfecho con las versiones cinematográficas que se han llevado al cine.

Sus novelas publicadas en España desde 2011, han tenido una primera entrega con La mujer que arañaba las paredes, aquí en España presentada como Misericordia  (2013), a la que siguieron Los chicos que cayeron en la trampa , aquí Profanación (2014), y El mensaje que llegó en una botella presentada en España como Redención (2016). 

A este le siguió precisamente Expediente 64 , escrito en 2010, pero llevado a la pantalla en 2018. En este caso la película dirigida por Christoffer Boe fue producida por las productoras Det Danske Filminstitut, Deutscher Filmförderfonds, Film I Väst, Filmförderung Hamburg Schleswig-Holstein, Nordmedia Fonds, Zentropa Productions. La película parte del guion escrito por Nikolaj Arcel, junto a Bo Hr. Hansen y Mikkel Nørgaard basada en la obra Jussi Adler-Olsen . 

La película cuenta con la música de Mikkel Maltha y Anthony Lledo. La fotografía de Jacob Møller Protagonistas Nikolaj Lie Kaas Fares Fares Nicolas Bro El reparto lo encabezan los habituales Nikolaj Lie Kaas como el detective Carl Mørck, Fares Fares como el agente Assad y Johanne Louise Schmidt como Rose. Junto a ellos aparecen Nicolas Bro como el vigilante de Sprogo Brandt, Anders Hove como el doctor Curt Wad, Elliott Crosset Hove como Curt Wad de joven y Soren Pilmark como el jefe Marcus Jacobsen. Junto a ellos aparecen Fanny Bornedal como la joven Nete , Clara Rosager como Rita, Luise Skov como la enfermera Gitte Charles,Amanda Radeljak como Nour, Birthe Neumann como Nete de mayor, Anders Juul como el policía Gunnar. Igualmente aparecen en papeles menores Morten Bjørn, Diêm Camille G., Nastja Arcel, Michael Brostrup, Per Tofte Nielsen, Marianne Høgsbro, Morten Feldt, Lennart Falk, Vibeke Hastrup, Trine Pallesen, Sofus Rønnov, Ulas Kilic, Camilla Lau, Joen Højerslev, Anders Nyborg, Henrik Vestergaard Nielsen, Lado Hadzic, Anders Brink Madsen, Jesper Groth, Bent Larsen, Regitze Estrup, Wanda Perdelwitz, Maria Esther Lemvigh.

La cuarta aventura de los miembros del Departamento Q se desarrolla, como siempre, en dos momentos, uno en la década de los 50 y el otro en el presente. 

En el prólogo vemos como una chica adolescente Nete Hermansen (Fanny Bornedal ) que se encuentra enamorada de su primo es pillada in franganti por su padre mientras están haciendo el amor y tras eso le amenaza con llevarla a una institución, cosa que finalmente hace. 


A lo largo de la película por medio de flashback vamos viendo como la historia salta en tiempo y descubrimos a la protagonista en la institución sita en la isla de Sprogo. Allí Nete descubre el horror que ha implantado el joven doctor Curt Wad (Elliott Crosset Hove) junto con la enfermera Gitte Charles (Luise Skov) junto a otra chica recluída de nombre Rita ( Clara Rosager ) que se convierte compañera de habitación. 


En el presente volvemos a encontrarnos con el depresivo detective Carl Mørk (Nikolaj Lie Kaas) y a su asistente sirio Assad (Fares Fares), acompañados por la secretaria Rose (Johanne Louise Schmidt). Juntos se encargan, desde un sótano de la policía, de intentar cerrar casos irresolubles desde hace décadas. 

Mørk el policía armagado , nada empático , que sufre por la separación de su mujer, y por la muerte de un colega le deprimió hondamente sigue siendo un sociópata . Ahora lleva mal el hecho de que Assad haya promocionado y esté a punto de irse a otro departamento. Pero Mørk disimula esos sentimientos , no así Rose. 

Aunque el caso no les corresponde a Carl Mork y su equipo finalmente se lo es asignado por el jefe Marcus Jacobsen (Soren Pilmark). Tienen que hacerse cargo de un caso cuando dos obreros hacen un alarmante descubrimiento en un antiguo apartamento de Copenhague: escondidos tras una pared falsa se hallan tres cadáveres momificados, sentados alrededor de una mesa con un cuarto asiento libre. 


Aunque no le corresponde el detective Carl Mørck (Nikolaj Lie Kaas) y su asistente Assad (Fares Fares) se hacen cargo del caso han de descubrir quién o quiénes dejaron esas momias tras la pared, el porqué aparecen un pene , unos genitales femeninos y otros elementos sobre la mesa y para quién estaba destinado el cuarto asiento. 




El detective Carl Mørck y su asistente Assad seguirán las pistas evidentes. Por lo pronto el apartamento pertenece a una veterana enfermera de nombre Gitte Charles, ya jubilada y que hace el pago desde Málaga donde reside. 

Poco a poco van descubriendo que en la institución de Sprogo se desarrolla un programa de eugenesia auspiciada por el estado. 

Sin embargo, Assad va a ir descubriendo que no es solo un caso del pasado ya que todavía algunas organizaciones de científicos, organizadas y presididas por ideas racistas, siguen llevando a cabo este tipo de prácicas tal y como descubre Assad cuando que una joven de su comunidad, Nora (Amanda Radeljak ) , una adolescente siria, hija del dueño de la tienda donde Assad hace la compra, que temiendo la reacción del padre al quedar embarazada acude a una clínica del centro de Copenhague . 

Al final los integrantes del Departamento Q ayudado por el vigilante de la isla de Sprogo , Brandt ( Nicolas Bro ) va cerrando el circulo que los lleva a la clínica de un prestigioso ginecólogo, Curt Wad (Anders Hove). 


La viuda de uno de los que aparecieron momificados, un prestigioso abogado ue defendía a los médicos de tendencias racistas que habían apostado por la eugenésia, le reporta a Carl y a Assad una importante documentación entre la que se encuentra el Expediente 64 que al médico con una de lasvíctimas, Nete, que quedó hace 40 años embarazada de su primo y que la aterrirazo en el infierno de Sprogø, donde sufre , tras ser violada por el mismo Curt Wad, una esterilización forzada. Todo esto va saliendo al exterior aunque los integrantes del Departamento Q van a sufrir varios intentos de asesinato dado que cada vez se acercan más a la verdad de este organización que estuvo y que todavía está activa como bien sabe Assad por medio de Noor. Finalmente la verdad fluye y aunque Assad está apunto de perder la vida, para alegría de Carl y Rosa , sobrevive.

La película fue rodada en el invierno de 2018 en localizaciones de Alemania en concreto en Hamburgo (Schanzenviertel y Hauptbahnhof) y Dinamarca , pues se rodó en la isla de Sprogø, y Copenhagen. 

Fue presentada en el Festival de Sitges a la Sección oficial a competición 

En Fotogramas Fausto Fernández señala que "Aunque pueda sorprender al cinéfilo integrista ver a la prestigiosa Zentropa, productora danesa de Lars von Trier, detrás de esta cuarta adaptación al cine de los libros de Jussi Adler-Olsen sobre el Departamento Q, lo cierto es que resulta coherente. La Dinamarca que muestra esta oscura, en ocasiones morbosa, serie negra no anda muy alejada de los desoladores paisajes que el autor de Europa utilizó para sacar a la luz la podredumbre histórica y moral de unos paraísos artificiales. 

Narrada en dos tiempos alternativos, Expediente 64 trata precisamente del tiempo. El que se necesita para preparar y ejecutar una venganza que se sirve como una de las representaciones necrófilas del horror atormentado y calvinista. Y el que nos demuestra la persistencia del Mal, desde esa oculta página de la historia danesa flonazi y eugenésica que se repite hoy mismo en este viejo continente. Christoffer Boe debuta en la franquicia con una dirección adecuada y realísticamente tenebrosa y conspiranoíca (la clínica de fertilidad en la actualidad, reflejo del reformatorio años 60), contrapunto a las relaciones personales y profesionales de los policías protagonistas, aquí en una encrucijada sentimental". A esto completa el crítico catalán que a pesar de que en España casi nadie ha seguido esta saga, reconoce que es  la más redonda de todas. En un tweet señla que es la "Menos telefílmica que las otras entregas anteriores, es más macabra, más punzante ideológicamente y con mayor estilo. Algo previsible, también es verdad". 


Por su parte, Javier Ocaña en El País señala que "Boe ha sido capaz de insuflar de estilo propio y de su característica potencia visual a un producto manufacturado en serie que, en comparación con las anteriores películas de la saga, asciende un buen escalón." 

Francisco Marinero en El Mundo sostiene que "A diferencia de los anteriores [films], aquí hay investigación pura (...) Destaca una narración clásica con la acción muy dosificada y bien escenificada. (...)" 


En Cinemanía Daniel De Partearroyo escribe que " Kaas y Fares Fares les tienen pillado el punto a la perfección a sus personajes (...) un relato criminal que no escatima en truculencias ni punciones políticas (…) " 

Ignasi Juliachs en La Vanguardia "La cinta, aunque convencional por lo que respecta al género, está construida con gran dominio del timing, es trepidante, mientras entrelaza con eficacia flash backs que ayudan a comprender la trama con la investigación en curso, dosificando los avances de ésta hasta determinado giro que, todo hay que decirlo, se intuye mucho antes. Combina en determinados momentos varias secuencias a un tiempo mientras los conflictos personales de Mørk y compañía afloran, y alcanza a inquietar al espectador en ese punto en que éste es consciente de la dimensión del abuso de poder y de la práctica imposibilidad de aplicar castigo; ése es el principal quid y motor de la trama. Puede que en algún momento se aplique alguna deducción demasiado ad hoc por parte de Mørk, pero forma parte de esas licencias que necesariamente deben concederse al género. Puro escapismo, aunque del bueno, con ese background sensible para el país, y con unos actores excelentes que hacen creíble el lado humano. Algunos consideran que la novela de que parte es la mejor de la serie de Jussi Adler-Olsen.


Diego Batlle en la web de cine argentina OtrosCines.com defiende que estamos ante "Un sólido regreso de esa promesa que alguna vez fue Boe. (...) " .

Como siempre las historias en las que se involucran Assad y Carl, son apasionantes y en este caso reflejan en un epílogo, que refleja que la película está basada en los hechos reales que tuvieron lugar entre los años 1923 y 1961 en la isla de Sprogo. Están bien interpretadas por los dos policías, la trama engancha, la historia paralela, te va dando pinceladas de las pistas y está muy bien rodada, aunque la fotografía aérea de Málaga, los apartamentos en los que vive la asesina y la Guardía Civil se presenten como resorte casi casposo del país. 

Lo cierto es que Journal 64 se atreve con un tema delicado para Dinamarca, aparentemente un país modélico, defensor del bienestar social pero en el que se estima que un total de 11.000 mujeres de familias en su mayoría inmigrantes fueron obligadas a la esterilización por una ley del estado entre 1929 y 1967 (año en que se abolió), en base a la preservación de la “pureza racial” o intelectual favorecedoras de ese "Invierno blanco" que llevó igualmente a que mujeres consideradas conflictivas ( embarazadas que buscaban abortar, o víctimas de familias que decidían enviarlas a reformatorios). No fue hasta 1997 cuando Dinamarca y otros estados nórdicos comenzaron a plantearse reconocer y reparar el daño causado en sus muchos expedientes 64.


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