lunes, 1 de febrero de 2021

El factor humano

 


El cine y la literatura se quieren, se vinculan, se entremezclan. Entre los géneros literarios son las novelas y las obras de teatro las que más han sido llevadas al cine. En ocasiones, las menos, han sido películas las que han dado lugar una novela. Lo normal es que el cine acabe adaptando muchas novelas del cualquier género. De hecho algunos novelistas tenían una visión tan clara de lo que se desarrollaba en su obra que pensaban y redactaban pensando en lo cinematográfico. Es más algunos de los grandes novelistas fueran antes o después de publicar su obra de notables críticos de cine. 

El cine, la novela y las propias experiencias del novelista se hibridan de tal manera que, en ocasiones, no sabemos cuando comienza uno y cuando acaba lo otro. Este es el caso del escritor, guionista y crítico cinematográfico y literario británico, Henry Graham Greene, más conocido por cnosotros como Graham Greene.

Lo curioso es que en este novelista, nacido en 1904, su vida florece en sus obras de alguna o , al menos, sus experiencias, junto a su creatividad, dieron lugar a historias apasionantes en la que se mezclaba lo político, la crítica, la duda, la condición humana.

Graham Greene fue militante juvenil a sus 18 años en el Partido Comunista de la Gran Bretaña, formado en Historia en Oxford, convertido al catolicismo por amor,  y compañero del novelista Evelyn Waugh. Con respecto a lo segundo, tercero y cuarto (historiador, católico reconvertido y la escritura) , la historia le servirá para analizar los hechos desde el rigor y poder trabajar como periodista, el catolicismo para casarse y no querer divorciarse, militar sin ser militante y apostar por el humanismo y el escepticismo que genera tener un sentido de la espiritualisdad, mientras la escritura le servirá para pasar a la gloria literaria. En cuanto a lo primero, su breve paso por los principios comunistas, en una entrevista de Yvonne Cloetta, publicada por Marie-Françoise Allain,  declaraba su simpatía por el comunismo, aunque admitía su fracaso y su distancia en la realidad de las ideas teóricas proclamadas por sus seguidores. 

Trabajó como periodista en Nottingham y luego como subeditor en The Times. Publicó su primera novela en 1929, titulada The Man Within (Historia de una cobardía) con tanto éxito que dejó el periodismo para centrarse en la literatura. A aquel exitoso libro le siguieron otros menor relevantes hasta que llegó Stamboul Train / El tren de Estambul, 1932. Como ocurrirá desde entonces algunos de sus libros se adaptaron al cine (Orient Express, 1934, dir. por Paul Martin). 

Greene completaba sus ingresos como novelista con los que obtenía como periodista independiente, ejerciendo la crítica literaria y cinematográfica en The Spectator; además coeditaba la revista Night and Day, que tuvo que cerrar en 1937 a causa de su crítica cinematográfica de la película Wee Willie Winkie en la que una chica de 9 años- era Shirley Temple-. En la misma Greene aludía a que Temple exhibía "una cierta coquetería con la que pretendía atraer a personas de mediana edad". Este le costó una demanda por difamación que perdió por lo que la revista cerró. 

Eso no impediría que su concepción literaria no pudiese seguir vinculada con el cine que tanto amaba. Por entonces empezó a trabajar discretamente en inteligencia, en el MI6, y viajando por todo el mundo, en especial, por los "lugares salvajes y remotos del mundo" de Latinoamérica y África sin dejar de escribir libros como el que tengo ahora mismo tras mi espalda, El poder y la gloria. 

En 1935 en un viaje a Liberia que luego le permitió escribir un famoso libro de viajes Viaje sin mapas. A fines de la década de los 50, Greene pasó un tiempo viajando por África , en la cuenca del Congo y en lo que entonces era el Camerún británico. 

Greene continuó enviando informes a los servicios de espionaje británicos hasta el final de sus días, lo que ha llevado a algunos académicos a formularse la siguiente pregunta: ¿fue Greene un novelista que también era espía, o fue su carrera literaria la pantalla perfecta? 


Volviendo a su relación con el cine descubrimos que una parte significativa de sus obras será llevada al cine. Además de la citada el reguero de su invención literaria lo encontramos en El agente confidencial (The Confidential Agent) escrita en 1939 fue se llevada a la gran pantalla Herman Shumlin en 1945, lo  mismo que dos años después John Ford rodara El fugitivo con Henri Fonda en 1947 basándose en lo que había escrita en 1940, El poder y la gloria (The Power and the Glory, o The Labyrinthine Ways) o tres años antes, en 1944, Fritz Lang presentara la obra del británico escrita en 1943 El ministerio del miedo (The Ministry of Fear). 

Sin duda, la más trascendete de sus adaptaciones cinematográficas de sus obras literarias la tenemos en 1949 cuando El tercer hombre (The Third Man) es llevado al cine por Carol Reed, el mismo que llevó al cine su obra Nuestro hombre en La Habana (Our Man in Havana) en 1959. poco después llevarán al cine El fin de la aventura (The End of the Affair) Neil Jordan en 1999 y El americano impasible (The quiet american, 1955) tanto por Joseph L. Mankiewicz como más tarde Phillip Noyce. 

Su obra Viajes con mi tía (Travels with My Aunt) será llevada a la gran pantalla por George Cukor en 1972 , en una de sus últimas películas aunque la última de sus obras en ser llevada al cine fue El Cónsul Honorario (The Honorary Consul) escrita en 1973 por John Mackenzie, 1983. 

Sin embargo, la última obra de las que escribe Graham Green en ser llevada al cine fue El factor humano (The Human Factor), un libro escrito en 1978, que se convirtiría en la despedidad oficial de uno de los más importantes directores del cine del siglo XX, por Otto Preminger, 1979. 

La obra contiene algunos de los elementos claves que tanto amaba el escritor. Partiendo de sus múltiples experiencias personales señala en su autobiografía escrita en 1980 que llevaba por título Ways of Escape, Greene escribió que su intención con este libro era "escribir una novela de espionaje libre de la violencia convencional, que no ha sido, a pesar de James Bond, una característica del Servicio Secreto británico". 

Quería presentar el Servicio de espionaje no mostrando lo excepcional sino el día a día rutinario de unos hombres y mujeres que van diariamente a su oficina, ganan sus sustento y onsiguen, al final de su vida una pensión. Para ello, Greene se basó en su propia experiencia como integrante del MI6 y exploró las ambigüedades morales planteadas por su antiguo jefe, el legendario agente doble soviético Kim Philby, aunque Greene declaró que el protagonista Castle, el personaje principal de la novela y de la película , no estaba basado en el mítico Philby. 

A esto se sumen otros aspectos como la neurosis inducida en las personas que están en el servicio secreto que piensan que todo el mundo lo está siguiente o los jefes que ven filtraciones o que deciden abiertamente sobre el futuro y la vida de las personas. Los silencios se oponen a los afectos que convirtiéndose unos y otros en armas presentes en esta guerra fría. 

También se suma a la historia su conocimiento del continente africano y especialmente esa aberración del apartheid sudafriacano. Greene refiere esa vergüenza permitida por los países de Occidente que públicamente se oponían al apartheid, pero que " no podían permitir que Sudáfrica sucumbiera al poder negro y al comunismo" como señaló en alguna edición en su introducción. 

Con toda esa madeja, en la que está el espionaje, el funcionariado, los códigos de la guerra fría, la lucha contra la expansión del comunismo en África, auspiciado por la Unión Soviética, la situación de África, y en concreto el apartheid sudafricano aparecen en la película. Y a todos estos ingredientes se le añade algo que es incontrolable, el factor humano, donde interviene el amor, la amistad, los principios, la lealtad, la idea de supervivencia,...Otto Preminger, conjuntamnete con los productores Paul Crosfield como productor ejecutivo y Chris Dillinger y Val Robins como productores asociados y el apoyo de The Rank Organisation , Sigma Production y Wheel Productions, con la distribución de la Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) y un presupuesto $ 5,500,000 llevó al cine este libro. 

La película partía del libro de Graham Greene aunque guionizado por parte de Tom Stoppard . La película cuenta con la música de Richard Logan y Gary Logan, la fotografía de Mike Molloy y el montaje de Richard Trevor.  Como en películas anteriores contó con los maravillosos créditos de Saul Bass. 

El elenco lo encabezan Nicol Williamson como Maurice Castle, Richard Attenborough como el Coronel Daintry, John Gielgud como el Brigadier Tomlinson, Derek Jacobi como Arthur Davis, Robert Morley como Doctor Percival e Iman como Sarah. 


Junto a ellos están Ann Todd como la madre de Castle, Joop Doderer como Cornelius Muller, Richard Vernon como Sir John Hargreaves, Angela Thorne como Lady Hargreaves, Fiona Fullerton como Elizabeth, Tony Haygarth como Buffy, Tony Vogel como Matthew Connolly, Martin Benson como Boris, Marianne Stone como la matrona, Tom Chatto como el general Phipps, Adrienne Corri como Sylvia, Sylvia Coleridge como la Sra. Halliday y Frank Williams como Bellamy.

Maurice Castle (Nicol Williamson) es un gris empleado, un burócrata de nivel medio del servicio de inteligencia británico, el MI6, que trabaja recopilando rutinaria información de los países de África. En la época del Appartheid estuvo destinado en Sudáfrica y se casó con una nativa Sarah ( Iman ), y con ella vive junto a su hijo, Sam (Gary Forbes). 

Maurice Castle ( Nicol Williamson ) lleva una vida corriente y tranquila. Trabaja en el centro de la ciudad pero se desplaza en transporte público a los suburbios. Por no tener no tiene ni coche, sino una bicicleta. 

El recién nombrado jefe de seguridad, Daintry ( Richard Attenborough) cree que hay una fuga de información de la sección africana de Londre y que las misma está siendo recepcionada a la embajada soviética. Castle y su colega más joven, Davis (Derek Jacobi), que tiene interés por el negociado de Lorenço Marques en Mozambique, ignoran la investigación resultante aunque Daintry no tiene reparo en preguntar y revisar el maletín de Castle. 


Sin embargo, otros integrantes del MI5 han puesto sus ojos en Davis, que da un perfil más transgresor pues está soltero, bebe Oporto y gusta ir a clubes de striptease. Especialmente empecinados en ello está el cínico Dr. Percival ( Robert Morley ), experto en asesinatos y toxinas biológicas, y la eminencia gris del Departamento que es Sir John Hargreaves ( Richard Vernon ), que asesoran al recién nombrado jefe de seguridad Daintry ( Richard Attenborough) y que están convencidos de la responsabilidad de Davis en la filtración en el departamento de Castle. 

El dúo de cínicos determina que el topo debe ser envenenado sin estridencias para evitar que haya publicidad en un juicio o en una fuga con conferencia de prensa en Moscú. Rápidamente deciden que el candidato más probable para el traidor es Arthur Davis ( Derek Jacobi ), el compañero de oficina, el educado y tímido compañero y amigo de Castle. 


Cuando Davis se siente perseguido en una de sus salidas al campo, Castle se manifiesta dispuesto a hacer lo que sea más que necesario tanto para Davis como para Daintry, su jefe. Sin embargo, la llegada de un responsable del servicio secreto sudafricano que tiene que atender Castle Cornelius Muller (Joop Doderer) va a permitir al espectador descubrir que Castle es en realidad el topo , pero la información que filtra carece de importancia. 


Por medio de un flashback nos enteramos qué relación tuvo Muller con Castle en Sudáfrica. Y como en ella fue otro agente , Matthew Connolly ( Tony Vogel ), el que puso en contacto a Castle con Sarah, la mujer con la que ahora vive. 

Cuando Connolly y Castle se conocen con más profundidad descubre que Connolly tiene vínculos con la izquierda y relaciones con la Unión Soviética. Sin embargo, Castle es un hombre sin interés político, aunque sí fiel y agradecido con aquellos que le ayudaron como ocurrió con Connelly que ayudó a la salida de Sarah del país, vía Lorenço Marques, la capital colonial de Mozambique, cuando descubrieron sus vínculos con Castle que provocan la expulsión del diplomático por mantener relaciones con una chica negra. 

Desde entonces y por agradecimiento a Matthew Connolly ( Tony Vogel ), Castle ayuda a la red comunista que antes tenía asignada Connolly para espiar. 

Durante estos siete años Castle ha estado devolviendo el favor, pasando información a través de un contacto en Londres y creyendo que así ayudará al pueblo de su esposa, sin saber que Moscú siempre lo ha usado para sus propósitos. Sin embargo, Castle no es comunista. Su único interés está en su esposa e hijo, quienes finalmente se quedan en Londres, donde permanecen separados de él. Al enterarse de la "muerte" de Connolly sabe que el MI5 es capaz de todo.  


Castle observa impotente cómo un compañero y amigo suyo es implicado erróneamente en un caso de contraespionaje y lo que es peor es asesinado tras envenenarlo con unos cacahuetes. La muerte de Davis impacta sobre Castle de manera que relaciona la muerte de Connolly con la de Davis. 

Como él ha seguido enviando información- la hace en una librería en la que siempre adquiere dos volúmenes cambiantes de un mismo libro para poder enviar / recibir mensajes con los soviéticos- se lanza a poner un último mensaje con el fin de poner fin a su relación  con los soviéticos. Maurice Castle no tiene miedo de ser acusado de traidor a su patria, sino a no poder vivir con su mujer y su hijo, pues esa es su verdadera patria 


Poco después, cuando se siente presionado simula su separación con Sarah, que sale junto a su hijo a casa de la madre de Maurice (Ann Todd) que la cobija. Mientras Casttle, ya en el punto de mira de los jefes del servicio de espionaje, organiza un plan de salida del país. Para ello cuenta con la red que encabeza Boris (Martin Benson) que , finalmente, y vía otros países europeos lo lleva a Moscú.



Allí Boris le da un pequeño apartamentos, pero lo peor es lo van a usar como reclamo publicitario del imperialismo británico sobre el continente africano, algo que está en contra de los principios de Maurice que únicamente quiere volver a estar con su mujer e hijo.

El intento de convencer a Sarah por parte del Doctor  Percival, no tiene éxito, - su intención es presentar a Castle como un traidor en Sarah- pero si ante la opinión pública británica e incluso ante su madre que antepone su país a su hijo.


Por contra, en la URSS Maurice se siente sólo, abandonado, sin amigos. Recibe la siniestra visita de otro desertor y finalmente de Boris. Hablando con él se siente utilizado. Se le permite hablar con Sarah con la que tiene una última conversación, entrecortada, triste, controlada que , finalmente,  se corta. Acabando así la película. 
 
La película se rodó entre mayo y agosto de 1979 en Kenia y en diversos puntos de Gran Bretaña , especialmente en los estudios Shepperton y Pinewood en Iver Heath en Buckinghamshire, cerca de Londres , así como en Berkhamsted Pinewood Studios, así como en puntos de la capital británica como Cecil Court, Cheapside, London Heathrow Airport, London Borough of Hillingdon y Tattershall Castle en Embankment. también en el Sheraton Skyline Hotel de Hayes en Bath Road (Middlesex). 

Al igual que con el libro, gran parte del tema sobre la presunta traición y la sospecha se basa en la deserción de Kim Philby , un amigo de Graham Greene, a los soviéticos . 

La película contó con lo más granado del cine británico de la época con actores de la talla de Richard Attenborough - que no retornaría al cine hasta 1992 con Parque Jurásico- , el siempre elegante John Gielgud, un tremendo Robert Morley o Derek Jacobi. 

La película también incluyó a Iman , quien trabajaba como modelo antes de comenzar a trabajar en películas, siendo esta su debut. 

Preminger tuvo problemas para conseguir fondos para la película y tuvo que financiarla parcialmente con su propio dinero. En parte se debió a la falta de una estrella conocida en el papel principal, pues Nicol Williamson era un gran secundario. Tanto es así que Preminger se vio obligado a vender dos de sus cuadros de Matisse que tenía en su casa de Hollywood y su casa en el sur de Francia para mantener las cámaras en movimiento.  

Según se informa, Preminger quería contratar al novelista Jeffrey Archer en el papel de Nicol Williamson, pero este era mucho más bajo que Imán.

A Richard Burton y Sir Michael Caine también se les ofreció el papel de Maurice Castle, pero lo rechazaron. También se le acercó a Sir Anthony Hopkins para que apareciera en esta película, pero se negó. 


Graham Greene era extremadamente reacio a vender los derechos cinematográficos de su novela al director Otto Preminger, aunque los dos hombres eran amigos. Después del estreno de esta película, afirmó que no le había gustado ninguna película de Preminger después de "Carmen Jones (1954)", a pesar de que había escrito el guión de una de ellas, "Santa Juana (1957)". 

Fue la decimotercera y última película de Otto Preminger que presenta una secuencia de títulos diseñada por Saul Bass.

La película fue la primera adquirida por Metro-Goldwyn-Mayer en seis años desde que dejó de distribuir películas, para su distribución en Estados Unidos y Canadá, a través de United Artists. 

La película fue lanzada en diciembre de 1979 para poder aspirar a los Premios de la Academia en Los Ángeles , así como en la ciudad de Nueva York , pero su estreno en España fue octubre de 1980.


En una revista concedida al diario El País en octubre de 1980 mientras Otto Preminger  asistía a la inauguración del Festival Internacional de Cine de Sevilla. declaró que «Tan pronto como leí El factor humano, reconocí sus valores dramáticos como película. Es una gran historia de amor entre un agente del servicio secreto británico y una hermosa chica negra surafricana. También es la historia de este hombre, la participación de un individuo muy honrado y leal en organismos gubernamentales y la tragedia que resulta de ello. El poder de los funcionarios públicos es tremendo, y de eso es de lo que se trata en la historia»

En cuanto a su gusto por adaptar textos literarios Preminger señalaba que «Bueno no existe una fórmula general para dichas adaptaciones. Cada vez que me interesa un libro, lo estudio y adapto lo mejor que puedo. Procuro no cortar en exceso el texto literario; para ser preciso, lo que hago es condensarlo. Del texto de Greene, lo que más me interesó fue toda la novela, sin distinguir ninguna parte». 

Los comienzos de Preminger en el mundo artístico de Viena fueron en el teatro: «Desde los nueve años quería ser actor. A los diecinueve fui director de escena. A los veintiún años fundé un teatro en Viena, que todavía existe. A los veintiséis años me trasladé a Estados Unidos; así, Adolfo Hitler no tuvo la suerte de encontrarme en Austria». 

De la película los críticos fueron eso, muy críticos,  Dave Kerh en el Chicago Reader escribió que "Esta película rigurosa, convincente y radicalmente estilizada representa el punto final de una línea de desarrollo que Otto Preminger había estado persiguiendo desde finales de los 60. ". 

En ese mismo diario de la entrevista ,  El país, Augusto M. Torres recogía que era una "Irregular versión de una novela de espionaje de Graham Greene". 

También Jesús Fernández Santos señala que "La primera parte es el mejor aspecto de la película. El segundo parece más frío y mundano". 


En aquella entrevista recogida por Ángel S. Harguindey se decía que Otto Preminger, a sus 74 años de edad, mantenía su ilusión por el cine, como llevaba haciendo desde hacía cincuenta años y para el que había realizado 36 largometrajes. Declaró el director vienés que: «Mi próxima película se llamará Túnica blanca, túnica negra, sobre un juicio que el Ku-Klux-Klan realizó dentro de su organización contra varios de sus miembros, y sobre todo, a Hugo Black. El tema del juicio fue la desaparición de una cantidad de dinero que pertenecía al KKK". También añade que trabajaba " en un montaje teatral, titulado Algo asesino, y precisamente a mi vuelta a Estados Unidos se decidirá si se estrena en Broadway o no. Por lo que respecta al tema del racismo, del que trataré en la próxima película, creo que en Estados Unidos se ha aminorado un poco. Quedan, naturalmente, grupos de extremistas fanáticos, pero, afortunadamente, son los menos». 

Ese era su deseo, lo cierto que El factor humano fue una empresa fallida desde el punto de vista económicos. Se había invertido mucho, pero la taquilla en los Estados Unidos fue exigua llegando a los  $ 376,050. El público miró a otro tipo de cine, el gusto había cambiado. El factor humano hizo que el "Ogro" Otto Preminger se retirara del cine. La condición humana había acabado con un mito.  


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